martes, 24 de septiembre de 2019

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XLIII) - Tratado de los Siete Rayos. VOL. 5 - Los Rayos y las Iniciaciones (IV)



Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XLII)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 5 - Los Rayos y las Iniciaciones (1960)


“Los aspirantes y discípulos deben recordar que, después de la tercera iniciación, los efectos que puedan sufrir al recibir la iniciación no se limitan simplemente al iniciado individual, sino que a partir de allí y en todas las iniciaciones subsiguientes, se convierte en el transmisor de la energía que, a través de él, afluirá con acrecentada potencia en cada aplicación del Cetro. Actúa principalmente como agente para trasmitir, aminorar y distribuir sin peligro la correspondiente energía a la masa. Cada vez que un discípulo lleva a cabo una iniciación y permanece ante el Iniciador, se convierte simplemente en instrumento por el cual el Logos planetario puede llegar a la humanidad y llevar a los hombres nueva vida y energía. El trabajo previo realizado antes de la tercera iniciación y en ella, es puramente preparatorio para este tipo de servicio, requerido para un "transmisor de energía". Por esa razón es aplicado en la séptima iniciación, el rayo predominante de nuestro planeta, el segundo Rayo de Amor-Sabiduría. En nuestro planeta no existe ninguna energía de igual potencia, y ninguna expresión de la misma tiene una cualidad tan pura y constructiva como la cualidad a que el iniciado está sometido en la séptima iniciación. Esta séptima culminación iniciática marca otro punto culminante en la carrera del iniciado e indica su entrada en un ciclo de experiencia totalmente distinta.” (450)

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“En relación con la Iniciación de la Renunciación, hay algunas analogías muy interesantes que arrojan una brillante e iluminadora luz sobre su significado. En cierta medida las conocen por haber tratado, en escritos anteriores, el significado del cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto y del cuarto reino, el humano; sin embargo, este propósito puede ser útil si reúno algunas de ellas y demuestro que la Iniciación de la Renunciación es de suprema importancia para la humanidad y para el iniciado individual que lógicamente es un miembro del cuarto reino. Ante todo, este gran acto de renunciación, señala el momento en que el discípulo no posee nada relacionado con los tres mundos de la evolución humana. Su contacto con esos mundos en el futuro será puramente voluntario y para propósitos de servicio. Prefiero la palabra "renunciación" a la palabra "crucifixión", porque ésta última destaca simplemente el sufrimiento soportado por el iniciado cuando renuncia a todo aquello que es de naturaleza material y se convierte en un miembro permanente, que no fluctúa (si puedo usar tal término) y es inmutable en el quinto reino de la naturaleza, el reino de Dios, que nosotros denominamos Jerarquía. No olviden que los tres mundos de la evolución común constituyen los subplanos físico densos del plano físico cósmico.

La crucifixión encierra el concepto de sufrimiento físico extremo, en forma prolongada; sus últimas "tres horas", de acuerdo con el relato bíblico, tipifican los tres planos de nuestra evolución. El discípulo renuncia a los tres planos, por lo tanto es crucificado en los tres planos. Esto significa el fin de una vida, y desde el ángulo cósmico, el fin de la vida de la personalidad del alma, durante muchas encarnaciones. Si la afirmación de que el sentido del tiempo es la respuesta del cerebro a una sucesión de estados de conciencia o acontecimientos, y si además es verdad que (para el alma) no existe tal factor en la conciencia como tiempo, sino que sólo es conocido el Eterno Ahora, entonces los tres mundos del ser encarnado constituyen una unidad de experiencia en la vida del alma, experiencia que finaliza con la crucifixión, porque el alma en encarnación, por el empleo de la voluntad sostenida, definitiva y conscientemente, renuncia a todo y vuelve la espalda finalmente y por siempre, al mundo material. Así ha dominado el empleo de todos los métodos en los tres mundos de experimento, experiencia y expresión (para emplear tres términos con los cuales los he familiarizado en mis otros libros), y ahora queda liberado.” (451)

