Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XIX)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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LA EXTERIORIZACIÓN DE LA JERARQUÍA (1957)
(CONTINUACIÓN)
“…El sufrimiento es el modo más
efectivo y rápido de evocar el entendimiento mundial y de arrasar con las
barreras que los seres humanos erigieron contra la expresión de la voluntad el
bien. Uno de los resultados más benéficos de la afluencia de la fuerza de
Shamballa, por
intermedio de la demanda enfocada
de los aspirantes y discípulos del mundo, será el inteligente reconocimiento de
la forma en que se emplea el dolor y el sufrimiento. Esta verdad -distorsionada
y egoístamente aplicada e interpretada- ha conducido a ciertos tipos de
personas y grupos de gobernantes a adoptar entre las naciones la posición de que
cuanto mayor es el sufrimiento infligido (como, por ejemplo, en épocas de
guerra) y mayores los procedimientos terroristas, tanto más rápido es el fin
deseable y correcto; sostienen a menudo que cuanto más terribles sean los
efectos de las condiciones planeadas, tanto más rápidamente se obtendrá la
correcta culminación. Sin embargo, no es deber o derecho del hombre dirigir la
fuerza de primer rayo hacia fines egoístas u objetivos materiales; la
responsabilidad no puede ser velada detrás de detalladas y distorsionadas
medias verdades, ni tampoco hacer un mal para obtener un bien. Lo que el Señor
del Mundo aplica en Shamballa, motivado por el amor, la sabiduría y el altruismo,
con seguridad de toque y de juicio respecto al momento y temporada, no puede
ser empleado por quienes están motivados por objetivos de la personalidad, sea
en escala individual o nacional -porque las naciones como los individuos,
tienen personalidad. Reflexionen sobre esto y busquen la iluminación del alma.”
(212)
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“…Los Maestros de Sabiduría están
activos disipando la depresión y el terror que abruma hoy a todos Sus
Trabajadores en la palestra del mundo, los cuales luchan por permanecer firmes
bajo el terrible impacto del pensamiento erróneo y de la desesperación mundial;
estos trabajadores son también sensibles (debido a su etapa de desarrollo
integrado) a la agonía de la mente, la tensión de la emoción y las
devastaciones del dolor físico, sentidas por todos aquellos sobre quienes la
guerra ha infligido sus efectos dolorosos y aplicado la mano del sufrimiento.
Tal sensibilidad y respuesta afín, son susceptibles de producir un estado de
negatividad y preocupación psíquica, por la situación inmediata entre todos los
trabajadores, haciéndolos sordos al llamado de su verdadero deber, o si no
propenden a ofuscarse por el dual esfuerzo de prestar servicio eficaz y, al
mismo tiempo, luchar contra las reacciones emocionales. Por lo tanto, la capacidad
del trabajador de responder a las voces internas y servir en forma
desapasionada y altruista, es seriamente obstaculizada.” (213)
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“…Si las potencias totalitarias
triunfan, significará años de desorden y revueltas; su victoria ocasionará un
indecible sufrimiento.” (214)
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“…El nuevo orden mundial debe
adecuarse a un mundo que ha sufrido una crisis destructiva y a una humanidad
que fue destrozada por la experiencia. …” (215)
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“…Debemos ocuparnos de estos
períodos porque son y serán, momentos de gran dificultad, de conflicto y de
reajuste dolorosos. La tarea de restablecer la armonía y el orden en el mundo
es enorme. Educar a las personas de todas partes sobre la necesidad de nuevos
ideales para el recto vivir; los nuevos ritmos y la nueva
"participación", no será fácil. El trabajo de curar las heridas de la
humanidad, de reconstruir la civilización destruida, de instituir el desarme,
de reconocer las necesidades nacionales, materiales y psicológicas, de rescatar
y restablecer la felicidad de los niños del mundo y de planificar su futura
seguridad, exigirá lo mejor de los hombres y mujeres de buena voluntad y
también la sabia guía del nuevo grupo de servidores del mundo, y absorberá la
atención de las personas inteligentes y de mentes comprensivas de cada nación.”
