Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XI)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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EL DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA – VOL. II (1955)
“Por lo general los aspirantes sufren amargamente por los
muchos ciclos de oscuridad que aparentemente atraviesan, se quejan de la
dificultad de trabajar en la oscuridad o de que no ven la luz en parte alguna,
olvidando que la capacidad de trabajar en la oscuridad o en la luz constituye
una sola facultad inherente. La razón de esto es que el alma únicamente conoce
al ser, y la luz y la oscuridad son para el alma, una y la misma cosa. Sobre
todo, el conocimiento viene por medio del experimento consciente y no puede
obtenerse experiencia alguna donde no hay una actividad experimental. El
conocimiento es la recompensa de ambos factores, un conocimiento que no es
teórico sino comprobado y real y resultado inteligente de un arduo trabajo, es
también efecto de la frecuente angustia (correctamente manejada) y de la
anticipación espiritual.
Lo antedicho es verdad en la vida y en el trabajo del
aspirante individual cuando encara el problema de su propia naturaleza inferior
y se prepara para la etapa de llegar a ser una personalidad fusionada con el
alma; atañe también al discípulo activo que busca el conocimiento y la
sabiduría, cuando cumple lo mejor que puede el Plan jerárquico. Forzosamente
debe experimentar y obtener experiencia práctica; aprender el significado tanto
del éxito como del fracaso, y el conocimiento que pueda obtenerse por medio de
ello. El conocimiento llega primero cuando se lucha por avanzar hacia una luz
mayor y más clara y después cuando el aspirante (que trata de expresar el alma)
aprende a olvidarse de sí mismo ante la necesidad de los demás, cuando ellos le
demandan la luz y el conocimiento que pueda poseer. La sabiduría ocupa el lugar
del conocimiento cuando en la transmutación de los fuegos de la lucha, el dolor
y el arduo trabajo, el aspirante se trasforma en discípulo activo y es
gradualmente absorbido en las filas de la Jerarquía.” (136)
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“Los discípulos trabajan arduamente (como usted lo ha hecho
siempre) para que su relación con la humanidad sea incluyente, y luchan para
crear esas condiciones que producirán la deseable expansión de conciencia. Pero
a menudo olvidan que tal expansión no sólo los hará susceptibles a las
influencias superhumanas y a las incluyentes condiciones del alma, sino que
lógicamente incluirán además todas las etapas intermedias de la percepción, así
como el poder de incluir las reacciones, las condiciones mentales y emocionales
y el dolor y el sufrimiento de la humanidad desorientada y dolorosamente puesta
a prueba, incluyendo además sus gozos y aspiraciones.” (137)
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“…pueden transcurrir muchas vidas de índole tan inútil que
no merezcan comentario alguno. Luego puede llegar una vida donde la atención
del alma, la del Maestro y la del grupo se concentre en el plano físico, sobre
el discípulo que lucha, intensificando su situación, obligándolo a “luchar
hacia la luz del día”, vigilado por quienes comprenden y por los que no
comprenden, causando gran sufrimiento al trabajador sensible.” (138)
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“…Una gran Ley de Compensación entra en vigencia en forma
peculiar y en ciertas líneas especiales, en lo que al discípulo aceptado se
refiere. El énfasis puesto sobre la disciplina, la purificación y el arduo y
exigente trabajo sobre el desprendimiento de lo que la personalidad aprecia, es
una fase necesaria del desarrollo ocultista. En general esto se reconoce y a
menudo con cierta pena, pero -paralelamente al período de dolor y dificultad-
hay una actividad compensatoria del alma que lleva toda la vida y
circunstancias a una verdadera perspectiva y cambia las actitudes tan
radicalmente que el reconocimiento de una adecuada recompensa supera el dolor.
La Ley del Sacrificio y la Ley de Compensación están estrechamente aliadas,
pero la del sacrificio es la que entra primeramente en actividad en la vida y
se convierte en un factor reconocido en la vida diaria. La compensación se reconoce
más tarde.” (139)
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“Este pensamiento subyace en la frase que frecuentemente
aparece en los libros teosóficos como kama-manas deseo-mente Porque toda
sensación, emoción evoca inevitablemente deseo. Si la emoción evocada es
placentera, debido a que la mente reconoce la sensación (registrada en el
cuerpo astral), entonces produce el deseo de continuar o repetir la
experiencia. Si en vez de placentera es dolorosa, entonces se produce como
reacción el deseo de que cese la experiencia y, por lo tanto, se libera de
ella. Este deseo básico humano conduce al deseo de liberarse (en el primer
ejemplo) de la matriz y de entrar en la vida del plano físico, y de allí
ascender a ese grande y último deseo de liberarse y entrar en la vida misma.
