sábado, 27 de octubre de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XXI) - La Exteriorización de la Jerarquía (III)


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XX)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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LA EXTERIORIZACIÓN DE LA JERARQUÍA (1957)


“Las Fuerzas de Iluminación están siempre presentes en la Tierra en pequeña escala, influyendo las mentes del nuevo grupo de servidores del mundo, de los trabajadores altruistas de la humanidad y de los pensadores de todas las escuelas de pensamiento, activos en los campos del mejoramiento humano; trabajan por intermedio de todos los que realmente aman a sus semejantes, son incapaces de influir las mentes de las personas egocéntricas y cerradas; poco pueden hacer con el aislacionista separatista; son ineficaces en lo que respecta a los teólogos de todos los grupos -políticos, religiosos o sociales; poco pueden hacer con el tipo mental que se concentra sobre los problemas personales o grupales (su grupo, que expresa sus ideas y trabaja a su manera) y que ni ellos ni el grupo se consideran relacionados con la entera humanidad.

Sin embargo, el común sufrimiento y el general reconocimiento de que las causas de la guerra residen en el egoísmo y en crueldad inherente, ampliaron grandemente el acercamiento de pueblos a la realidad y a la posibilidad, tal como existen hoy.

Eclesiásticos, estadistas, conductores de importantes grupos mundiales, admiten ya el fracaso de su iglesia, cuerpo legislativo o política, para traer el orden y la tranquilidad mundiales. Buscan ansiosamente nuevos sistemas de gobierno, nuevos y adecuados modos de vida y un método por el cual puedan establecer rectas relaciones humanas. Presentan un campo de expresión para las Fuerzas de Iluminación y les ofrecen la oportunidad de cambiar los modos de pensar humanos; son movilizados por las energías portadoras de luz en el planeta, de modo que la sabiduría, la comprensión y la habilidad en la acción, puedan caracterizar las actividades de los hombres en el futuro inmediato.” (230)

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“No me interesa que quienes lean mis palabras, acepten o no la enseñanza esotérica sobre la existencia de una Jerarquía espiritual y planetaria, presidida por el Cristo, o si piensan en términos del Cristo y Sus discípulos. El reconocimiento esencial que pido, es que se considere como activo a este Gran Grupo de Seres Espirituales, generalmente reconocidos por todo el mundo y las grandes religiones. El punto de vista de los cristianos respecto al Cristo, está basado en lo que Él hizo por nosotros hace dos mil años, indicando simbólicamente el camino que debemos recorrer todos los aspirantes. Tal visión representa un Cristo en un vago y lejano cielo, inactivo y expectante, “descansando sobre Sus laureles”, sin hacer nada prácticamente hasta el momento en que los hijos de los hombres, de todas las razas y credos, lo aclamen como Salvador; esto lo hacen como individuos y representantes de la Iglesia cristiana organizada, lo cual es la imagen de un Cristo que escucha y observa, animado por la piedad y compasión, pero que habiendo hecho cuanto pudo, ahora espera que hagamos nuestra parte, siendo también imagen de aquel que espera ser aceptado teológicamente por toda la humanidad. En la mente estrecha del teólogo fundamentalista, Cristo aparece presidiendo un pacífico lugar llamado Cielo, en el cual son bienvenidos los elegidos; también se Lo ve destinando a un oscuro y eterno lugar de castigo a todos los que son conscientes de su propia integridad y responsabilidad espirituales, pero rehúsan congregarse en Iglesias organizadas y llevan una vida ociosa y pecaminosa. A esta vasta multitud -probablemente la mayoría- no les llega Su amor y compasión, permaneciendo inconmovible Su corazón. Al parecer Él no se preocupa de sí sufren eternamente o son aniquilados completamente.