(216)
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“Trataré de expresarme con
brevedad y claridad razonables, y lo haré completamente libre de lo que ustedes
denominan prejuicio. Hablo en términos de humanidad -sin distinción de raza,
color o nación-, no tengo ningún punto de vista político particular porque sé
que todas las teorías potenciales, las ideologías y los gobiernos, son estados
y condiciones temporales que controlan a distintos grupos de seres humanos en
su trayectoria desde el estado humano al divino. Este punto de vista es pasado
por alto por muchos de los que -temporales y a menudo fanáticamente- se hallan
en estos efímeros estados mentales y actitudes humanas pasajeras. No tengo
preferencia religiosa determinada; sé que todos los caminos conducen a Dios y
que el sentido dominante de la divinidad es tan inherente al corazón humano que
en ningún momento nada puede aniquilarlo, pues la vida, la experiencia, la
prueba, el dolor y la orientación humana instintiva, conducen finalmente a todos
los hombres al retorno de la luz de Dios. Por lo tanto, amo y ciertamente puedo
amar a todo el
género humano, sin tener en
cuenta la nacionalidad y las ideas actuales, como lo hacen todos aquellos con
quienes estoy asociado. Mirando el cambiante cuadro del tiempo con una visión
que llega al futuro e incluye el pasado (porque es la prerrogativa de todos los
discípulos entrenados del mundo), sé que los acontecimientos actuales
desempeñarán su parte oportuna, cederán su lugar a otros, a su debido tiempo, y
-cuando se completen los procesos inmediatos de reajuste en los valores
humanos, los objetivos espirituales y las maquinaciones políticas, las
orientaciones religiosas y las síntesis territoriales- el mundo se dedicará nueva ente a los
procesos de la vida diaria. La oportunidad y la situación inmediata en que nos
encontramos habrán demostrado ser dinámicamente útiles o (tal es la penosa
posibilidad) negativamente inútiles. Se habrá inaugurado un nuevo ciclo de
civilización, cultura y crecimiento, matizado por los antiguos deseos egoístas
y la adquisición agresiva, o por la coloración más nueva y bella de las
relaciones internacionales felices y satisfactorias, del entendimiento
religioso y de la cooperación económica, tan necesaria y demandada. Tal
posibilidad dual nos enfrenta hoy. Una, nueva, correcta y espiritualmente
orientada; otra, antigua, mala e indeseable. Aún queda por definirse si el
hombre avanzará hacia un modo de vida mejor o le permitirá perpetuar los
antiguos métodos y predominar los egoístas intereses personales, nacionales y
raciales.” (217)
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“…Se espera que esta crisis y la
presente guerra mundial harán comprender a los hombres que el aspecto forma de
la manifestación, con su egoísmo agresivo, su cruel énfasis y sus tendencias
separatistas, encierran en sí, inevitablemente, las simientes de su propia
eliminación eventual y los inevitables resultados de dolor, sufrimiento, guerra
(*), enfermedad y muerte. Por lo tanto, esta situación fue creada por el hombre
mismo, siendo resultado de su naturaleza material y de la falta de control del
alma. Pero el alma es eterna; su naturaleza es amor incluyente; la meta de la
actual crisis consiste en trasladar el foco de la percepción humana desde el
aspecto formal y material de la vida, a la conciencia del alma, haciéndolo sin
tener en cuenta el precio que deberán pagar las formas obstaculizadoras. Las
Fuerzas del Materialismo luchan hoy contra este cambio de énfasis.” (218)
(*) Segunda Guerra Mundial
1939-1945, aunque el Maestro se suele referir a la misma como Guerra Mundial,
abarcando también la Primera (1914-1918).
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“Les diría a los que predican la
adopción de una actitud pasiva frente al mal y al sufrimiento humanos y que
apoyan un pacifismo que no involucra riesgos: ¿con qué se proponen luchar
contra las fuerzas de la agresión, de la traición, del mal y de la destrucción,
que acechan hoy a nuestro planeta? ¿Qué armas aportan a esta lucha? ¿Cómo
comenzarán a detener la arremetida y contener el torbellino? ¿Elevarán
plegarias por la paz y luego esperarán pacientemente que las fuerzas del bien
libren la batalla y que Dios haga el trabajo? Les diré que sus plegarias y
deseos son fútiles cuando están divorciados de la acción correcta y poderosa.
