Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XX)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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LA EXTERIORIZACIÓN DE LA JERARQUÍA (1957)
(CONTINUACIÓN)
“Las Fuerzas de Iluminación están siempre presentes en la Tierra en
pequeña escala, influyendo las mentes del nuevo grupo de servidores del mundo,
de los trabajadores altruistas de la humanidad y de los pensadores de todas las
escuelas de pensamiento, activos en los campos del mejoramiento humano;
trabajan por intermedio de todos los que realmente aman a sus semejantes, son
incapaces de influir las mentes de las personas egocéntricas y cerradas; poco
pueden hacer con el aislacionista separatista; son ineficaces en lo que
respecta a los teólogos de todos los grupos -políticos, religiosos o sociales;
poco pueden hacer con el tipo mental que se concentra sobre los problemas personales
o grupales (su grupo, que expresa sus ideas y trabaja a su manera) y que ni
ellos ni el grupo se consideran relacionados con la entera humanidad.
Sin embargo, el común sufrimiento y el general reconocimiento de que
las causas de la guerra residen en el egoísmo y en crueldad inherente,
ampliaron grandemente el acercamiento de pueblos a la realidad y a la
posibilidad, tal como existen hoy.
Eclesiásticos, estadistas, conductores de importantes grupos mundiales,
admiten ya el fracaso de su iglesia, cuerpo legislativo o política, para traer
el orden y la tranquilidad mundiales. Buscan ansiosamente nuevos sistemas de
gobierno, nuevos y adecuados modos de vida y un método por el cual puedan
establecer rectas relaciones humanas. Presentan un campo de expresión para las
Fuerzas de Iluminación y les ofrecen la oportunidad de cambiar los modos de
pensar humanos; son movilizados por las energías portadoras de luz en el
planeta, de modo que la sabiduría, la comprensión y la habilidad en la acción,
puedan caracterizar las actividades de los hombres en el futuro inmediato.”
(230)
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“No me interesa que quienes lean mis palabras, acepten o no la
enseñanza esotérica sobre la existencia de una Jerarquía espiritual y
planetaria, presidida por el Cristo, o si piensan en términos del Cristo y Sus
discípulos. El reconocimiento esencial que pido, es que se considere como
activo a este Gran Grupo de Seres Espirituales, generalmente reconocidos por
todo el mundo y las grandes religiones. El punto de vista de los cristianos
respecto al Cristo, está basado en lo que Él hizo por nosotros hace dos mil
años, indicando simbólicamente el camino que debemos recorrer todos los
aspirantes. Tal visión representa un Cristo en un vago y lejano cielo, inactivo
y expectante, “descansando sobre Sus laureles”, sin hacer nada prácticamente
hasta el momento en que los hijos de los hombres, de todas las razas y credos,
lo aclamen como Salvador; esto lo hacen como individuos y representantes de la
Iglesia cristiana organizada, lo cual es la imagen de un Cristo que escucha y
observa, animado por la piedad y compasión, pero que habiendo hecho cuanto
pudo, ahora espera que hagamos nuestra parte, siendo también imagen de aquel
que espera ser aceptado teológicamente por toda la humanidad. En la mente
estrecha del teólogo fundamentalista, Cristo aparece presidiendo un pacífico
lugar llamado Cielo, en el cual son bienvenidos los elegidos; también se Lo ve
destinando a un oscuro y eterno lugar de castigo a todos los que son
conscientes de su propia integridad y responsabilidad espirituales, pero
rehúsan congregarse en Iglesias organizadas y llevan una vida ociosa y
pecaminosa. A esta vasta multitud -probablemente la mayoría- no les llega Su
amor y compasión, permaneciendo inconmovible Su corazón. Al parecer Él no se
preocupa de sí sufren eternamente o son aniquilados completamente.