Esto en verdad no puede ser así. Ninguna de estas imágenes es exacta o adecuada; son falsas en todo el sentido de la palabra.” (231)

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“La humanidad materialista, sufriente, encara el futuro con desesperación y agonía, porque tiene aún aspiraciones, pues debe surgir de la caverna de la materia y buscar a Cristo, y Lo hallará, pero al principio no Lo reconocerá, como tampoco el trabajo que intenta realizar. Las Iglesias materialistas -envueltas y sumergidas en sus conceptos teológicos, buscando poder político o posesiones, construyendo templos y catedrales, olvidando “el Templo de Dios, no hecho con las manos, eterno en los Cielos”-, se preocupan de los símbolos y no de la realidad. Ahora deben reconocer que el Señor no está con ellos; deben también salir, como Maria, a buscarlo nuevamente. Si lo hacen, con seguridad Lo encontrarán y volverán a ser Sus Mensajeros.” (232)

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“No olviden un punto importante. La Jerarquía misma es la consecuencia de la actividad y de la aspiración de la humanidad, y ha sido creada por ésta. Sus miembros son seres humanos que han vivido, sufrido, fracasado, realizado, triunfado, soportado la muerte y pasado por la experiencia de la resurrección. Son de la misma naturaleza de quienes hoy luchan con los procesos de desintegración, pero que, a pesar de todo, llevan en sí la simiente de la resurrección. Los miembros de la Jerarquía conocieron y dominaron todos los estados de conciencia; los dominaron como hombres, garantizando así a la humanidad la misma realización máxima. Tenemos la tendencia a considerar a los miembros de la Jerarquía como radicalmente distintos de la humanidad, olvidando que la Jerarquía es una comunidad de hombres triunfantes que se sometieron anteriormente a los fuegos purificadores del diario vivir, trabajaron por su propia salvación como hombres y mujeres del mundo, comerciantes, marido y mujer, y como agricultores y gobernantes; por lo tanto, conocen la vida en todas sus fases y graduaciones. Superaron las experiencias de la vida. Su Gran Maestro es Cristo; pasaron por las iniciaciones del nuevo nacimiento, del bautismo, de la transfiguración, de la crucifixión final y la resurrección. Pero continúan siendo hombres; se diferencian de Cristo en que Éste, el primero de nuestra humanidad que alcanzó la divinidad, el Primogénito de una gran familia de hermanos (según lo expresa San Pablo), el Maestro de Maestros e Instructor de ángeles y hombres, fue considerado tan puro, tan santo y tan iluminado, que se le permitió personificar para nosotros, el gran principio cósmico del amor; de esta manera, Él reveló, por primera vez, la naturaleza del corazón de Dios.

Por lo tanto, estos hombres perfectos existen. Son algo más que hombres, porque el espíritu divino en Ellos registra todos los estados de conciencia y de percepción -subhumana, humana y superhumana. Este desenvolvimiento incluyente les permite trabajar con los hombres, ponerse en contacto con la humanidad cuando es necesario, y saber cómo guiamos al pasar las fases de la resurrección.

Es innecesario extendernos aquí, acerca del mundo al que Ellos tratan de ayudar y salvar. Los verdaderos pensadores conocen el estado actual de la humanidad. Devastación, crucifixión, masacre y muerte, predominan; tristeza, dolor, desilusión y pesimismo condicionan el pensamiento y las reacciones de millones de seres; mientras que la situación de las masas, indefensas e irreflexivas, ha llegado a un inconcebible sufrimiento. La ignorancia, la incomprensión y el egoísmo de los hombres, en todas partes, especialmente en los países que escaparon a los estragos de la guerra, agravan la situación. No obstante, la Jerarquía encara hoy con serenidad y confianza Su ardua tarea.” (233)

