martes, 10 de septiembre de 2019

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XLI) - Tratado de los Siete Rayos. VOL. 5 - Los Rayos y las Iniciaciones (II)



Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XL)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 5 - Los Rayos y las Iniciaciones (1960)


“Los aspirantes aprenden, al recorrer el sendero de probación, a ver el significado de sus actividades en el plano físico, en términos del mundo de deseos, el plano astral. Lo que ellos hacen tiene su origen en ese plano y da significado a sus actos. Éste es el abecé del ocultismo elemental y de la verdadera sicología. Posteriormente ingresan en un mundo superior de significados y descubren que "como un hombre piensa en su corazón, así es él". De esta manera es dominada lentamente la lección que comparte el impulso kama-manásico y (durante el aprendizaje) el deseo, impulsado por la mente, complementado por la personalidad, pierde su aferramiento sobre el aspirante. Más tarde y a medida que el alma comienza a dominar, aprende también el significado del amor, y paulatina y frecuentemente, por medio de la subyugación del dolor, absorbe el significado o la significación de la actividad, relación e iniciación grupales. …” (430)


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“3. La exclamación del Cristo, "Padre no mi voluntad sino la Tuya sea hecha" indicó Su comprendido "destino" monádico. El significado de esas palabras no es como afirman frecuentemente los teólogos y pensadores cristianos; una declaración de que aceptó el dolor y un destino desagradable. Fue una exclamación evocada por el reconocimiento de la percepción monádica y por la centralización del aspecto vida dentro del Todo. Con esa exclamación renuncia al alma y reconoce final y definidamente a la mónada como punto de centralización. Los estudiantes harían bien en recordar que Cristo no sufrió la crucifixión en este episodio, sino el Maestro Jesús. Cristo había pasado ya por la experiencia de la Crucifixión. El episodio de la renunciación fue un punto elevado en la vida del Salvador del mundo, pero no constituyó para el Maestro Jesús parte de su experiencia.” (431)

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“Durante los últimos años, he hecho dos afirmaciones respecto a la Jerarquía. Una, que como resultado de la purificación de la tierra por medio de la guerra mundial (1914-1945) y de los sufrimientos a que ha sido sometida la humanidad (con su consiguiente efecto purificador que se manifestará más tarde), será posible la Jerarquía exteriorizarse y actuar abiertamente en el plano físico.

Esto indicará un retorno a la situación que existió en la época atlante cuando (empleando el simbolismo bíblico) Dios Mismo caminó entre los hombres -la divinidad estaba presenté en forma física porque los Miembros de la Jerarquía guiaban y dirigían los asuntos de la humanidad hasta donde lo permitía el innato libre albedrío. En una vuelta más alta de la espiral, esto volverá a suceder. Los Maestros caminarán abiertamente entre los hombres. La otra, que la Jerarquía restablecerá entonces los antiguos misterios, los viejos jalones tan seriamente conservados en la tradición Masónica, y también en el ritual masónico, esperando el día de la resurrección.” (432)

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“"Aquello que es un misterio ya no lo será y lo que ha permanecido velado será ahora develado; aquello que ha sido abstraído emergerá a la luz y todos los hombres lo verán y juntos se regocijarán. Llegará el momento en que la desolación habrá realizado su trabajo benéfico, cuando todas las cosas hayan sido destruidas, y los hombres, por medio del sufrimiento, hayan tratado de ser impresionados por aquello que desecharon en el vano perseguimiento de lo que tenían a mano y era fácil de alcanzar. Una vez poseído, demostró ser agente de la muerte -sin embargo los hombres buscaban la vida, no la muerte".

Así reza El Antiguo Comentario cuando se refiere al ciclo actual por el que atraviesa el género humano.

Las pruebas para la primera iniciación, en lo que a la humanidad (el discípulo mundial) concierne, casi han terminado, y la hora del nacimiento del Cristo, como expresión del cuarto reino de la naturaleza, y la consumación del trabajo de la Cuarta Jerarquía Creadora, se aproxima. Esto no es una contradicción; la hora del nacimiento puede prolongarse y la forma debe sufrir los dolores del parto durante mucho tiempo, pero Cristo nacerá y Su naturaleza y conciencia crísticas compenetrarán y colorarán todos los asuntos humanos. Esta condición -tan inminente y tan deseable y por mucho tiempo predicha y anticipada- hará posible el retorno de la Jerarquía y el restablecimiento de los Misterios.

