martes, 11 de mayo de 2021

EL KARMA - LA LEY DE CAUSA Y EFECTO - (V)

 


 Esta entrada es la continuación de EL KARMA - LA LEY DE CAUSA Y EFE    CTO - (IV) [DEFINICIONES]

Continuamos con el recopilatorio sobre el tema del Karma que el Maestro Tibetano nos ofrece en sus libros.

Como de costumbre los extractos del Maestro Tibetano sobre este tema los tendréis a vuestra disposición en formato pdf en la última publicación sobre el tema.

En esta y en alguna publicación futura, el recopilatorio sobre el karma, coincide con el libro sobre el "Tratado de Fuego Cósmico". Es un libro muy difícil de comprender y el contenido del mismo va dirigido casi exclusivamente a discípulos e iniciados (aunque esta circunstancia no impide que pueda ser estudiado por cualquier persona que desee aprender del mismo por poco que sea). Por consiguiente, que nadie se desanime si la captación de lo que se comenta es poca o nula, pero debido a que se trata de un recopilatorio basado en todos los libros del Tibetano, sea su lectura difícil o no, debe incluirse en el mismo.

Dani

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TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO (1925)

“El karma (*) de la materia es un tema muy abstruso y hasta ahora sólo se han hecho sugerencias al respecto. No obstante, se halla indisolublemente mezclado con el karma del individuo. Implica controlar la evolución de la esencia monádica, la esencia elemental, y de la materia atómica del plano; concierne al desarrollo de las cuatro espirillas, a su actividad y adherencia a las formas cuando son atómicas, y al desarrollo del fuego interno latente y su gradual acrecentamiento ígneo, hasta que se repite dentro del átomo lo que sucede en el cuerpo causal: la destrucción de la periferia del átomo por el fuego. Trata del empleo de la materia para la construcción de formas, mediante la interacción de dos Rayos, el Divino y el Primordial, produciendo así el fuego por fricción que tiende a la vida y a la fusión.

El tema del karma de la forma es también muy vasto, demasiado complicado para la comprensión común, pero es un factor de gran importancia que no debe pasarse por alto, en relación con la evolución de un mundo, de una síntesis de mundos o de un sistema, al ser contemplados desde niveles más elevados. En su totalidad constituye el resultado de la acción emprendida por Esencias y Entidades cósmicas en sistemas solares anteriores, desarrollándose por medio de los átomos individuales y los conglomerados de átomos denominados formas. Por lo tanto, el efecto del Rayo de la Personalidad sobre los fuegos internos es, en realidad, resultado de la influencia del Logos planetario de cualquier rayo implicado, a medida que agota la parte de karma que le corresponde en un ciclo dado, grande o pequeño. De esta manera produce y, con el tiempo, transmuta los efectos de causas que Él inició anteriormente en relación con Sus seis Hermanos, los otros Logos planetarios. Tenemos un paralelo ilustrativo en el efecto que un individuo produce sobre otro en los contactos mundanos, al moldear e influenciar, estimular o demorar. Debe recordarse que toda influencia y efecto fundamentales se sienten en el plano astral y desde allí actúan por intermedio del etérico hasta el físico denso, sometiendo así a la materia bajo su esfera de influencia, la cual no se origina en el plano físico.”

(*) “Desde el punto de vista que he adoptado respecto al Karma, observarán que ningún plano, aun el nirvánico, por más elevada que sea la espiritualidad, se halla fuera de la rueda kármica; cuando se dice en los escritos sánscritos, incluso en el Bhagavad Gita, que los hombres cruzan el océano kármico, debe aceptarse, pero con cierta reserva. Los entes que ya han conseguido salir de la rueda kármica lo han hecho únicamente sí se la considera como la rueda que gira ahora. El cosmos no sigue el mismo curso todos los días de Brahma, sino que pasa a estados cada vez más elevados al cumplir su misión. Quienes han logrado un descanso al poseer un estado de espiritualidad no alcanzado hasta ahora, se encontrarán algún día dentro del radio de acción de la rueda, recibiendo quizás un castigo por el incumplimiento de los grandes deberes durante largas épocas. Some Thoughts on the Gita, pág. 40.” (47)