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“Los hombres tampoco comprenden el poder del pensamiento, manejado por Quienes trabajan con el Cristo y regidos por Él. El pensamiento es energía divina pura, impersonal y, como la del Sol, se derrama igualmente sobre los dignos y los indignos, a no ser que esté dirigida definida y deliberadamente. La Jerarquía se ha visto frente al problema y a la necesidad de evitar que la energía mental, pura e impersonal, llegue a las filas de quienes luchan contra la libertad humana; porque tal energía estimula las mentes y los procesos mentales de los buenos así como de los malos. Este peligro fue contrarrestado deliberadamente, dirigiendo Su pensamiento a las fuerzas que luchaban a las órdenes de los conductores de las Naciones Aliadas y poniéndose abiertamente de parte de las rectas relaciones humanas. No se atrevieron a obrar de otra manera, porque en su lugar y circunstancias, los líderes de las fuerzas del mal demostraron ser más sagaces y calculadores que quienes luchaban en favor de la libertad humana. Los bondadosos, bienintencionados, pero ignorantes pensadores cristianos, pasan por alto esta distinción y necesidad. El trabajo del Cristo, en relación con la guerra, ha sido también entorpecido por negociantes de todas las naciones, especialmente en los países neutrales que se beneficiaron con la guerra, como también con las grandes empresas de muchos países, enfocadas en grupos financieros en toda nación poderosa, particularmente en los Estados Unidos. El Cristo ha sido también entorpecido por individuos que explotan el sufrimiento de  la humanidad para su provecho.

Por lo tanto, cuando estalló la guerra (*) y la humanidad decidió luchar, y las fuerzas del mal se desataron sobre nuestro planeta, la Jerarquía cesó en Sus esfuerzos para traer paz; por medio de la buena voluntad, y Se puso abiertamente del lado de los que luchaban para hacer retroceder a su lugar de origen a las fuerzas del mal y derrotar a las naciones del Eje. A causa de esta decisión de la Jerarquía, los irreflexivos pretenden que las afirmaciones de los que representan a la Jerarquía en la Tierra, son contradictorias y que Sus acciones no son compatibles con las ideas preconcebidas sobre cómo debería demostrarse el amor. Durante los últimos cinco años, los esfuerzos del Cristo y los de Sus seguidores, los Maestros de Sabiduría, fueron dirigidos a clarificar en las mentes de los hombres los verdaderos hechos para indicar la correcta acción a seguir y a unificar la política interaliada. Se ocuparon de agrupar a los hombres de buena voluntad de todo el mundo, en preparación para el Ciclo de Conferencias y los reajustes mundiales que se avecinan. Trataron de proteger a los que sufren, organizando métodos de socorro, inspirando a las mentes de los jefes de los ejércitos, e incitando a la opinión pública a tomar esas medidas que, con el tiempo, traerán rectas relaciones humanas. Temporariamente, se ha dejado a los pueblos alemán y japonés librados a su destino y entregados a merced de las fuerzas del mal. El presente desastre en Alemania es el testimonio de lo que el mal puede traer a quienes lo siguen. Además de los métodos de fortalecer a las Fuerzas de la Luz y de sacar a la humanidad del mal que ha descendido sobre ella, la Jerarquía Se dedicó a actividades que no pueden ser reveladas, porque se relacionan con la manipulación de las fuerzas subjetivas del mal. Podemos apreciar la potencia de tales fuerzas por el largo período que ha durado la guerra y también por el hecho de que dos naciones hayan sido capaces de resistir, hasta hace unos meses, a un mundo entero de Naciones Aliadas contra ellas. Esto, en sí mismo, es un hecho notable y testifica la fortaleza del mal, objetivo y subjetivo, que trató de dominar al género humano. Si la Jerarquía no Se hubiera puesto del lado de las Naciones Aliadas, apoyándolas con todo el poder de Su pensamiento, la victoria estaría aún muy lejos. Hoy ya está casi en nuestras manos.” (234)

(*) Segunda Guerra Mundial 1939-1945, aunque el Maestro se suele referir a la misma como Guerra Mundial, abarcando también la Primera (1914-1918).