Tales acontecimientos dependen, no sólo de la aptitud de la humanidad para proporcionar el correcto escenario, y de la inevitabilidad del desarrollo evolutivo mismo, sino de la reaparición de la Jerarquía; lo que Sus miembros realizarán se relaciona también (y primordialmente) con la vida interna y los impulsos espirituales dentro de la Jerarquía misma, no teniendo relación alguna con el género humano. La Jerarquía persigue Sus propias líneas de desarrollo espiritual como actividad paralela a Su servicio en la Tierra, en conexión con la evolución planetaria. Los hombres tienden a considerar sus propias vidas, su destino y el desarrollo de la conciencia humana, como el único factor de importancia principal en la Tierra y en los procesos evolutivos del planeta. Estas condiciones son de importancia, pero no los únicos factores importantes. La humanidad no está sola ni aislada, ocupa un punto medio entre los reinos subhumano y superhumano, y cada uno de estos grupos de vidas en evolución, tiene su propio e importante destino -importante para todos los que se hallan dentro del "círculo no se pasa" grupal. Ellos tienen sus propios, elegidos y diferentes modos, métodos y maneras de realización. Así como un hombre individual debe aprender el arte o la ciencia de la relación con los demás hombres y con su medio ambiente, así la humanidad, como un todo, debe conocer su relación con lo que está por encima y más allá de ella y con lo que está abajo y ha quedado atrás. Esto involucra un sentido de proporción que puede ser alcanzado sólo por medio del principio mente en el hombre y por quienes están empezando a polarizarse mentalmente. Este sentido de proporción revelará a los hombres su lugar en la escala de la evolución y los conducirá al reconocimiento del destino particular y metas excepcionales de otros reinos de la naturaleza, incluyendo al quinto, el reino de Dios, la Jerarquía espiritual de nuestro planeta.” (433)

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“Le resulta difícil al discípulo -que lucha contra el espejismo y la ilusión- comprender que las iniciaciones superiores están libres de toda preocupación y reacciones emocionales o autocentradas, hacia el trabajo que tienen por delante o hacia el aspecto forma de la manifestación; es casi imposible para el neófito visualizar el momento en que se verá libre de todas las reacciones engendradas por la vida en los densos planos físico cósmicos y de todas las limitaciones de la vida en los tres mundos. La aspiración actualmente provee una fuente constante de ansiosos interrogantes, penosas deliberaciones y ambiciones espirituales de elevado voltaje, con sus consiguientes limitaciones y momentos en que se presiente el fracaso y la carencia de realización. El Maestro ha dejado atrás todo esto, sabiendo que incluso la denominada "responsividad espiritual" es una especie de actitud autocentrada. Eventualmente -y esta afirmación debe proporcionar valor y esperanza a los discípulos- esta dolorosa reacción causada por el anhelo espiritual quedará atrás. El Maestro conoce la ley y ya no considera más la ecuación tiempo en lo que a Él concierne, sino únicamente en lo que puede afectar la actuación del Plan en los tres mundos.” (434)

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“Lo que antecede es un enunciado breve y probablemente sin sentido, excepto teóricamente, pero resume la tarea y el trabajo que tiene por delante el discípulo que está en proceso de construir el antakarana. Hay una estrecha relación entre la cuarta iniciación, el cuaternario en su condición evolucionada -cuerpo vital, vehículo emocional, mente y alma- y la cuarta etapa técnica de construcción consciente del "arco iris". Tenemos por lo tanto:

1. El cuaternario, factor creador en la tierra.
2. La cuarta iniciación, la de la crucifixión.
3. La cuarta etapa técnica para la construcción del antakarana:

a. El sutratma, el hilo de vida.
b. El hilo de la conciencia.
c. El hilo creador, el hilo triple.
d. El antakarana técnico, puente entre la triple personalidad y la Tríada espiritual.

