Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XLII)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 5 - Los Rayos y las Iniciaciones (1960)
“Los aspirantes y discípulos deben recordar que, después de la tercera
iniciación, los efectos que puedan sufrir al recibir la iniciación no se
limitan simplemente al iniciado individual, sino que a partir de allí y en
todas las iniciaciones subsiguientes, se convierte en el transmisor de la
energía que, a través de él, afluirá con acrecentada potencia en cada
aplicación del Cetro. Actúa principalmente como agente para trasmitir, aminorar
y distribuir sin peligro la correspondiente energía a la masa. Cada vez que un
discípulo lleva a cabo una iniciación y permanece ante el Iniciador, se
convierte simplemente en instrumento por el cual el Logos planetario puede
llegar a la humanidad y llevar a los hombres nueva vida y energía. El trabajo
previo realizado antes de la tercera iniciación y en ella, es puramente
preparatorio para este tipo de servicio, requerido para un "transmisor de
energía". Por esa razón es aplicado en la séptima iniciación, el rayo
predominante de nuestro planeta, el segundo Rayo de Amor-Sabiduría. En nuestro
planeta no existe ninguna energía de igual potencia, y ninguna expresión de la
misma tiene una cualidad tan pura y constructiva como la cualidad a que el
iniciado está sometido en la séptima iniciación. Esta séptima culminación
iniciática marca otro punto culminante en la carrera del iniciado e indica su
entrada en un ciclo de experiencia totalmente distinta.” (450)
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“En relación con la Iniciación de la Renunciación, hay algunas
analogías muy interesantes que arrojan una brillante e iluminadora luz sobre su
significado. En cierta medida las conocen por haber tratado, en escritos
anteriores, el significado del cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto y
del cuarto reino, el humano; sin embargo, este propósito puede ser útil si
reúno algunas de ellas y demuestro que la Iniciación de la Renunciación es de
suprema importancia para la humanidad y para el iniciado individual que
lógicamente es un miembro del cuarto reino. Ante todo, este gran acto de
renunciación, señala el momento en que el discípulo no posee nada relacionado
con los tres mundos de la evolución humana. Su contacto con esos mundos en el
futuro será puramente voluntario y para propósitos de servicio. Prefiero la
palabra "renunciación" a la palabra "crucifixión", porque
ésta última destaca simplemente el sufrimiento soportado por el iniciado cuando
renuncia a todo aquello que es de naturaleza material y se convierte en un
miembro permanente, que no fluctúa (si puedo usar tal término) y es inmutable
en el quinto reino de la naturaleza, el reino de Dios, que nosotros denominamos
Jerarquía. No olviden que los tres mundos de la evolución común constituyen los
subplanos físico densos del plano físico cósmico.
La crucifixión encierra el concepto de sufrimiento físico extremo, en
forma prolongada; sus últimas "tres horas", de acuerdo con el relato
bíblico, tipifican los tres planos de nuestra evolución. El discípulo renuncia
a los tres planos, por lo tanto es crucificado en los tres planos. Esto
significa el fin de una vida, y desde el ángulo cósmico, el fin de la vida de
la personalidad del alma, durante muchas encarnaciones. Si la afirmación de que
el sentido del tiempo es la respuesta del cerebro a una sucesión de estados de
conciencia o acontecimientos, y si además es verdad que (para el alma) no
existe tal factor en la conciencia como tiempo, sino que sólo es conocido el
Eterno Ahora, entonces los tres mundos del ser encarnado constituyen una unidad
de experiencia en la vida del alma, experiencia que finaliza con la
crucifixión, porque el alma en encarnación, por el empleo de la voluntad
sostenida, definitiva y conscientemente, renuncia a todo y vuelve la espalda finalmente
y por siempre, al mundo material. Así ha dominado el empleo de todos los
métodos en los tres mundos de experimento, experiencia y expresión (para
emplear tres términos con los cuales los he familiarizado en mis otros libros),
y ahora queda liberado.” (451)
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“En la cuarta iniciación, el iniciado empezará a funcionar totalmente y
siempre en el cuarto plano, los niveles búdicos del plano físico cósmico
-nuestro plano intuitivo. Esto es así, aunque ustedes cuenten de abajo arriba o
de arriba abajo. He aquí nuevamente un indicio de la posición central de esta
iniciación y de su importancia, siendo precedida y seguida por tres
iniciaciones, que conducen a la séptima o iniciación planetaria final, porque
las restantes dos iniciaciones no están fundamentalmente relacionadas de
ninguna manera con nuestra Vida planetaria. Debido a esta transición permanente
del "foco viviente" del iniciado -elevado fuera de los tres mundos y
llevado al plano búdico- el concepto de la resurrección se ha deslizado en la
enseñanza cristiana, de manera que a la Iniciación de la Crucifixión se la
representa como precediendo a la Iniciación de la Resurrección; éste no es en
realidad el caso, excepto en un grado menor y como símbolo de la experiencia
futura.
