lunes, 25 de junio de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XII) - El Discipulado en la Nueva Era Vol. II - (2)


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XI)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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EL DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA – VOL. II (1955)


“Por lo general los aspirantes sufren amargamente por los muchos ciclos de oscuridad que aparentemente atraviesan, se quejan de la dificultad de trabajar en la oscuridad o de que no ven la luz en parte alguna, olvidando que la capacidad de trabajar en la oscuridad o en la luz constituye una sola facultad inherente. La razón de esto es que el alma únicamente conoce al ser, y la luz y la oscuridad son para el alma, una y la misma cosa. Sobre todo, el conocimiento viene por medio del experimento consciente y no puede obtenerse experiencia alguna donde no hay una actividad experimental. El conocimiento es la recompensa de ambos factores, un conocimiento que no es teórico sino comprobado y real y resultado inteligente de un arduo trabajo, es también efecto de la frecuente angustia (correctamente manejada) y de la anticipación espiritual.



Lo antedicho es verdad en la vida y en el trabajo del aspirante individual cuando encara el problema de su propia naturaleza inferior y se prepara para la etapa de llegar a ser una personalidad fusionada con el alma; atañe también al discípulo activo que busca el conocimiento y la sabiduría, cuando cumple lo mejor que puede el Plan jerárquico. Forzosamente debe experimentar y obtener experiencia práctica; aprender el significado tanto del éxito como del fracaso, y el conocimiento que pueda obtenerse por medio de ello. El conocimiento llega primero cuando se lucha por avanzar hacia una luz mayor y más clara y después cuando el aspirante (que trata de expresar el alma) aprende a olvidarse de sí mismo ante la necesidad de los demás, cuando ellos le demandan la luz y el conocimiento que pueda poseer. La sabiduría ocupa el lugar del conocimiento cuando en la transmutación de los fuegos de la lucha, el dolor y el arduo trabajo, el aspirante se trasforma en discípulo activo y es gradualmente absorbido en las filas de la Jerarquía.” (136)

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“Los discípulos trabajan arduamente (como usted lo ha hecho siempre) para que su relación con la humanidad sea incluyente, y luchan para crear esas condiciones que producirán la deseable expansión de conciencia. Pero a menudo olvidan que tal expansión no sólo los hará susceptibles a las influencias superhumanas y a las incluyentes condiciones del alma, sino que lógicamente incluirán además todas las etapas intermedias de la percepción, así como el poder de incluir las reacciones, las condiciones mentales y emocionales y el dolor y el sufrimiento de la humanidad desorientada y dolorosamente puesta a prueba, incluyendo además sus gozos y aspiraciones.” (137)

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“…pueden transcurrir muchas vidas de índole tan inútil que no merezcan comentario alguno. Luego puede llegar una vida donde la atención del alma, la del Maestro y la del grupo se concentre en el plano físico, sobre el discípulo que lucha, intensificando su situación, obligándolo a “luchar hacia la luz del día”, vigilado por quienes comprenden y por los que no comprenden, causando gran sufrimiento al trabajador sensible.” (138)

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“…Una gran Ley de Compensación entra en vigencia en forma peculiar y en ciertas líneas especiales, en lo que al discípulo aceptado se refiere. El énfasis puesto sobre la disciplina, la purificación y el arduo y exigente trabajo sobre el desprendimiento de lo que la personalidad aprecia, es una fase necesaria del desarrollo ocultista. En general esto se reconoce y a menudo con cierta pena, pero -paralelamente al período de dolor y dificultad- hay una actividad compensatoria del alma que lleva toda la vida y circunstancias a una verdadera perspectiva y cambia las actitudes tan radicalmente que el reconocimiento de una adecuada recompensa supera el dolor. La Ley del Sacrificio y la Ley de Compensación están estrechamente aliadas, pero la del sacrificio es la que entra primeramente en actividad en la vida y se convierte en un factor reconocido en la vida diaria. La compensación se reconoce más tarde.” (139)

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“Este pensamiento subyace en la frase que frecuentemente aparece en los libros teosóficos como kama-manas deseo-mente Porque toda sensación, emoción evoca inevitablemente deseo. Si la emoción evocada es placentera, debido a que la mente reconoce la sensación (registrada en el cuerpo astral), entonces produce el deseo de continuar o repetir la experiencia. Si en vez de placentera es dolorosa, entonces se produce como reacción el deseo de que cese la experiencia y, por lo tanto, se libera de ella. Este deseo básico humano conduce al deseo de liberarse (en el primer ejemplo) de la matriz y de entrar en la vida del plano físico, y de allí ascender a ese grande y último deseo de liberarse y entrar en la vida misma. Este pensamiento nos conduce al mundo de la más técnica sicología esotérica.” (140)

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“En la deslumbrante luz del Ashrama, el discípulo comprende que todavía no adquirió el derecho de atravesar el pasillo hasta el santuario del Maestro, pero es necesario que vaya al mundo de los hombres, de oscuridad y de dolor; entonces, puede volver al Ashrama a fin de obtener fuerzas para continuar su trabajo externo. Lo que existe externamente, más allá de la puerta del Ashrama, simbólicamente hablando, llega a ser para él de mayor importancia que atravesar el pasillo. Cuando ambos ojos “actúan en la luz dual”, su sentido de los valores se reajusta y su propia y progresiva satisfacción llegó a ser de menor importancia de lo que él podía hacer para aliviar el dolor y la angustia que existe más allá de la puerta.” (141)

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“Las crisis, hermano mío, pueden ser objetivas o subjetivas; si se producen en el plano físico no tiene gran significación desde el ángulo espiritual, aunque causen mucho sufrimiento y dolor a la personalidad; si surgen en la conciencia en los planos emocional o mental, y ofrecen la oportunidad para actuar, dicha actuación estará mayormente vinculada a la personalidad; también puede ser el resultado de la intención del alma plasmada en el cerebro y registrada por la personalidad, entonces sí son de suprema importancia, pero a menudo pasan desapercibidas, a no ser que el discípulo esté muy alerta y constantemente consciente de la afluencia cíclica de energía espiritual.” (142)

