Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XXVI)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 2 - Psicología Esotérica II (1942)
“Las siete reglas o factores para “Obtener el control por el Alma” son:
1. La tendencia innata e inextirpable de
mezclar y sintetizar.
Constituye la ley o regla de la vida misma:
a. Esta tendencia da por resultado en el
aspecto forma, la destrucción y la ruina, con su corolario de dolor y
sufrimiento. En el aspecto vida, da por resultado la liberación y la
consiguiente expansión.
b. Es la causa básica de toda iluminación
-individual, racial, planetaria y del sistema.
c. Es el resultado de un acto de la
voluntad, causado por el impulso presentido e innato propósito de Dios. Sin
embargo -y esto a menudo se olvida- tal tendencia se inicia cuando el Logos
planetario reconoce que Su plan a su vez también está condicionado y es parte
integrante de un plan aún mayor -el de la Deidad solar. Dios, el Logos solar,
está igualmente condicionado por un propósito de vida más elevado.
2. La cualidad de la visión oculta:
a. Esta cualidad, en el aspecto forma,
produce la vista física, la ilusión astral y el conocimiento concreto. En el
aspecto vida produce iluminación, incluyendo la extensa iluminación reflejada
por nuestro planeta en el cielo, similar a la que hace al individuo un portador
de luz, que eventualmente permitirá que la entera humanidad constituya una
estación en la tierra.
b. Es la causa fundamental de toda
percepción sensoria y el anhelo instintivo de llegar a la conciencia, en sus
numerosas fases. La Jerarquía tiene que trabajar con esta cualidad,
intensificándola y proporcionándole poder magnético.
c. Es el resultado superior del deseo que se
funda intrínsecamente en la voluntad para formar un Plan y un propósito.
3. El instinto para formular un plan. Este
instinto rige toda actividad que, en el proceso evolutivo, se divide en
actividad instintiva, inteligente, intuitiva o plena de propósito, y en
actividad iluminada, en lo que al género humano concierne. Esto incluye a ese
sector de la Jerarquía que trabaja con la humanidad. Los aspectos más elevados
de actividad planeada son muchos y diversos y todos se sintetizan por la
actividad del tercer rayo, enfocada hoy en el séptimo rayo:
a. Observada desde el aspecto forma, esta
facultad de hacer planes conduce a la actividad separatista y egoísta.
Observada desde el aspecto vida, conduce a una colaboración fusionada que pone
en actividad cada unidad de energía en todas las formas y aspectos subjetivos y
unificados, a fin de que emprendan la tarea de unificación. Esto está
sucediendo hoy poderosamente en el mundo actual. La tendencia a la unificación
conduce, ante todo, al ser humano a desarrollar una personalidad integrada,
para luego subordinar esa personalidad en bien del todo mayor.
b. Constituye la causa básica de la
evolución misma -individual, planetaria y del sistema.
c. Este instinto es el resultado del
desarrollo de la mente o manas, y el surgimiento de la inteligencia. Es la
cualidad particular o naturaleza instintiva, mediante la cual la humanidad
expresa el primer rayo de intención volitiva, fomentada por el deseo y
trasmutada en actividad inteligente.
4. El anhelo de vivir una vida creadora, por
medio de la facultad divina de la imaginación. Dicho anhelo, como podrá verse
fácilmente, está estrechamente relacionado con el cuarto Rayo de Armonía, que
produce unidad y belleza, adquiridas a través del conflicto:
a. En el aspecto forma conduce a la guerra,
a la lucha y a la construcción de formas que luego deben ser destruidas. En el
aspecto vida, conduce a la cualidad, a la irradiación vibratoria y a la
revelación, en la tierra, del mundo de significados.
b. Por lo tanto, es la causa básica de la
esencia sutil o revelación, que trata de expresarse a través de todas las
formas de cada reino de la naturaleza. No hay un término mejor para expresar la
maravilla oculta que debe ser revelada: la revelación del significado. En la
actualidad ya comienza a suceder.
c. Es el resultado de la capacidad -unas
veces adecuada y otras inadecuada- que posee la conciencia interna de revelar
en qué medida controla por medio del Plan y cómo responde a la intención
superior. Actualmente los miembros de la Jerarquía dependen de esta respuesta,
al tratar que aflore en la conciencia humana el significado oculto.