4. Las cuatro etapas en el sendero de retorno:

a. La etapa de la evolución misma.
b. La etapa del sendero de probación.
c. La etapa del sendero del discipulado.
d. La etapa del sendero de la iniciación.

Sin embargo, es una y la misma entidad que participa de todos los aspectos, pasos y etapas diferenciados y es responsable de ellos -experimentación, experiencia y expresión consciente, en cada una de estas etapas o modos de vida, hasta la cuarta iniciación. Luego la conciencia misma cede su lugar a la vida y, sin embargo, permanece. A lo antedicho agréguesele que el cuarto reino de la naturaleza sufre los efectos indicados anteriormente y está condicionado por los cuatro aspectos del sutratma uno. Cuando se llega a comprender esto, la belleza del simbolismo y las relaciones numéricas emergen significativamente.” (435)

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“La raza en su totalidad -como bien se sabe- se halla ahora en la entrada del sendero del discipulado. Dirige su mirada hacia el futuro, ya sea hacia la visión del alma, un mejor modo de vivir, una situación económica desahogada o hacia mejores relaciones interraciales. Lamentablemente esta visión es a menudo distorsionada, materialmente orientada o sólo parcialmente percibida, pero, en una forma u otra, las masas tienen hoy una apreciable comprensión de lo “nuevo y deseable" -algo hasta ahora desconocido. En el pasado, los intelectuales o la élite, tenían el privilegio de poseer visión, pero hoy la tiene la masa humana. Por lo tanto, la humanidad está preparada para realizar un proceso general de alineamiento, y ésa es la razón espiritual subyacente detrás de la guerra mundial. La "afilada tijera del dolor debe separar lo real de lo irreal; el látigo del dolor debe despertar a la vida refinada, el alma dormida; el sufrimiento producido por la extirpación de las raíces de la vida en el terreno del deseo egoísta, debe ser soportado, y entonces el hombre quedará liberado". Así reza El Antiguo Comentario en una de sus estrofas más místicas. Así es señalado proféticamente el fin de la raza aria -no un fin en el sentido de culminación, sino la finalización de un ciclo de perfeccionamiento mental, preparatorio para otro en que la mente será aplicada correctamente como instrumento de alineamiento y después como faro del alma y controladora de la personalidad.” (436)

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“Cristo completó el trabajo de Buda, manifestando en su plenitud, la naturaleza del amor, permitiendo, como bien saben, la plena expresión del amor-sabiduría en su aspecto dual -un aspecto demostrado por Buda y otro por Cristo. Pero en el mundo del pensamiento y de la religión aún no se ha hecho hincapié sobre Su principal trabajo -la revelación del Camino de Evolución Superior. Esto implica atraer la prístina voluntad divina y relacionar la Jerarquía espiritual con el Gran Concilio en Shamballa. Por lo tanto, será evidente que fue el primero en llevar a cabo, etapa tras etapa, la total revelación de la humanidad a la Jerarquía y de la Jerarquía a Shamballa. Pudo realizar esto en virtud de haber construido y terminado el antakarana, facilitando así el trabajo de todos los futuros aspirantes y discípulos. Hizo posible que su progreso, respecto a la iniciación de cada etapa del antakarana planetario, no sufriera interrupciones. Presentó el "primer hilo de sustancia viviente, irradiado por el amor, inteligentemente tejido y energetizado por la voluntad, que ningún ser humano de nuestra humanidad terrestre ha podido entretejer con el antakarana planetario. He aquí el secreto de la sexta iniciación -la ascensión- no observado todavía por el ocultista.” (437)

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“Períodos de investigación, de sufrimiento, de desapego, de revelación, que producen puntos de fusión, de tensión y de proyección de energía, tal es la historia del sendero de la iniciación.” (438)