Este pensamiento nos conduce al mundo de la más técnica sicología esotérica.”
(140)
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“En la deslumbrante luz del Ashrama, el discípulo comprende
que todavía no adquirió el derecho de atravesar el pasillo hasta el santuario
del Maestro, pero es necesario que vaya al mundo de los hombres, de oscuridad y
de dolor; entonces, puede volver al Ashrama a fin de obtener fuerzas para
continuar su trabajo externo. Lo que existe externamente, más allá de la puerta
del Ashrama, simbólicamente hablando, llega a ser para él de mayor importancia
que atravesar el pasillo. Cuando ambos ojos “actúan en la luz dual”, su sentido
de los valores se reajusta y su propia y progresiva satisfacción llegó a ser de
menor importancia de lo que él podía hacer para aliviar el dolor y la angustia
que existe más allá de la puerta.” (141)
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“Las crisis, hermano mío, pueden ser objetivas o subjetivas;
si se producen en el plano físico no tiene gran significación desde el ángulo
espiritual, aunque causen mucho sufrimiento y dolor a la personalidad; si
surgen en la conciencia en los planos emocional o mental, y ofrecen la
oportunidad para actuar, dicha actuación estará mayormente vinculada a la
personalidad; también puede ser el resultado de la intención del alma plasmada
en el cerebro y registrada por la personalidad, entonces sí son de suprema
importancia, pero a menudo pasan desapercibidas, a no ser que el discípulo esté
muy alerta y constantemente consciente de la afluencia cíclica de energía
espiritual.” (142)
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“Una de las características sobresalientes del discípulo
consagrado es que sabe mantenerse firme e inconmovible, no importa lo que le
suceda o lo que pase a su alrededor. Un sinnúmero de cosas les ocurren a los
discípulos en estos días porque soportan el peso de la catástrofe mundial.
Quizás le sorprenda este enunciado pero debe recordar que enfrentan
simultáneamente las condiciones prevalecientes en los tres planos y, al mismo
tiempo, se esfuerzan por vivir como almas. Por consiguiente, se pondrá de manifiesto
la exactitud de mi enunciado, si medita durante unos minutos sobre lo
implicado. En todas partes se sufre terriblemente. La gente de todo el mundo
padece física y emocionalmente insoportables dolores. El discípulo aceptado,
sin embargo, sufre también mentalmente, y a esto debe añadir la capacidad de
identificarse con el todo; su imaginación entrenada también presenta una
dificultad especial, porque puede incluir posibilidades que otros quizás no
visualizan, pues presumiblemente abarca y capta más el plan; además se esfuerza
por aplicar su conocimiento del plan a la situación ambiental inmediata, y
trata denodadamente de comprender y al mismo tiempo de interpretar a los demás,
no importa lo que pase en su propia vida personal.” (143)
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“El apego a la forma trae dolor, los apegos son dos: Uno, a
las formas de la tierra, de los hombres y del lugar; el otro, a la verdad.
Ambos traen dolor, y el dolor debe cesar.” (144)
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“La gente pocas veces se da cuenta de la naturaleza y del
poder de esa fortaleza -la cual proviene de un profundo amor impersonal y de la
comprensión de que, en la luz de las verdades eternas, todo dolor es sólo
temporario, toda dificultad y lucha son efímeras, y hemos recorrido con
frecuencia este camino en el desdichado pequeño planeta de sufrimiento llamado
Tierra. Así llegamos a saber que no pasaremos muy frecuentemente por este
camino. ¿Comprendió el significado de esta frase, hermano mío?
Así como en el año hay días que se destacan por su oscuridad
y por estar sobrecargados de tinieblas y agonía, hay vidas que se destacan
análogamente en un ciclo de vidas por la variedad de experiencias que se
adquiere, el amargo acopio de dolor y aflicción y el agotamiento del karma
acumulado, a menudo desdichado y angustioso. Pero, hermano mío, no todas las
vidas son como ésta, y el hecho de que la actual fue tan dura, durante años, le
garantiza que agotó mucho karma, se halla ilimitadamente más libre y menos
obstaculizado En la próxima encarnación cosechará los frutos de todo este sufrimiento.”