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“En la cuarta iniciación, el iniciado empezará a funcionar totalmente y siempre en el cuarto plano, los niveles búdicos del plano físico cósmico -nuestro plano intuitivo. Esto es así, aunque ustedes cuenten de abajo arriba o de arriba abajo. He aquí nuevamente un indicio de la posición central de esta iniciación y de su importancia, siendo precedida y seguida por tres iniciaciones, que conducen a la séptima o iniciación planetaria final, porque las restantes dos iniciaciones no están fundamentalmente relacionadas de ninguna manera con nuestra Vida planetaria. Debido a esta transición permanente del "foco viviente" del iniciado -elevado fuera de los tres mundos y llevado al plano búdico- el concepto de la resurrección se ha deslizado en la enseñanza cristiana, de manera que a la Iniciación de la Crucifixión se la representa como precediendo a la Iniciación de la Resurrección; éste no es en realidad el caso, excepto en un grado menor y como símbolo de la experiencia futura.

Del mismo modo, el concepto del sacrificio ha compenetrado toda la enseñanza acerca de la Crucifixión o la Iniciación de la Renunciación, tanto en Oriente como en Occidente. Ésta es una idea del sacrificio, asociada a los conceptos dolor, agonía, sufrimiento, paciencia, prolongación y muerte. Sin embargo, la verdadera raíz de la palabra sigue siendo la misma y contiene el verdadero significado: "Sacro", sagrado, eso es lo que en verdad sucede al iniciado; es "hecho sacro"; es "apartado" para el desarrollo espiritual y el servicio. Es apartado de lo natural, material, trasmitido, destructivo, obstaculizador, y de lo que traba y disminuye la debida actividad para lograr lo nuevo. Aprende a definir la Plenitud, que es su derecho y prerrogativa divinos.

La belleza de la interpretación de esta iniciación y la recompensa para quienes tratan de penetrar en su verdadero significado y significación, son inexpresables; sin embargo, requiere la enseñanza de Occidente y de Oriente para llegar a la verdadera comprensión de la experiencia. Se evidencia que debe romperse totalmente con la antigua vida en los tres mundos de la experiencia, que ha caracterizado el trabajo del alma durante tanto tiempo. Esto significa la muerte en su forma más real y útil; toda muerte, como sucede hoy en el plano físico, es por lo tanto de naturaleza simbólica, y marca el momento en que el alma finalmente "muere" para todo lo material y físico, así como el ser humano muere para todo contacto en los tres mundos, antes de volver a reasumir la vida encarnada.

En el plano búdico o intuitivo (el cuarto nivel del plano físico cósmico) la naturaleza de la mente -aún la de la mente superior o el nivel del pensamiento abstracto- pierde su control sobre el iniciado, y de allí en adelante sólo es útil para prestar servicio. Entonces tiene lugar la intuición, la razón pura, el total conocimiento iluminado por el propósito amoroso de la Mente divina -para mencionar algunos de los nombres de este cuarto nivel de percepción o de sensibilidad espiritual- y el iniciado vive de allí en adelante en la luz del conocimiento correcto o directo, expresándose en sabiduría en todos los asuntos -a ello se debe los títulos de Maestro de Sabiduría o Señor de Compasión, dados a Quienes han pasado la cuarta y la quinta iniciaciones, recibiéndolas muy cerca una de la otra. El Maestro actúa desde el nivel búdico de percepción, en él vive Su vida, emprende Su servicio y desarrolla el Plan en los tres mundos, para los cuatro reinos de la naturaleza. Esto no se debe olvidar. Recuérdese también que el logro del enfoque y la obtención de la liberación no son el resultado de una ceremonia simbólica, sino de vidas de sufrimiento, de renunciaciones menores y de experiencia consciente. Esta experiencia que conduce a la cuarta iniciación es una empresa definidamente planificada, obtenida a medida que es gradualmente conferida la verdadera visión, presentido el Plan divino y se colabora con ese Plan, y la aspiración inteligente reemplaza a los vagos anhelos y esfuerzos esporádicos "por ser bueno", como normalmente lo expresan los aspirantes.