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“Haré aquí una insinuación, basada en la vida del Cristo. Raras veces se ha relatado la historia de la vida y experiencias de los grandes iniciados, pero mucha información sobre la vida del Cristo, se ha dado en los Evangelios y en conexión con sus encarnaciones anteriores. Como bien saben, Cristo recibió una de las más grandes iniciaciones (la sexta iniciación, la de la Decisión). Esta iniciación está relacionada con el centro laríngeo y también con su analogía superior, el centro laríngeo del Logos planetario, centro denominado Humanidad. De esta manera fue "emitida la PALABRA". Tuvo que cumplir una misión dual, a fin de comprobar Su aptitud (si se puede emplear una palabra en conexión con un iniciado de Su excelsa posición). Ante todo tuvo que proporcionar un gran ímpetu a la evolución humana, proclamando dos cosas:

1. Que "la sangre es la vida".
2. Que los hombres de todas partes son hijos de Dios, y por lo tanto divinos.

Luego tuvo que llevar a un fin la dispensación judía, la cual debió haber culminado y desaparecido con el tránsito del sol de Aries a Piscis. Entonces, Se presentó ante ellos como su Mesías, razón para lo cual Se manifestó por medio de la raza judía. Ellos no sólo Lo rechazaron, sino que consiguieron perpetuar la dispensación judía mediante la presentación religiosa, a través de la era de la dispensación cristiana. Ésta es la raíz de sus dificultades y la causa de su constante énfasis sobre el pasado -un pasado basado en sus experiencias sufridas en Aries y no en su crecimiento en Piscis.” (439)

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“No puedo extenderme aquí sobre las variadas ideologías que van apareciendo en el mundo de los hombres -impulsadas por la Jerarquía, precipitadas en la conciencia humana desde el plano mental por el nuevo grupo de servidores del mundo, complementadas por la energía de sexto rayo, por la predominante energía pisceana y por la energía organizadora del entrante séptimo rayo, a las cuales responden emocionalmente las masas humanas enfocadas en el plano astral. Esta situación ideológica es clara para todos los observadores inteligentes, etapa necesaria y preliminar para la creación del nuevo orden mundial; proporciona un punto de crisis y el necesario punto de tensión que permitirá hoy a los aspirantes ya preparados, que suman miles, pasar la experiencia de la segunda iniciación y sufrir la purificación de la fluida naturaleza emocional en la Iniciación del Bautismo. Por medio de esta experiencia, el aspirante regido por el deseo y la mente, estará en una condición positiva y espiritual para producir (en el plano astral) esos cambios, reordenamientos y reajustes fundamentales, que pondrá a ese nivel de conciencia planetaria en línea con el propósito divino inmediato: la manifestación del reino de Dios.” (440)

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(430) PRIMERA PARTE. Catorce Reglas para la Iniciación Grupal. Regla Trece. 2. Que el grupo demuestre el significado superior de las lecciones aprendidas, aunque cuatro, es una sola. (pág. 219)

(431) PRIMERA PARTE. Catorce Reglas para la Iniciación Grupal. Regla Catorce. Regla Catorce. 4. Destruyan. (pág. 261)
(432) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Observaciones Preliminares. (pág. 274)
(433) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Observaciones Preliminares. (pág. 276)
(434) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Primera. El Aspirante y los Misterios de la Iniciación. La Entrada en el Ashrama. La Existencia Dual del Maestro. (pág. 362)
(435) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Primera. El Aspirante y los Misterios de la Iniciación. La Ciencia del Antakarana. La Técnica de la Construcción. (pág. 392)
(436) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Primera. El Aspirante y los Misterios de la Iniciación. La Ciencia del Antakarana. La Tarea Inmediata. (pág. 410)
(437) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Primera. El Aspirante y los Misterios de la Iniciación. Delineamiento de la Contemplación Reflexiva para la Construcción del antakarana. II. Los seis pasos o métodos en la construcción del antakarana.. (pág. 434)
(438) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Primera. El Aspirante y los Misterios de la Iniciación. Significado del Proceso Iniciático. (pág. 442)
(439) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Primera. El Aspirante y los Misterios de la Iniciación. Significado del Proceso Iniciático. Fusión de la Conciencia del Maestro con la del discípulo. (pág. 450)
(440) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos y las Cinco Iniciaciones que Enfrenta la Humanidad. Segunda Iniciación. El Bautismo en el Jordán. Sexto Rayo. La Energía del Idealismo y de la Devoción. (pág. 476)



 

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