Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XXXVII)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 4 - Curación Esotérica (1953)
(CONTINUACIÓN)
“El nuevo estudio y el futuro conocimiento surgirán como resultado de
una intuición incipiente, de la presencia en la tierra de un gran número de
almas avanzadas y evolucionadas y de la venidera y más estrecha relación entre
la Jerarquía y la Humanidad. La fusión (que progresa lentamente) de las
energías de esos dos centros planetarios, dará por resultado grandes cambios y
desenvolvimientos, no sólo en las facultades perceptivas del hombre sino
también en el mecanismo físico. Habrá mayor resistencia a las enfermedades
nativas y heredadas y verdadera capacidad para resistir las infecciones, lo
cual eliminará mucho dolor y sufrimiento. La reducción de todo el karma humano
a través de la experiencia de la guerra planetaria (1914-1945), permitirá a las
almas que tratan de encarnar, crear cuerpos sin tendencias morbosas. Los
Maestros están totalmente libres de enfermedades porque han agotado totalmente
el karma de los tres mundos y alcanzado la liberación.” (391)
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“La capacidad adquirida durante los últimos cincuenta años para
enfrentar la enfermedad planetaria de la tuberculosis, será extirpada
totalmente cuando sea aplicada a las zonas densamente pobladas de Oriente y a
los distritos que han sufrido hasta ahora inadecuada atención médica.…” (392)
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“Si se me preguntara cuál es la principal tarea de todos los grupos de
curación, tal como la Jerarquía quisiera que actuaran en el futuro, diría que
consiste en preparar a los seres humanos para lo que podríamos considerar el
aspecto restaurador de la muerte, dando así un nuevo y más feliz significado,
del dado hasta ahora al temible enemigo del género humano. Hallarán que cuando
trabajan en estas líneas indicadas de pensamiento, se repite constantemente el
tema de la muerte, y el resultado de ello será la adopción de nuevas actitudes
hacia la muerte y se inculcará una gozosa expectativa cuando ocurra ese
inevitable y tan familiar acontecimiento. Los grupos de curación deben
prepararse para encarar esta condición básica de todo lo que vive, y la mayor
parte de su trabajo consiste en elucidar el principio muerte. Se dice que el
alma debe retornar a quien la dio. Hasta ahora ello constituye una restitución
obligada y temida, que engendra temor y hace que hombres y mujeres de todas
partes clamen por la curación del cuerpo físico, sobrestimando su importancia,
y los induce a considerar que la prolongación de la existencia terrenal es el
factor más importante de sus vidas. En el próximo ciclo, tales actitudes
erróneas deben llegar a su fin, la muerte se convertirá en un proceso normal y
comprensible -tan normal como el proceso de nacer, aunque menos doloroso y
temible. Este comentario es una profecía y como tal debe ser considerado.”
(393)
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“…el temor y el horror a la muerte tienen su fundamento en el amor a la
forma -nuestra propia forma, la de quienes amamos, las que nos circundan y las
de nuestro medio ambiente. Esta clase de amor es contrario a nuestra enseñanza
acerca de las realidades espirituales. La esperanza del futuro y la de
liberarnos de este mal infundado temor, reside en poner el énfasis sobre la
realidad del alma eterna y la necesidad de que esa alma viva en forma
espiritual, constructiva y divina, dentro de los vehículos materiales. Este
concepto también encierra la idea de restitución. Los conceptos erróneos deben
ser olvidados; además tiene cabida la idea de eliminación, para lograr un
correcto enfoque. Debe tenerse en cuenta la integración, para que la absorción
en la vida del alma reemplace a la absorción en la vida del cuerpo. El dolor,
la soledad, el infortunio, la decadencia, la pérdida de alguien, todas estas
ideas deben desaparecer a medida que la reacción común hacia la muerte vaya
también desapareciendo. Cuando los hombres aprendan a vivir conscientemente
como almas, a enfocarse en los niveles del alma y a considerar a la forma o
formas como simples modos de expresión, todas estas infortunadas y antiguas
ideas acerca de la muerte desaparecerán gradualmente y tendrá lugar un nuevo y
más alegre acercamiento a esa gran experiencia.” (394)
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“El fenómeno de la muerte es hoy cada vez más familiar. La guerra
mundial ha enviado a millones de hombres y mujeres -civiles y a quienes han
pertenecido a las distintas ramas de las fuerzas armadas de todas las naciones-
