Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XXXV)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 4 - Curación Esotérica (1953)
“…las enfermedades cardíacas se deben también al estímulo, afectando
grandemente a las personas evolucionadas, quienes -debido a su liderazgo e
interés en los negocios- a menudo sacrifican sus vidas y sufren el castigo por
la energía mal aplicada y excesivamente
concentrada, desarrollando por ello diversas formas de perturbaciones
cardíacas agudas.
Los discípulos e iniciados están propensos también a sufrir de esta
enfermedad, debido a que entra violentamente en actividad el centro cardíaco.
En un caso, la energía de la vida que afluye a través del corazón se emplea más
allá de toda tolerancia humana, al manejar los asuntos humanos; en otro, el
centro cardíaco se abre y la tensión ejercida sobre el órgano del corazón es
demasiado grande, sobreviniendo la enfermedad cardíaca. Una tercer causa se
debe al prematuro o deliberado planeamiento de elevar la energía del plexo
solar al corazón, ejerciendo así una inesperada tensión sobre él.” (366)
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“El acercamiento de las escuelas y cultos mentales, tal como
erróneamente se los denomina, no han sido de mucha ayuda. Esto en gran parte es
culpa de ellos. Las escuelas de pensamiento como Ciencia Mental, Nuevo
Pensamiento, Unity, Christian Science, actividades quiroprácticas, los
esfuerzos de los naturópatas y muchos otros, perjudican su causa, debido a las
desmedidas proclamas y a sus incesantes ataques a la medicina ortodoxa y a
otros canales de comprobada utilidad y también al conocimiento adquirido,
durante siglos de experimentación, por las escuelas académicas de medicina y
cirugía. Olvidan que la mayoría de sus pretendidos éxitos (frecuentemente irrefutables)
pueden ser clasificados bajo la denominación general de curaciones por la fe,
lo cual puede ser efectuado correcta o incorrectamente. Tales curaciones han
sido reconocidas durante mucho tiempo por los pensadores académicos y se sabe
que son reales. Estos cultos, que en realidad son custodios de las verdades
necesarias, ante todo deben cambiar su acercamiento y aprender la naturaleza
espiritual de las concesiones, en estos días de desarrollo evolutivo. Sus ideas
no pueden tener una plena y deseada utilidad, fuera del conocimiento que Dios
ya ha otorgado y la medicina ha acumulado en el transcurso de las épocas, y
también mantener un registro de sus numerosos fracasos y de los éxitos que tan
ruidosamente proclaman. Quisiera puntualizar aquí que estos éxitos no son de
ningún modo tan numerosos como los de la medicina ortodoxa ni el trabajo
benéfico realizado en las clínicas de nuestros hospitales, que -a pesar de los
fracasos y a menudo burda estupidez- alivian grandemente los dolores y males de
las masas humanas. Estos cultos no dicen ni siquiera reconocen, que en los
casos de enfermedad grave o accidente, el paciente está físicamente
incapacitado de afirmar o reclamar la curación divina, y depende del trabajo de
algún curador que actúa sin conocer el karma del paciente. La mayoría de las
denominadas curaciones (y tal es el caso de la medicina ortodoxa) se debe a que
no ha llegado el momento final para el paciente, que de todas maneras se
hubiera recuperado (aunque lo hace frecuentemente) con rapidez, debido a las
medidas medicamentosas del médico entrenado.” (367)
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“¿Qué ha sucedido realmente en la vida de los individuos, en la vida de
las naciones y en la vida de la humanidad? Un grandioso movimiento (*) ha
tenido lugar para corregir un mal muy antiguo y para contrarrestar
conscientemente la Ley de Causa y Efecto mediante el reconocimiento de las
causas en los mundos personal, nacional e internacional, las cuales produjeron
los efectos que sufre hoy la humanidad.” (368)
(*) Las Naciones Unidas
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“Otra dificultad que debo encarar (a medida que describo la medicina
del futuro) es que yo pienso en términos de ciclos y ustedes en términos de
unos pocos años. Lo que en realidad procuro hacer es indicar las líneas hacia
las cuales tenderá la investigación médica durante los próximos doscientos
años. El esfuerzo que se realiza actualmente consiste en cómo curar a una
persona aquí y ahora; esta reacción es natural y los pensadores avanzados
tratan de capacitarse para realizarlo en esta época por intermedio de los
denominados métodos de curación esotérica y mental. No obstante, muy poco se
conoce de la constitución del cuerpo vital y prácticamente no existen
antecedentes de investigación en dicho campo. La medicina moderna tiene un
origen muy antiguo. En el transcurso de los siglos progresó y se desarrolló,
hasta que la destreza e investigación modernas, los métodos y técnicas modernos
de curación y tratamiento, son asombrosamente exitosos. Esto con frecuencia se
olvida debido al énfasis puesto por los adherentes de las nuevas e
inexperimentadas escuelas, acerca de los fracasos en las curaciones que ellos
atribuyen a métodos erróneos, pero no tienen en cuenta las limitaciones
kármicas. El éxito de la medicina moderna es tan grande, que millones de
personas que en épocas primitivas, y cuando existía menos capacidad científica,
por lo general habrían muerto, viven -aunque no estén curadas. Debido a esta
desarrollada capacidad y conocimiento y a la aptitud para cuidar el mecanismo
físico, se ha convertido hoy en un gran problema mundial -el problema de la
superpoblación del planeta, que conduce a la humanidad a la vida de rebaño y al
consiguiente problema económico-, mencionando sólo una de las dificultades
derivadas de este éxito. Esta “antinatural” preservación de la vida, es la
causa de mucho sufrimiento y fértil fuente de guerra, siendo contraria a la
intención kármica del Logos planetario.