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“Una de las características sobresalientes del discípulo consagrado es que sabe mantenerse firme e inconmovible, no importa lo que le suceda o lo que pase a su alrededor. Un sinnúmero de cosas les ocurren a los discípulos en estos días porque soportan el peso de la catástrofe mundial. Quizás le sorprenda este enunciado pero debe recordar que enfrentan simultáneamente las condiciones prevalecientes en los tres planos y, al mismo tiempo, se esfuerzan por vivir como almas. Por consiguiente, se pondrá de manifiesto la exactitud de mi enunciado, si medita durante unos minutos sobre lo implicado. En todas partes se sufre terriblemente. La gente de todo el mundo padece física y emocionalmente insoportables dolores. El discípulo aceptado, sin embargo, sufre también mentalmente, y a esto debe añadir la capacidad de identificarse con el todo; su imaginación entrenada también presenta una dificultad especial, porque puede incluir posibilidades que otros quizás no visualizan, pues presumiblemente abarca y capta más el plan; además se esfuerza por aplicar su conocimiento del plan a la situación ambiental inmediata, y trata denodadamente de comprender y al mismo tiempo de interpretar a los demás, no importa lo que pase en su propia vida personal.” (143)

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“El apego a la forma trae dolor, los apegos son dos: Uno, a las formas de la tierra, de los hombres y del lugar; el otro, a la verdad. Ambos traen dolor, y el dolor debe cesar.” (144)

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“La gente pocas veces se da cuenta de la naturaleza y del poder de esa fortaleza -la cual proviene de un profundo amor impersonal y de la comprensión de que, en la luz de las verdades eternas, todo dolor es sólo temporario, toda dificultad y lucha son efímeras, y hemos recorrido con frecuencia este camino en el desdichado pequeño planeta de sufrimiento llamado Tierra. Así llegamos a saber que no pasaremos muy frecuentemente por este camino. ¿Comprendió el significado de esta frase, hermano mío?



Así como en el año hay días que se destacan por su oscuridad y por estar sobrecargados de tinieblas y agonía, hay vidas que se destacan análogamente en un ciclo de vidas por la variedad de experiencias que se adquiere, el amargo acopio de dolor y aflicción y el agotamiento del karma acumulado, a menudo desdichado y angustioso. Pero, hermano mío, no todas las vidas son como ésta, y el hecho de que la actual fue tan dura, durante años, le garantiza que agotó mucho karma, se halla ilimitadamente más libre y menos obstaculizado En la próxima encarnación cosechará los frutos de todo este sufrimiento.”

…/…



Le recordaré que sufrir mentalmente por los demás es el peor de todos los dolores. Esto lo sabe, pero le hago presente que la capacidad de hacerlo e identificarse con el dolor, que no es específicamente el suyo, es algo que todos los discípulos deben dominar, porque es una de los primeros pasos que permiten cargar con el dolor del mundo y la agonía de la familia humana, y así llegar a ser miembro de la “fraternidad de los sufrimientos de Cristo” y aliviar el dolor del mundo. Actuamos y vivimos en un planeta de dolor. Sólo cuando el hombre llega a ser un iniciado de alto grado conoce la razón de esto; por eso forzosamente debe valerse de las vulgares verdades que la humanidad sufriente ha desarrollado para justificar las cosas tal cual son. Ninguna se aproxima en lo más mínimo a la verdadera razón ni proporciona una real vislumbre del problema. Los hombres deben esperar comprenderlos recién cuando el dolor de los demás no los pueda herir ni limitar. Esto sucederá después que hayan aprendido a soportar su propio dolor. Sólo entonces podrán comenzar a aliviar la carga de la humanidad y a cumplir cada uno su parte de responsabilidad.



Aquí surgen nuevamente las contradictorias y bellas palabras: Unidad aislada. Cuando uno se aísla apartándose de la forma y está libre de toda identificación con el aspecto vida, entonces se conoce el verdadero significado de la unidad, se libera del dolor y es libre para liberar a otros.” (145)

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“Ni la ansiedad ni el dolor abrumarán al hombre que mora en la conciencia de la eternidad; este sentido de lo eterno, junto con el conocimiento de la unidad esencial, caracterizan a los moradores de un ashrama.” (146)

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““Ni en el dolor ni en la alegría se encuentra la liberación.

Ni en la oscuridad ni en la luz aparecerá el sol espiritual.

Los pares de opuestos distraen los ojos de los hombres.

Sólo el ojo único dirige los pasos

Del iniciado en el Camino.”” (147)

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“Todo es un proceso de abstracción e involucra dolor. Hay una estrecha relación entre el dolor y la ley que estoy considerando. La Ley de Abstracción abstrae al discípulo de los tres mundos del esfuerzo humano; la misma ley produce el impulso ascendente que manifiestan todas las unidades de vida y conduce a la búsqueda de todas ellas a fin de identificarse con el UNO." (148)

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“¡Grande es el misterio del dolor!