a ese mundo desconocido que recibe a todos los que han descartado la forma
física. Las condiciones son actualmente de tal naturaleza que, a pesar del
antiguo y profundamente arraigado temor a la muerte, está surgiendo en la conciencia
humana la comprensión de que existen muchas cosas peores que la muerte; los
hombres han llegado a conocer el hambre, la mutilación, la incapacidad física
permanente, la incapacidad mental, como resultado y tensión de la guerra; han
observado el dolor y la agonía que no han podido mitigar, ciertamente peores
que la muerte; también muchos saben y creen (pues ésa es la gloria del espíritu
humano) que el abandonar los valores, por los cuales los hombres han luchado y
muerto durante edades, juzgados como esenciales para la libertad del espíritu
humano, tiene mayor significado que el proceso de la muerte. Esta actitud,
característica de las personas sensibles y de recto pensar, está surgiendo hoy
en gran escala. Esto significa el reconocimiento, conjuntamente con el antiguo
temor, de una imperecedera esperanza de lograr mejores condiciones en todas
partes, no siendo necesariamente un ansioso anhelo sino el indicio de un
conocimiento latente subjetivo que lentamente va saliendo a la superficie. Algo
está en camino como resultado del sufrimiento y pensamiento humanos, lo cual es
presentido hoy y posteriormente se demostrará. Opuesto a esta confianza interna
y comprensión subjetiva, tenemos los antiguos modos de pensar, la desarrollada
actitud materialista del presente, el temor al engaño y el antagonismo entre
científicos y hombres religiosos o eclesiásticos. Los primeros se niegan, con
justicia, a creer en aquello que aún no ha sido comprobado y que además parece
no ser susceptible de comprobar, mientras que los grupos y organizaciones
religiosas desconfían de cualquier presentación de la verdad que ellos no han
formulado en sus propios términos. Esto pone un indebido énfasis sobre la
creencia, y desalienta así a cualquier entusiasta investigador. El descubrimiento
de la realidad de la inmortalidad vendrá del pueblo; oportunamente será
aceptada por las iglesias y comprobada por la ciencia, pero ello sucederá
cuando las consecuencias de la guerra hayan terminado y este trastorno
planetario esté apaciguado.” (395)
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“La base de todas las guerras es fundamentalmente el sentido de
separatividad. Este individualismo fundamental, o complaciente aceptación del
aislamiento, conduce a todas las demás causas secundarias de la guerra: la
codicia que produce desastres económicos, el odio que trae fricción nacional e
internacional, la crueldad que da por resultado el sufrimiento y la muerte. Las
raíces de la muerte están profundamente arraigadas; es la destrucción del ciclo
de separatividad, como individuo, en el plano físico, comúnmente denominado
muerte; en consecuencia, la muerte es un proceso de unificación. Si analizaran
algo más la cuestión, verían que la muerte libera la vida individualizada,
llevándola a una existencia menos restringida y confinada, y eventualmente
-cuando el proceso de la muerte haya sido aplicado a los tres vehículos en los
tres mundos- a la vida de la universalidad. Éste es un estado de inexpresable
bienaventuranza.” (396)
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“Todo lo que pido es un acercamiento sensato a la muerte; sólo quiero
sugerir que cuando el dolor ha terminado y sobreviene el debilitamiento, se le
permita a la persona moribunda prepararse para la gran transición aunque esté
aparentemente inconsciente. No olviden que requiere fuerza y una presión
intensa sobre el mecanismo nervioso para producir dolor. ¿Son capaces de
concebir que llegará el momento en que el acto de morir sea considerado el
final triunfante que nos llevará a la vida? ¿Pueden imaginarse el momento en
que las horas transcurridas en el lecho de muerte sea un glorioso preludio para
el retiro consciente? ¿Pueden imaginarse el momento en que el hombre llegue a
desprenderse del impedimento de la envoltura física y constituya para él, y
quienes lo rodean, la tan esperada y feliz consumación? ¿Pueden visualizar el
momento en que, en vez de lágrimas, temores y la negación a aceptar lo
inevitable, la persona moribunda y sus amigos acuerden mutuamente la hora de la
muerte, y la felicidad caracterice el tránsito? ¿Que en las mentes de quienes
quedan, no se alberguen ideas funestas y que el proceso de morir sea
considerado como un acontecimiento más feliz que el nacimiento y casamiento?
Diré que antes de mucho tiempo ésta será la actitud que asumirán los
inteligentes de la raza, y paulatinamente todos.