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“Los hombres tampoco comprenden el poder del pensamiento, manejado por Quienes es esencial tener en cuenta que la materia y la sustancia, así como la fusión de las mismas en formas vivientes, son aspectos de la divinidad; la prostitución de la materia para fines egoístas y propósitos separatistas fue responsable del malestar que provocó el sufrimiento y el fracaso, así como del mal que ha caracterizado el curso del género humano durante las épocas, y precipitó esta guerra mundial (*). Se le ofrece hoy a la humanidad una nueva oportunidad para construir sobre líneas más sólidas y constructivas, esa mejor civilización que sueñan quienes aman a sus semejantes, y lograr una nueva capacidad para manejar la sustancia. Si los hombres pueden demostrar la sabiduría adquirida, creando una forma que albergue el Espíritu de Resurrección y exprese la iluminación obtenida por la amarga experiencia del pasado, la humanidad resucitará nuevamente.” (235)

(*) Segunda Guerra Mundial 1939-1945, aunque el Maestro se suele referir a la misma como Guerra Mundial, abarcando también la Primera (1914-1918).

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“…Tenemos un mundo intranquilo; un mundo pleno de dolor, angustia y lucha; un mundo donde los cuerpos emocionales de la humanidad están en un total estado de perturbación; un mundo en el cual animales, hombres, mujeres y niños, sufren, agonizan y mueren; un mundo en el cual el hombre, el pecado, la enfermedad, la inanición, la rapiña y el asesinato, acechan libremente; un mundo en que existen las formas de la religión pero no tienen vida, donde la ciencia es prostituida para fines monetarios y de odio, y en el cual el producto de la tierra no es para el sustento de la raza sino para nutrir las arcas de unos pocos; un mundo en el cual la fe es a menudo objeto de mofa, y el altruismo es considerado el atributo de un tonto, y el amor es explotado en su más baja expresión, el sexo. …” (236)

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“Los Miembros de la Jerarquía se capacitan para el trabajo objetivo que desempeñarán públicamente como parte de la adaptación necesaria, debido a que el alineamiento se efectúa rápidamente. Esto implica una dificultad mucho mayor de la que pueden imaginar o anticipar, porque involucra el desarrollo de ese tipo de “resistencia a la atracción de la vibración inferior” de la cual nada saben, pues esa vibración inferior necesariamente es un aspecto de la expresión normal de ustedes -por poco que lo comprendan. Deben saber que en los Maestros e iniciados superiores nada existe que pueda responder a vibraciones de tal naturaleza. Aunque Ellos no puedan absorberla, reaccionar o volver a desarrollarla, puede causarles el más agudo malestar y dolor; por esta razón al Hijo de Dios en El Antiguo Testamento se lo denomina “varón de dolores y conocedor del sufrimiento”. En realidad esto no se refería a que Él sufría por la pobre y miserable humanidad (como la teología ortodoxa lo interpreta tan egoístamente), sino a que debía someterse al contacto con la humanidad. Por lo tanto, la Jerarquía Se está preparando en estas líneas (muchas de las cuales no puedo indicar ni explayarme sobre ellas), a fin de experimentar la manifestación física; Se está esforzando también para “crear” el necesario mecanismo de respuesta que será de tal naturaleza que los Miembros de la Jerarquía actuarán con mínima dificultad y un mínimo de obstáculos sobre la Tierra; de este modo, se Les permitirá dedicar todo el tiempo y atención al trabajo que deberán realizar cuando estén en manifestación física.” (237)

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“Es de esperar que el cristiano ortodoxo rechace al principio las teorías acerca del Cristo que presenta el ocultismo y al mismo tiempo halle cada vez más difícil inducir a las masas inteligentes a aceptar a la Deidad imposible y al débil Cristo que el cristianismo histórico ha fomentado. Las ideas que el público inteligente puede aceptar y aceptará son: un Cristo presente y viviente, conocido por quienes Lo siguen, que es un fuerte y hábil ejecutivo y no un dulce y sentimental sufriente; Que nunca nos abandonó sino que durante dos mil años trabajó por intermedio de Sus discípulos, hombres y mujeres inspirados de todos los credos, religiones y convicciones religiosas; Que no acepta fanatismo ni devoción histérica, sino Que ama a todos los hombres persistentemente con inteligencia y optimismo; Que ve en todos la divinidad y Que comprende las técnicas del desarrollo evolutivo de la conciencia humana (mental, emocional y física, que producirá civilizaciones y culturas apropiadas en una determinada etapa de la evolución) -el público inteligente puede aceptar y aceptará estas ideas.” (238)