Del mismo modo, el concepto del sacrificio ha compenetrado toda la
enseñanza acerca de la Crucifixión o la Iniciación de la Renunciación, tanto en
Oriente como en Occidente. Ésta es una idea del sacrificio, asociada a los
conceptos dolor, agonía, sufrimiento, paciencia, prolongación y muerte. Sin
embargo, la verdadera raíz de la palabra sigue siendo la misma y contiene el
verdadero significado: "Sacro", sagrado, eso es lo que en verdad
sucede al iniciado; es "hecho sacro"; es "apartado" para el
desarrollo espiritual y el servicio. Es apartado de lo natural, material,
trasmitido, destructivo, obstaculizador, y de lo que traba y disminuye la
debida actividad para lograr lo nuevo. Aprende a definir la Plenitud, que es su
derecho y prerrogativa divinos.
La belleza de la interpretación de esta iniciación y la recompensa para
quienes tratan de penetrar en su verdadero significado y significación, son
inexpresables; sin embargo, requiere la enseñanza de Occidente y de Oriente
para llegar a la verdadera comprensión de la experiencia. Se evidencia que debe
romperse totalmente con la antigua vida en los tres mundos de la experiencia,
que ha caracterizado el trabajo del alma durante tanto tiempo. Esto significa
la muerte en su forma más real y útil; toda muerte, como sucede hoy en el plano
físico, es por lo tanto de naturaleza simbólica, y marca el momento en que el
alma finalmente "muere" para todo lo material y físico, así como el
ser humano muere para todo contacto en los tres mundos, antes de volver a
reasumir la vida encarnada.
En el plano búdico o intuitivo (el cuarto nivel del plano físico
cósmico) la naturaleza de la mente -aún la de la mente superior o el nivel del
pensamiento abstracto- pierde su control sobre el iniciado, y de allí en
adelante sólo es útil para prestar servicio. Entonces tiene lugar la intuición,
la razón pura, el total conocimiento iluminado por el propósito amoroso de la
Mente divina -para mencionar algunos de los nombres de este cuarto nivel de
percepción o de sensibilidad espiritual- y el iniciado vive de allí en adelante
en la luz del conocimiento correcto o directo, expresándose en sabiduría en
todos los asuntos -a ello se debe los títulos de Maestro de Sabiduría o Señor
de Compasión, dados a Quienes han pasado la cuarta y la quinta iniciaciones,
recibiéndolas muy cerca una de la otra. El Maestro actúa desde el nivel búdico
de percepción, en él vive Su vida, emprende Su servicio y desarrolla el Plan en
los tres mundos, para los cuatro reinos de la naturaleza. Esto no se debe
olvidar. Recuérdese también que el logro del enfoque y la obtención de la
liberación no son el resultado de una ceremonia simbólica, sino de vidas de
sufrimiento, de renunciaciones menores y de experiencia consciente. Esta
experiencia que conduce a la cuarta iniciación es una empresa definidamente
planificada, obtenida a medida que es gradualmente conferida la verdadera
visión, presentido el Plan divino y se colabora con ese Plan, y la aspiración
inteligente reemplaza a los vagos anhelos y esfuerzos esporádicos "por ser
bueno", como normalmente lo expresan los aspirantes.