Sus plegarias y peticiones pueden llegar al trono de Dios, hablando
simbólicamente, pero luego viene la respuesta: las Fuerzas de la Luz
fortalecerán sus brazos y desviarán la marea a favor de ustedes si se mantienen
firmes y luchan por lo que desean. ¿Quién detendrá el progreso del egoísmo
agresivo si los hombres y mujeres de buena voluntad se apoyan en su idealismo y
nada práctico hacen para justificar su esperanza ni para ayudar a que se
materialice el ideal deseado?” (219)
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“…El gran error de los hombres de
mente neutral y del pacifista, es su negación a identificarse constructivamente
con el dolor humano. Aunque reaccionen con violenta emoción sobre el
sufrimiento, por ejemplo, de los pequeños niños en esta gran guerra (*) y de
los refugiados indefensos, no se preocupan realmente en hacer algo para mejorar
la situación, porque implica sacrificio. Esto parece duro, pero es la necesaria
afirmación de una realidad. La simpatía que no produce acción positiva de
cualquier especie, se convierte en llaga virulenta.” (220)
(*) Segunda Guerra Mundial
1939-1945, aunque el Maestro se suele referir a la misma como Guerra Mundial, abarcando
también la Primera (1914-1918).
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“Muchas personas buscan excusas
para eludir la situación mundial actual y evadir en consecuencia toda actividad
y responsabilidad definidas, diciendo que lo que está sucediendo ahora es
simplemente kármico, o la actuación de la causa y el efecto, por lo que, nada
pueden hacer al respecto; de este modo asumen la posición de que el asunto no
les atañe y que a su debido tiempo el proceso seguirá su curso y todo quedará
como antes. Entonces se habrá limpiado la pizarra y ellas, incidentalmente, no
se habrán implicado sino que mantendrán la posición segura (aunque incómoda)
del espectador. Obrando así pasan por alto el tercer aspecto de esta ley,
denominada libre albedrío. El empleo correcto del libre albedrío y su expresión
comprensiva deben eventualmente rectificar y ajustar la actuación del karma y
transmutar lo que está produciendo tanto mal y devastando al mundo, en una
manifestación del bien y en una sólida base para la búsqueda de la verdadera
felicidad. Por lo tanto, quienes observan los trágicos sufrimientos de la
humanidad, se niegan a estar implicados y logran así eludir la responsabilidad
como parte integrante de la familia humana, definidamente acumulan para sí
mucho mal karma. De alguna manera deben aprender a participar, porque la
situación actual contiene en sí las simientes para la liberación de la
humanidad, cuando se haya comprendido algo la naturaleza del mal y ante todo
reconocido la unicidad de la humanidad y los derechos de los seres humanos.
Quienes militan contra la raza de los hombres y tratan de desviarla de la meta
de la libertad otorgada por Dios, deben ser rechazados hasta su lugar mismo de
origen. Aquellos que se niegan a tomar parte en esa lucha por la libertad, no
participarán de los beneficios de la libertad, aunque sólo sea dentro de los
límites hogareños, costumbres de la vida y circunstancias privadas. Al decir
"ser rechazados hasta su lugar de origen mismo" empleo frases en dos
sentidos: común y oculto.” (221)
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“…La agresión, el temor, el
terror, la premonición y la insensibilidad que proviene del indebido e
incesante sufrimiento mental y físico, aturden y anulan el libre albedrío en
muchos sectores del mundo. …" (222)
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“…Sólo cuando la humanidad
ofrezca todo lo que tiene para servir a los acongojados, a los que sufren y a
los oprimidos, y cuando trabaje activa e inteligentemente para lograr la liberación, puede ser establecida la total
colaboración entre los poderes internos y externos, tan deplorablemente necesaria
en este momento. …” (223)
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“Los que trabajan en medio del
caos y del conflicto, no pueden ni podrán ser capaces de juzgar con exactitud
la medida de lo realizado. Sólo los Miembros de la Jerarquía (Maestros,
iniciados y discípulos que no están hoy encarnados) pueden tener una verdadera
perspectiva. Los discípulos activos en el frente de batalla, tienen que llevar
adelante su trabajo en medio del caos, el desorden, la duda, el dolor y la
angustia. Por lo tanto, no pueden ver el cuadro en toda su perspectiva.
