martes, 25 de septiembre de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XVIII) - La Educación en la Nueva Era


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XVII)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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LA EDUCACIÓN EN LA NUEVA ERA (1954)


“Hoy el mundo sufre debido a un provincialismo cultural basado en una dualidad, la actitud objetiva y extrovertida del mundo occidental, y la introspección subjetiva de las sociedades orientales. Cada una de estas civilizaciones, en su forma más extrema, tiende excesivamente hacia sus propios fines. Para vivir armoniosamente el hombre debe integrar ambos ideales a fin de alcanzar la plenitud para sí y su mundo. Me parece que éste es uno de los temas importantes de este trabajo.” (191)

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“El agitado torbellino en que viven las masas actualmente y la aparición de dos o tres personas clave en cada nación, tiene una estrecha relación. Estas personas clave hacen oír su voz y despiertan la atención; sus ideas (buenas o malas) son seguidas unas veces con atención y con confianza y otras con desconfianza.

Un índice de esta crisis lo tenemos en la forma lenta y cuidadosa con que se organiza el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Sus miembros están supervisando e introduciendo la Nueva Era, y presenciando los dolores del nacimiento de la nueva civilización y la llegada a la manifestación de una nueva raza, una nueva cultura y una nueva perspectiva mundial. El trabajo es necesariamente lento y quienes están sumergidos en los problemas y sufrimientos, hacen difícil encarar el futuro con confianza e interpretar el presente con claridad.” (192)

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“Actualmente, el niño, durante los primeros cinco o seis años de su vida, es víctima de la ignorancia, del egoísmo o de la falta de interés de sus padres. Con frecuencia se lo obliga a callar y no molestar, porque sus padres están demasiado ocupados con sus propios problemas, para dedicarle el tiempo necesario -están ocupados en cosas que no son esenciales si se las compara con la fundamental e importante cuestión que consiste en dar al niño un comienzo correcto en el sendero de la vida, durante esta encarnación. En cambio, se lo deja librado a su propio albedrío, en manos de una niñera ignorante, en una etapa en la que, un pequeño y destructivo animal, debería convertirse en un pequeño ciudadano constructivo. Algunas veces se lo mima, pero frecuentemente se lo reprende. Es llevado de un lado a otro, según los caprichos y el interés de los padres; lo mandan a la Escuela con un sentido de alivio de su parte, a fin de mantenerlo ocupado para que no moleste. En la escuela se halla con frecuencia bajo el cuidado de una persona joven o ignorante, aunque bien intencionada, cuya tarea consiste en enseñarle los rudimentos de la civilización -cierta actitud superficial, modales que regirán sus relaciones en el mundo de los hombres, leer, escribir sumar, restar, conocimientos rudimentarios de historia, geografía y una pequeña preparación sobre gramática y composición.

Por lo tanto, a esta altura de su vida el daño ya está hecho, y las formas que puede adoptar más tarde la educación desde los once años en adelante, carecen de importancia, porque ya se ha iniciado una orientación, se ha establecido una actitud (generalmente defensiva y en consecuencia inhibitoria) y se ha impuesto una forma superficial de conducta, que no están basadas en la realidad de correctas relaciones. La verdadera persona que reside en cada niño -efusivo, extravertido, bien intencionado, como son la mayoría de los niños durante la infancia- se ha visto obligada a ser introvertida y a ocultarse detrás de una caparazón externo que la costumbre o la enseñanza le han impuesto. Agreguen a esto la incomprensión de padres cariñosos, aunque superficiales pero bien intencionados, más un sinnúmero de pequeñas tragedias en su relación con los demás, y resultará evidente que la mayoría de los niños tienen un mal comienzo e inician la vida fundamentalmente con grandes desventajas. El daño causado a los niños en esa edad plástica y dócil, es a menudo irremediable y responsable de gran parte del dolor y sufrimiento de su vida futura. Entonces, ¿qué se puede hacer? Además de los acercamientos técnicos que delineé en la primera parte de este libro. ¿Qué pueden hacer los padres y los educadores?