- Tratado sobre Magia Blanca, pág. 362-363. -” (397)
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“El aspirante reconoce como factor importante la necesidad de liberarse
de la Gran Ilusión. Arjuna lo sabía y sin embargo sucumbió a la desesperación,
pero en la hora de necesidad, Krishna no le falló. En el Bhagavad Gita se
plasmaron las sencillas reglas mediante las cuales se vencen la depresión y la
duda, las cuales pueden resumirse brevemente:
a. Conócete a ti mismo como el Uno inmortal.
b. Controla tu mente, porque a través de ella puede ser conocido el Uno
imperecedero.
c. Aprende que la forma sólo es el velo que oculta el esplendor de la
divinidad.
d. Comprende que la Vida Una compenetra todas las formas, de manera que
no existe la muerte, el sufrimiento ni la separación.
e. Deslígate por lo tanto de la forma y ven a Mí, y así morarás donde
se encuentran la Luz y la Vida. Así desaparece la ilusión.
- Tratado sobre Magia Blanca, pág. 244-245. -” (398)
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“Secuencias de los Acontecimientos durante la Muerte
…/…
Todo lo que puedo hacer es clasificar las etapas del proceso, dejando
que las acepten como posibles e interesantes hipótesis que esperan ser
verificadas;
…/…
2. Se produce frecuentemente una pausa en este punto, de corta o larga
duración. Esto es permitido a fin de que el proceso de aflojamiento se lleve a
cabo lo más suavemente posible y sin dolor. Dicho aflojamiento de los nadis
comienza en los ojos. Este proceso de desprendimiento a menudo se demuestra en
el relajamiento y falta de temor que el moribundo demuestra a menudo; evidencia
una condición de paz y la voluntad de irse, más la incapacidad de hacer un
esfuerzo mental. Parecería como si el moribundo, conservando aún su conciencia,
reuniera todos sus recursos para la abstracción final. En esta etapa -cuando el
temor a la muerte se haya apartado una vez por todas de la mente racial- los
amigos y parientes “celebrarán un festival” para el moribundo y se alegrarán
con él porque abandona su cuerpo. Actualmente no es posible, pues prevalece la
angustia, no siendo reconocida ni utilizada esta etapa, pero lo será algún
día.-” (399)
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“La investigación, la experimentación y las crecientes facilidades que
la ciencia proporciona, aumentan la capacidad del hombre para ayudar, curar a
veces, y frecuentemente aliviar y aminorar las reacciones del dolor.” (400)
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“He querido aclarar en sus mentes, la diferencia entre la enfermedad y
la muerte, tal como las experimenta el hombre común, y ciertos procesos
correspondientes a la disolución consciente, como son practicados por el
discípulo avanzado o el iniciado. Estos procesos posteriores involucran una
técnica que se va desarrollando lentamente, en la cual (en las primeras etapas)
el discípulo es aún víctima de la tendencia que posee la forma a producir
enfermedad como sucede con todas las formas de la naturaleza. Esta tendencia
trae la subsiguiente muerte, pasando por las etapas benignas de las
enfermedades y la consiguiente muerte pacífica, hasta las etapas en que la
muerte se produce por un acto de la voluntad -el momento y el modo lo determina
el alma, registrado y plasmado conscientemente por el cerebro. En ambos casos
se manifiesta el dolor, pero en el sendero de iniciación el dolor es mayormente
rechazado, no porque el iniciado trate de evitar el dolor, sino porque
desaparece la sensibilidad de la forma hacia los contactos indeseables, y con
ello desaparece también el dolor; el dolor es el guardián de la forma y el
protector de la sustancia; advierte el peligro; indica ciertas etapas definidas
en el proceso evolutivo; está relacionado con el principio por el cual el alma
se identifica con la sustancia. Cuando cesa la identificación, el dolor, la
enfermedad y también la muerte, pierden su aferramiento sobre el discípulo; el
alma ya no está sujeta a sus requerimientos, y el hombre queda liberado, porque
la enfermedad y la muerte son cualidades inherentes a la forma y están sujetas
a las vicisitudes de la vida de la forma.” (401)
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“…Si los aspirantes estudiaran cuidadosamente su vida en el plano
físico, descubrirían que trabajan automáticamente en respuesta a las ideas
convencionales de buena voluntad o de bondad, que existen en el plano físico o
trabajan emocionalmente porque les gusta ser estimados, les agrada ayudar y
también aliviar el sufrimiento (debido a la aversión que sienten por el
malestar que les produce el sufrimiento) o creen seguir los pasos de Cristo,
derramando el bien, o por la natural y profundamente arraigada tendencia de la
vida. Esto constituye el último y esperanzado desenvolvimiento.” (402)
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“…muy pocas personas se hallan tan integradas que pueden funcionar como
personalidades íntegras, en respuesta a la estimulación del alma.