En consecuencia se evidenciará por qué esta cuarta iniciación está
regida por el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto. La armonización de
los centros inferiores con el superior, la armonización o el establecimiento de
rectas relaciones entre los tres mundos de la evolución humana y el plano
búdico, la relación gradualmente creada sucesivamente por cada iniciación entre
la humanidad y la Jerarquía, más el servicio prestado para establecer rectas
relaciones entre los hombres -son algunos de los resultados que ustedes ahora
pueden captar teóricamente; algún día los captarán en forma práctica y
sustancial, por propia experiencia. Con esta energía de rayo trabaja el
iniciado cuando hace la Gran Renunciación, y por ello es transferido a la Cruz
Cardinal de los Cielos. Ésta energía le permite vivir en el Eterno Ahora y
renunciar a las ataduras del tiempo. A través de toda la experiencia lucha
contra lo material; de acuerdo a la ley de nuestro planeta (y si sólo lo supieran,
de acuerdo a la ley de nuestro sistema solar) nada se logra excepto por la
lucha y el conflicto -lucha y conflicto asociados en nuestro planeta con el
dolor y el sufrimiento, pero exento del sufrimiento después de la cuarta
iniciación. Puede notarse aquí un indicio respecto al propósito, para el cual
existe nuestro pequeño planeta, y su posición excepcional en el esquema de las
cosas.
Como he mencionado anteriormente, el iniciado trabaja de "arriba
abajo". Esto es sólo un modo simbólico de hablar. Al igual que su gran
Maestro, el Cristo, cuando trata de servir a la humanidad, "desciende al
infierno", el infierno del materialismo y de la vida del plano físico, y
allí trabaja para la continuación del Plan. Leemos en la enseñanza cristiana que
"Cristo descendió al infierno y enseñó durante tres días a los espíritus
prisioneros". Esto significa que Cristo trabajó con la humanidad en los
tres mundos (pues el tiempo y el proceso de los acontecimientos son
considerados por los filósofos como sinonimias) durante un breve período de
tiempo, pero fue llamado (teniendo en cuenta Su excepcional tarea de
personificar el principio amor de la divinidad por primera vez en la historia
del mundo), a ser el Guía de la Jerarquía.
El mismo concepto de trabajar en los tres mundos de la existencia del
plano físico (en sentido cósmico) está representado en la frase del Nuevo
Testamento que dice: "el velo del templo fue raspado en dos de arriba
abajo”. Este velo, hablando simbólicamente, divide a la humanidad o le impide
la participación en el reino de Dios. Fue rasgado por Cristo -un servicio
excepcional que prestó tanto a la humanidad como a la Jerarquía espiritual;
facilitó una comunicación más rápida entre esos dos grandes centros de la vida
divina.
Les pediría que mediten sobre la Iniciación de la Renunciación,
recordando siempre en su vida diaria, que este proceso de renunciación, que
implica la crucifixión del yo inferior, es sólo posible si se practica el
desapego todos los días. La palabra "desapego" es sólo un término
oriental para nuestra palabra "renunciación". Es el empleo práctico
de la información que he dado aquí. También quisiera (por extraño que parezca)
que se acostumbren a la crucifixión, a sufrir con desapego, sabiendo que el
alma no sufre en absoluto, y que no habrá dolor ni agonía para el Maestro que
haya alcanzado la liberación. Todos y cada uno de los Maestros han renunciado a
lo material; han sido elevados de los tres mundos por Su propio esfuerzo; Se
han desprendido de todos los impedimentos; han dejado atrás el infierno, y el
término "espíritu aprisionado" ya no es aplicable a Ellos. Esto no lo
han logrado con propósitos egoístas. En los primeros días del sendero de
probación, la aspiración egoísta predomina en la conciencia del aspirante, sin
embargo, a medida que huella ese sendero y también el del discipulado, abandona
todos esos móviles (una renunciación menor), y su única meta, al buscar la
liberación y la libertad en los tres mundos, consiste en ayudar y socorrer a la
humanidad. Tal dedicación al servicio es la marca de la Jerarquía.” (452)
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“La sexta Iniciación de la Decisión es preparatoria para la verdadera
Iniciación de la Resurrección, la séptima. Ésta puede recibirse únicamente
cuando la voluntad del Maestro se fusiona totalmente con la del Logos
planetario. Entre la sexta y séptima iniciaciones tiene lugar "un