Primeramente y sobre todo, debe proporcionársele al niño un clima en que puedan florecer y surgir ciertas cualidades.

1. Un ambiente de amor en el que el temor desaparezca. y el niño se dé cuenta que su timidez, reserva y cautela, no tienen razón de ser; un clima en el que reciba un trato cortés de parte de los demás, esperándose de él ese mismo trato. Esto en verdad es raro de encontrar en las aulas o en el hogar. Esta atmósfera de amor no es una formulación emocional o sentimental; se basa en la comprensión de las potencialidades del niño como individuo, en el sentido de verdadera responsabilidad, libertad de prejuicios, antagonismos raciales y, por sobre todo, en una ternura despertada por la compasión. Ésta se funda en el conocimiento de las dificultades de la vida, en una sensibilidad hacia la respuesta afectuosa y normal del niño, y en la inteligencia de que el amor siempre extrae lo mejor que hay en el niño y en el hombre.

2. Un ambiente de paciencia en el que el niño pueda convertirse, normal y naturalmente, en un buscador de la luz del conocimiento, donde esté seguro de encontrar siempre una contestación inmediata a su demanda y una respuesta cuidadosa a todas sus preguntas, y donde no exista la urgencia del tiempo. La naturaleza del niño se tuerce por la precipitación y el apresuramiento de aquellos con quienes se halla forzosamente ligado. No tienen tiempo para instruirlo y responder a sus pueriles aunque muy importantes preguntas; por eso el factor tiempo llega a ser una amenaza para su correcta evolución, y lo Ileva eventualmente a una vida de evasión y falsas perspectivas. Su norma de valores se deforma cuando ve la impaciencia que le demuestran aquellos con quienes vive. La impaciencia de quienes lo rodean y de los que depende tan patéticamente el niño, siembra las semillas de la irritabilidad, y un número mayor de vidas de las que podemos imaginar están arruinadas debido a ello.

3. Un ambiente de actividad ordenada en el que el niño pueda aprender los primeros rudimentos de la responsabilidad. Los niños que nacen en esta época se beneficiarán con este nuevo tipo de educación porque están al borde de ser conscientes del alma. Una, de las primeras señales de ese contacto con el alma o ego, es un rápido desarrollo del sentido de responsabilidad. Esto debería tenerse muy en cuenta, porque el hacerse cargo de pequeños deberes y compartir responsabilidades (que siempre conciernen a alguna forma de relación grupal) es un factor poderoso que determina el carácter del niño y su futura vocación.

4. Un ambiente de comprensión donde el niño esté siempre seguro de que serán aceptados los motivos y razones de sus actos, y sus mayores comprenderán la naturaleza, de sus impulsos, aunque no siempre aprueben sus actividades o acciones. Muchas de las cosas que el niño hace no son dañinas ni intencionalmente malas. Es impulsado, con frecuencia, por un frustrado espíritu inquisitivo o el deseo de desquitarse por alguna injusticia (debido a la falta de comprensión de los adultos respecto a los actos del niño), o por la incapacidad de emplear el tiempo debidamente (porque la voluntad directriz en esta edad es a menudo totalmente pasiva, y no dejará de serlo hasta que la mente empiece a actuar), y por el deseo de llamar la atención -deseo necesario en el desarrollo de la autoconciencia, lo que requiere comprensión y orientación muy cuidadosa.” (193)