No puedo ocuparme aquí de este vasto problema, sólo puedo mencionarlo.
Será resuelto cuando desaparezca el temor a la muerte y la humanidad aprenda el
significado del factor tiempo y el sentido de los ciclos. Se simplificará
cuando sea posible realizar la verdadera investigación astrológica, cuando el
hombre sepa la hora de su partida de este plano externo y domine la técnica del
“retiro” y los métodos de abstraerse conscientemente de la prisión del cuerpo.”
(369)
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“Por el poder del pensamiento dirigido pueden derramar energía al
centro que constituye el factor determinante en esa zona del cuerpo físico
donde reside la dificultad. Por ejemplo, si el paciente sufre de una dolencia
como ser úlcera gástrica, la estimulación del centro plexo solar puede producir
la curación, siempre y cuando el trabajo realizado sea puramente mental y los
resultados esperados puramente físicos. De otra manera la naturaleza emocional
participaría de la estimulación y surgiría verdadera dificultad.” (370)
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“Las personas que están muy enfermas, y no se espera que vivan, o
sufren enfermedades que impiden su recuperación, no deberían admitirse en el
grupo de curación para su tratamiento, excepto con el fin de lograr resultados
paliativos. El neófito no conoce bastante sobre el karma para trabajar
confiadamente, ya sea en la tarea de curación o de liberación, mediante la
muerte.” (371)
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“Tenemos también el Karma de Recompensa en contraposición al de
Retribución; este tipo de karma a menudo se olvida, pero se lo conocerá mejor
en el futuro ciclo mundial. La humanidad ha agotado mucho mal karma, y el karma
basado en causas iniciadas posteriormente no generarán efectos tan terribles
corno las del pasado. No todo karma es malo, a pesar de lo que el hombre cree.
Gran parte es punitivo y doloroso, debido a la ignorancia de la humanidad y al
inferior grado de desarrollo. Cuando la retribución kármica es aguda y
terrible, tal como sucede hoy en la espantosa experiencia mundial, indica que
la humanidad ha alcanzado un punto donde las consecuencias pueden ser
distribuidas equitativamente en gran escala. El karma acarrea muy poco
sufrimiento cuando, por ignorancia, conduce a la irresponsabilidad y a la total
carencia de reflexión, no existiendo sentido de culpabilidad acerca de los
acontecimientos. Podrán existir condiciones desdichadas y circunstancias
dolorosas, pero se carece de la capacidad de responder a tales condiciones con
análogo dolor, y hay muy poca reacción mental por el proceso de la retribución
kármica. Esto debería tenerse presente. La raza aria está ahora desarrollada
mentalmente en tan amplia escala, que el karma es verdaderamente terrible y
doloroso, y se manifiesta a través de las condiciones mundiales. Al mismo
tiempo el actual y difundido
sufrimiento indica el extenso y
exitoso desarrollo humano, siendo el signo más esperanzado y prometedor. En
esta idea reside la clave de la carga tan pesada de mal karma que los buenos,
santos y sacrificados servidores de la raza sobrellevan en este ciclo mundial.”
(372)
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“Las causas iniciadas por el
hombre, vida tras vida, constituyen el factor importante; éstas se desarrollan
como enfermedades, como alguna consecuencia desastrosa en las circunstancias y
acontecimientos, y como general acondicionamiento de alguna encarnación
determinada. El hombre debe aprender a tratar estas causas, reconocerlas y
descubrir cuál es la energía condicionante que produce el efecto
correspondiente, ocupándose primeramente de la tarea de contrarrestar la causa,
oponiéndole una voluntad entrenada. El karma no es un acontecimiento
inevitable, ineludible ni doloroso. Puede ser neutralizado, pero esta neutralización,
en lo que concierne a la enfermedad, incluye cuatro líneas de actividad:
1. Determinar la naturaleza de la causa y la zona de la conciencia
donde se originó.