Esto en verdad no puede ser así. Ninguna de estas imágenes es exacta o
adecuada; son falsas en todo el sentido de la palabra.” (231)
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“La humanidad materialista, sufriente, encara el futuro con
desesperación y agonía, porque tiene aún aspiraciones, pues debe surgir de la
caverna de la materia y buscar a Cristo, y Lo hallará, pero al principio no Lo
reconocerá, como tampoco el trabajo que intenta realizar. Las Iglesias
materialistas -envueltas y sumergidas en sus conceptos teológicos, buscando
poder político o posesiones, construyendo templos y catedrales, olvidando “el
Templo de Dios, no hecho con las manos, eterno en los Cielos”-, se preocupan de
los símbolos y no de la realidad. Ahora deben reconocer que el Señor no está
con ellos; deben también salir, como Maria, a buscarlo nuevamente. Si lo hacen,
con seguridad Lo encontrarán y volverán a ser Sus Mensajeros.” (232)
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“No olviden un punto importante. La Jerarquía misma es la consecuencia
de la actividad y de la aspiración de la humanidad, y ha sido creada por ésta.
Sus miembros son seres humanos que han vivido, sufrido, fracasado, realizado,
triunfado, soportado la muerte y pasado por la experiencia de la resurrección.
Son de la misma naturaleza de quienes hoy luchan con los procesos de
desintegración, pero que, a pesar de todo, llevan en sí la simiente de la
resurrección. Los miembros de la Jerarquía conocieron y dominaron todos los
estados de conciencia; los dominaron como hombres, garantizando así a la
humanidad la misma realización máxima. Tenemos la tendencia a considerar a los
miembros de la Jerarquía como radicalmente distintos de la humanidad, olvidando
que la Jerarquía es una comunidad de hombres triunfantes que se sometieron
anteriormente a los fuegos purificadores del diario vivir, trabajaron por su
propia salvación como hombres y mujeres del mundo, comerciantes, marido y
mujer, y como agricultores y gobernantes; por lo tanto, conocen la vida en
todas sus fases y graduaciones. Superaron las experiencias de la vida. Su Gran Maestro
es Cristo; pasaron por las iniciaciones del nuevo nacimiento, del bautismo, de
la transfiguración, de la crucifixión final y la resurrección. Pero continúan
siendo hombres; se diferencian de Cristo en que Éste, el primero de nuestra
humanidad que alcanzó la divinidad, el Primogénito de una gran familia de
hermanos (según lo expresa San Pablo), el Maestro de Maestros e Instructor de
ángeles y hombres, fue considerado tan puro, tan santo y tan iluminado, que se
le permitió personificar para nosotros, el gran principio cósmico del amor; de
esta manera, Él reveló, por primera vez, la naturaleza del corazón de Dios.
Por lo tanto, estos hombres perfectos existen. Son algo más que
hombres, porque el espíritu divino en Ellos registra todos los estados de conciencia
y de percepción -subhumana, humana y superhumana. Este desenvolvimiento
incluyente les permite trabajar con los hombres, ponerse en contacto con la
humanidad cuando es necesario, y saber cómo guiamos al pasar las fases de la
resurrección.
Es innecesario extendernos aquí, acerca del mundo al que Ellos tratan
de ayudar y salvar. Los verdaderos pensadores conocen el estado actual de la
humanidad. Devastación, crucifixión, masacre y muerte, predominan; tristeza,
dolor, desilusión y pesimismo condicionan el pensamiento y las reacciones de
millones de seres; mientras que la situación de las masas, indefensas e
irreflexivas, ha llegado a un inconcebible sufrimiento. La ignorancia, la
incomprensión y el egoísmo de los hombres, en todas partes, especialmente en
los países que escaparon a los estragos de la guerra, agravan la situación. No
obstante, la Jerarquía encara hoy con serenidad y confianza Su ardua tarea.”
(233)
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“Los hombres tampoco comprenden el poder del pensamiento, manejado por
Quienes trabajan con el Cristo y regidos por Él. El pensamiento es energía
divina pura, impersonal y, como la del Sol, se derrama igualmente sobre los
dignos y los indignos, a no ser que esté dirigida definida y deliberadamente.