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“El sistema solar concebido como un vasto mecanismo, con sus partes delicadamente ajustadas en sus más mínimos detalles, es sólo la expresión física de Vishnu, o la sustancia etérica fundamental, tal como entendemos el término en la actualidad. La armonía que se observa en el cosmos manifestado es el resultado de la actividad armoniosa de las energías que dan al éter la expresión que conocemos. Los planetas, los mundos, los seres humanos, etc., son sólo partes de su cuerpo, funcionando cada una subordinada a la ley que rige al todo. La evolución, preservación y destrucción del mundo constituyen, por lo tanto, un vasto proceso denominado Yagna, que tiene lugar en el cuerpo de Yagna Purusha, o el cuerpo físico de la naturaleza. Considerada colectivamente, la humanidad es el corazón y el cerebro de Purusha y, por lo tanto, todo el Karma físico, mental y espiritual generado por la humanidad determina principalmente el carácter del proceso yágnico.” (48)

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“El hombre y los devas actúan en cada planeta como intermediarios o agentes transmisores. Donde ellos no habitan resulta imposible realizar ciertas actividades, sobreviniendo la desintegración. La razón de ese retiro se halla en la Ley cósmica de Causa y Efecto o karma cósmico, y en la historia conjunta, aunque individual, de uno de los Hombres celestiales cuyo cuerpo fue, en un momento determinado, la Luna o cualquier otro planeta.” (49)

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“Observaremos aquí un hecho interesante, aunque sea un misterio insoluble para la mayoría; las destrucciones producidas por el fuego son parte de las pruebas de fuego de una iniciación de ese Hombre celestial cuyo karma está ligado al de nuestra tierra.

La destrucción de una parte de la trama hace más fácil la salida; en realidad (visto desde los planos superiores) es un paso adelante y una expansión. Su repetición se efectúa en el sistema, en ciclos determinados.” (50)

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“Según ya se ha dicho aquí y en los libros de H. P. B, el “círculo no se pasa” (*) es la barrera que actúa corno separadora o línea divisoria entre un sistema y lo que se halla fuera del mismo. Como se comprenderá tiene interesantes correlaciones, si consideramos el tema (como corresponde) desde el punto de vista del ser humano, de un planeta y de un sistema, recordando siempre que al estudiar el cuerpo etérico tratamos con materia física, lo cual no debe olvidarse nunca. Por lo tanto, en todo grupo y conglomerado se hallará un factor dominante, debido al hecho de que el “círculo no se pasa” actúa como un obstáculo para aquello que es de poca importancia en la evolución, pero no constituye una barrera para lo que es de importancia en la misma. Todo depende de dos cosas: del karma, ya sea el del hombre, del Logos planetario o del Logos solar, y del dominio que ejerce la entidad espiritual interna sobre su vehículo.”

(*) El “Círculo no se pasa”. Circunferencia de la esfera de influencia correspondiente a todo centro de vida positiva. Incluye la esfera de fuego del trabajo magnético que realiza el orbe solar, considerado como cuerpo de manifestación de un Logos solar, incluso de todo un sistema solar. Este término se aplica también a la esfera de actividad de un Logos planetario o a un esquema planetario, y el mismo podría aplicarse a la esfera de actividad de un ser humano. D. S. II, 35-36. (51)

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“1. El Logos Planetario y los Éteres.

El hombre, el pensador interno, sale, durante el reposo, de su “círculo no se pasa” etérico y actúa en otra parte. Por lo tanto, de acuerdo a la ley, el Logos planetario puede igualmente salir de Su “círculo no se pasa” en épocas determinadas, que corresponderían a la hora de reposo del hombre o al pralaya en el planeta.

El Logos solar hace lo mismo durante ciclos determinados, los cuales no son los que preceden a lo que denominamos pralaya solar, sino períodos menores que preceden a los “días de Brahma” o ciclos de actividad menor. Dichos ciclos están regidos por el karma. Así como el verdadero hombre aplica la ley del karma a sus vehículos, y en su diminuto sistema es la analogía del cuarto grupo de entidades kármicas que denominamos los Señores Lipikas. Aquél aplica la ley a su triple naturaleza inferior. El cuarto grupo de Entidades extracósmicas, quienes ocupan un lugar secundario respecto a los tres Logos cósmicos, la triple suma total de la naturaleza logoica, puede salir de los límites de Su “círculo no se pasa” solar en determinados ciclos. Este es un profundo misterio cuya complejidad aumenta si tenemos presente que la cuarta Jerarquía creadora de Mónadas humanas y los Señores Lipikas en Sus tres grupos (el primero y el segundo grupo y los cuatro Maharajáes, constituyendo la totalidad de los triples regentes kármicos, se hallan entre el Logos solar y los siete Logos planetarios) están más íntimamente vinculados, y sus destinos más estrechamente entrelazados que las demás Jerarquías.