…/…
Le recordaré que sufrir mentalmente por los demás es el peor
de todos los dolores. Esto lo sabe, pero le hago presente que la capacidad de
hacerlo e identificarse con el dolor, que no es específicamente el suyo, es
algo que todos los discípulos deben dominar, porque es una de los primeros
pasos que permiten cargar con el dolor del mundo y la agonía de la familia
humana, y así llegar a ser miembro de la “fraternidad de los sufrimientos de
Cristo” y aliviar el dolor del mundo. Actuamos y vivimos en un planeta de
dolor. Sólo cuando el hombre llega a ser un iniciado de alto grado conoce la
razón de esto; por eso forzosamente debe valerse de las vulgares verdades que
la humanidad sufriente ha desarrollado para justificar las cosas tal cual son.
Ninguna se aproxima en lo más mínimo a la verdadera razón ni proporciona una
real vislumbre del problema. Los hombres deben esperar comprenderlos recién
cuando el dolor de los demás no los pueda herir ni limitar. Esto sucederá
después que hayan aprendido a soportar su propio dolor. Sólo entonces podrán
comenzar a aliviar la carga de la humanidad y a cumplir cada uno su parte de
responsabilidad.
Aquí surgen nuevamente las contradictorias y bellas
palabras: Unidad aislada. Cuando uno se aísla apartándose de la forma y está
libre de toda identificación con el aspecto vida, entonces se conoce el
verdadero significado de la unidad, se libera del dolor y es libre para liberar
a otros.” (145)
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“Ni la ansiedad ni el dolor abrumarán al hombre que mora en
la conciencia de la eternidad; este sentido de lo eterno, junto con el
conocimiento de la unidad esencial, caracterizan a los moradores de un
ashrama.” (146)
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““Ni en el dolor ni en la alegría se encuentra la
liberación.
Ni en la oscuridad ni en la luz aparecerá el sol espiritual.
Los pares de opuestos distraen los ojos de los hombres.
Sólo el ojo único dirige los pasos
Del iniciado en el Camino.”” (147)
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“Todo es un proceso de abstracción e involucra dolor. Hay
una estrecha relación entre el dolor y la ley que estoy considerando. La Ley de
Abstracción abstrae al discípulo de los tres mundos del esfuerzo humano; la
misma ley produce el impulso ascendente que manifiestan todas las unidades de
vida y conduce a la búsqueda de todas ellas a fin de identificarse con el UNO."
(148)
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“¡Grande es el misterio del dolor!
Las palabras pronunciadas para todos los hijos de los
hombres, los Hijos de Dios, fueron: Aprendan por medio de la lucha en la vida
terrena a elegir el camino mejor, después el más bueno. No evadan el dolor. No
busquen el camino más fácil, pues no lo encontrarán. Recorran el Camino que
mediante el sufrimiento, el dolor y la terrible angustia, conduce a ese lugar
elevado de donde ustedes vinieron -lugar donde Dios camina con los hijos de los
hombres, que son los Hijos de Dios. Ante la augusta presencia todo dolor
desaparecerá, el sufrimiento se desvanecerá y la muerte no triunfará. La belleza,
la bondad y la fortaleza de Dios irradian la faz de los hombres." (149)
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(136) Sección Tres. Enseñanzas sobre la Iniciación. Novena
Parte. Las Insinuaciones (pág. 344)
(137) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. F.C.D. Agosto de 1940 (pág. 396)
(138) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. I. S. G-L. Noviembre de 1944 (pág. 442)
(139) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. R.S.U. Noviembre de 1944 (pág. 525)
(140) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. W. D. S. Agosto de 1940 (pág. 535)
(141) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. W. D. S. Noviembre de 1944 (pág. 542)
(142) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. W. D. S. Agosto de 1946 (pág. 545)
(143) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los Discípulos.
D. R. R. Agosto de 1940 (pág. 550)
(144) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. D. R. R. Agosto de 1942 (pág. 555)
(145) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. D. R. R. Septiembre de 1943
(pág. 555 y 556)
(146) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. D. R. R. Noviembre de 1944 (pág. 558)
(147) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. D. H. B. Septiembre de 1943 (pág. 568)
(148) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. D. I.J. Noviembre de 1944
(pág. 592)
(149) Sección Cuatro. Instrucciones Personales a los
Discípulos. Los Misterios (pág. 653)