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“A medida que estudiamos la actuación del hombre mientras busca a tientas el camino que lo sacará de su condición animal y lo conducirá a su actual estado de creciente intelectualidad, y a medida que progresa hacia un futuro de amplias posibilidades y oportunidades, debemos recordar que para los Custodios del Plan Divino y para Aquellos que trabajan con el fin de desarrollar los nuevos acontecimientos, el aspecto forma de la vida, la expresión externa tangible, es enteramente de importancia secundaria. La perspectiva a menudo se distorsiona por el dolor y el sufrimiento a que ha sido sometida la forma (ya se trate de la propia o la de otros, individualmente o en masa), lo cual impide ver con claridad el propósito y la imperiosa necesidad que tiene la vida dentro de la forma. Para muchos de ustedes, la guerra mundial, por ejemplo, fue un supremo desastre, una agonía que debe ser evitada en el futuro a cualquier precio, horrendo y terrible acontecimiento que demuestra la maldad del hombre y la increíble y ciega indiferencia de Dios. Para los que actuamos en el aspecto interno de la vida, la guerra mundial ha sido una especie de intervención quirúrgica en un esfuerzo por salvar la vida del paciente. Un germen virulento del tipo del estreptococo y una infección habían amenazado la vida de la humanidad (hablando simbólicamente), y fue necesario operar a fin de prolongar la oportunidad y salvar la vida, no la forma. Esta operación tuvo amplio éxito. El germen, para decir la verdad, no fue extirpado, y aún se siente su influencia en algunas zonas infectadas del cuerpo de la humanidad.

Puede ser necesaria otra intervención quirúrgica, no para destruir y terminar con la actual civilización, sino para disipar la infección y eliminar la fiebre. Sin embargo quizás sea innecesaria, porque ha tenido lugar un proceso de disipación, de distribución y de absorción, que puede ser muy eficaz. Trabajaremos para tal fin. Pero al mismo tiempo no olvidemos que lo que tiene importancia es la Vida, su propósito y su destino, dirigidos intencionalmente, y cuando la forma resulta inadecuada o está muy enferma o lisiada para expresar ese propósito, no constituye -desde el punto de vista de la Jerarquía- un desastre el hecho de que esa forma tenga que desaparecer. La muerte no es un desastre que hay que temer; la obra del Destructor no es en realidad cruel e indeseable. Les digo esto porque pertenezco al Rayo del Amor y conozco su significado.

Hay dos formas de destrucción: una, la efectuada por los seres humanos que no comprenden los propósitos de la vida, que actúan ciega e ignorantemente, impelidos por el deseo egoísta, por el amor al poder y por el odio; la otra es la que el alma permite que se realice a su debido y exacto momento, cuando la vida que mora internamente demanda un nuevo vehículo de expresión. En consecuencia, los Custodios del Plan permiten que haya mucha destrucción y, al mismo tiempo, que gran parte del mal se trasforme en bien, porque desde el principio se ve el fin, y la conciencia ya ha adquirido bastante experiencia para renunciar a la forma, pues presiente los beneficios a obtener. Esto atañe tanto a los individuos como a las naciones y a las razas. Ser sensible a los sufrimientos del mundo es una característica grande y divina; sin embargo, cuando se manifiesta a través de la emoción, interpreta las cosas con sentido separatista y se enfoca en partidismos y personalismos, convirtiéndose así en espejismo e ilusión, confundiendo los resultados verdaderos e impidiendo a los hombres percibir las realidades divinas.” (194)
           
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“…El hombre se halla ahora en el punto donde el principio inteligencia ha despertado internamente con tal fuerza, que nada podrá impedir que adquiera conocimientos que podrían ser utilizados peligrosamente y aplicados en forma egoísta, si nada se hiciera para detenerlo y protegerlo de sí mismo --aunque le produzca un sufrimiento temporario. El tiene que aprender a reaccionar a un más elevado y mejor sentido de los valores….” (195)

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“…El concepto del valor del dolor o el sufrimiento. En el proceso de enseñar a la raza la cualidad necesaria del desapego, a fin de que los deseos y planes no sean orientados hacia la forma viviente, los Guías de la raza han recalcado el concepto de la virtud del sufrimiento y el valor educativo del dolor. Estas virtudes son reales, pero han sido exageradas por los maestros menores de la raza, de modo que la actitud racial es hoy de dolor y temerosa expectativa, y existe una débil esperanza de que alguna recompensa (agradable y generalmente material, tal como el cielo de las diversas religiones mundiales) pueda recibirse después de la muerte, compensando así todo lo que se ha padecido en la vida. Actualmente las razas están agobiadas por padecimientos y por una lamentable conformidad psicológica con el dolor y el sufrimiento. La clara luz del amor debe borrar todo esto y la felicidad será la tónica de la nueva era….” (196)