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“Primero, existe una condición general planetaria; desgraciadamente ha demostrado ser tan catastrófica (debido al egoísmo del hombre) que la humanidad se vio obligada a reconocer la causa y el origen del desastre; segundo, un despertar espiritual originado en las raíces más profundas de la conciencia humana, como resultado de la Guerra Mundial (1914-1945); tercero, el creciente clamor invocador (oración o demanda) que se eleva hasta las fuentes espirituales superiores, no importa con qué nombre se las designe.

En la actualidad (*) impera estas tres condiciones, y la humanidad enfrenta una renovada oportunidad. El desastre que ha sufrido el género humano es de proporciones universales; nadie ha podido escapar, y todos están en una u otra forma implicados en el mismo, física, económica y socialmente. El despertar espiritual de los hombres (dentro o fuera de los credos del mundo, pero mayormente fuera de ellos) es general y amplio, pudiendo observarse en todas partes un retorno hacia Dios. Finalmente, estas dos causas produjeron en la humanidad -como nunca había ocurrido antes- una demanda invocadora –más clara, pura y altruista que en cualquier otra época de la historia humana, porque está basada en pensamientos más claros y en la angustia común. La verdadera religión está aflorando nuevamente en el corazón del hombre; el reconocimiento de una esperanza y trasfondo divinos, posiblemente hará retornar a los pueblos a las iglesias y a los credos mundiales, pero con certeza los hará retornar a Dios.” (239)

(*) Nótese que está escrito en 1957

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“Hace muchos años manifesté que Cristo vendría de tres maneras distintas o, más bien, que la realidad de Su presencia podría ser comprobada en tres fases características.

Dije entonces que lo primero que haría la Jerarquía sería estimular la conciencia espiritual del hombre, evocar en gran escala las demandas espirituales de la humanidad y fomentar mundialmente la conciencia crística en el corazón humano. Esto ya se ha hecho con resultados muy efectivos. Las demandas clamorosas de los hombres de buena voluntad, de los colaboradores en el campo de la beneficencia y de quienes se han comprometido a colaborar internacionalmente, para aliviar los sufrimientos del mundo y establecer rectas relaciones humanas, expresan innegablemente la naturaleza real de este proceso. El aspecto del trabajo preparatorio que señala Su advenimiento ha llegado a una etapa donde nada puede detener su progreso o disminuir su ímpetu. A pesar de las apariencias este surgimiento de la conciencia crística ha triunfado, y lo que pueda parecer una actividad  contraria, a la larga no tendrá importancia por ser de naturaleza temporaria.” (240)

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“…el Cristo sufre mucho más por Sus allegados que por los extraños. El aspirante avanzado obstaculiza más Su trabajo que el pensador inteligente. No fue la crueldad del mundo externo de los hombres lo que causó al Cristo Su profundo dolor, sino Sus propios discípulos, además del masivo sufrimiento de la humanidad -padecido durante su ciclo de vida, incluyendo el pasado, el presente y el futuro.

Vendrá a corregir los errores y las erróneas interpretaciones de quienes se atrevieron a interpretar Sus sencillas palabras de acuerdo a su propia ignorancia, y a reconocer a aquellos cuyo fiel servicio hizo posible Su retorno. También Él enfrenta una gran prueba, como preparación para recibir una gran iniciación, y cuando la haya pasado y cumpla con Su tarea, ocupará un lugar más excelso en el Hogar del Padre, o irá a prestar servicio en un lugar lejano, donde sólo podrán seguirlo los más sublimes seres; Su cargo actual será entonces desempeñado por Aquel a quien Él ha preparado y entrenado.” (241)