Las palabras pronunciadas para todos los hijos de los hombres, los Hijos de Dios, fueron: Aprendan por medio de la lucha en la vida terrena a elegir el camino mejor, después el más bueno. No evadan el dolor. No busquen el camino más fácil, pues no lo encontrarán. Recorran el Camino que mediante el sufrimiento, el dolor y la terrible angustia, conduce a ese lugar elevado de donde ustedes vinieron -lugar donde Dios camina con los hijos de los hombres, que son los Hijos de Dios. Ante la augusta presencia todo dolor desaparecerá, el sufrimiento se desvanecerá y la muerte no triunfará. La belleza, la bondad y la fortaleza de Dios irradian la faz de los hombres." (149)

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(136) Sección Tres. Enseñanzas sobre la Iniciación. Novena Parte. Las Insinuaciones (pág. 344)
(137) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. F.C.D. Agosto de 1940 (pág. 396)
(138) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. I. S. G-L. Noviembre de 1944 (pág. 442)
(139) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. R.S.U. Noviembre de 1944 (pág. 525)
(140) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. W. D. S. Agosto de 1940 (pág. 535)
(141) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. W. D. S. Noviembre de 1944 (pág. 542)
(142) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. W. D. S. Agosto de 1946 (pág. 545)
(143) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. D. R. R. Agosto de 1940 (pág. 550)
(144) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. D. R. R. Agosto de 1942 (pág. 555)
(145) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. D. R. R. Septiembre  de 1943 (pág. 555 y 556)
(146) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. D. R. R. Noviembre de 1944 (pág. 558)
(147) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. D. H. B. Septiembre de 1943 (pág. 568)
(148) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. D. I.J. Noviembre  de 1944 (pág. 592)
(149) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos. Los Misterios (pág. 653)




domingo, 10 de junio de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XI) - El Discipulado en la Nueva Era Vol. II - (1)


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (X)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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EL DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA – VOL. II (1955)


Se acrecienta y continuará acrecentándose la tensión del mundo (*); aumenta la ansiedad y no hay señales de que aminore; la hora más oscura de la vida humana está sobre nosotros y con frecuencia conduce al ansioso discípulo a una experiencia -terrible aunque hermosa- designada como "la oscura noche del alma". Esta oscura noche adquiere diferentes formas y distintos grados de intensidad, de acuerdo al rayo, al tipo y a la etapa de evolución del discípulo. Nadie puede eludirla. Si se reflexiona detenidamente sobre la descripción que dan los místicos en el trascurso de las edades, encontrarán un error. En el pasado hicieron resaltar el sufrimiento experimentado y la agonía padecida por la personalidad. En realidad y desde el punto de vista de los hechos, ésa no es la verdadera noche oscura. La real "noche oscura”, es la del alma, cuando participa del dolor de toda la humanidad, de su agonía, por la separación existente entre la humanidad y Dios (separación basada en la ilusión, pero no en la realidad), y de la desesperación humana al dirigirse hacia un Dios aparentemente sordo. El dolor, la agonía y la desesperación de la personalidad, son cosas muy distintas que no conciernen a la totalidad del dolor y sufrimiento a que está sometido el género humano.” (126)

(*) El libro fue escrito en 1955

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Uno de los problemas que enfrentan los discípulos en estos momentos de tensión mundial, es mantener el correcto sentido de proporción, que conduce a desarrollar correctamente la actividad paralela -la actividad del discípulo interno y el trabajo del hombre externo. La meta consiste en lograr el perfecto equilibrio y no resulta fácil alcanzarlo. En todos los momentos de agonía y hecatombe mundiales (como el que experimentamos hoy), aparece un tercero y paralelo aspecto de la vida, que complica el problema del discípulo, al cual ya considera muy difícil y provocador. Dentro del hombre tenemos al discípulo interno, orientado conscientemente hacia la Jerarquía y la vida del reino de Dios, y también al atareado hombre externo preocupado con las distintas actividades, desempeñando la parte del ciudadano inteligente, tratando siempre de cumplir con su responsabilidad nacional y grupal; además tenemos al sufriente ser humano emocional, frecuentemente perplejo ante la agonía del mundo, reaccionando penosamente ante el dolor y la angustia de sus semejantes, horrorizado por los terribles resultados sicológicos de la guerra mundial, los impactos y complejidades sicológicos, estupefacto ante el presente y abrumado por el temor al futuro. Cuanto más pueda abarcar, mayor será su tensión y dolor; cuanto más avanzado esté en el Camino, más agudas serán sus reacciones, y cuanto más piense y proyecte para el futuro, verá con mayor claridad las posibilidades inminentes. No espero que suceda lo contrario; esta triple posición que inevitablemente deben adoptar, si son verdaderos discípulos, ofrece la oportunidad para la integración planeada e invita a que se hagan cargo de la parte individual que les corresponde en la responsabilidad y comprensión jerárquicas.” (127)

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“…Las instrucciones personales son ahora más completas y les recomiendo considerarlas como instrucciones que deben cumplirse. Leer constantemente, ser conscientes de las instrucciones y las enseñanzas que luego no son aplicadas activamente en el plano externo, demuestra simplemente evadir la realidad. A no ser que las instrucciones del maestro obtengan una respuesta experimental, los lazos ashrámicos se aflojarán y con el tiempo el discípulo entrará en un intervalo (a veces muy prolongado, involucrando varias vidas), donde irá a la deriva, leyendo y pensando, inactivo, con absorta y placentera atención, sin sufrir el dolor de la realización.…” (128)

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“El cese de los "grandes sonidos de los aspectos materiales" -el ruido de la guerra y de las explosiones y el clamor de la humanidad sufriente-, traerá una extraña y falsa paz que, al mismo tiempo, creará un canal para el acercamiento de las nuevas energías y fuerzas espirituales que -dirigidas por la Jerarquía- afluirán a la familia humana y traerán estímulo, receptividad y aspiración espirituales y una gran disposición hacia lo nuevo.…” (129)

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 “Los discípulos son también sensibles a otros factores de naturaleza más subjetiva, siendo algunos de ellos los siguientes:



1. El vórtice astral o emocional que la humanidad estableció inevitablemente como resultado del dolor captado, a través del cual debe pasar el discípulo observador.…” (130)
           