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“Durante los próximos mil años, los móviles que conducen al matrimonio sufrirán profundos cambios, aunque el motivo básico -el amor entre dos personas permanecerá inalterable o, mejor dicho, será mejor comprendido y desinteresado. La actitud de los padres hacia los hijos cambiará drásticamente y el punto de vista de la responsabilidad se acentuará continuamente, aunque esa responsabilidad concernirá especialmente al tiempo, la oportunidad y a la creación correcta de las formas que asumirán la almas que vienen a la vida. Cambiará la idea de la procreación acelerada y de la creación de familias numerosas con las cuales el Estado puede alcanzar sus fines. La preparación de los adultos para los deberes de la paternidad y su entrenamiento para subvenir a las necesidades básicas del futuro hijo, cambiará acrecentadamente hacia los niveles de conciencia mentales y espirituales y no preocuparán tanto los preparativos físicos. La luz que se halla en los padres, que en el futuro será vista clarividentemente por un gran número de personas, estará científicamente relacionada con la luz embrionaria del niño, y el hilo de luz que vincula al padre y al hijo (del cual el cordón umbilical es símbolo esotérico), será construido con paciente inteligencia. El niño nacerá con su cuerpo de luz ya introducido y activo en el cuerpo físico, y esto se deberá al trabajo mental inteligente de los padres. Ello no ocurre hoy, excepto en el caso de egos muy avanzados, porque el cuerpo de luz es incipiente y difuso y simplemente se cierne sobre la forma física del niño, esperando una oportunidad para penetrar en ella e iluminar la conciencia. Así se produciría una integración en la sustancia de la luz del planeta de la cual se carece en la actualidad, y la realización de esta integración será iniciada definidamente por los padres entrenados de la nueva era y facilitada, a medida que el niño crece, por la enseñanza y la influencia del educador iluminado.?” (197)

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(191) Prefacio. Tendencias Educativas en una Crisis Mundial (pág.10)
(192) Capítulo II. Desarrollo Cultural de la Raza. Civilización y Cultura (pág.59)
(193) Capítulo III. El Próximo Paso en el Desarrollo Mental de la Humanidad.
Presente Periodo de Transición (pág.88)
(194) Capítulo IV. La Cultura del Individuo. La Situación Mundial y las  Ideologías (pág.122)
(195) Capítulo IV. La Cultura del Individuo. Razones de la Actual Inquietud Mundial (pág.128)
(196) Capítulo IV. La Cultura del Individuo. Razones de la Actual Inquietud Mundial (pág.130)
(197) Capítulo IV. La Cultura del Individuo. Tendencias que Indican Desarrollos Futuros (pág.148)


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sábado, 8 de septiembre de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XVII) - Telepatía y el Vehículo Etérico


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XVI)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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TELEPATÍA Y EL VEHÍCULO ETÉRICO (1950)

“Aquello que ocurre en la conciencia humana se exterioriza y tiene su analogía en el plano físico; lo mismo sucede con la sensibilidad a la impresión. Existe otra manera de encarar el tema de la respuesta entre las zonas transmisoras y receptoras de la conciencia. Enumeraré las etapas en que se divide este proceso. Mucho seguirá siendo teoría, puesto que es poco lo que puede ser llevado a la práctica. No obstante, enumeraré los distintos métodos de trabajo telepático.



1. Trabajo telepático de plexo solar a plexo solar. De esto ya nos hemos ocupado. Está íntimamente ligado al sentimiento y no involucra el campo mental; se refiere a las emociones (temor, odio, desagrado, amor, deseo y otras reacciones puramente astrales). Se realiza en forma instintiva y en la zona ubicada debajo del diafragma.



2. Trabajo telepático de mente a mente. Esto ya comienza a ser posible y existen más personas de lo que creemos, capaces de realizar este tipo de comunicación. La gente, en la actualidad, no sabe de dónde provienen las distintas impresiones mentales; esto aumenta considerablemente la complejidad de la vida y acrecienta los problemas mentales de millares de individuos.