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“La Jerarquía espiritual está investida de inteligencia divina, formada en la actualidad por Aquellos que han unido en Sí el intelecto y la intuición, lo práctico y lo aparentemente impráctico, la realidad de la vida y la manera de ser del hombre que tiene visión. También existen personas en los lugares comunes de la vida diaria, a las cuales se las debe entrenar acerca de los reconocimientos divinos, lo que constituye esencialmente la respuesta del plano físico a las nuevas expansiones de conciencia. El Cristo que retornará no será igual al Cristo que aparentemente partió. Tampoco será un “varón de dolores”; ni una figura silenciosa y pensativa; hará declaraciones espirituales que no necesitarán interpretación ni serán tergiversadas, porque Él estará presente para explicar el verdadero significado.” (242)

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“Los aspirantes tienden a preguntar, ¿por qué no vendrá Cristo con la pompa y la ceremonia que la iglesia le asigna a ese acontecimiento, y con Su venida demostrar Su divino poder y probar, en forma convincente, la autoridad y la potencia de Dios, terminando así con el ciclo de agonía y sufrimiento? Las respuestas son muchas. Debe recordarse que el principal objetivo del Cristo no será demostrar Su poder, sino hacer público el existente reino de Dios. También se preguntarán ¿por qué cuando vino anteriormente no fue reconocido?; ¿hay alguna garantía de que esta vez Lo será? Quizás se pregunten ¿por qué no se  Lo reconocerá? Porque los ojos de los hombres están cegados por las lágrimas de la autoconmiseración y no de la contrición; porque el corazón del hombre está aún corroído por un egoísmo que la agonía de la guerra no ha curado; porque la norma de valores es la misma que existía en el corrupto Imperio Romano que vio Su primera aparición, pero entonces esa norma de valores era local y no universal; porque aquellos que podrán reconocerlo y anhelan y esperan Su venida, no están dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para asegurar el éxito de Su advenimiento.” (243)

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 “El deseo de hacer el bien y de llevar a cabo fines espirituales, se agita incesantemente en su conciencia. Nadie que ama a sus semejantes, y sueña ver al Reino de Dios materializado en la Tierra, o es consciente aunque lentamente, del despertar de las masas a los valores espirituales superiores, está totalmente insatisfecho. Comprende que contribuye muy poco para lograr estos objetivos deseables. Sabe que su vida espiritual es una cosa secundaria que reserva cuidadosamente para sí mismo, y frecuentemente teme mencionarlo a los más allegados y queridos; trata de ensamblar su esfuerzo espiritual con la vida externa común, luchando por hallar tiempo y oportunidad para aplicarlo en forma grata, imperceptible e inocua. Se siente inerme ante la tarea de organizar y reordenar sus asuntos, para que predomine el modo de vivir espiritual; busca excusas para sí, y oportunamente razona consigo mismo con tanto éxito, que llega a la conclusión de que hace lo mejor que puede, dadas las circunstancias. En verdad hace tan poco, que probablemente una y quizás dos horas de veinticuatro, abarcan el tiempo dedicado al trabajo del Maestro; se escuda detrás de la excusa de que las obligaciones del hogar le impiden hacer más, y no se da cuenta que con tacto y comprensión amorosa, su ambiente hogareño puede y debe ser el campo de su triunfo; olvida que no hay circunstancias en las que el espíritu del hombre pueda ser derrotado o el aspirante no pueda meditar, pensar, hablar y preparar el camino para la venida de Cristo, siempre que tenga suficiente interés y conozca el significado del sacrificio y el silencio. Las circunstancias y el medio ambiente no constituyen un verdadero obstáculo para la vida espiritual.