La Jerarquía se ha visto frente al problema y a la necesidad de evitar que la
energía mental, pura e impersonal, llegue a las filas de quienes luchan contra
la libertad humana; porque tal energía estimula las mentes y los procesos
mentales de los buenos así como de los malos. Este peligro fue contrarrestado
deliberadamente, dirigiendo Su pensamiento a las fuerzas que luchaban a las
órdenes de los conductores de las Naciones Aliadas y poniéndose abiertamente de
parte de las rectas relaciones humanas. No se atrevieron a obrar de otra
manera, porque en su lugar y circunstancias, los líderes de las fuerzas del mal
demostraron ser más sagaces y calculadores que quienes luchaban en favor de la
libertad humana. Los bondadosos, bienintencionados, pero ignorantes pensadores
cristianos, pasan por alto esta distinción y necesidad. El trabajo del Cristo,
en relación con la guerra, ha sido también entorpecido por negociantes de todas
las naciones, especialmente en los países neutrales que se beneficiaron con la
guerra, como también con las grandes empresas de muchos países, enfocadas en
grupos financieros en toda nación poderosa, particularmente en los Estados
Unidos. El Cristo ha sido también entorpecido por individuos que explotan el
sufrimiento de la humanidad para su
provecho.
Por lo tanto, cuando estalló la guerra (*) y la humanidad decidió luchar, y las fuerzas del mal se
desataron sobre nuestro planeta, la Jerarquía cesó en Sus esfuerzos para traer
paz; por medio de la buena voluntad, y Se puso abiertamente del lado de los que
luchaban para hacer retroceder a su lugar de origen a las fuerzas del mal y
derrotar a las naciones del Eje. A causa de esta decisión de la Jerarquía, los
irreflexivos pretenden que las afirmaciones de los que representan a la
Jerarquía en la Tierra, son contradictorias y que Sus acciones no son
compatibles con las ideas preconcebidas sobre cómo debería demostrarse el amor.
Durante los últimos cinco años, los esfuerzos del Cristo y los de Sus
seguidores, los Maestros de Sabiduría, fueron dirigidos a clarificar en las
mentes de los hombres los verdaderos hechos para indicar la correcta acción a
seguir y a unificar la política interaliada. Se ocuparon de agrupar a los
hombres de buena voluntad de todo el mundo, en preparación para el Ciclo de
Conferencias y los reajustes mundiales que se avecinan. Trataron de proteger a
los que sufren, organizando métodos de socorro, inspirando a las mentes de los
jefes de los ejércitos, e incitando a la opinión pública a tomar esas medidas
que, con el tiempo, traerán rectas relaciones humanas. Temporariamente, se ha
dejado a los pueblos alemán y japonés librados a su destino y entregados a
merced de las fuerzas del mal. El presente desastre en Alemania es el
testimonio de lo que el mal puede traer a quienes lo siguen. Además de los
métodos de fortalecer a las Fuerzas de la Luz y de sacar a la humanidad del mal
que ha descendido sobre ella, la Jerarquía Se dedicó a actividades que no
pueden ser reveladas, porque se relacionan con la manipulación de las fuerzas
subjetivas del mal. Podemos apreciar la potencia de tales fuerzas por el largo
período que ha durado la guerra y también por el hecho de que dos naciones
hayan sido capaces de resistir, hasta hace unos meses, a un mundo entero de
Naciones Aliadas contra ellas. Esto, en sí mismo, es un hecho notable y
testifica la fortaleza del mal, objetivo y subjetivo, que trató de dominar al
género humano. Si la Jerarquía no Se hubiera puesto del lado de las Naciones
Aliadas, apoyándolas con todo el poder de Su pensamiento, la victoria estaría
aún muy lejos. Hoy ya está casi en nuestras manos.” (234)
(*) Segunda Guerra Mundial 1939-1945, aunque el Maestro se suele referir a
la misma como Guerra Mundial, abarcando también la Primera (1914-1918).