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“El trabajo de la red de luz y buena voluntad enfocado en el plano de la mente, consiste en utilizar este conocimiento a fin de afectar a la conciencia pública. Éstos son puntos que deberían ser simplificados y gradualmente enseñados con el más claro lenguaje a todos los miembros de Triángulos. El trabajo de Triángulos consiste en trabajar con las mentes de los hombres y con un factor empleado y explotado en todas partes por los dirigentes; el esfuerzo estriba en plasmar en las mentes ciertas ideas necesarias para el progreso humano. La gente reconoce la oscuridad y el sufrimiento actuales y, por lo tanto, dan la bienvenida a la luz; los hombres están cansados de odiar y luchar y, en consecuencia, dan la bienvenida a la buena voluntad.” (131)

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“…El agotamiento de la emoción y su trasferencia -como fuerza- al corazón, para ser trasmutada allí en energía de amor, se emprendió simbólicamente durante la época en que la humanidad estaba desarrollando nuevos reconocimientos. La humanidad, mediante el agotamiento de la energía emocional (incidental a la agonía de la guerra), es actualmente mucho más consciente del corazón que en cualquier otro momento de su historia. ¿Llegaron ustedes a comprender esto y la oportunidad que se les presentó?



El mundo de los hombres estuvo sometido a tanta tensión y sufrimiento, que centenares de miles de personas en casi todos los países, "nada sentían" -real o imaginariamente- y el centro plexo solar no aceptaba o absorbía nada más. Al que sufría sólo le quedaba el consuelo de que los hombres de todas partes estaban en la misma situación y la participación en común del sufrimiento unió a todos los hombres, sin tener en cuenta nacionalidad, religión o clase.



Por lo tanto, por primera vez en la historia, la humanidad empezó a reconocer una fase definida de la universalidad; el género humano, como un todo, empezó a "participar en la reacción del corazón". Esto era tan general y agudo que el corazón -como irradiación motivadora- se convirtió en un punto de enfoque humano. Uno de los primeros frutos del sufrimiento universalmente compartido, apareció en la Tierra, y con su aparición disminuirá grandemente todo sufrimiento futuro." (132)

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“Debe enseñarse a los discípulos el trabajo de presentación y de relación entre el tiempo y el acontecimiento. Un correcto sentido cronológico es algo que debe cultivar todo aquel que trabaja para la Jerarquía. Sin embargo, antes de poder realizarlo, debe él mismo reconocer y trabajar con ideas, aprender el método de acercamiento y el consiguiente empleo de la "nube de cosas conocibles" (a la que Patanjali se refiere) y luego traducir estas ideas, con las cuales hizo contacto, en ideales prácticos. A medida que transcurre el tiempo esta "nube" será más comúnmente reconocida; los científicos comenzarán a darse cuenta que esa nube es el verdadero origen o manantial de todas las ideas e inspiraciones que posibilitan su trabajo y también empezarán a desarrollar la técnica de la concentración dirigida, que les permitirá llegar a la fuente de las ideas y obtener beneficios de la misma.



Al principio se hace contacto con estas ideas como si fueran vagas percepciones o remotas profecías; cuando entran en contacto con ellas los eclesiásticos de cualquier religión mundial, estas ideas son normalmente interpretadas en forma demasiado literal, siendo por lo tanto engañosas, lo cual ha sido responsable de gran parte del sufrimiento del mundo. El método científico evita que el hombre de ciencia cometa ese error.” (133)

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“La interpretación cristiana de la Voluntad de Dios y de la significación del sacrificio, se basa realmente en la rebeldía y negación humanas que sólo ve en la vida espiritual la ignorante aceptación de la inescrutable Voluntad divina; implica también la creencia en la necesidad de sentir dolor y sufrimiento por el sacrificio, en el sentido de repudiar totalmente todo lo que se ha considerado bueno y útil, deseable y placentero. Esta rebeldía ha matizado toda presentación de lo que los teólogos cristianos consideran como Voluntad de Dios, e implica la ineludible imposición de la Voluntad de una Deidad trascendental, conduciendo en forma inevitable (aunque no del todo concluyente) a la terrible y simbólica muerte del Cristo en la Cruz y a la dolorosa vida sacrificada del hombre espiritual. La iglesia ha dado mucha enseñanza sobre la necesidad de que la voluntad humana se someta a la voluntad divina; sin embargo, poco o nada enseña sobre el empleo gozoso de la voluntad del Cristo, inmanente en cada forma y peculiarmente activa en la forma de la humanidad, por lo tanto, susceptible de emplearse gozosa y comprensivamente. No contiene la idea de que el sacrificio significa infelicidad, ni de que es un proceso gozoso de "santificar" el deseo; los teólogos se niegan a reconocer que no captan ni comprenden que la liberación de la energía confinada y aprisionada en el plano astral, se convierte en servicio iluminado en los demás planos.” (134)

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 “El tema de la redención (que subyace en todos los procesos iniciáticos) está oculto en las responsabilidades kármicas de Sanat Kumara; una etapa tras otra y una iniciación tras otra, el discípulo llega a comprender el significado de la redención. Ante todo aprende a redimir su triple personalidad; luego el concepto se amplía en líneas paralelas, a medida que trata de redimir a sus semejantes; posteriormente comparte el trabajo redentor vinculado a todo verdadero esfuerzo jerárquico y se convierte en "parte activa de un Ashrama redentor". En iniciaciones posteriores, y después de la quinta Iniciación de la Revelación, percibe con una nueva claridad algunas de las deudas kármicas que indujeron al Logos Planetario a crear este planeta de sufrimiento, angustia, dolor y lucha; entonces comprende (con alegría) que este pequeño planeta tiene esencialmente un propósito y técnicas excepcionales y que sobre y dentro de él; (si pudiera penetrar debajo de la superficie) se está llevando a cabo un gran experimento redentor; sus principales factores complementadores y agentes científicos son los "hijos de la mente que eligieron ser hijos de los hombres y, sin embargo, siguen siendo por toda la eternidad Hijos de Dios". Estos "hijos de la mente" fueron elegidos en esa legendaria época en que vino a la existencia el cuarto reino de la naturaleza, para desarrollar la ciencia de la redención. Hay una significación verdaderamente histórica y espiritualmente esotérica en las palabras de El Nuevo Testamento, de que "toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora..., aguardando la manifestación de los hijos de Dios". San Pablo se refiere en ella al propósito planetario y a la insistente decisión de los hijos de Dios, de que oportunamente -a medida que rediman la sustancia, la materia y la forma, probando así la posibilidad de esa redención por medio de sus propias personalidades transfiguradas- su recompensa podría ser la manifestación eventual como expresión de la divinidad. Con ese propósito y ese objetivo en vista, instituyeron el gran proceso evolutivo de la iniciación, estableciendo continuidad de revelación e iluminación. En realidad, el lapso en que se recibe la iniciación final, es simplemente la culminante y triunfal demostración de la comprensión y el propósito de todas las experiencias pasadas; el cumplimiento (por el Iniciador Uno) de la primera promesa hecha a los "hijos de la mente", cuando originalmente comenzaron su trabajo redentor, y que consiste en "una repentina y luminosa glorificación individual y su fusión con la gloria del todo durante la iniciación".” (135)