Quizás se escude en el pretexto de la mala salud y con frecuencia en males imaginarios. Dedica tanto tiempo al cuidado de sí mismo que las horas que podría dedicar al trabajo del Maestro son directa y seriamente disminuidas; se halla tan preocupado con su cansancio, su tendencia a resfriarse y su imaginaria enfermedad cardiaca, que cada vez es más “consciente de su cuerpo”, hasta que domina oportunamente su vida; entonces es demasiado tarde para hacer algo. Esto ocurre especialmente con las personas que llegan a los cincuenta años o más, dificultad predominante en las mujeres. Difícilmente dejarán de emplear esta excusa, pues se sienten cansadas y doloridas y esto tiende a empeorar en el transcurso de los años. El único remedio para la inercia progresiva es ignorar al cuerpo y gozar la vivencia del servicio, lo cual conduce a una vida más larga. No me refiero a una enfermedad definida o a serios impedimentos físicos, a los que debe dispensarse cuidado y atención debidos, sino a los miles de hombres y mujeres enfermizos y preocupados del cuidado de sí mismos, desperdiciando horas que podrían dedicar al servicio de la humanidad. A quienes -tratan de hollar el sendero del discipulado les pido que dediquen esas horas empleadas en el cuidado de sí mismos, a servir a la Jerarquía.” (244)

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“…tenemos la humanidad misma, “el centro que llamamos la raza de los hombres”, en el cual predomina hoy el caos, el tumulto y la confusión, una humanidad dolorida, perpleja y confundida, no obstante, consciente mentalmente de infinitas posibilidades, luchando emocionalmente por ese plan que cree el mejor, haciéndolo sin coherencia y sin comprender que debe ser un mundo para una humanidad. Simplemente desea paz emocional, seguridad para vivir y trabajar y visión de un futuro que satisfaga algún sentido incipiente de la perdurabilidad divina. Está físicamente enferma, privada de lo más esencial para llevar una vida normal y sana, atormentada por la inseguridad económica, invocando, consciente o inconscientemente, al Padre en bien de sí misma y del resto del mundo.” (245)

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“…Así, hermano mío, se escribe la historia, cada nación lucha para sí misma y se valora mutuamente en términos de recursos y finanzas. Mientras tanto la humanidad sufre hambre, no posee la cultura necesaria y se le enseñan falsos valores y el mal empleo del dinero. Hasta no subsanar esta situación, no será posible el retorno de Cristo.” (246)

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“…el Maestro K. H. está constantemente en estrecha asociación con el Cristo, el guía de la Jerarquía. Actualmente, el Cristo, con la ayuda del Señor del Mundo y del Buda, Se está preparando para la más difícil de las tareas que tuvo que enfrentar hasta ahora. No se trata únicamente de que el Cristo surja del Lugar Elevado donde se halla y aparezca repentinamente entre los hombres; no es asunto de que Él asuma la forma de un niño y a medida que crece vaya aprendiendo Su tarea con el correr de los años; tampoco es el caso de que Él sea instantáneamente reconocido y aclamado por millones de sufrientes seres humanos que esperan la liberación. Ninguna de estas ideas o esperanzas, forma parte de Su plan ni son factibles. Ningún miembro de la Jerarquía, y ciertamente su Guía Supremo, intentaría algo que está destinado a fracasar; el Plan así presentado iría al fracaso, porque si se esperará tener éxito en estas líneas comunes imprescindiblemente fracasarían, debido al grado de sensibilidad alcanzado por la humanidad.

Habilidad en la acción, juzgar inteligente y comprensivamente, adaptar los actuales asuntos al futuro deseado, coordinar el trabajo que debe realizarse y enunciar con claridad la plataforma sobre la cual debe fundarse la nueva enseñanza, más las encuestas (si así puedo expresarlo) de los cimientos sobre los cuales debe ser fundada la nueva estructura de la civilización venidera, son las cosas que conciernen hoy al Cristo. Por lo tanto, podrán comprender la tremenda y cooperativa actividad que el Maestro K. H. y Su ashrama están desarrollando. A esa actividad le llega el estímulo desde dos direcciones; necesariamente desde Shamballa, desde el Buda y desde el Avatar de Síntesis, y acrecentadamente desde el mundo de los hombres, a medida que la expectativa, la esperanza y la demanda se combinan, a fin de elevar un llamado conjunto.” (247)