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“Los hombres tampoco comprenden el poder del pensamiento, manejado por
Quienes es esencial tener en cuenta que la materia y la sustancia, así como la
fusión de las mismas en formas vivientes, son aspectos de la divinidad; la
prostitución de la materia para fines egoístas y propósitos separatistas fue
responsable del malestar que provocó el sufrimiento y el fracaso, así como del
mal que ha caracterizado el curso del género humano durante las épocas, y
precipitó esta guerra mundial (*). Se le ofrece hoy a la humanidad una nueva
oportunidad para construir sobre líneas más sólidas y constructivas, esa mejor
civilización que sueñan quienes aman a sus semejantes, y lograr una nueva
capacidad para manejar la sustancia. Si los hombres pueden demostrar la
sabiduría adquirida, creando una forma que albergue el Espíritu de Resurrección
y exprese la iluminación obtenida por la amarga experiencia del pasado, la
humanidad resucitará nuevamente.” (235)
(*) Segunda Guerra Mundial 1939-1945, aunque el Maestro se suele
referir a la misma como Guerra Mundial, abarcando también la Primera
(1914-1918).
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“…Tenemos un mundo intranquilo; un mundo pleno de dolor, angustia y
lucha; un mundo donde los cuerpos emocionales de la humanidad están en un total
estado de perturbación; un mundo en el cual animales, hombres, mujeres y niños,
sufren, agonizan y mueren; un mundo en el cual el hombre, el pecado, la
enfermedad, la inanición, la rapiña y el asesinato, acechan libremente; un
mundo en que existen las formas de la religión pero no tienen vida, donde la
ciencia es prostituida para fines monetarios y de odio, y en el cual el
producto de la tierra no es para el sustento de la raza sino para nutrir las
arcas de unos pocos; un mundo en el cual la fe es a menudo objeto de mofa, y el
altruismo es considerado el atributo de un tonto, y el amor es explotado en su
más baja expresión, el sexo. …” (236)
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“Los Miembros de la Jerarquía se capacitan para el trabajo objetivo que
desempeñarán públicamente como parte de la adaptación necesaria, debido a que
el alineamiento se efectúa rápidamente. Esto implica una dificultad mucho mayor
de la que pueden imaginar o anticipar, porque involucra el desarrollo de ese tipo
de “resistencia a la atracción de la vibración inferior” de la cual nada saben,
pues esa vibración inferior necesariamente es un aspecto de la expresión normal
de ustedes -por poco que lo comprendan. Deben saber que en los Maestros e
iniciados superiores nada existe que pueda responder a vibraciones de tal
naturaleza. Aunque Ellos no puedan absorberla, reaccionar o volver a
desarrollarla, puede causarles el más agudo malestar y dolor; por esta razón al
Hijo de Dios en El Antiguo Testamento se lo denomina “varón de dolores y
conocedor del sufrimiento”. En realidad esto no se refería a que Él sufría por
la pobre y miserable humanidad (como la teología ortodoxa lo interpreta tan
egoístamente), sino a que debía someterse al contacto con la humanidad. Por lo tanto,
la Jerarquía Se está preparando en estas líneas (muchas de las cuales no puedo
indicar ni explayarme sobre ellas), a fin de experimentar la manifestación
física; Se está esforzando también para “crear” el necesario mecanismo de
respuesta que será de tal naturaleza que los Miembros de la Jerarquía actuarán
con mínima dificultad y un mínimo de obstáculos sobre la Tierra; de este modo,
se Les permitirá dedicar todo el tiempo y atención al trabajo que deberán
realizar cuando estén en manifestación física.” (237)
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“Es de esperar que el cristiano ortodoxo rechace al principio las
teorías acerca del Cristo que presenta el ocultismo y al mismo tiempo halle
cada vez más difícil inducir a las masas inteligentes a aceptar a la Deidad
imposible y al débil Cristo que el cristianismo histórico ha fomentado. Las
ideas que el público inteligente puede aceptar y aceptará son: un Cristo
presente y viviente, conocido por quienes Lo siguen, que es un fuerte y hábil
ejecutivo y no un dulce y sentimental sufriente; Que nunca nos abandonó sino
que durante dos mil años trabajó por intermedio de Sus discípulos, hombres y
mujeres inspirados de todos los credos, religiones y convicciones religiosas;
Que no acepta fanatismo ni devoción histérica, sino Que ama a todos los hombres
persistentemente con inteligencia y optimismo; Que ve en todos la divinidad y
Que comprende las técnicas del desarrollo evolutivo de la conciencia humana
(mental, emocional y física, que producirá civilizaciones y culturas apropiadas
en una determinada etapa de la evolución) -el público inteligente puede aceptar
y aceptará estas ideas.” (238)
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“Primero, existe una condición general planetaria; desgraciadamente ha
demostrado ser tan catastrófica (debido al egoísmo del hombre) que la humanidad
se vio obligada a reconocer la causa y el origen del desastre; segundo, un
despertar espiritual originado en las raíces más profundas de la conciencia
humana, como resultado de la Guerra Mundial (1914-1945); tercero, el creciente
clamor invocador (oración o demanda) que se eleva hasta las fuentes
espirituales superiores, no importa con qué nombre se las designe.