Algunos, muy pocos de los discípulos más avanzados que simultáneamente pueden
"vivir en las alturas, en el valle y en las profundidades" ven
realmente, resultando verídicas las palabras del Cristo a Su discípulo
desorientado, cuando dijo: "Bienaventurados los que no han visto y sin
embargo han creído". Practicar la meditación, atenerse a las instrucciones
dadas, persistir ante la dificultad y la firme creencia en la belleza del
espíritu humano, en el amor de Dios, en la victoria de las Fuerzas de la Luz y
en el acercamiento de Aquel que Viene, son las actitudes que nosotros, los
trabajadores del aspecto interno, pedimos que adopten a quienes hemos elegido
para llevar a cabo nuestro trabajo en el plano externo.” (224)
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“He estado trabajando con A.A.B.,
mi amanuense, desde noviembre de 1919. Durante ese período, el mundo ha
presenciado grandes y significativos cambios, siendo el más significativo el
aumento -el fenomenal acrecentamiento- de la percepción espiritual. Esto lo
demuestra el hecho de que a pesar de la catástrofe mundial, del prevaleciente
horror, del mal que acecha a nuestro planeta, del dolor, del terror, del
suspenso y de la incertidumbre humana, hay ahora dos factores presentes en la
conciencia humana: la visión de un futuro mejor y una determinación fija e
inalterable de convertir esa visión en una realidad, en la experiencia humana.
En este mundo se controlarían mejor los valores espirituales, si se los
considera como lo bueno y correcto para toda la humanidad, y no simplemente
como interpretaciones religiosas y teológicas. La percepción espiritual es
ahora incluyente y se ocupa del plano físico y también del metafísico.” (225)
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“En la primera parte de mi
mensaje con este título (Véase el libro La Reaparición del Cristo, Capítulo
VI), tenía mucho que decir sobre la forma en que se cristalizaron y
deterioraron consecuentemente las grandes religiones mundiales de Oriente y de
Occidente. Por lo tanto, será esencial considerar y apreciar las verdades fundamentales
que ha conservado esa forma aunque las haya ocultado. Será valioso comprender
que, dentro de las iglesias, hombres de Dios y los discípulos de Cristo siempre
han actuado, trabajado y sufrido. Observaron las distorsiones y malas
interpretaciones y sufrieron por ello. Fueron obstaculizados por la
organización, a veces despreciados por los teólogos y permanecieron humildes
ante los eruditos. En su conciencia individual fueron amorosos y universales
ante los separatistas y fanáticos. Son la gloria de la iglesia -a menudo
odiados cuando vivían y con frecuencia canonizados después de la muerte. Su
gloria reside en que testimonian el progreso del hombre espiritual y expresan
con plenitud lo que hay en todo hombre evolucionado; son la flor de la evolución
y los representantes probados de Dios. En esta acusación a las iglesias no
olvidemos a los cristianos que pertenecen a ellas.
Les recordaré que escribo como
aquel que cree en las grandes realidades espirituales y considera el desarrollo
del espíritu del hombre como la evidencia inquebrantable de la existencia de
“Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”. Hablo como el que
cree en el Cristo y Lo ama, y sabe que es el Maestro de Maestros y el
Instructor de ángeles y hombres. Miro al Cristo como la suprema expresión de la
divinidad en la Tierra y conozco la amplitud de Su sacrificado trabajo para la
humanidad, la maravilla de la revelación que trajo, la inminencia de Su retorno
y de Su próxima Asunción al gobierno espiritual en los corazones de los hombres
de todas partes. Sé que le disgusta los grandes templos de piedra que el hombre
ha construido, mientras Su pueblo carece de una guía práctica o una luz
razonable sobre sus asuntos, y sé también que siente, con el corazón dolorido,
que la humildad que enseñó y el humilde Camino hacia Dios que acentuó, han
desaparecido en las brumas de la teología y las discusiones de los clérigos de
todos los siglos. Sé que no ignora que Sus palabras se perdieron en los
laberintos de las mentes eclesiásticas que trataron de interpretarlas y que Su
sencilla enseñanza del Acercamiento a Dios, fue reemplazada por la pompa y la
ceremonia de complicados rituales.” (226)
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“…Hoy, debido a tan acrecentado
poder de la mente humana y a la creciente sensibilidad del alma humana hacia
los valores espirituales, al expresarse por intermedio de las principales
ideologías mundiales, estos acercamientos de lo divino a lo humano pueden ser
más frecuentes Y adquieren nueva forma. La comprensión interna del hombre de SU
propio poder espiritual innato y el desarrollo de su sentido de relación,
obliga a un esfuerzo de su parte -conscientemente comprendido- para progresar
realmente hacia lo bueno, lo verdadero y lo bello, a pesar de la guerra, la
agonía y el sufrimiento presentes en la Tierra. Por lo tanto, ha sido posible
sincronizar el Acercamiento de lo divino a lo humano e instruir a las masas
sobre la técnica de invocar dicho Acercamiento. Esta actitud de la humanidad
conducirá a una nueva revelación, a la nueva religión mundial y a nuevas
actitudes en la relación del hombre con Dios (religión) y del hombre con el
hombre (relaciones gubernamentales o sociales).” (227)
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“…A la Jerarquía le concierne en
este conflicto (*) el resultado final, el futuro bienestar y el máximo
bienestar de la humanidad, pero no el inmediato sufrimiento y el dolor de las
personalidades involucradas. ¿Son duras estas palabras? Una minúscula réplica
de esta actitud correcta puede encontrarse en la influencia, palabras y
acciones de esos progenitores inteligentes y guías de la juventud, de amplia
visión, que ven la necesidad de disciplinar a sus hijos para que en el futuro
se orienten correctamente y vivan debidamente. La incomodidad momentánea de la
disciplina y la rebelión de los niños, no condiciona de ninguna manera a esos
padres. Miran hacia adelante.” (228)
(*) Segunda Guerra Mundial
1939-1945, aunque el Maestro se suele referir a la misma como Guerra Mundial,
abarcando también la Primera (1914-1918).