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“Llegamos ahora a la consideración del gran ashrama controlado por el Maestro R. Es el Señor de la Civilización y Su tarea consiste en traer la nueva civilización que todos los hombres esperan. Es un ashrama de tercer rayo y encierra dentro de su círculo infranqueable a todos los ashramas que se encuentran en el tercer Rayo de Inteligencia Activa, en el quinto Rayo de Ciencia Concreta y en el séptimo Rayo de Orden Ceremonial. Todos trabajan dirigidos por el Maestro R. que actúa principalmente por intermedio de los Maestros de estos tres tipos de energía de rayo. Se ocupa actualmente de la energía de séptimo rayo, la que produce el orden en nuestro planeta. Es el Rayo de Orden Ceremonial y la actividad de su energía, cuando es correctamente dirigida y empleada, impone un ritmo correcto sobre todos los aspectos del vivir humano. Se está haciendo constantemente un esfuerzo para detener el terrible caos actual y traer una ordenada belleza en el futuro. La principal arma que emplean ahora las Fuerzas combinadas del Mal es el caos, la desintegración, la inseguridad y el consiguiente temor. La potencia de estas fuerzas del mal es excesivamente grande, porque no pertenece a ningún grupo de personas, sino a todas las ideologías. El caos producido por la indiferencia, la incertidumbre, el temor, la inanición, la inseguridad, la observación de que otros sufren inocentemente, y el caos producido por los elementos ambiciosos militantes y en conflicto, en todas las naciones sin excepción, son los factores que el Maestro R. está tratando de encarar, siendo la tarea de suprema dificultad. Todo el ritmo del pensamiento internacional debe ser alterado y eso constituye una tarea lenta y ardua; las malignas personalidades que en todos los países son responsables del caos y de la incertidumbre, deben ser oportunamente reemplazadas por quienes pueden trabajar en colaboración con el ritmo del séptimo rayo y producir así la belleza ordenada.” (248)

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(230) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza El Ciclo de Conferencias. Mayo de 1945. Las Fuerzas de la Iluminación (pág.383)
(231) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. Pascua 1945 (pág.388)
(232) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. Pascua 1945 (pág.390)
(233) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. El Trabajo de Cristo en la Actualidad (pág.391)
(234) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. El Trabajo de Cristo en la Actualidad (pág.395)
(235) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del Proceso Evolutivo de la Raza Mensaje de Pascua. El Próximo Trabajo de Reconstrucción (pág.399)
(236) Cuarta Parte. Etapas de la Exteriorización de la Jerarquía. La Base Subjetiva de la Nueva Religión Mundial. Diciembre de 1919. Organizaciones Religiosas en la Nueva Era (pág.427)
(237) Cuarta Parte. Etapas de la Exteriorización de la Jerarquía. La Exteriorización de los Ashramas. Enero de 1946. Adaptación y Alineamiento Jerárquicos (pág.439)
(238) Cuarta Parte. Etapas de la Exteriorización de la Jerarquía. Método de Acercamiento hacia la Exteriorización. Agosto de 1946. La Divulgación de Información de Índole Preparatoria (pág.487)
(239) El Retorno de Cristo (pág.492)
(240) El Retorno de Cristo (pág.496)
(241) El Retorno de Cristo (pág.501)
(242) El Retorno de Cristo (pág.504)
(243) El Retorno de Cristo. Preparación para el Retorno de Cristo. Junio de 1947 (pág.508)
(244) El Retorno de Cristo. Preparación para el Retorno de Cristo. Junio de 1947. La Inercia del Hombre Común de Mente Espiritual. (pág.510)
(245) El Retorno de Cristo. Preparación para el Retorno de Cristo. Junio de 1947. La Inercia del Hombre Común de Mente Espiritual. (pág.513)
(246) El Retorno de Cristo. Preparación para el Retorno de Cristo. Junio de 1947. La Falta de Apoyo Financiero para el Trabajo de Preparación (pág.516)
(247) El Retorno de Cristo. La Organización para Dar Forma a los Ashramas en la Tierra. Junio de 1949 (pág.544)
(248) El Retorno de Cristo. La Organización para Dar Forma a los Ashramas en la Tierra. Junio de 1949 (pág.549)


(CONTINUACIÓN)

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