2. Desarrollar esas cualidades que son el polo opuesto de la causa
efectiva.
3. Practicar la inofensividad a fin de detener la expresión de las
causas y evitar cualquier brote de esa lamentable condición.
4. Dar los pasos físicos necesarios que producirán las condiciones que
el alma ansía.” (373)
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“…tengan presente que las siete estanzas que daré, indican la cualidad
de las energías descendentes y las taras que estas energías acarrean e imparten
a todas las formas que están vitalizadas por la vida de nuestro Logos
planetario.
La Desarmonía y la Enfermedad Causada por los Siete Rayos
…/…
III. “El Gran Ser reunía de aquí y de allá. Elegía y rechazaba.
Rehusaba un poder y aceptaba otro. No tenía ningún propósito vinculado a los
seis propósitos de Sus seis hermanos. Adquirió una forma y no le agradó. La
arrojó y eligió otra. No tenía un punto establecido o plan, pero vivió en el
espejismo y le agradó. Sofocó lo bueno y lo malo, aunque empleó a ambos. Por un
lado había exceso, por otro inanición. Ambos extremos rigieron Su elección de
la sustancia viviente; reunió a quienes no eran afines; luego vio que el
resultado era el dolor y el engaño. Hizo proyectos, pero el propósito era
inadecuado. Desistió desesperado.”
El principal efecto de esta imperfecta “maniobra” y manipulación, como
se la denomina, es en su mayor parte de naturaleza astral, produciendo la
consiguiente mala salud física y los efectos indeseables que ya hemos estudiado
en este tratado. Debido a que esta energía de tercer rayo es la energía de la
sustancia misma, sus imperfecciones se demuestran profusamente en la tendencia
humana a la enfermedad. La ilusión es el resultado del espejismo por el
excesivo empleo de la energía de tercer rayo para fines egoístas y personales y
se manifiesta primordialmente en el sexto plano o astral. Como resultado de
esta manipulación del deseo y las incontroladas maniobras para satisfacerlo en
líneas materiales, se producen dolencias tales como el desorden gástrico e
intestinal y los distintos trastornos estomacales que devastan a la humanidad
civilizada, mucho más que a las razas salvajes. Ciertos desórdenes cerebrales y
la poca vitalidad son también sus efectos.” (374)
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“Debe haber, como podrán percibir, dos factores existentes, que cuando
están relacionados y estimulados producen la enfermedad. Debería recordarse que
la elección de un cuerpo por el alma, y el tipo de vehículo por el cual puede
aprender ciertas lecciones y dominar ciertas experiencias educativas, es un
tema muy poco comprendido. En conexión con esto, recordaré que la enfermedad es
a menudo un sistema de eliminación, benéfico en sus efectos. Es la
manifestación de un factor interno indeseable, y cuando las causas internas y
externas se llevan a la clara luz del día, pueden ser manejadas, comprendidas y
a menudo disipadas y extirpadas por el padecimiento que causan la enfermedad y
el dolor. Estas palabras son un tanto duras.” (375)
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“…enfermedades físicas, clasificadas con el título general de demencia,
son mucho más abstrusas de lo que comúnmente se cree. De acuerdo al punto de
vista de los esotéricos se clasifican en las relativamente simples categorías
siguientes:
…/…
5. Aquellas en que la mente es indebidamente fija y estática y controla
el cerebro tan irracionalmente que parece existir un sólo punto de vista, una
sola actitud hacia la vida y ninguna fluidez y capacidad para adaptarse. Tales
individuos pueden sufrir, por ejemplo, lo que se denomina idea fija o pueden
ser víctimas de algún pensamiento mental obsesionante. Dichas obsesiones
mentales pueden abarcar desde un fanatismo moderado a una manía religiosa, con
sus paralelas características de sadismo, crueldad y morbosidad generales.” (376)
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“La Eutanasia.
Algunos estudiantes están preocupados por el organizado esfuerzo que se
realiza para legalizar la eutanasia, y tienen sus dudas sobre si debe otorgarse
a los médicos el poder de vida o muerte.
Tampoco ignoran que también está implicado el factor humanitario en los
casos donde no se puede aliviar un prolongado sufrimiento. A ellos les diré:
El problema que presenta una consideración de la práctica de la
eutanasia propuesta, no existirá cuando se obtenga la continuidad de conciencia
que niega la muerte. Ello significa que llegará un momento, en el desarrollo
racial, en que el alma sabrá que ha llegado al término de su ciclo de vida
física, y se preparará para retirarse de la forma con plena conciencia. Sabrá
que ya no necesita los servicios que presta la forma y que ella debe ser
descartada. Sabrá que su sentido de percepción, enfocado en la naturaleza
mental, es suficientemente fuerte y vital como para llevarla a través del
proceso y episodio de la abstracción. Cuando el hombre haya desarrollado esta
conciencia y el proceso sea reconocido por la profesión médica y los
estudiantes científicos del mecanismo humano, entonces toda la actitud hacia la
muerte y sus procesos, involucrando, como lo hacen, el dolor y el sufrimiento,
serán alterados materialmente. Cuando al hombre le llegue el momento de morir,
tendrá a su disposición ciertos métodos de liberación que, desde el punto de
vista general, podrán ser considerados como involucrando la eutanasia. Los
métodos de abstracción se estudiarán y aplicarán cuando se acerca la muerte, y
el proceso será considerado como el retiro del alma y también como liberación y
emancipación. Este momento está más cerca de lo que se imaginan.