5. El factor análisis. Este factor
sorprenderá a quienes sufren la consecuencia del abuso del poder de
discriminar, analizar y criticar. Sin embargo, es una cualidad fundamental y
divina que produce una participación inteligente en el Plan y una habilidad en
la acción:
a. En el aspecto forma se manifiesta como la
tendencia a separar, dividir y crear posiciones contradictorias. En el aspecto
vida, conduce a esa comprensión que tiende a la identificación, por medio de la
elección y la comprensión más amplias.
b. Es el impulso y la causa básica que
conducirá a la aparición eventual de ese reino de la naturaleza, superior al humano,
el cual pertenecerá estrictamente al alma y manifestará en la tierra el quinto
reino de la naturaleza, el reino de los dioses. Debe tomarse nota de esta
frase.
c. Es el resultado del trabajo activo de los
hijos de Dios, los hijos de la mente, y también su aporte a la contribución
total planetaria, como parte del gran Plan del sistema. La Jerarquía misma es
la manifestación externa e interna del sacrificio de los divinos Manasaputras
(tal como se los denomina en La Doctrina Secreta) y sus miembros responden a la
visión que han presentido del Plan para la totalidad. La Jerarquía es
esencialmente el germen o el núcleo, del quinto reino de la naturaleza.
6. La cualidad innata que posee el hombre
para idealizar. Se funda en el éxito del Plan mismo. Originalmente dicho Plan
trató de despertar en el hombre las siguientes respuestas: correcto deseo,
correcta visión y correcta actividad creadora, basados en la correcta
interpretación de los ideales. Estos tres propósitos merecen ser considerados
detenidamente:
a. En el aspecto forma se ha desarrollado
como deseo material, conduciendo eventualmente a la crueldad y, con frecuencia,
a una extrema expresión sádica. En el aspecto vida, ha conducido al sacrificio,
a un centrado propósito, al progreso en el sendero y a la devoción.
b. Constituye la causa básica de toda
organización y colaboración. El ideal que tiene ante sí la Jerarquía es la
realización del Plan. El Plan es trasmitido a la humanidad en forma de ideas
que, con el tiempo, se convierten en ideales -ideales que deben desearse y
luchar por ellos. A fin de materializar esos ideales, surge la tendencia a
organizar.
c. Es el resultado -en forma curiosa- del
trabajo de un grupo peculiar de trabajadores mundiales que la humanidad conoce
con el nombre de Salvadores Mundiales. Son los Fundadores de esas formas
mediante las cuales las ideas divinas se convierten en ideales de las masas, en
todas las esferas del pensamiento humano. Todo gran conductor mundial es
necesariamente un “Salvador sufriente”.
7. La interacción de las grandes dualidades
es la séptima regla o fuerza controladora, con la que trabaja la Jerarquía.
Debido a la actividad engendrada por esta interacción y a los resultados
obtenidos (que producen siempre un tercer factor) el mundo manifestado es
impulsado a seguir la línea del Propósito divino. Esto no es evidente para el
hombre que está sumergido en los detalles de la vida, pero si pudiéramos ver la
vida planetaria tal como la pueden ver los Maestros, veríamos aparecer el
diseño en toda su belleza y la estructura de la idea de Dios acerca del
universo, parecería hoy más nítidamente delineada y poseería mayor síntesis y
belleza de detalles que en el pasado:
a. En el aspecto forma da la impresión de
estar aprisionado por el factor tiempo, víctima de la velocidad y de las
implacables fuerzas de todas las actividades de la vida, cuando actúan sobre el
aprisionado ser humano. En el aspecto vida, proporciona un vivir rítmico y la
consciente adaptación de la energía al propósito y a la meta inmediatos.
b. Necesariamente es la causa fundamental de
la aparición y desaparición de las formas humanas y de las que han sido
construidas por los seres humanos.
c. Es el resultado de la unificación
efectuada en el plano físico que produce las unificaciones inferiores, así como
las efectuadas hasta ahora en la conciencia humana han producido la unificación
con el alma. Las unificaciones más elevadas hechas hasta ahora en el plano de
la mente se han de expresar oportunamente en el plano de la vida física.” (280)
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“Sólo dos cosas permitirán al hombre penetrar en este reino interno de
causas y de revelación, y son:
Primero, el esfuerzo constante, basado en un impulso subjetivo para
crear esas formas que expresarán alguna verdad presentida; mediante ese
esfuerzo y por su intermedio, el énfasis cambia constantemente desde el mundo
externo aparente, al aspecto interno fenoménico. Por este conducto se produce
un enfoque en la conciencia que oportunamente se afirma y se aparta de su
actual intensa exteriorización. Un iniciado es, esencialmente, un individuo
cuyo sentido de percepción se ocupa de los contactos e impactos subjetivos y no
se preocupa predominantemente del mundo de las percepciones sensorias externas.