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(126) Sección Uno. Instrucción Grupal. Agosto de 1942 (pág. 36)
(127) Sección Uno. Instrucción Grupal. Septiembre  de 1943 (pág. 40)
(128) Sección Uno. Instrucción Grupal. Septiembre  de 1943 (pág. 44)
(129) Sección Uno. Instrucción Grupal. Septiembre  de 1943 (pág. 45)
(130) Sección Uno. Instrucción Grupal. Enero  de 1946 (pág. 67)
(131) Sección Dos. Enseñanzas sobre la Meditación. Octava Parte (pág. 156)
(132) Sección Dos. Enseñanzas sobre la Meditación. Décima Parte. Primera Meditación... Control del Corazón... Trasferencia (pág. 164)
(133) Sección Dos. Enseñanzas sobre la Meditación. Décima Parte. Quinta Meditación... Precipitación... Recepción (pág. 169)
(134) Sección Tres. Enseñanzas sobre la Iniciación. Octava Parte. Puntos de Revelación. El Segundo Punto de Revelación: La Voluntad es una expresión de la Ley del Sacrificio. (pág. 332)
(135) Sección Tres. Enseñanzas sobre la Iniciación. Novena Parte. (pág. 336)



domingo, 3 de junio de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (X) - El Discipulado en la Nueva Era Vol. I


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (IX)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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EL DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA – VOL. I (1944)



“Quienes se preparan para la iniciación deben aprender a actuar conscientemente con el espejismo; tienen que trabajar eficazmente con la verdad presentada, ignorando cualquier dolor o sufrimiento o dudas mentales, incidentales a la rebeldía y a la limitación de la personalidad, y deben cultivar esa "indiferencia divina" hacia las consideraciones personales característica del iniciado entrenado.” (105)

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“…¿Cuándo aprenderá el discípulo que esa condición en que se adopta la actitud de "no me importa" y una especie de indiferencia, es uno de los medios más rápidos para liberar al yo de las demandas de la personalidad? Esta actitud de "no me importa" no afectará la disposición del discípulo hacia otras personas. Es la actitud que adopta la personalidad reflexiva e integrada del discípulo hacia el cuerpo astral o emocional, llevándolo a asumir la posición de que nada que produzca reacción, dolor o angustia al cuerpo emocional, tiene importancia. Estas reacciones son simplemente reconocidas, vividas y toleradas, pero no se permite que constituyan una limitación. Todos los discípulos deberían reflexionar sobre lo que acabo de decir. El proceso se basa en la creencia profundamente arraigada de la supervivencia del Ser inmortal dentro del alma y la personalidad.” (106)

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“Les recomiendo, por lo tanto, eliminar de sus mentes toda censura y mal pensamiento, para que puedan alcanzar una actitud de divina indiferencia hacia las efímeras y pasajeras personalidades y el caos existente en todas partes, esforzándose por sintonizar la actitud de la Jerarquía. Esto implica acentuar el aspecto conciencia y observar cuidadosamente todo lo que ocurre bajo la superficie -procurando despertar y estimular a las masas, hasta ahora inconscientes, para que entren en una actividad mental más pronunciada. Los acontecimientos que tienen lugar en todos los países lo están logrando con gran rapidez; la humanidad se está vivificando, y su conciencia se está despertando acerca de los valores subjetivos. La Jerarquía se ve en apuros para satisfacer la creciente necesidad que tiene la humanidad de ser guiada. La sensibilidad de la raza humana (como resultado de la insuficiencia económica de la guerra, la ansiedad y el dolor) se está haciendo tan aguda, que quienes trabajamos en el aspecto interno debemos apresurarnos a plasmar la correcta impresión en los síquicos sensitivos y despiertos. De allí nuestro esfuerzo para crear estos grupos y utilizar a personas como ustedes que, teóricamente, son inofensivas, aunque en realidad están llenas de prejuicios y juzgan ligeramente. Pero debemos utilizar el material que tenemos a mano y eso nos entorpece grandemente en todo momento.” (107)

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 “…El correcto empleo de las siete energías pránicas eliminará con toda seguridad la enfermedad y los males corporales y aliviará los dolores del vehículo físico humano.” (108)

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 “La nueva era está muy cerca y somos testigos de los dolores del parto de una nueva cultura y civilización. Lo viejo e indeseable debe eliminarse, y de estas cosas indeseables, los primeros que deben desaparecer son el odio y el espíritu de separatividad.” (109)

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Podría enumerar otras cosas de naturaleza más individuales, pero deseo poner el énfasis sobre las aceptaciones que motivaron o debieran motivar sus actitudes, pidiéndoles no dar tanta importancia a la idea de ser "aceptados por un Maestro". Esta idea y la enseñanza de muchos grupos esotéricos ha ocasionado grandes errores, malos entendidos, sufrimientos y desilusiones. Al discípulo se lo entrena sobre ciertos factores muy importantes, y no sobre su relación con el Maestro….” (110)

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“A quienes se encuentran en medio de la hoguera del dolor (y son legión), de la agonía, la ansiedad y la angustia -y la ven en todas partes y tratan de mantenerse firmes en medio de todo- les digo: Las apariencias no siempre representan lo que verdaderamente son; lo que rompe y perturba la vida de la personalidad es con frecuencia el agente liberador, si es correctamente comprendido; lo que surja cuando las Fuerzas de la Luz disipen la oscuridad del mundo, demostrará la naturaleza inmortal del espíritu humano.



