Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XXV)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 2 - Psicología Esotérica II (1942)
“El servicio que hoy se presta es lo que es, porque constituye la
respuesta de los hombres a estas nuevas influencias acuarianas que se registran
actualmente en el cuerpo astral, a través del plexo solar. Esto explica por qué
gran parte del servicio prestado ahora en el mundo, es de naturaleza emocional
y responsable del odio engendrado por quienes reaccionan sensiblemente al
sufrimiento y, debido a su identificación emocional con el sufrimiento, culpan
a una persona o grupo de las penosas condiciones enfrentadas. También es
responsable de la insuficiencia de gran parte de lo que se realiza ahora para
aliviar las condiciones insuficientes desde el elevado punto de vista del
alma.” (274)
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“Se ha puesto demasiado énfasis sobre el proceso por el cual la
naturaleza inferior debe ser subyugada a la Ley del Servicio superior, y se ha
desarrollado la idea del sacrificio, en sus peores implicaciones. Esta idea
hace resaltar el necesario e inevitable choque que existe entre la naturaleza
inferior que actúa bajo sus propias leyes, y los aspectos superiores que actúan
bajo las leyes espirituales. La palabra sacrificio es muy apropiada cuando
adquiere grandes proporciones el sacrificio de lo inferior a lo superior. Hay
sacrificio, hay sufrimiento y hay un doloroso proceso de desapego, y también
hay el prolongado esfuerzo de permitir que la vida fluya, mientras que la
personalidad constantemente interpone una barrera y una obstrucción tras otra.
Esta etapa y esta actitud pueden ser observadas con simpatía y comprensión,
pues muchas personas poseen tanta teoría respecto al servicio y su expresión,
que no prestan servicio alguno ni captan comprensivamente el período de dolor
que precede siempre a un más amplio servicio. Las teorías obstruyen el camino
hacia la veraz expresión y cierran la puerta a la verdadera comprensión. El
elemento mente es demasiado activo.” (275)
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“Todo está regido por cierto imperativo para lograr la satisfacción, y
esto caracteriza la búsqueda del hombre en cada etapa de su desarrollo -se
trate del impulso instintivo de la auto-conservación, que puede observarse en
el salvaje, en su búsqueda por el alimento o en los problemas económicos del
hombre civilizado moderno; la procreación y la satisfacción del apetito
demostrado hoy en la compleja vida sexual de la raza; el deseo de ser popular,
amado y estimado; el anhelo de sentir satisfacción intelectual y la apropiación
mental de la verdad; el deseo profundamente arraigado de lograr el cielo y el
descanso que caracteriza al cristiano; la aspiración de obtener la iluminación
que demanda el místico, o el anhelo de identificarse con la realidad que es el
deseo del ocultista. Todo es deseo en una u otra forma, y la humanidad está regida
y controlada por estos deseos; diría muy definidamente controlada, pues es
simplemente un enunciado del caso.
La comprensión de esta inclinación fundamental o factor controlador del
hombre, está detrás de las enseñanzas dadas por el Buddha y personificada en la
filosofía budhista de las Cuatro Nobles Verdades:
a. La existencia en el universo fenoménico es inseparable del
sufrimiento y de la aflicción.
b. La causa del sufrimiento se debe al deseo de venir a la existencia
en el universo fenoménico.
c. La cesación del sufrimiento se logra eliminando el deseo de existir
fenoménicamente.
d. El sendero que conduce a la cesación del sufrimiento es el Noble
Sendero Óctuple.” (276)
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“…El discípulo procurará hallar, sin pasión, dolor o sufrimiento, la
diferencia que existe entre:
1. Correcto y erróneo.
2. Bien y mal.
3. Luz y oscuridad, entendido espiritualmente.
4. Prisión y libertad.
5. Amor y odio.
6. Introversión y extroversión. Sería conveniente reflexionar sobre
esta dualidad.
7. Verdad y falsedad.
8. Conocimiento místico y ocultista.
9. Yo y no-yo.
10. Alma y cuerpo.” (277)
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“Debe recordarse que la Ley de Repulsión, la Ley de los Ángeles
destructores, actúa en siete direcciones, produce efectos sobre siete distintos
tipos de seres y de hombres y, debido a su actividad, trae al Hijo pródigo de
vuelta al hogar del Padre, lo cual hace que él “se levante y ande”. Debe
recordarse que cuando el Cristo narró esta historia dejó bien aclarado que el
peregrino no sintió el impulso de regresar hasta que volvió en sí y recobró su
sentido como resultado de haber satisfecho los deseos de una vida licenciosa.
Luego vino la consiguiente saciedad y el descontento, y un período de intenso
sufrimiento y perdió la voluntad de ambular y desear. Un estudio sobre esta
historia será revelador. En ninguna Escritura se explica la secuencia de estos
acontecimientos (al hablar de la existencia del peregrino, su vida en un país
lejano y su regreso), concisa y bellamente narrados como El lo expreso.
Estudien esta parábola en la Biblia y también la trayectoria del peregrino.”
(278)
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“Cuando el reino animal, considerándolo desde el punto de vista del
todo y no desde el punto de vista de las especies, alcanzó una etapa particular
de desarrollo, entonces simultáneamente se produjo una precipitación de energía
de los siete rayos en la vida planetaria. Esto sucede muy raras veces, y el
enorme estímulo que sufrieron entonces las formas sensibles de la vida (los
animales en esa época eran muy sensibles), produjo el surgimiento de una nueva
forma, la humanidad infantil. Fue la reacción de ese reino, expresada a través
de la vida que mora internamente, el Ser animal (que es la vida animadora de
ese reino de la naturaleza), la que produjo la individualización en los más
avanzados hombres-animales de entonces.” (279)
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(274) CAPITULO I. El Rayo del Ego. II. Las
Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal. 3. La Ley del Servicio. a.
Ciertas Preguntas Respecto al Servicio (pág. 105)
(275) CAPITULO I. El Rayo del Ego. II. Las
Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal. 3. La Ley del Servicio. a.
Ciertas Preguntas Respecto al Servicio. ¿Cuál es el campo de esta ciencia, y
por qué la denominamos ciencia? (pág. 108)
(276) CAPITULO I. El Rayo del Ego. II. Las
Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal. 4. La Ley de Repulsión. a. La
Ley de Repulsión y la Ley del Deseo (pág. 129)
(277) CAPITULO I. El Rayo del Ego. II. Las
Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal. 4. La Ley de Repulsión. c. La
Ley de Repulsión y el Peregrino en el Camino de la Vida (pág. 135)
(278) CAPITULO I. El Rayo del Ego. II. Las
Siete Leyes de la Vida del Alma o Vida Grupal. 4. La Ley de Repulsión. c. Las
Siete Direcciones de la Ley de Repulsión (pág. 137)
(279) CAPITULO I. El Rayo del Ego. III. Los
Cinco Grupos de Almas (pág. 171)
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