intervalo de divina fusión"; una imagen elemental y algo distorsionada de
esta crítica fusión la da El Nuevo Testamento, donde se relata la experiencia
pasada por Cristo en el Huerto de Getsemaní. Nuevamente allí -como en la cuarta
Iniciación de la Renunciación- se pone el énfasis sobre el elemento humano del
sufrimiento, mientras que en el verdadero simbólico "huerto", entre
la sexta y séptima iniciaciones, no hay aspecto alguno de sufrimiento. El
sufrimiento y el dolor no entran en la conciencia del Maestro. Cuando se dice
en El Nuevo Testamento que "los ángeles vinieron y sirvieron a
Cristo", la correcta implicación es que quienes moran y trabajan en
Shamballa emplean este período para instruir al iniciado que ha tomado su
decisión por haber expresado su naturaleza divina y la significación del
propósito divino; esto concierne a la relación de nuestro Logos planetario con
el sistema solar, y la decisión es tomada debido al desarrollo de esa
sensibilidad superior que conduce inevitablemente a la percepción cósmica. No
tenemos ninguna palabra adecuada para esta cualidad o tipo de sensibilidad,
porque no es algo que podemos comprender conscientemente, ni es un tipo de
reacción consciente; tampoco es percepción, tal como empleamos ese término. Ha
sido ocultamente definido como algo similar a la "sumersión en un estado
realizado del Ser", porque el iniciado es un aspecto consciente de aquello
de lo cual es parte integrante. Por esta afirmación verán cuán imposible me
resulta explicar ciertas cosas, aclarar desconocidos tipos de conciencia o
indicar zonas de percepción que están aún más allá de la comprensión de un
Maestro.” (453)
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“La guerra 1914-1945
ha terminado; su secuela de sufrimiento, hambre,
reacciones egoístas, suspicacia e indecente lucha por la supremacía, es tan
mala como la pasada guerra; sus efectos son más duraderos, pues la guerra ha
sido en gran parte transferida al plano mental. Los efectos físicos de la
guerra son mucho más fáciles de eliminar que los efectos mentales. La Jerarquía
enfrenta hoy una gran duda que es: ¿podrá la raza humana renunciar a sus
objetivos materiales actuales y preparar el camino para una gran revelación? La
Venida de Cristo no concederá la revelación, sino que simplificará el
pensamiento de los hombres para posibilitar amplia iluminación y un
reconocimiento de la revelación. Los próximos años indicarán el giro que tomará
la marea y si las materiales y egoístas fuerzas reaccionarias -que han
controlado durante milenios- controlarán finalmente. Este espíritu reaccionario
y materialista contamina todos los sectores de la Vida humana, y las iglesias
no son una excepción. Sin embargo, la humanidad puede aprender su lección,
tomar agradecida el "camino de la rectitud" y aplicar la hasta ahora
desconocida técnica de las rectas relaciones humanas.” (454)
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“3. El incremento de la Buena Voluntad y la Revelación de las
Separaciones
El resultado de la guerra mundial, de las enfermedades, del hombre y
del dolor, ha desarrollado un espíritu de comunidad en el sufrimiento y en la
privación, lo cual ha conducido a la consiguiente participación comprensiva de
las dificultades humanas de todas partes, que se va trasformando rápidamente en
un mundial espíritu de buena voluntad.
Esta buena voluntad mundial, cuando está verdaderamente establecida y
correctamente organizada, es el paso preliminar y necesario para la revelación,
porque esa revelación venidera compartida por los hombres de todas partes, será
planetaria. Los hombres, en conjunto, se dan cuenta hoy de la necesidad de
elevarse fuera de la prisión del propio interés y de lograr la libertad de
compartir la oportunidad; el factor que traerá esta resurrección es la buena
voluntad Un interesante aspecto de la buena voluntad, a medida que se va
desarrollando en la conciencia humana, trae ante todo la revelación de las
existentes separaciones, características de la vida política, religiosa, social
y económica de los pueblos de todas partes.
La revelación de una separación siempre va a la par (pues tal es la
belleza del espíritu humano) de los esfuerzos realizados en todas las líneas
posibles, para subsanar o eliminar la separación. De ello dan testimonio los
millares de grupos y organizaciones que trabajan para poner fin a las
separaciones y derribar las barreras que impiden las rectas relaciones humanas.