En consecuencia se evidenciará por qué esta cuarta iniciación está regida por el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto. La armonización de los centros inferiores con el superior, la armonización o el establecimiento de rectas relaciones entre los tres mundos de la evolución humana y el plano búdico, la relación gradualmente creada sucesivamente por cada iniciación entre la humanidad y la Jerarquía, más el servicio prestado para establecer rectas relaciones entre los hombres -son algunos de los resultados que ustedes ahora pueden captar teóricamente; algún día los captarán en forma práctica y sustancial, por propia experiencia. Con esta energía de rayo trabaja el iniciado cuando hace la Gran Renunciación, y por ello es transferido a la Cruz Cardinal de los Cielos. Ésta energía le permite vivir en el Eterno Ahora y renunciar a las ataduras del tiempo. A través de toda la experiencia lucha contra lo material; de acuerdo a la ley de nuestro planeta (y si sólo lo supieran, de acuerdo a la ley de nuestro sistema solar) nada se logra excepto por la lucha y el conflicto -lucha y conflicto asociados en nuestro planeta con el dolor y el sufrimiento, pero exento del sufrimiento después de la cuarta iniciación. Puede notarse aquí un indicio respecto al propósito, para el cual existe nuestro pequeño planeta, y su posición excepcional en el esquema de las cosas.

Como he mencionado anteriormente, el iniciado trabaja de "arriba abajo". Esto es sólo un modo simbólico de hablar. Al igual que su gran Maestro, el Cristo, cuando trata de servir a la humanidad, "desciende al infierno", el infierno del materialismo y de la vida del plano físico, y allí trabaja para la continuación del Plan. Leemos en la enseñanza cristiana que "Cristo descendió al infierno y enseñó durante tres días a los espíritus prisioneros". Esto significa que Cristo trabajó con la humanidad en los tres mundos (pues el tiempo y el proceso de los acontecimientos son considerados por los filósofos como sinonimias) durante un breve período de tiempo, pero fue llamado (teniendo en cuenta Su excepcional tarea de personificar el principio amor de la divinidad por primera vez en la historia del mundo), a ser el Guía de la Jerarquía.

El mismo concepto de trabajar en los tres mundos de la existencia del plano físico (en sentido cósmico) está representado en la frase del Nuevo Testamento que dice: "el velo del templo fue raspado en dos de arriba abajo”. Este velo, hablando simbólicamente, divide a la humanidad o le impide la participación en el reino de Dios. Fue rasgado por Cristo -un servicio excepcional que prestó tanto a la humanidad como a la Jerarquía espiritual; facilitó una comunicación más rápida entre esos dos grandes centros de la vida divina.

Les pediría que mediten sobre la Iniciación de la Renunciación, recordando siempre en su vida diaria, que este proceso de renunciación, que implica la crucifixión del yo inferior, es sólo posible si se practica el desapego todos los días. La palabra "desapego" es sólo un término oriental para nuestra palabra "renunciación". Es el empleo práctico de la información que he dado aquí. También quisiera (por extraño que parezca) que se acostumbren a la crucifixión, a sufrir con desapego, sabiendo que el alma no sufre en absoluto, y que no habrá dolor ni agonía para el Maestro que haya alcanzado la liberación. Todos y cada uno de los Maestros han renunciado a lo material; han sido elevados de los tres mundos por Su propio esfuerzo; Se han desprendido de todos los impedimentos; han dejado atrás el infierno, y el término "espíritu aprisionado" ya no es aplicable a Ellos. Esto no lo han logrado con propósitos egoístas. En los primeros días del sendero de probación, la aspiración egoísta predomina en la conciencia del aspirante, sin embargo, a medida que huella ese sendero y también el del discipulado, abandona todos esos móviles (una renunciación menor), y su única meta, al buscar la liberación y la libertad en los tres mundos, consiste en ayudar y socorrer a la humanidad. Tal dedicación al servicio es la marca de la Jerarquía.” (452)