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“La futura lucha surgirá dentro
de las iglesias mismas; será precipitada también por los elementos iluminados
que existen hoy en buen número, aumentando rápidamente su fortaleza por el
impacto de la necesidad humana. Luego se extenderá a los hombres y mujeres
reflexivos de todas partes, quienes -en rebelde protesta- rechazaron el
clericalismo y la teología ortodoxa. No son impíos pero, por el dolor y la
aflicción, aprendieron (sin la ayuda eclesiástica) que los valores espirituales
son los únicos que pueden salvar a la humanidad; que la Jerarquía permanece y
que el Cristo -como símbolo de la paz y Guía de las Fuerzas de la Luz- no es
una fuerza insignificante, sino que está evocando respuestas en los corazones
de los hombres de todas partes. La verdadera religión llegará a ser
interpretada en términos de voluntad al bien y su expresión práctica, la buena
voluntad. …” (229)
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(212) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Gran Invocación. Estrofa Uno. Octubre de 1939 (pág.131)
(213) Segunda Parte. La Crisis Mundial.
Llamado a un Acto de Servicio Unido.
Noviembre de 1939 (pág.145)
(214) Segunda Parte. La Crisis Mundial. El
Orden Mundial Venidero. Abril de 1940. La Posición Pacifista (pág.152)
(215) Segunda Parte. La Crisis Mundial. El
Orden Mundial Venidero. Abril de 1940. II. El Nuevo Orden Mundial. Pasos Hacia
el Nuevo Orden Mundial (pág.161)
(216) Segunda Parte. La Crisis Mundial. El
Orden Mundial Venidero. Abril de 1940. IV. La Tarea que hay por Delante
(pág.172)
(217) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Crisis Mundial desde el Punto de Vista Jerárquico. Abril Mayo de 1940 (pág.179)
(218) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Crisis Mundial desde el Punto de Vista Jerárquico. Abril Mayo de 1940 (pág.186)
(219) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Actual Crisis Mundial. 30 de junio de 1940 (pág.196)
(220) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La Actual
Crisis Mundial. 30 de junio de 1940 (pág.207)
(221) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Gran Invocación. Estrofa Dos. Septiembre de 1940 (pág.212)
(222) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Gran Invocación. Estrofa Dos. Septiembre de 1940 (pág.213)
(223) Segunda Parte. La Crisis Mundial. La
Gran Invocación. Estrofa Dos. Septiembre de 1940 (pág.234)
(224) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza. El Trabajo de Reconstrucción. Agosto de 1941
(pág.265)
(225) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza. El único Camino hacia la Victoria. Abril de 1942
(pág.283)
(226) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza. La Nueva Religión Mundial. Mayo de 1943 (pág.335)
(227) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza. La Nueva Religión Mundial. Mayo de 1943 (pág.340)
(228) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza. La Tarea para Complementar la Voluntad hacia el
Bien. Mayo de 1944 (pág.360)
(229) Tercera Parte. Las Fuerzas detrás del
Proceso Evolutivo de la Raza. El Ciclo de Conferencias. Mayo de 1945 (pág.377)
(CONTINUACIÓN)
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