martes, 13 de noviembre de 2018

EL APEGO (*)



(Los resaltados en negrita son personales)

“El apego es intenso deseo por la existencia sensoria, inherente a toda forma; es la propia perpetuación, y es conocido hasta por los más sabios.”

"Este tipo de apego constituye la causa básica de toda manifestación, siendo inherente a la relación de los dos grandes opuestos, espíritu y materia; es el factor que rige la manifestación logoica, por tal razón hasta los más sabios están sujetos a él. También es la facultad de autorreproducción y autoperpetuación automáticas; por lo tanto debe recordarse que la superación de esta tendencia, aún llevada al más elevado nivel por el adepto, sólo es relativa. Mientras el Logos de nuestro sistema solar o el espíritu absoluto, encarne por intermedio de un sistema solar, esta tendencia estará presente en el espíritu planetario más elevado y en la existencia espiritual más elevada. Lo máximo que se puede alcanzar, al vencer el apego o matar el deseo, es el desarrollo del poder de equilibrar los pares de opuestos en cualquier plano, a fin de que nadie quede atrapado por las formas de ese plano ni pueda evadirlo. El estudiante común da un significado muy secundario a las palabras matar el apego y el deseo; lo interpreta en términos de su propio y reducido progreso. Son simplemente palabras que tratan de expresar en forma muy inadecuada, aunque simbólica, una actividad oculta. Únicamente pueden ser comprendidas en términos de la Ley de Atracción y Repulsión y mediante la comprensión del sistema de vibraciones ocultas.

La voluntad de vivir o de manifestarse, es parte del impulso de la Vida divina, por lo tanto es correcta. La voluntad de ser o de manifestarse en un plano específico, o por medio de un grupo específico de formas, es incorrecta cuando se ha trascendido esa esfera de manifestación; el mal aparece cuando cualquier conjunto peculiar de formas ha cumplido el propósito de proporcionar los medios para hacer contactos y adquirir experiencias y nada tiene que enseñar pues el mal sólo es la tendencia a volver a emplear las formas y prácticas que el Morador interno ha trascendido. Por esta razón los groseros pecados animales son considerados universalmente malos, pues por lo general se reconoce que el Morador en la forma del hombre ha superado el tercer reino, o reino animal.

Por lo tanto un adepto ha trascendido el apego a la forma en los tres planos (físico, astral y mental) y ha matado toda ansia por las formas de esos planos. Cuando la vida o espíritu se retira, la forma muere ocultamente. Cuando el pensamiento del ego o yo superior está ocupado en su propio plano, no hay energía saliente, dirigida a la materia de los tres mundos, de manera que no es posible la construcción de formas ni el apego a las mismas. Esto está de acuerdo con la verdad oculta de que "la energía sigue al pensamiento" y también con la enseñanza de que el cuerpo del principio crístico (el vehículo búdico) sólo se va coordinando a medida que se desvanecen los impulsos inferiores; concuerda además con el hecho de que el vehículo causal, el cuerpo del yo superior, en los niveles abstractos del plano mental, adquiere belleza, dimensión y actividad, con mayor rapidez durante las etapas del discipulado, de lo que fue posible en todo el ciclo de encarnaciones. La energía egoica no es estrictamente saliente, sino que, más literalmente, va dirigida al propio desarrollo. El apego a la forma, o la atracción de la forma por el espíritu, es el gran impulso involutivo. La repulsión de la forma y su consiguiente desintegración, es el gran impulso evolutivo."


Extraído del libro "La Luz del Alma (LOS AFORISMOS DE LA YOGA DE PATANJALI)" - Libro Segundo - Maestro Tibetano (A.A.B.)

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Reflexiones personales:

A tenor de lo manifestado por el Maestro, es por medio del apego (relación intrínseca entre espíritu y materia) que la existencia viene a la manifestación. La Voluntad del Logos Solar por encarnar (manifestarse) en Su sistema es la causa de que todo lo que conforma su Ser se encuentre matizado por el apego.

En consecuencia, lo único que podemos intentar realizar (que no es poco) es equilibrar los pares de opuestos (espíritu-materia), es decir, encontrar ese difícil punto neutro de equilibrio que nos permita no estar sujeto a su influencia.

Mientras exista oportunidad de aprendizaje el apego a "algo" no es negativo. Es a partir del momento en que ese "algo" ya no puede aportarnos nada nuevo (lo trascendemos), que el continuar aferrados al mismo produce estancamiento y, por tanto, impide nuestra evolución y sus consecuenias negativas que ello conlleva.

Encontrándonos los seres humanos en el arco evolutivo ascendente, la tendencia natural del espíritu es a desapegarse de las formas.


Dani


(*) Este artículo fue publicado en fecha 23/02/2016 en el blog "En Compañía del Alma"

4 comentarios:

  1. ¡Gracias Dani por tu artículo!

    Es interesante como la Voluntat divina responde de alguna manera a este "deseo" de manifestación y de adquisición de consciencia.
    Parece entonces que la misma Ley de Atracción que nos impulsa hacia la forma material, produce luego el efecto de dirigirnos hacia el desapego de esta misma forma. ¿Cómo lo ves? Quiero decir que gracias al apego a la forma que nos permite adquirir experiencia, "despertamos" y emprendemos el Camino de Regreso.

    ¡Gracias, una vez más!Un abrazo.

    Neus

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    1. En cierta manera es así.

      Yo creo que mas que desapegarnos de la forma, quizás sería mejor decir el no identificarnos con la misma, para de esta manera saber que no somos la forma sino el morador que habita en ella.

      Se nos dice que hemos de llegar a elevar la materia y purificarla (sutilizarla), para ello debemos trabajar estrechamente con la forma pero saber en todo momento que no somos la forma.

      Un abrazo

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    2. Gracias Dani, por tus clarificadoras palabras.

      Un abrazo,
      Neus

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