Este interés, cultivado en el mundo interno de significados, no sólo tendrá un
pronunciado efecto sobre el buscador espiritual, sino que con el tiempo dará
importancia, ya reconocida en la conciencia cerebral de la raza, al mundo de
significados como único mundo real para la humanidad. Esta comprensión dará
lugar, a su vez, a dos efectos:
1. La estrecha adaptación de la forma a los
factores significativos que la han traído a la existencia en el plano externo.
2. La creación de la verdadera belleza en el
mundo y, por consiguiente, un acercamiento más estrecho al mundo de las formas
creadas, a la verdad interna emergente. Podría decirse que la divinidad está
velada y oculta en la multiplicidad de formas con sus infinitos detalles, y en
la simplicidad de las formas, que oportunamente se verá, llegaremos a una nueva
belleza, a un más amplio sentido de la verdad y a la revelación del significado
y del propósito de Dios en todo lo que Él ha realizado época tras época.
Segundo, el continuo esfuerzo por llegar a ser sensible al mundo de las
realidades significativas y, por lo tanto, crear esas formas en el plano
externo que serán la copia fiel de los impulsos ocultos. Esto se efectuará
cultivando la imaginación creadora. Hasta ahora, la humanidad sabe poco sobre
esta facultad que está latente en todos los hombres. Un destello de luz irrumpe
en la mente que aspira; un sentimiento de esplendor develado penetra por un
instante a través del tenso aspirante que espera la revelación; la súbita
comprensión del color, la belleza, la sabiduría y una gloria indescriptibles,
se abren ante la conciencia sintonizada del artista, en un elevado momento de
dedicada atención y, por un segundo, la vida se ve como esencialmente es. Pero
la visión desaparece, se desvanece el fervor y la belleza se disipa. El hombre
ha quedado con un sentimiento de congoja, de pérdida y, sin embargo, posee la
certeza de un conocimiento y un deseo de expresar, como nunca ha experimentado
antes, aquello con lo que ha entrado en contacto. Debe recuperar lo que ha
visto y revelado a quienes no han experimentado ese momento secreto de
revelación; de algún modo debe expresarlo y revelar a otros la significación
que existe detrás de la apariencia fenoménica. ¿ Cómo hacerlo? ¿ Cómo recuperar
lo que una vez fue suyo y parece haber desaparecido retirándose del campo de su
conciencia? Debe comprender que aquello que ha visto y con lo cual ha hecho
contacto aún está allí y contiene la realidad; que es él quien se ha apartado y
no la visión. El dolor que se sufre en los momentos intensos hay que pasarlo,
vivirlo una y otra vez, hasta que el mecanismo de contacto se acostumbre a la
vibración elevada y pueda, no sólo sentir y hacer contacto, sino retener y
hacer contacto a voluntad con ese mundo oculto de belleza. El cultivo de este
poder de penetrar, retener y trasmitir, depende de tres cosas:
1. La voluntad de soportar el dolor de la
revelación.
2. El poder de mantener un punto elevado de
conciencia en el cual llega la revelación.
3. La centralización de la facultad
imaginativa sobre la revelación o sobre todo lo que la conciencia cerebral
puede traer a la zona iluminada del conocimiento externo. Esto constituye la
imaginación o la facultad de crear imágenes, que vincula la mente con el
cerebro y produce la exteriorización del esplendor velado.” (281)
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(280) CAPITULO I. El Rayo del Ego. IV. Reglas
para Obtener el Control por el Alma. 2. Las Siete Reglas (pág. 177)
(281) CAPITULO I. El Rayo del Ego. IV. Reglas
para Obtener el Control por el Alma. 2. Las Siete Reglas. d. El Anhelo de
Lograr una Vida Creadora (pág. 197)