3. Trabajo telepático de corazón a corazón. Este tipo de impresión es la sublimación de la respuesta "sensorial" registrada en el plexo solar en los comienzos de la escala de evolución. Abarca únicamente las impresiones grupales, y en ello se funda la condición mencionada en La Biblia, cuando se refiere al Sensitivo más grande que jamás haya producido la humanidad, el Cristo. Se dice que fue "Varón de dolores, que supo de padecimientos”, pero esto no implica pena o sufrimiento personal. Es simplemente la conciencia del dolor del mundo y el peso del sufrimiento bajo el cual lucha la humanidad. La reacción del discípulo "es sentirse hermandado con el sufrimiento de Cristo" ante las mismas condiciones mundiales. Éste es el verdadero "corazón destrozado", y es algo muy raro de encontrar; por lo general el "corazón destrozado" es textualmente el centro del plexo solar dislocado, que produce un completo derrumbamiento de lo que se llama esotéricamente "el centro del sentimiento", trayendo como consecuencia el desequilibrio del sistema nervioso. En realidad, esto se debe a que no se ha sabido manejar la situación como alma.



4. Telepatía de alma a alma. Para la humanidad, éste es el tipo más elevado de trabajo telepático. Cuando un hombre comienza, como alma, a responder a otras almas, a los impactos y a las impresiones de las mismas, indica que se está preparando rápidamente para el proceso que lo conducirá a la iniciación.



Existen otras dos posibilidades telepáticas que quisiera enumerar. Son realizables sólo cuando los cuatro grupos de impresión telepática ya mencionados, forman parte consciente de la experiencia del discípulo.



5. Trabajo telepático entre alma y mente. Con esta técnica se mantiene la mente "firme en la luz", dándose cuenta entonces del contenido innato de la conciencia del alma, o de aquello que forma parte de la vida grupal del alma en su propio plano, y cuándo está en comunicación telepática con otras almas, como ya mencioné en el punto 4. Éste es el verdadero significado de la telepatía intuitiva. Por este sistema de comunicación se fertiliza la mente del discípulo con ideas nuevas y espirituales, llega a ser consciente del gran Plan y despierta su intuición. Hay que tener presente un punto que con frecuencia se olvida: la afluencia de las nuevas ideas desde los niveles búdicos, despierta la intuición del discípulo e indica que su alma se integra consciente y definidamente con la Tríada espiritual y, por lo tanto, se identifica cada vez menos con el reflejo inferior, la personalidad. Esta sensibilidad y relación mental entre alma y mente permanece rudimentaria en el plano mental durante mucho tiempo. Lo que se presiente permanece demasiado abstracto o vago como para ser formulado. Es la etapa de visión y desarrollo místicos.



6. Telepatía entre alma, mente y cerebro. En esta etapa la mente continúa siendo el receptor de las impresiones provenientes del alma, pero a su vez se convierte en un "agente trasmisor" o comunicador. Las impresiones que se reciben del alma y las intui-ciones registradas a través del alma, procedentes de la Tríada espiritual, se formulan en pensamientos; las ideas vagas y las visiones hasta ahora inexpresadas, cobran forma, siendo enviadas al cerebro del discípulo como formas mentales corporificadas. Con el tiempo, y como resultado de un entrenamiento técnico, el discípulo podrá así llegar a la mente y al cerebro de otros discípulos. Esta etapa es sumamente interesante. Constituye una de las mejores recompensas a la correcta meditación e involucra una verdadera responsabilidad. En otros de mis libros hallarán mayor información sobre esta etapa de la telepatía, especialmente en Tratado sobre Magia Blanca, págs. 137-140, 327-328, 337-338, 376.



Lo que he delineado hasta aquí es prácticamente todo lo que le concierne al hombre respecto a sus propios contactos individuales internos, su trabajo y entrenamiento. Sin embargo, existe toda una gama de contactos telepáticos que deberá ser estudiada, pues constituye la meta para la humanidad.