Se hallan polarizadas generalmente en cualquiera de sus tres cuerpos y
este hecho también presenta para el curador una poderosa condición limitadora.
Análoga y muy frecuentemente, el hombre está tan intensamente preocupado con el
presente malestar y dolor del cuerpo físico denso, que las impresiones
superiores que pudieran venir a través de la mente o de los cuerpos egoicos,
serían incapaces de hacerlo.” (403)
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“La tarea del curador consiste por lo tanto en descubrir dónde se halla
este foco de conciencia; ello nos retrotrae al punto donde dije que el paciente
es esencialmente de tipo mental o emocional, y muy raras veces su conciencia
está centrada exclusivamente en lo físico. Cuando esa conciencia se haya
estabilizado en la del alma, habrá pocas enfermedades, y los trastornos físicos
del paciente muy evolucionado serán vinculados entonces con el impacto que la
energía del alma hace sobre un vehículo físico no preparado; en esta etapa sólo
lo afectarán ciertas enfermedades principales. No será susceptible a las
pequeñas dolencias y a las constantes e insignificantes infecciones que
convierten la vida del hombre común o subdesarrollado en molesta y difícil.
Podrá sufrir de enfermedades cardíacas y nerviosas y dolencias que afectan la
parte superior del cuerpo y esas zonas controladas por los centros ubicados
arriba del diafragma; no obstante, las dificultades producidas por intermedio
de los centros etéricos menores (de las cuales existen muchas), o por los
centros ubicados abajo del diafragma, no existirán generalmente -a no ser (como
puede suceder en el caso de un discípulo muy avanzado) que deliberadamente haga
suyas las condiciones engendradas por su servicio mundial a los hombres.” (404)
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“Sería útil que indicara en amplias y generales líneas algunos tipos de
enfermedades que pudiera producir por ejemplo, la centralización de las fuerzas
de la vida en el plano astral.
…/…
3. Una naturaleza irritable, en constante agitación, de mal carácter y
que reacciona violentamente cuando las cosas no van como es de desear, pueden
conducir a desastrosas explosiones, diagnosticadas como dificultades cerebrales
o insanias temporarias y producir constantes dolores de cabeza que socavarán la
constitución física y traerán un inevitable estado de debilidad.
4. Una vida sexual frustrada o una situación donde la persona soltera
no pueda expresar en forma normal un proceso natural y universal, y para quien
el sexo permanece siendo un misterio (y al mismo tiempo un constante e interno
tema de pensamiento inexpresado) llevará a:
a. Un estado de gran desvitalización con la consiguiente e inevitable
mala salud, que sufren ese tipo de personas denominadas solteronas y
solterones. Es innecesario decir que existen muchas personas solteras que
encaran la vida saludablemente y no entran en esta clasificación.
b. Un constante esfuerzo para atraer la atención del sexo opuesto a tal
punto que se convierte en una tendencia nerviosa y muy enfermiza.
c. El desarrollo de hábitos homosexuales o esas perversiones que
tuercen la vida de muchas personas inteligentes.
d. Los tumores -malignos o no- que atacan los órganos genitales y
frecuentemente hacen del sujeto un caso de operación.”… (405)
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“…¿por qué las personas avanzadas, los guías espirituales y aquellos
que están orientados hacia la vida espiritual, sufren frecuentemente tantas
dificultades físicas? Probablemente se debe a que están en la etapa en que la
energía del alma, afluyendo a través del cuerpo físico, halla en ese cuerpo la
correspondiente resistencia de igual intensidad. Esta fricción establecida es
tan aguda que genera rápidamente la enfermedad. Esto no es así para los
verdaderos discípulos que han pasado la segunda iniciación; el problema de su
mala salud es otro.” (406)
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“¿Qué es lo bueno? ¿No es acaso la expresión de la voluntad al bien?