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“La sexta Iniciación de la Decisión es preparatoria para la verdadera Iniciación de la Resurrección, la séptima. Ésta puede recibirse únicamente cuando la voluntad del Maestro se fusiona totalmente con la del Logos planetario. Entre la sexta y séptima iniciaciones tiene lugar "un intervalo de divina fusión"; una imagen elemental y algo distorsionada de esta crítica fusión la da El Nuevo Testamento, donde se relata la experiencia pasada por Cristo en el Huerto de Getsemaní. Nuevamente allí -como en la cuarta Iniciación de la Renunciación- se pone el énfasis sobre el elemento humano del sufrimiento, mientras que en el verdadero simbólico "huerto", entre la sexta y séptima iniciaciones, no hay aspecto alguno de sufrimiento. El sufrimiento y el dolor no entran en la conciencia del Maestro. Cuando se dice en El Nuevo Testamento que "los ángeles vinieron y sirvieron a Cristo", la correcta implicación es que quienes moran y trabajan en Shamballa emplean este período para instruir al iniciado que ha tomado su decisión por haber expresado su naturaleza divina y la significación del propósito divino; esto concierne a la relación de nuestro Logos planetario con el sistema solar, y la decisión es tomada debido al desarrollo de esa sensibilidad superior que conduce inevitablemente a la percepción cósmica. No tenemos ninguna palabra adecuada para esta cualidad o tipo de sensibilidad, porque no es algo que podemos comprender conscientemente, ni es un tipo de reacción consciente; tampoco es percepción, tal como empleamos ese término. Ha sido ocultamente definido como algo similar a la "sumersión en un estado realizado del Ser", porque el iniciado es un aspecto consciente de aquello de lo cual es parte integrante. Por esta afirmación verán cuán imposible me resulta explicar ciertas cosas, aclarar desconocidos tipos de conciencia o indicar zonas de percepción que están aún más allá de la comprensión de un Maestro.” (453)

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“La guerra 1914-1945 ha terminado; su secuela de sufrimiento, hambre, reacciones egoístas, suspicacia e indecente lucha por la supremacía, es tan mala como la pasada guerra; sus efectos son más duraderos, pues la guerra ha sido en gran parte transferida al plano mental. Los efectos físicos de la guerra son mucho más fáciles de eliminar que los efectos mentales. La Jerarquía enfrenta hoy una gran duda que es: ¿podrá la raza humana renunciar a sus objetivos materiales actuales y preparar el camino para una gran revelación? La Venida de Cristo no concederá la revelación, sino que simplificará el pensamiento de los hombres para posibilitar amplia iluminación y un reconocimiento de la revelación. Los próximos años indicarán el giro que tomará la marea y si las materiales y egoístas fuerzas reaccionarias -que han controlado durante milenios- controlarán finalmente. Este espíritu reaccionario y materialista contamina todos los sectores de la Vida humana, y las iglesias no son una excepción. Sin embargo, la humanidad puede aprender su lección, tomar agradecida el "camino de la rectitud" y aplicar la hasta ahora desconocida técnica de las rectas relaciones humanas.” (454)

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“3. El incremento de la Buena Voluntad y la Revelación de las Separaciones

El resultado de la guerra mundial, de las enfermedades, del hombre y del dolor, ha desarrollado un espíritu de comunidad en el sufrimiento y en la privación, lo cual ha conducido a la consiguiente participación comprensiva de las dificultades humanas de todas partes, que se va trasformando rápidamente en un mundial espíritu de buena voluntad.

Esta buena voluntad mundial, cuando está verdaderamente establecida y correctamente organizada, es el paso preliminar y necesario para la revelación, porque esa revelación venidera compartida por los hombres de todas partes, será planetaria. Los hombres, en conjunto, se dan cuenta hoy de la necesidad de elevarse fuera de la prisión del propio interés y de lograr la libertad de compartir la oportunidad; el factor que traerá esta resurrección es la buena voluntad Un interesante aspecto de la buena voluntad, a medida que se va desarrollando en la conciencia humana, trae ante todo la revelación de las existentes separaciones, características de la vida política, religiosa, social y económica de los pueblos de todas partes.