7. Telepatía entre un Maestro (punto focal de un grupo) y el discípulo en el mundo. Es una verdad oculta de que ningún hombre es admitido en el grupo de un Maestro como discípulo aceptado hasta que llegue a ser espiritualmente impresionable y pueda actuar como mente, en colaboración con su propia alma. Sin esto no puede llegar a formar parte consciente de un grupo que actúa en los planos internos, reunido alrededor de una fuerza personalizada, el Maestro, ni puede actuar en forma armoniosa con sus condiscípulos; pero cuando pueda trabajar parcialmente como alma consciente, entonces el Maestro comenzará a impresionarlo con ideas grupales, por medio de su propia Alma. Después se mantendrá durante un tiempo en la periferia del grupo, y a medida que acrecienta su sensibilidad espiritual podrá ser definidamente impresionado por el Maestro y se le enseñará la técnica de contacto. Más tarde el grupo de discípulos, actuando como una forma mental sintética, podrá llegar hasta él y automáticamente se convertirá en uno de ellos. Para los que poseen un verdadero sentido esotérico lo antedicho les impartirá gran información, hasta ahora oculta.



8. Telepatía entre un Maestro y Su grupo. Mediante este método el Maestro entrena a los discípulos y actúa por intermedio de ellos, impresionándolos simultáneamente con una idea o un aspecto de la verdad. Observando sus reacciones, puede medir la actividad conjunta del grupo y la simultaneidad de su respuesta.



9. Telepatía entre grupos subjetivos y objetivos. No me refiero aquí al contacto entre un grupo interno de discípulos, que actúa conscientemente en los niveles subjetivos, ni a la forma externa que toma dicho grupo, sino a un grupo interno y a un grupo o grupos distintos y externos. Dichos grupos, en ambos niveles, pueden ser buenos o malos, según la calidad o categoría de los componentes del grupo y de sus móviles. Esto abre un amplio campo de contacto, siendo la forma en que los Maestros de la Jerarquía trabajan como individuos. Sin embargo, no es posible que grupos del plano externo respondan a este tipo de contacto hasta que todos sus miembros hayan despertado el centro cardíaco. En conexión con esto, se puede observar algo muy interesante. El despertar, del centro cardíaco indica inclusividad, apreciación y contacto grupales, como también pensamiento y vital actividad grupales, pero hasta que el centro coronario no esté despierto y activo, el alma no puede ejercer control; esta actividad cardíaca no es necesariamente una actividad denominada buena o espiritual; ha de ser completamente impersonal como el sol, pues como bien se sabe, el corazón es su símbolo y brilla tanto para los buenos como para los malos, y la actividad grupal, como resultado del des-pertar del corazón, puede incluir a los grupos malos y a los buenos. En consecuencia, pueden ver cuán necesario es despertar el centro coronario y dejar que controle el aspecto alma; de allí el énfasis puesto sobre la formación del carácter y la necesidad de la meditación.



10. Telepatía entre la Jerarquía de Maestros, como un grupo o parte de Ella, y grupos de discípulos. Muy poco puedo decir sobre esto, y lo que podría decir no lo comprenderían. El experimento que se efectúa ahora en conexión con el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo está vinculado con este método de trabajo telepático.



Algunos de estos métodos de trabajo han sido lógicamente distorsionados en el plano físico. Mediten sobre esto y señalen las analogías existentes. ¿Qué es la "psicología de las masas" con su cualidad irracional y su ciega actividad, sino una reacción en masa a las impresiones del plexo solar, a medida que pasa de un grupo a otro? ¿Qué es la llamada "opinión pública", sino las vagas reacciones mentales de los hombres que empiezan a palpar el camino hacia la actividad, o la acción de las mentes más activas y poderosas, en el plano mental? La palabra escrita o hablada no es en sí misma suficiente para explicar el alcance de la opinión actual. ¿Qué es esa información, considerada oportunamente exacta, que se difunde rápidamente entre las razas salvajes, sino una manifestación de esa telepatía instintiva que emplea el cuerpo vital y los fluídos pránicos como medios de expresión?.” (190)

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 (190) Capítulo III. Tres Tipos de Telepatía (pág.23)



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(CONTINUACIÓN)