Esta voluntad al bien ¿no se desarrolla y debería desarrollarse en el plano
físico, en lo que denominamos voluntad entre los hombres? ¿No sería posible que
el alma, tratando constantemente (en su propio plano) de adaptarse al Plan que
complementa la divina voluntad al bien, se esfuerce por impulsar a su triple
expresión, la personalidad, a expresar buena voluntad -haciéndolo en la etapa
correcta del desarrollo evolutivo y cuando está activa y funcionante? Sin
embargo debido a la resistencia de la naturaleza forma, aun inadecuada para la
deseada expresión divina, se produce inmediatamente la fricción y aparece la
enfermedad. Creo que aún considerando brevemente las preguntas formuladas más
arriba, se demostrará la probabilidad de
que la inclinación del alma hacia “lo bueno” produce resistencia en el plano
físico, y la perturbación así engendrada en la conciencia del hombre puede
producir y produce enfermedad. Tal tipo de enfermedad es responsable de la
mayoría de las dificultades que sufren las personas evolucionadas, los
aspirantes y discípulos. Dicha fricción produce entonces una reacción
secundaria y lleva a esas condiciones psicológicas denominadas “depresión,
complejo de inferioridad y sentido de fracaso”.” (407)
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“El Alma frustrada, cuando trata de expresar plenamente alguna
característica divina o realidad espiritual interna, produce -dentro de la
sustancia de sus envolturas- un punto de fricción.
Gran parte de esta afirmación la he abarcado anteriormente. Sin embargo
llamaré la atención al respecto, pues en esta frase el énfasis está puesto
sobre la responsabilidad del alma de producir la fricción. En el análisis de la
frase anterior se hizo hincapié sobre la personalidad, que produjo fricción y
la consiguiente enfermedad por su falta de respuesta. ¿No sería posible hallar
en esta frase la clave que explica el propósito del dolor, del sufrimiento y
hasta de la guerra? Recomiendo esto para que piensen cuidadosamente, y, si es
posible, lo hagan en forma iluminada.” (408)
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(391) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Cuarto.
Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. Requisitos Básicos para la
Curación. (pág. 283)
(392) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Cuarto.
Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. Requisitos Básicos para la
Curación. (pág. 284)
(393) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Cuarto.
Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. Requisitos Básicos para la
Curación. (pág. 288)
(394) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Cuarto.
Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. Requisitos Básicos para la
Curación. (pág. 291)
(395) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Cuarto.
Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. La Actitud Actual Hacia la
Muerte. (pág. 295)
(396) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Quinto.
El Proceso de Restitución. Ley IX. Regla Seis. (pág. 319)
(397) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Quinto.
El Proceso de Restitución. Ley IX. Regla Seis. 1. La Naturaleza de la Muerte. Extractos
de Otros Escritos. (pág. 324)
(398) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Quinto.
El Proceso de Restitución. Ley IX. Regla Seis. 2. El Acto de Restitución. (pág.
338)
(399) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Quinto.
El Proceso de Restitución. Ley IX. Regla Seis. 2. El Acto de Restitución. Secuencias
de los Acontecimientos durante la Muerte. (pág. 348)
(400) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Quinto.
El Proceso de Restitución. Ley IX. Regla Seis. 3. Dos Preguntas Importantes. (pág.
352)
(401) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Sexto.
El Arte de la Eliminación. Ley X. (pág. 368)
(402) SEGUNDA PARTE. Requisitos Básicos para la Curación. Capítulo Séptimo.
Los Procesos de Integración. Ley X. El Estado Mental del Alma. (pág. 374)
(403) TERCERA PARTE. Las Leyes Fundamentales de la Curación. Capítulo
Octavo. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas. Aplicación de las Leyes
y Reglas. Ley II. (pág. 399)
(404) TERCERA PARTE. Las Leyes Fundamentales de la Curación. Capítulo
Octavo. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas. Aplicación de las Leyes
y Reglas. Ley III. Regla
Uno (pág. 410)
(405) TERCERA PARTE. Las Leyes Fundamentales de la Curación. Capítulo
Octavo. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas. Aplicación de las Leyes
y Reglas. Ley III. Regla
Uno (pág. 411)
(406) TERCERA PARTE. Las Leyes Fundamentales de la Curación. Capítulo
Octavo. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas. Aplicación de las Leyes
y Reglas. Ley IV. Regla
Uno (pág. 414)
(407) TERCERA PARTE. Las Leyes Fundamentales de la Curación. Capítulo
Octavo. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas. Aplicación de las Leyes
y Reglas. Ley IV. Regla
Uno (pág. 414)
(408) TERCERA PARTE. Las Leyes Fundamentales de la Curación. Capítulo
Octavo. Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas. Aplicación de las Leyes
y Reglas. Ley IV. Regla
Uno (pág. 417)
(CONTINUACIÓN)
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