En la actualidad (*) impera
estas tres condiciones, y la humanidad enfrenta una renovada oportunidad. El
desastre que ha sufrido el género humano es de proporciones universales; nadie
ha podido escapar, y todos están en una u otra forma implicados en el mismo,
física, económica y socialmente. El despertar espiritual de los hombres (dentro
o fuera de los credos del mundo, pero mayormente fuera de ellos) es general y
amplio, pudiendo observarse en todas partes un retorno hacia Dios. Finalmente,
estas dos causas produjeron en la humanidad -como nunca había ocurrido antes-
una demanda invocadora –más clara, pura y altruista que en cualquier otra época
de la historia humana, porque está basada en pensamientos más claros y en la
angustia común. La verdadera religión está aflorando nuevamente en el corazón
del hombre; el reconocimiento de una esperanza y trasfondo divinos,
posiblemente hará retornar a los pueblos a las iglesias y a los credos
mundiales, pero con certeza los hará retornar a Dios.” (239)
(*) Nótese que está escrito en 1957
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“Hace muchos años manifesté que Cristo vendría de tres maneras
distintas o, más bien, que la realidad de Su presencia podría ser comprobada en
tres fases características.
Dije entonces que lo primero que haría la Jerarquía sería estimular la
conciencia espiritual del hombre, evocar en gran escala las demandas
espirituales de la humanidad y fomentar mundialmente la conciencia crística en
el corazón humano. Esto ya se ha hecho con resultados muy efectivos. Las
demandas clamorosas de los hombres de buena voluntad, de los colaboradores en
el campo de la beneficencia y de quienes se han comprometido a colaborar internacionalmente,
para aliviar los sufrimientos del mundo y establecer rectas relaciones humanas,
expresan innegablemente la naturaleza real de este proceso. El aspecto del
trabajo preparatorio que señala Su advenimiento ha llegado a una etapa donde
nada puede detener su progreso o disminuir su ímpetu. A pesar de las
apariencias este surgimiento de la conciencia crística ha triunfado, y lo que
pueda parecer una actividad contraria, a
la larga no tendrá importancia por ser de naturaleza temporaria.” (240)
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“…el Cristo sufre mucho más por Sus allegados que por los extraños. El
aspirante avanzado obstaculiza más Su trabajo que el pensador inteligente. No
fue la crueldad del mundo externo de los hombres lo que causó al Cristo Su
profundo dolor, sino Sus propios discípulos, además del masivo sufrimiento de
la humanidad -padecido durante su ciclo de vida, incluyendo el pasado, el
presente y el futuro.