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No somos ciegos ni nos despreocupamos. Sabemos, no obstante, que hay males peores que la muerte y el dolor. Sabemos que éste es el momento de mayor oportunidad para la humanidad, y que si los hombres pasan triunfalmente a través de ellos y (por la fuerza de sus propias almas) superan el actual mal, entonces la evolución de la humanidad se acelerará más allá de lo que se creyó posible, lo cual constituirá la liberación alcanzada e iniciada por la humanidad misma. Esto tiene tanta importancia en la vida del género humano como en la vida del discípulo individual. Al hombre no se le debe privar de la ocasión ni de la oportunidad; los valores espirituales y eternos que ha adquirido tienen mucha más importancia que su momentánea agonía.



Cuando piensan que Nosotros estamos en los denominados seguros retiros, quizás no lleguen a comprender que la capacidad de identificarse con todo cuanto hoy implica dolor en el mundo, más la sensibilidad de Quienes están vinculados con la Jerarquía, respecto a las desafortunadas condiciones de la humanidad, constituye para Ellos una suprema agonía espiritual permanecer inactivos.” (111)

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“…El discipulado implica responsabilidad, y que se desarrolla a su vez mediante el sufrimiento. Esto lleva inevitablemente al desapego.…” (112)

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“El sendero de los Salvadores del Mundo es siempre arduo; el camino de los Sensitivos Divinos está lleno de sufrimiento y dolor.” (113)

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 “…el sendero de los Salvadores del Mundo es arduo, debido principalmente al poder de sufrir que posee el tipo de segundo rayo. Esto lógicamente es en sí mismo el principio de la manifestación y contiene la clave de la existencia. De allí la capacidad que posee la persona que pertenece a este rayo de "sufrir para alcanzar la meta, soportar la carga del mundo, aprender -identificándose con los demás- el desapego, el cual neutraliza el dolor a medida que pasa el tiempo".” (114)

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“…La tendencia del ser humano es padecer y sufrir y eventualmente esto debe ser anulado, siendo uno de los problemas que la Jerarquía enfrenta cuando, en la actualidad, trata arduamente de sacar al género humano del pantano en que se encuentra. La "tendencia al sufrimiento", que tiene como fundamento una actitud mental, es un hábito tan antiguo que al hombre le resulta inconcebible que exista un punto de vista distinto y una reacción totalmente diferente hacia los asuntos de la vida. …” (115)

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“…Todo sufrimiento debido a la supersensibilidad indica autocentralización….” (116)

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“Poco podemos hacer cuando las pruebas, el profundo dolor y la ansiedad, abruman al discípulo, excepto permanecer a su lado con amor, enviarle pensamientos curativos y evocar la fortaleza interna del alma para que puedan emplearse los vehículos.” (117)

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“EL DISCIPULADO Y EL DOLOR



Los hijos de Dios, que saben, ven y oyen (y sabiendo, saben que saben), sufren el dolor de la limitación consciente. En las más recónditas honduras del ser consciente, corroe profundamente el encono por la libertad perdida. Dolor, enfermedad, pobreza y pérdida son vistos tal como son, por lo cual se revela todo hijo de Dios. Sabe que en sí mismo, antes de ser prisionero en la forma, no conocía el dolor. Enfermedad y muerte, corrupción y dolor no le llegaban. Las riquezas del universo eran suyas, no sabía de pérdidas.



"Las vidas que entran en la forma juntamente con las vidas autoconscientes, las vidas dévicas que construyen las formas habitadas por todos los hijos de Dios, no conocen dolor, pérdida o pobreza. Una forma se descompone, otras formas se retiran y carecen de lo necesario para nutrir y mantener fuerte lo externo. Pero al carecer de voluntad e intención planificada, no se sienten incómodos ni demuestran una definida rebeldía“.



Cabe aquí una palabra respecto al dolor, aunque nada abstruso diré sobre la evolución de la jerarquía humana a través del dolor. Los devas no sienten el dolor como el género humano. La frecuencia de su ritmo es más constante, aunque está de acuerdo a la ley. Aprenden dedicándose al trabajo de construcción, incorporándose a la forma de lo que construyen. Crecen apreciando las formas construidas, y gozan de ellas y del trabajo realizado. Los devas construyen y la humanidad destruye, y en el descontento el hombre aprende mediante la destrucción de las formas. Así llega a conocer el trabajo de los grandes Constructores. El dolor de la lucha ascendente, a través de la materia, conduce al hombre hasta los Pies del Logos; el dolor se produce cuando sigue la línea de mayor resistencia, alcanzando así la cima de la montaña; el dolor es la destrucción de la forma y la obtención del fuego interno; el dolor es el frío del aislamiento que conduce al calor del Sol central; el dolor es quemarse en la hoguera para conocer finalmente la frescura del agua de la vida; el dolor es el viaje al país lejano, que da por resultado la bienvenida al Hogar del Padre; el dolor es la ilusión de haber sido desheredado por el Padre, que impele al Hijo Pródigo directamente al corazón del Padre; el dolor es la cruz de la pérdida total que devuelve las riquezas de la abundancia eterna; el dolor es el acicate que impele al esforzado constructor a llevar la construcción del Templo a la total perfección.