Otro eslabón de esta cadena a ser considerado, reside en el hecho de que los cuatro rayos de la mente (que conciernen al karma del cuarto Logos planetario) tienen conjuntamente a su cargo el actual proceso evolutivo del Hombre, considerado como el Pensador. Estos cuatro, con los cuatro regentes kármicos, trabajan en íntima colaboración. En consecuencia tenemos los siguientes grupos que actúan recíprocamente:

Primero. Los cuatro Maharajáes, o Señores Lipikas menores,(*) aplican el karma pasado y lo agotan en el presente.

Segundo. Los cuatro Lipikas del segundo grupo, según H. P. B., se ocupan de aplicar el karma futuro y manipular el destino futuro de las razas. La tarea del primer grupo de cuatro Lipikas cósmicos es oculta y sólo puede ser revelada parcialmente (y aún así en forma muy superficial) en la cuarta Iniciación, por lo tanto, no nos ocuparemos de ello.

Tercero. La cuarta Jerarquía creadora de Mónadas humanas regida por una cuádruple ley kármica bajo la guía de los Lipikas.

Cuarto. Los cuatro Logos planetarios (**) de Armonía, Conocimiento, Pensamiento Abstracto y Ceremonial, constituyen conjuntamente el Cuaternario de manas o mente, mientras se hallan en proceso de evolución, e influencian a todos los hijos de los hombres.

Quinto. Los Señores de los Devas de los cuatro planos, el búdico o plano de la intuición espiritual, manas o el plano mental, el plano del deseo y el físico, se hallan similarmente vinculados a la evolución humana, en sentido más intimo que los tres superiores.”

(*) Los Cuatro Señores Lipikas se hallan entre el primero y segundo planos. D. S. I, 169.

a. Pueden salir del “círculo no se pasa”. D. S. I, 170.

b. Están vinculados al karma. D. S. I, 167.

c. Se ocupan del futuro. D. S . I, 165.

d. Constituyen tres grupos D. S. I, 167

e. Son los espíritus del Universo. D. S. I, 165

(**) Los cuatro rayos de la mente son los cuatro Rayos menores que forman el cuaternario logoico y se sintetizan oportunamente, en un quinto Rayo, el tercer Rayo mayor de inteligencia activa o de adaptabilidad. Los nombres de los rayos son los siguientes :

Los tres Rayos mayores

1. El Rayo de Voluntad o Poder

2. El Rayo de Amor o Sabiduría

3. El Rayo de Inteligencia Activa

Los cuatro rayos menores

4. El Rayo de Belleza, Armonía, Arte o Ritmo

5. El Rayo de Conocimiento Concreto.

6. El Rayo de Idealismo Abstracto

7. El Rayo de Orden Ceremonial u Organización. (52)


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(47) Primera Parte. Fuego por Fricción. Fuego de la Materia. Sección B. El Rayo de la Personalidad y el Fuego por Fricción. III. El Rayo de la Personalidad y la Ley del Karma (pág. 88)

(48) Primera Parte. Fuego por Fricción. Fuego de la Materia. Sección C. El Cuerpo Etérico y el Prana. I. La Naturaleza del Cuerpo Eterico. 2. Ocho Enunciados. (Nota. 32)

(49) Primera Parte. Fuego por Fricción. Fuego de la Materia. Sección C. El Cuerpo Etérico y el Prana. II. La Naturaleza del Prana. 3. Prana Planetario. (pág. 102)

(50) Primera Parte. Fuego por Fricción. Fuego de la Materia. Sección C. El Cuerpo Etérico y el Prana. La Función del Cuerpo Etérico. 3. Transmisor de Prana. (pág. 110)

(51) Primera Parte. Fuego por Fricción. Fuego de la Materia. Sección C. El Cuerpo Etérico y el Prana. II. La Naturaleza del Prana. 4. Desórdenes del Cuerpo Etérico. (pág. 115)

(52) Primera Parte. Fuego por Fricción. Fuego de la Materia. Sección C. El Cuerpo Etérico y el Prana. IV. Éteres Macrocósmicos y Microcósmicos. 1. El Logos Planetario y los Éteres. (pág. 116)


(CONTINUARÁ)



 


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