Vendrá a corregir los errores y las erróneas interpretaciones de
quienes se atrevieron a interpretar Sus sencillas palabras de acuerdo a su
propia ignorancia, y a reconocer a aquellos cuyo fiel servicio hizo posible Su
retorno. También Él enfrenta una gran prueba, como preparación para recibir una
gran iniciación, y cuando la haya pasado y cumpla con Su tarea, ocupará un
lugar más excelso en el Hogar del Padre, o irá a prestar servicio en un lugar
lejano, donde sólo podrán seguirlo los más sublimes seres; Su cargo actual será
entonces desempeñado por Aquel a quien Él ha preparado y entrenado.” (241)
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“La Jerarquía espiritual está investida de inteligencia divina, formada
en la actualidad por Aquellos que han unido en Sí el intelecto y la intuición,
lo práctico y lo aparentemente impráctico, la realidad de la vida y la manera
de ser del hombre que tiene visión. También existen personas en los lugares
comunes de la vida diaria, a las cuales se las debe entrenar acerca de los
reconocimientos divinos, lo que constituye esencialmente la respuesta del plano
físico a las nuevas expansiones de conciencia. El Cristo que retornará no será
igual al Cristo que aparentemente partió. Tampoco será un “varón de dolores”;
ni una figura silenciosa y pensativa; hará declaraciones espirituales que no
necesitarán interpretación ni serán tergiversadas, porque Él estará presente
para explicar el verdadero significado.” (242)
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“Los aspirantes tienden a preguntar, ¿por qué no vendrá Cristo con la
pompa y la ceremonia que la iglesia le asigna a ese acontecimiento, y con Su
venida demostrar Su divino poder y probar, en forma convincente, la autoridad y
la potencia de Dios, terminando así con el ciclo de agonía y sufrimiento? Las
respuestas son muchas. Debe recordarse que el principal objetivo del Cristo no
será demostrar Su poder, sino hacer público el existente reino de Dios. También
se preguntarán ¿por qué cuando vino anteriormente no fue reconocido?; ¿hay
alguna garantía de que esta vez Lo será? Quizás se pregunten ¿por qué no
se Lo reconocerá? Porque los ojos de los
hombres están cegados por las lágrimas de la autoconmiseración y no de la
contrición; porque el corazón del hombre está aún corroído por un egoísmo que
la agonía de la guerra no ha curado; porque la norma de valores es la misma que
existía en el corrupto Imperio Romano que vio Su primera aparición, pero
entonces esa norma de valores era local y no universal; porque aquellos que
podrán reconocerlo y anhelan y esperan Su venida, no están dispuestos a hacer
los sacrificios necesarios para asegurar el éxito de Su advenimiento.” (243)
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“El deseo de hacer el bien y de
llevar a cabo fines espirituales, se agita incesantemente en su conciencia.
Nadie que ama a sus semejantes, y sueña ver al Reino de Dios materializado en
la Tierra, o es consciente aunque lentamente, del despertar de las masas a los
valores espirituales superiores, está totalmente insatisfecho. Comprende que
contribuye muy poco para lograr estos objetivos deseables. Sabe que su vida
espiritual es una cosa secundaria que reserva cuidadosamente para sí mismo, y
frecuentemente teme mencionarlo a los más allegados y queridos; trata de
ensamblar su esfuerzo espiritual con la vida externa común, luchando por hallar
tiempo y oportunidad para aplicarlo en forma grata, imperceptible e inocua. Se
siente inerme ante la tarea de organizar y reordenar sus asuntos, para que
predomine el modo de vivir espiritual; busca excusas para sí, y oportunamente
razona consigo mismo con tanto éxito, que llega a la conclusión de que hace lo
mejor que puede, dadas las circunstancias. En verdad hace tan poco, que probablemente
una y quizás dos horas de veinticuatro, abarcan el tiempo dedicado al trabajo
del Maestro; se escuda detrás de la excusa de que las obligaciones del hogar le
impiden hacer más, y no se da cuenta que con tacto y comprensión amorosa, su
ambiente hogareño puede y debe ser el campo de su triunfo; olvida que no hay
circunstancias en las que el espíritu del hombre pueda ser derrotado o el
aspirante no pueda meditar, pensar, hablar y preparar el camino para la venida
de Cristo, siempre que tenga suficiente interés y conozca el significado del
sacrificio y el silencio. Las circunstancias y el medio ambiente no constituyen
un verdadero obstáculo para la vida espiritual.