El dolor se aplica de muchas maneras y conduce al alma humana de la oscuridad a la luz, de la esclavitud a la liberación, de la agonía a la paz. Esa paz, esa luz y esa liberación, dentro de la armonía ordenada del cosmos, pertenecen a todos los hijos de los hombres.” (118)

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“EXTRAÍDO DEL ANTIGUO COMENTARIO



"Las sedantes aguas refrescan. Lentamente traen alivio, abstrayendo la forma de todo lo que puede ser tocado. El calor febril estremecedor del deseo largamente reprimido, cede al fresco trago. El agua y el dolor se anulan recíprocamente. Largo es el trago refrescante.



"El fuego ardiente libera de todo lo que obstruye el camino de la vida. Llega la bienaventuranza, le sigue el fuego, como fuego sobre las aguas. El agua y el fuego se mezclan y producen la gran Ilusión. La niebla es el producto de la bruma, y el vapor y el ruido, que velan la luz, ocultan la verdad e interceptan al Sol.



"El fuego arde vorazmente. Desaparecen el dolor y las aguas. Aparecen el frío, el calor, la luz del día, la radiación del sol naciente y el perfecto conocimiento de la Verdad.



"Éste es el sendero para todos los que buscan la Luz. Ante todo, la forma y todos sus anhelos. Luego el dolor. Después las aguas sedantes y el surgimiento de un pequeño fuego. Aumenta el fuego, el calor está activo y dentro de la pequeña esfera realiza su ígneo trabajo. También se ve la humedad; a la densa niebla y al dolor se añade una penosa confusión, porque quienes emplean el fuego de la mente durante la primera etapa, están perdidos dentro de una luz ilusoria.



"Aumenta terriblemente el calor; luego se pierde la capacidad de sufrir. Cuando se trasciende esta etapa llega directamente el brillo del Sol y la clara y brillante luz de la Verdad. Éste es el sendero de retorno hacia el centro oculto.



"Aplica el dolor. Pide fuego, oh Peregrino, en un país extraño y desconocido. Las aguas limpian el barro y el limo de la naturaleza. Los fuegos consumen las formas obstaculizadoras que tratan de retener al peregrino, trayendo la liberación. Como si fuera un río, las aguas vivientes arrastran al peregrino hacia el Corazón del Padre. El fuego destruye el velo que oculta el Rostro del Padre".” (119)

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“La visión que muchos tienen de la influencia y el trabajo del Avatar, es la de una Gran Aparición que daría fin a toda contienda, inauguraría una nueva era de paz y buena voluntad, apaciguaría los corazones de los pueblos y conduciría al género humano a los reinos de la belleza y la felicidad. También culminarían los anhelantes deseos de innumerables mentes en el transcurso de las épocas y sería el consuelo para una humanidad atribulada; amaría y trataría dulcemente a Su propio pueblo; expulsaría a los malhechores de la faz de la Tierra, para evitar que éstos alteren nuevamente la paz del mundo.



Debo decirles que ésta no es una visión de la realidad, sino que se basa en las interpretaciones teológicas y en el egoísmo humano y se funda en el sufrimiento del género humano como también en el fracaso de los discípulos y aspirantes de todas partes en captar la verdadera naturaleza del amor y la visión real del Plan jerárquico.



Él traerá el Fuego del Amor y emitirá el mensaje del fuego purificador; no impartirá enseñanza sobre las aguas purificadoras, como sucedió hasta ahora, respecto a esta verdad simbólicamente impartida; propagará el fuego que consume y destruye todas las barreras en la naturaleza humana y todas las vallas separatistas entre individuos, grupos y naciones.” (120)

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“La tarea del Maestro consiste en estimular al mayor número posible de los que pertenecen a Su grupo, a fin de que trabajen firmemente en los niveles de actividad espiritual, donde el fuego de la voluntad de amar anima y predomina. Parte del ashrama se halla aún en las primeras etapas, luchando por comprender los fuegos de la mente, que deben ser primeramente captados y luego aplicada su esencia ígnea, antes de que el fuego de la voluntad de amar pueda afluir a través del discípulo.



Debe comprenderse que el trabajo del ashrama sigue su curso y que los discípulos e iniciados (de fervorosos corazones) continúan trabajando sin impedimentos. Esto abarca la reacción individual de los miembros de un ashrama. Pero cuando todo el grupo con vehemente amor vive como almas, entonces el ashrama se convierte en un centro vital o vórtice de fuerza dinámicamente efectivo. Los Maestros que trabajan aplicando el método de formar ashramas, se esfuerzan por lograr, lo más rápidamente posible, esta unidad de amor e intención (voluntad). Sólo el principiante se preocupa de su efecto individual en un ashrama. El discípulo entrenado y liberado se preocupa del esfuerzo que debe realizar y la tarea que debe llevar a cabo. La personalidad de un discípulo individual sufre si sus hermanos de grupo no comprenden ni detienen la fogosidad de sus mentes, pero continúa firmemente con su trabajo, manteniendo incólume su eficacia personal, como unidad servidora. Sabe que algún día todos se liberarán de sí mismos. Mientras tanto trabaja para neutralizar su influencia, y en ese sentido su tarea es más pesada, pero sabe también que están en camino de comprenderlo y que por el momento no pueden evitar ver en él y hasta en su Maestro, los mismos defectos que predominan en ellos, pues, hermano mío, vemos en otros, aunque no exista. Los discípulos deben aprender a diferenciar entre la verdadera percepción analítica y lo que se denomina crítica. Un Maestro no critica a los miembros de Su ashrama. Procura analizar los puntos que pueden obstaculizar la utilidad del servicio que presta el ashrama. Existe una diferencia fundamental entre esta ayuda constructiva y la crítica basada en un sentido de superioridad personal y en el hábito de buscar defectos.” (121)

