Algunas de las características de los tres vehículos de expresión humana han sido descritas, y también que, después de la integración, estos pueden servir como un canal del alma para comunicarse con el mundo exterior.
Cuando el cuerpo físico, con el cerebro, se alinea con el cuerpo sensitivo y posteriormente con el cuerpo mental, entonces la mente inferior puede comunicarse libremente con el cerebro físico, alimentando sus hechos e ideas a este ordenador para una elaboración y mejora adicional. Así es como los pensadores del mundo son impulsados. Cuando el cuerpo causal o egoico está también alineado, el alma puede funcionar a través de estos instrumentos, y así se crea el potencial para la aparición de extraordinarios líderes de la raza, que no sólo pueden gobernar a la s masas emocional e intelectualmente sino también inspirarlas con ideales más elevados. Tal alineamiento también producirá escritores inspiradores, idealistas, pensadores abstractos, músicos y otros artistas inspirados.
Para el principiante del sendero de evolución espiritual, tal alineamiento con el alma sólo ocurrirá periódicamente - al principio sólo como destellos durante períodos de intensa aspiración, o cuando actúa en servicio a la humanidad. A su debido momento el aspirante encontrará, sin embargo, que tal contacto con el alma se facilita con la abstracción de la mente de las distracciones producidas por los contactos sensoriales, emocionales y mentales; él descubrirá que esta abstracción puede ponerse en práctica más efectivamente por medio de técnicas apropiadas de meditación, que conducen al despertar de la conciencia abstracta.
El problema de alinear los diferentes cuerpos equivale realmente a incrementar las vibraciones de los vehículos inferiores hasta las del alma. Esto puede conseguirse a través de la purificación de las reacciones que surgen de los planos inferiores, y dominando los deseos y emociones. Esto supone una lucha continua con la naturaleza inferior, pero el esfuerzo persistente seguro prevalecerá. Cuando se ha alcanzado una vibración recíproca, las ideas abstractas comenzarán a filtrarse a la mente inferior con más frecuencia, y esto irá seguido finalmente de destellos de iluminación e intuición real del alma.
Como norma este proceso de alineamiento no se alcanza en una sola encarnación sino a lo largo de muchas vidas de constante esfuerzo antes de que el cuerpo emocional esté suficientemente apaciguado, y un cuerpo mental sea construido con un equilibrio adecuado, que puede actuar como un filtro apropiado, y no como un impedimento al flujo de inspiración.
El alineamiento no debe, sin embargo, considerarse limitado a coordinar las funciones del alma y la personalidad. El alineamiento también conllevará el contacto con los planos espirituales y finalmente con la Mónada, iniciando así al discípulo a niveles cada vez más elevados de conciencia, revelación, inspiración y servicio.
Los diversos procesos de alineamiento forman parte de las etapas tempranas de construcción del "Puente de Luz" que finalmente unirá la brecha entre la Mónada y los cuerpos materiales. Este tema, sin embargo, será tratado en otro artículo.
Existe una estrecha relación entre el desenvolvimiento del alma y la así llamada 'iniciación'. La iniciación es meramente una forma simbólica de indicar los avances que el hombre alcanza durante su laborioso progreso en el sendero de la expansión de conciencia; es un indicativo de cuánto el hombre espiritual se ha hecho consciente de sí mismo como alma, con sus poderes, relaciones y objetivos.
La etapa de 'individualización' cuando el hombre pasó del reino animal al humano y se hizo consciente de sí mismo, puede bien considerarse como su primera iniciación en la conciencia. A esta etapa de realización del ser le siguen eones de evolución gradual, pero con el énfasis puesto en el yo y en la satisfacción de las necesidades físicas personales. Finalmente esta forma de vida alcanzará su cima, llevando a una crisis y a una nueva realización, cuando el hombre repentinamente se vuelve consciente de la dualidad de su
existencia, y de la presencia de su Yo interior. Esto a veces se conoce como 'el nacimiento del principio Crístico en el corazón', y es la indicación de la iniciación en la vida espiritual. Relativamente pocas personas son aún conscientes del alma, o de que han pasado en lo que en términos esotéricos se conoce como la Primera Iniciación en el sendero de evolución espiritual. Desde ese momento se hará patente un cambio del foco de vida: el interés propio del pasado irá disminuyendo y será reemplazado cada vez más por un interés creciente tanto en el mundo espiritual como en las necesidades de su prójimo.