Quizás se escude en el pretexto de la mala salud y con frecuencia en
males imaginarios. Dedica tanto tiempo al cuidado de sí mismo que las horas que
podría dedicar al trabajo del Maestro son directa y seriamente disminuidas; se
halla tan preocupado con su cansancio, su tendencia a resfriarse y su
imaginaria enfermedad cardiaca, que cada vez es más “consciente de su cuerpo”,
hasta que domina oportunamente su vida; entonces es demasiado tarde para hacer
algo. Esto ocurre especialmente con las personas que llegan a los cincuenta
años o más, dificultad predominante en las mujeres. Difícilmente dejarán de
emplear esta excusa, pues se sienten cansadas y doloridas y esto tiende a
empeorar en el transcurso de los años. El único remedio para la inercia
progresiva es ignorar al cuerpo y gozar la vivencia del servicio, lo cual
conduce a una vida más larga. No me refiero a una enfermedad definida o a
serios impedimentos físicos, a los que debe dispensarse cuidado y atención
debidos, sino a los miles de hombres y mujeres enfermizos y preocupados del
cuidado de sí mismos, desperdiciando horas que podrían dedicar al servicio de
la humanidad. A quienes -tratan de hollar el sendero del discipulado les pido
que dediquen esas horas empleadas en el cuidado de sí mismos, a servir a la
Jerarquía.” (244)
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“…tenemos la humanidad misma, “el centro que llamamos la raza de los
hombres”, en el cual predomina hoy el caos, el tumulto y la confusión, una
humanidad dolorida, perpleja y confundida, no obstante, consciente mentalmente
de infinitas posibilidades, luchando emocionalmente por ese plan que cree el
mejor, haciéndolo sin coherencia y sin comprender que debe ser un mundo para
una humanidad. Simplemente desea paz emocional, seguridad para vivir y trabajar
y visión de un futuro que satisfaga algún sentido incipiente de la
perdurabilidad divina. Está físicamente enferma, privada de lo más esencial
para llevar una vida normal y sana, atormentada por la inseguridad económica,
invocando, consciente o inconscientemente, al Padre en bien de sí misma y del
resto del mundo.” (245)
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“…Así, hermano mío, se escribe la historia, cada nación lucha para sí
misma y se valora mutuamente en términos de recursos y finanzas. Mientras tanto
la humanidad sufre hambre, no posee la cultura necesaria y se le enseñan falsos
valores y el mal empleo del dinero. Hasta no subsanar esta situación, no será
posible el retorno de Cristo.” (246)
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“…el Maestro K. H. está constantemente en estrecha asociación con el
Cristo, el guía de la Jerarquía. Actualmente, el Cristo, con la ayuda del Señor
del Mundo y del Buda, Se está preparando para la más difícil de las tareas que
tuvo que enfrentar hasta ahora. No se trata únicamente de que el Cristo surja
del Lugar Elevado donde se halla y aparezca repentinamente entre los hombres;
no es asunto de que Él asuma la forma de un niño y a medida que crece vaya
aprendiendo Su tarea con el correr de los años; tampoco es el caso de que Él
sea instantáneamente reconocido y aclamado por millones de sufrientes seres
humanos que esperan la liberación. Ninguna de estas ideas o esperanzas, forma
parte de Su plan ni son factibles. Ningún miembro de la Jerarquía, y ciertamente
su Guía Supremo, intentaría algo que está destinado a fracasar; el Plan así
presentado iría al fracaso, porque si se esperará tener éxito en estas líneas
comunes imprescindiblemente fracasarían, debido al grado de sensibilidad
alcanzado por la humanidad.