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“El Maestro también espera un esfuerzo por parte de Sus discípulos, y a fin de trabajar generosamente en escala mayor, respecto a Su trabajo en el mundo de los hombres, les permite trabajar como desean, pero ciertamente espera que el esfuerzo se haga en las líneas de la actividad específica que constituye Su intención. Para lograr este esfuerzo vital y enérgico debe existir la facilidad de enfocarse en el trabajo y sus necesidades y desarrollar el poder de colaborar con quienes están empeñados en una tarea similar. Esto involucra además impersonalidad y correcto enfoque. Actualmente el Maestro busca a quienes se consagran a las necesidades de la humanidad en estos días de agonía humana, lo cual implica sensibilidad al dolor mundial, a medida que se manifiesta día tras día en los asuntos mundiales; requiere también una "divina indiferencia" a los acontecimientos externos de la vida del pequeño yo, y un sentido de proporción que permita al discípulo ver sus pequeños asuntos personales -físicos, emocionales y mentales- en términos de la totalidad. Así nuevamente llegamos a la impersonalidad –esta vez la impersonalidad hacia las propias reacciones del hombre.” (122)

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“Un Maestro, y en mayor grado el Cristo, sufre mucho más por quienes están en Su propia morada que por los que están en el mundo externo; los aspirantes avanzados obstaculizan más Su trabajo que los pensadores inteligentes. Tengan esto bien presente. No fue la crueldad de los hombres en el mundo externo, lo que causó el profundo dolor del Cristo cuando estuvo en la Tierra; fueron Sus propios discípulos, además del dolor masivo -distribuido en todo el ciclo de vida, pasado, presente y futuro- de la humanidad.” (123)

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“…Es tan grande la integración humana, que hoy una persona o grupo no puede aislarse de las actividades y del bienestar humano. Tampoco es adecuada una actitud negativa para la solución de la presente crisis mundial. Los que se niegan a participar en el karma y el sufrimiento mundiales, hallarán inevitablemente que su progreso se demora, por apartarse de la gran marea de la fuerza espiritual que actualmente afluye en corrientes regeneradoras a través del mundo de los hombres….” (124)

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“…el nuevo ciclo que vendrá al finalizar la guerra (*) –la realidad de la existencia de la Jerarquía y el trabajo de los Maestros por intermedio de Sus discípulos—, debe ser llevado a conocimiento del público. Los discípulos de todas partes presentarán al mundo, acrecentadamente, el plan jerárquico para lograr la fraternidad, la vida y la inclusividad espirituales. Esto no lo realizarán apoyándose en las frases (tan prevalecientes entre los tontos), "el Maestro me ha elegido a mí”, o "el Maestro apoya mis esfuerzos”, o "soy el representante de la Jerarquía” sino mediante una vida de servicio, recalcando que los Maestros existen y que son conocidos por muchas personas; que el Plan consiste en el desarrollo evolutivo y el progreso educativo hacia una meta espiritual inteligente; que la humanidad no está sola y que la Jerarquía existe; que Cristo está con Su pueblo; que el mundo está lleno de discípulos ignorados, debido a que trabajan silenciosamente; que existe el nuevo grupo de servidores del mundo; que los hombres y mujeres de buena voluntad se hallan en todas partes; que a los Maestros no les interesa absolutamente las personalidades, sino que utilizan a hombres y mujeres pertenecientes a todas las tendencias, creencias y nacionalidades, siempre que los aliente el amor, sean inteligentes, tengan mentes entrenadas y posean además influencia magnética y radiante, lo cual atraerá a las personas hacia la verdad y la bondad, pero no hacia el individuo, ya sea Maestro o discípulo. Los Maestros no se preocupan, en absoluto, por la lealtad personal; están exclusivamente dedicados a aliviar el sufrimiento, a promover la evolución de la humanidad y a indicar los objetivos espirituales. Ellos no esperan el reconocimiento de Su trabajo ni la alabanza de Sus contemporáneos, sino sólo el acrecentamiento de la luz en el mundo y el desenvolvimiento de la conciencia humana.” (125)

(*) El libro fue escrito en 1944

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(105) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Tercera Parte (pág. 40)

(106) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Sexta Parte (pág. 67)

(107) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Séptima Parte (pág. 75)

(108) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Séptima Parte (pág. 78)

(109) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Octava Parte (pág. 82)

(110) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Octava Parte (pág. 90)

(111) Sección Uno. Charlas a los Discípulos. Novena Parte (pág. 106)

(112) Sección Dos. Instrucciones Personales a los Discípulos. B.S.D. Junio de 1936 (pág. 121)

(113) Sección Dos. Instrucciones Personales a los Discípulos. F.C.D. Julio de 1935 (pág. 148)

(114) Sección Dos. Instrucciones Personales a los Discípulos. F.C.D. Junio de 1936 (pág. 149)

(115) Sección Dos. Instrucciones Personales a los Discípulos. D.P.R. Septiembre de 1937 (pág. 372)

(116) Sección Dos. Instrucciones Personales a los Discípulos. S.R.D. Marzo de 1937 (pág. 517)

(117) Sección Dos. Instrucciones Personales a los Discípulos. S.R.D. Junio de 1938 (pág. 518)

(118) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Notas de Introducción. El Discipulado y el Dolor (pág. 620)

(119) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Notas de Introducción. Extraído del Antiguo Comentario (pág. 621)

(120) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Quinta Parte. Etapa II. El Discípulo que está en la Luz (pág. 661)

(121) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Quinta Parte. Etapa II. El Discípulo que está en la Luz (pág. 668)

(122) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Sexta Parte. Etapa III. El Discipulado Aceptado (pág. 676)

(123) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Octava Parte. Etapa VI. Discípulo dentro del Aura (pág. 697)

(124) Sección Tres. Las Seis Etapas del Discipulado. Novena Parte. Etapa VI. El Discípulo dentro del Corazón del Maestro (pág. 707)

(125) Sección Cuatro. Resumen del Trabajo del Tibetano (1919 -1943). El Entrenamiento Personal (pág. 720)