Graves peligros acechan hoy al proceso de acelerar el retiro del alma,
y las salvaguardas legales requerirán un cuidadoso estudio; aun entonces
surgirán graves y serias cuestiones. Pero debe ser desarrollado algún
aceleramiento del proceso de la muerte. Sin embargo, la voluntad de morir del
paciente no está basada hoy principalmente en el conocimiento y en la
polarización mental, o en una continuidad de conciencia ya lograda, sino en las
reacciones emocionales y en el horror al dolor y al temor.
No obstante, cuando el sufrimiento es terrible y no existe absolutamente
ninguna esperanza de prestar una real ayuda o lograr una recuperación, y cuando
el paciente está dispuesto (o la familia lo está si se halla muy enfermo),
entonces, bajo una adecuada salvaguarda, algo debe hacerse. Pero el momento de
la partida no podrá basarse en la emoción y compasión, sino en las ciencias
espirituales y en la correcta comprensión de las posibilidades espirituales de
la muerte.” (377)
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“…La posibilidad de desprenderse de la infección y estar inmune a las
enfermedades contagiosas es mayormente una cuestión de vitalidad (quizás
vitalidad en zonas determinadas del cuerpo donde reside el foco de atención y
el énfasis de la fuerza vital). También puede basarse en la actividad de los
corpúsculos de la sangre, que sirven para mantener en buenas condiciones la
corriente sanguínea.
Este enfoque y énfasis es el mismo, respecto a los animales, pues no es
el enfoque de la mente sino el de la energía vital en el cuerpo físico. Cuando
ella se halla presente y es positiva, protege. Cuando es negativa y débil, deja
al cuerpo físico (humano o animal) abierto a los peligros de la infección.
No puedo explicar más plenamente esto, porque el problema del origen y
método permanecerá insoluble mientras el hombre emplee el actual acercamiento
mental y las reacciones emocionales al dolor y a la enfermedad, y mientras
ponga el mismo exagerado énfasis sobre la vida de la forma. Cuando se haya
desarrollado un mejor sentido de proporción y los hombres comiencen a pensar en
términos de alma, propósitos y destino, entonces la enfermedad, tal como la
conocemos, se clasificará en dos principales categorías:
1. Las que purifican y hacen necesario un período de tonificación y
descanso para el cuerpo, en preparación para continuar la vida en la tierra.
2. Las que producen el retiro, o abstracción del alma, en sus dos
aspectos, vivencia y conciencia.” (378)
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(365) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Segundo. Causas que Emanan de la Vida Grupal. Ley VII. Regla Cinco. 1. Enfermedades
de la Humanidad, Heredadas del Pasado. B. Tuberculosis. (pág. 179)
(366) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Segundo. Causas que Emanan de la Vida Grupal. Ley VII. Regla Cinco. 1. Enfermedades
de la Humanidad, Heredadas del Pasado. C. Cáncer. (pág. 181)
(367) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Segundo. Causas que Emanan de la Vida Grupal. Ley VIII. Regla Cinco. 3. Enfermedades
Raciales y Nacionales (pág. 194)
(368) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley VIII. Introducción (pág. 198)
(369) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley VIII. Regla Seis (pág. 209)
(370) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley VIII. Regla Seis (pág. 213)
(371) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley VIII. Regla Seis (pág. 216)
(372) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley VIII. Regla Seis. 1. Las Deudas Kármicas
del Individuo (pág. 218)
(373) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley IX. Regla Seis (pág. 222)
(374) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Tercero. Nuestras Deudas kármicas. Ley IX. Regla Seis. La Desarmonía y la
Enfermedad Causada por los Siete Rayos (pág. 224)
(375) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Cuarto. Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. La Causa Dual de la
Congestión. (pág. 232)
(376) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Cuarto. Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. La Demencia Precoz..
(pág. 237)
(377) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Cuarto. Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. La Eutanasia. (pág.
237)
(378) PRIMERA PARTE. Las Causas Fundamentales de las Enfermedades. Capítulo
Cuarto. Respuestas a Algunas Preguntas. Ley IX. Regla Seis. Los Gérmenes.. (pág.
240)
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