Habilidad en la acción, juzgar inteligente y comprensivamente, adaptar
los actuales asuntos al futuro deseado, coordinar el trabajo que debe
realizarse y enunciar con claridad la plataforma sobre la cual debe fundarse la
nueva enseñanza, más las encuestas (si así puedo expresarlo) de los cimientos
sobre los cuales debe ser fundada la nueva estructura de la civilización
venidera, son las cosas que conciernen hoy al Cristo. Por lo tanto, podrán
comprender la tremenda y cooperativa actividad que el Maestro K. H. y Su
ashrama están desarrollando. A esa actividad le llega el estímulo desde dos
direcciones; necesariamente desde Shamballa, desde el Buda y desde el Avatar de
Síntesis, y acrecentadamente desde el mundo de los hombres, a medida que la
expectativa, la esperanza y la demanda se combinan, a fin de elevar un llamado
conjunto.” (247)
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“Llegamos ahora a la consideración del gran ashrama controlado por el
Maestro R. Es el Señor de la Civilización y Su tarea consiste en traer la nueva
civilización que todos los hombres esperan. Es un ashrama de tercer rayo y
encierra dentro de su círculo infranqueable a todos los ashramas que se
encuentran en el tercer Rayo de Inteligencia Activa, en el quinto Rayo de
Ciencia Concreta y en el séptimo Rayo de Orden Ceremonial. Todos trabajan
dirigidos por el Maestro R. que actúa principalmente por intermedio de los
Maestros de estos tres tipos de energía de rayo. Se ocupa actualmente de la
energía de séptimo rayo, la que produce el orden en nuestro planeta. Es el Rayo
de Orden Ceremonial y la actividad de su energía, cuando es correctamente
dirigida y empleada, impone un ritmo correcto sobre todos los aspectos del
vivir humano. Se está haciendo constantemente un esfuerzo para detener el
terrible caos actual y traer una ordenada belleza en el futuro. La principal
arma que emplean ahora las Fuerzas combinadas del Mal es el caos, la
desintegración, la inseguridad y el consiguiente temor. La potencia de estas
fuerzas del mal es excesivamente grande, porque no pertenece a ningún grupo de
personas, sino a todas las ideologías. El caos producido por la indiferencia,
la incertidumbre, el temor, la inanición, la inseguridad, la observación de que
otros sufren inocentemente, y el caos producido por los elementos ambiciosos
militantes y en conflicto, en todas las naciones sin excepción, son los
factores que el Maestro R. está tratando de encarar, siendo la tarea de suprema
dificultad. Todo el ritmo del pensamiento internacional debe ser alterado y eso
constituye una tarea lenta y ardua; las malignas personalidades que en todos
los países son responsables del caos y de la incertidumbre, deben ser
oportunamente reemplazadas por quienes pueden trabajar en colaboración con el
ritmo del séptimo rayo y producir así la belleza ordenada.” (248)
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(230) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza El Ciclo de Conferencias. Mayo de 1945. Las
Fuerzas de la Iluminación (pág.383)
(231) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. Pascua 1945 (pág.388)
(232) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. Pascua 1945 (pág.390)
(233) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. El Trabajo de Cristo en la
Actualidad (pág.391)
(234) Tercera Parte.
Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. El
Trabajo de Cristo en la Actualidad (pág.395)
(235) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. El Próximo Trabajo de
Reconstrucción (pág.399)
(236) Cuarta Parte. Etapas de la
Exteriorización de la Jerarquía. La Base Subjetiva de la Nueva Religión
Mundial. Diciembre de 1919. Organizaciones Religiosas en la Nueva Era (pág.427)
(237) Cuarta Parte. Etapas de la
Exteriorización de la Jerarquía. La Exteriorización de los Ashramas. Enero de
1946. Adaptación y Alineamiento Jerárquicos (pág.439)
(238) Cuarta Parte. Etapas de la
Exteriorización de la Jerarquía. Método de Acercamiento hacia la
Exteriorización. Agosto de 1946. La Divulgación de Información de Índole
Preparatoria (pág.487)
(239) El Retorno de Cristo (pág.492)
(240) El Retorno de Cristo (pág.496)
(241) El Retorno de Cristo (pág.501)
(242) El Retorno de Cristo (pág.504)
(243) El Retorno de Cristo. Preparación para
el Retorno de Cristo. Junio de 1947 (pág.508)
(244) El Retorno de Cristo. Preparación para
el Retorno de Cristo. Junio de 1947. La Inercia del Hombre Común de Mente
Espiritual. (pág.510)
(245) El Retorno de Cristo. Preparación para
el Retorno de Cristo. Junio de 1947. La Inercia del Hombre Común de Mente
Espiritual. (pág.513)
(246) El Retorno de Cristo. Preparación para
el Retorno de Cristo. Junio de 1947. La Falta de Apoyo Financiero para el
Trabajo de Preparación (pág.516)
(247) El Retorno de Cristo. La Organización
para Dar Forma a los Ashramas en la Tierra. Junio de 1949 (pág.544)
(248) El Retorno de Cristo. La Organización
para Dar Forma a los Ashramas en la Tierra. Junio de 1949 (pág.549)
(CONTINUACIÓN)