La revelación de una separación siempre va a la par (pues tal es la belleza del espíritu humano) de los esfuerzos realizados en todas las líneas posibles, para subsanar o eliminar la separación. De ello dan testimonio los millares de grupos y organizaciones que trabajan para poner fin a las separaciones y derribar las barreras que impiden las rectas relaciones humanas. Que estos esfuerzos resulten fallidos e infructuosos a menudo, no es tan importante como las tentativas de curar, ayudar y establecer rectas relaciones humanas, que se están realizando en todo el mundo. La sicología moderna lo evidencia ocupándose, como lo hace, del problema de la integración del ser humano y de la eliminación de las separaciones en su naturaleza. Una de las primeras cosas que debe hacerse es educar al individuo sobre la necesidad de demostrar buena voluntad, no sólo hacia sus semejantes, sino hacia sí mismo. El énfasis del cristianismo medieval sobre las flaquezas, la maldad y la innata pecaminosidad del ser humano, debe ser en la actualidad contrarrestado por la verdadera apreciación de la divinidad en la forma humana.” (455)

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“Aquí tienen un breve resumen de los cinco resultados espirituales más importantes del siglo actual (*). La guerra misma ha allanado el camino; es el resultado natural y normal de la guerra, y han surgido (con excepción de la Gran Invocación) de las masas y de sus pensamientos; la demanda inexpresada y el llamado de sus sufrientes corazones, es lo que ha traído la Invocación.” (456)

(*) 1. La Crisis de las Ideologías
     2. El firme Despertar de los hombres hacia una mejor Comprensión
     3. El incremento de la Buena Voluntad y la Revelación de las Separaciones
     4. El Cierre parcial de la Puerta donde se halla el Mal
     5. El Empleo de la Gran Invocación

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“El sendero que huella el Servidor, es el del fuego que pasa a través de su corazón y conduce a la cabeza. No es el sendero del placer ni el del dolor, por el cual se obtiene la liberación y llega la sabiduría. Trascendiendo ambos y fusionando el dolor con el placer se alcanza la meta, la cual está por delante como punto de luz, percibido en la oscuridad de una noche invernal. Ese punto de luz trae a la memoria un pequeño candil de alguna lóbrega buhardilla, pero -debido a que ese sendero conduce a esa luz, es hollado mediante la fusión de los pares de opuestos- ese frío y parpadeante punto, aumenta en constante radiación, hasta que la cálida luz de alguna ardiente lámpara despunta en la memoria del viajero errante en el camino.” (457)

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“Oh peregrino, mira adelante hacia la meta. Mira cómo brilla muy lejos la Gloria que encubre y la luz que nada puede atenuar. Levanta la copa y apúrala rápidamente, que no te detenga el dolor. La copa vacía, la mano firme, el esfuerzo constante y fuerte, conducen a un instante de agonía y de allí a la radiante vida.” (458)

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Un punto de luz dentro de un fulgurante arco que crece o mengua, oh Peregrino en el Camino, según se aplique o no, acusa el propósito dentro del corazón.

Ese punto siempre está allí, invisible e imperceptible. Oscura es la noche y sombrío y dolorido el corazón del Peregrino no iluminado. Oscura es la noche, pero la lobreguez no se siente cuando dentro del umbroso portal se ve la brillante e ilusoria luz, luz que parpadea siempre delante de él, y con su fulgor impele siempre adelante al Peregrino.” (459)

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(450) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Tercera Iniciación. La Transfiguración. (pág. 564)
(451) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Cuarta Iniciación. La Gran Renunciación o Crucifixión.. (pág. 569)
(452) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Cuarta Iniciación. La Gran Renunciación o Crucifixión. (pág. 572)
(453) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Sexta Iniciación. La Decisión. (pág. 591)
(454) APÉNDICE. Cinco Grandes Acontecimientos Espirituales. (pág. 607)
(455) APÉNDICE. Cinco Grandes Acontecimientos Espirituales. 3. El incremento de la Buena Voluntad y la Revelación de las Separaciones. (pág. 614)
(456) APÉNDICE. Cinco Grandes Acontecimientos Espirituales. 5. El Empleo de la Gran Invocación. (pág. 623)
(457) APÉNDICE. Estanzas para Discípulos. El Sendero. (pág. 624)
(458) APÉNDICE. Estanzas para Discípulos. La Copa del Karma. (pág. 625)
(459) APÉNDICE. Estanzas para Discípulos. Un Mántram de Fuego. (pág. 631)



 

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