El intervalo entre la Primera y la Segunda Iniciación puede alargarse durante varias encarnaciones. Durante este largo período habrá un lento pero constante, aunque normalmente inconsciente, crecimiento de conciencia despierta de alma, que comenzará a expresarse como un revelado altruismo, demostrado en sus muchas facetas de expresión. Este período puente está también marcado por el aumento de control sobre las emociones y deseos, y la realización de que las cualidades de amor espiritual, belleza, buena voluntad, verdad y servicio son de un valor más duradero que los momentos de satisfacción de las emociones al perseguir el placer y satisfacer los muchos deseos de la carne.
Mientras tanto la influencia del alma en sus tres instrumentos de experiencia aumenta con la atención ahora enfocada en el desenvolvimiento mental. Esto finalmente conduce al siguiente hito del sendero de la expansión de conciencia - la Tercera Iniciación o 'Transfiguración'. En esta iniciación el alma toma todo el control sobre la personalidad, asumiendo las funciones de la mente inferior que hasta entonces había sido la fuerza gobernante. La personalidad entera es inundada por la luz del alma, y de aquí en adelante la Mónada también comienza a tener un interés activo al ejercer una orientación más directa al alma. Este interés de la Mónada crece hasta que llega a tales proporciones que totalmente y directamente controla la personalidad, sustituyendo así las funciones del alma.
Después, se llega a la fase de la Cuarta Iniciación; esta es conocida como 'la Gran Renunciación' y se caracteriza por el reconocimiento de que el alma, la fuerza que hasta ese momento había inspirado y conducido al ser humano en su sendero de evolución espiritual, se ha hecho superflua, y es abandonada y absorbida dentro de la Mónada. ¡El Hijo ha completado Su trabajo, y se ha convertido en uno con el Padre! En lo sucesivo habrá un contacto directo entre espíritu y materia, y la personalidad perderá su individualidad, convirtiéndose sencillamente en un instrumento de servicio en manos de la Mónada, y ya no dando señales de ninguna inclinación o deseos personales.
Sinónimos del Hilo de Vida son: el Hilo de Plata; el Sutratma.
Cuando consideramos la constitución del hombre, se deben tener en cuenta dos manifestaciones diferentes:
Primero, todos los átomos, que en sus miríadas componen toda forma y órgano, consistentes de energía primordial o 'vida'. Esto se puede llamar 'vida atómica'.
Segundo, existe el 'hilo de vida' representando la vida del alma, con su fuente en la Mónada. Esta 'vida egoica' impregna el cuerpo entero, sirviendo de factor integrador dentro de la forma. Cuando este hilo de vida o 'hilo de plata' se retrae o rompe, el cuerpo muere y se desintegra en sus componentes atómicos, en donde se retiene la vida atómica.
En la trinidad, Espíritu-Alma-Materia, el alma representa el campo de encuentro entre los dos polos exteriores, y la Vida es el factor común y unificador, impregnando y sintetizando todo el sistema.
El 'hilo de vida' por tanto une y vivifica todas las formas en un todo funcional, encarnando la voluntad y el propósito de la entidad interna, tanto planta, hombre o Deidad. Es la corriente de energía difundida por toda la forma, del centro a la periferia, y simultáneamente formando el eslabón de unión entre la fuente espiritual y su expresión externa. Proporciona la fuente fundamental de todo desenvolvimiento evolutivo.
En el hombre este 'hilo' representa el camino de la energía de vida fluyendo desde la Mónada a través del alma hasta la personalidad, transmitiendo esta energía hasta su punto de anclaje en el corazón. Desde el
corazón como su punto focal, la energía de vida se impregna en todo el cuerpo físico a través del flujo sanguíneo, y por esta razón la sangre es frecuentemente representada como un símbolo de Vida.
Se debe realizar una clara distinción entre el 'Hilo de Vida', anclado en el corazón, y el 'Hilo de Conciencia' o 'Puente de Luz' centrado en la cabeza.
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Aart Jurriaanse (1907-2002) era sudafricano y dedicó su vida a estudiar las Enseñanzas de la Sabiduría Antigua y a transmitirlas a todos. Además de producir recopilaciones de los libros de Alice Bailey (“Ponder on This”, “Serving Humanity”), él mismo escribió ocho libros, entre ellos su obra maestra „Bridges“ y „All is Relative“. Todas sus obras han demostrado ser herramientas invaluables para los buscadores de hoy.
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