Que estos esfuerzos resulten fallidos e infructuosos a menudo, no es tan
importante como las tentativas de curar, ayudar y establecer rectas relaciones
humanas, que se están realizando en todo el mundo. La sicología moderna lo
evidencia ocupándose, como lo hace, del problema de la integración del ser
humano y de la eliminación de las separaciones en su naturaleza. Una de las
primeras cosas que debe hacerse es educar al individuo sobre la necesidad de
demostrar buena voluntad, no sólo hacia sus semejantes, sino hacia sí mismo. El
énfasis del cristianismo medieval sobre las flaquezas, la maldad y la innata
pecaminosidad del ser humano, debe ser en la actualidad contrarrestado por la
verdadera apreciación de la divinidad en la forma humana.” (455)
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“Aquí tienen un breve resumen de los cinco resultados espirituales más
importantes del siglo actual (*). La guerra misma ha allanado el camino; es el
resultado natural y normal de la guerra, y han surgido (con excepción de la
Gran Invocación) de las masas y de sus pensamientos; la demanda inexpresada y
el llamado de sus sufrientes corazones, es lo que ha traído la Invocación.”
(456)
(*) 1. La Crisis de las Ideologías
2. El firme Despertar de los
hombres hacia una mejor Comprensión
3. El incremento de la Buena
Voluntad y la Revelación de las Separaciones
4. El Cierre parcial de la
Puerta donde se halla el Mal
5. El Empleo de la Gran
Invocación
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“El sendero que huella el Servidor, es el del fuego que pasa a través
de su corazón y conduce a la cabeza. No es el sendero del placer ni el del
dolor, por el cual se obtiene la liberación y llega la sabiduría. Trascendiendo
ambos y fusionando el dolor con el placer se alcanza la meta, la cual está por
delante como punto de luz, percibido en la oscuridad de una noche invernal. Ese
punto de luz trae a la memoria un pequeño candil de alguna lóbrega buhardilla,
pero -debido a que ese sendero conduce a esa luz, es hollado mediante la fusión
de los pares de opuestos- ese frío y parpadeante punto, aumenta en constante
radiación, hasta que la cálida luz de alguna ardiente lámpara despunta en la
memoria del viajero errante en el camino.” (457)
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“Oh peregrino, mira adelante hacia la meta. Mira cómo brilla muy lejos
la Gloria que encubre y la luz que nada puede atenuar. Levanta la copa y
apúrala rápidamente, que no te detenga el dolor. La copa vacía, la mano firme,
el esfuerzo constante y fuerte, conducen a un instante de agonía y de allí a la
radiante vida.” (458)
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Un punto de luz dentro de un fulgurante arco que crece o mengua, oh
Peregrino en el Camino, según se aplique o no, acusa el propósito dentro del
corazón.
Ese punto siempre está allí, invisible e imperceptible. Oscura es la
noche y sombrío y dolorido el corazón del Peregrino no iluminado. Oscura es la
noche, pero la lobreguez no se siente cuando dentro del umbroso portal se ve la
brillante e ilusoria luz, luz que parpadea siempre delante de él, y con su
fulgor impele siempre adelante al Peregrino.” (459)
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(450) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El
Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones
Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Tercera Iniciación. La
Transfiguración. (pág. 564)
(451) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El
Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones
Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Cuarta Iniciación. La Gran
Renunciación o Crucifixión.. (pág. 569)
(452) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El
Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones
Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Cuarta Iniciación. La Gran
Renunciación o Crucifixión. (pág. 572)
(453) SEGUNDA PARTE. Los Rayos y las Iniciaciones. Sección Segunda. El
Aspirante y las Iniciaciones Mayores. Los Rayos de Aspecto y las iniciaciones
Superiores. La Significación de las Iniciaciones. Sexta Iniciación. La Decisión.
(pág. 591)
(454) APÉNDICE. Cinco Grandes Acontecimientos Espirituales. (pág. 607)
(455) APÉNDICE. Cinco Grandes Acontecimientos Espirituales. 3. El
incremento de la Buena Voluntad y la Revelación de las Separaciones. (pág. 614)
(456) APÉNDICE. Cinco Grandes Acontecimientos Espirituales. 5. El
Empleo de la Gran Invocación. (pág. 623)
(457) APÉNDICE. Estanzas para Discípulos. El Sendero. (pág. 624)
(458) APÉNDICE. Estanzas para Discípulos. La Copa del Karma. (pág. 625)
(459) APÉNDICE. Estanzas para Discípulos. Un Mántram de Fuego. (pág.
631)
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