domingo, 10 de junio de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (XI) - El Discipulado en la Nueva Era Vol. II - (1)


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (X)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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EL DISCIPULADO EN LA NUEVA ERA – VOL. II (1955)


Se acrecienta y continuará acrecentándose la tensión del mundo (*); aumenta la ansiedad y no hay señales de que aminore; la hora más oscura de la vida humana está sobre nosotros y con frecuencia conduce al ansioso discípulo a una experiencia -terrible aunque hermosa- designada como "la oscura noche del alma". Esta oscura noche adquiere diferentes formas y distintos grados de intensidad, de acuerdo al rayo, al tipo y a la etapa de evolución del discípulo. Nadie puede eludirla. Si se reflexiona detenidamente sobre la descripción que dan los místicos en el trascurso de las edades, encontrarán un error. En el pasado hicieron resaltar el sufrimiento experimentado y la agonía padecida por la personalidad. En realidad y desde el punto de vista de los hechos, ésa no es la verdadera noche oscura. La real "noche oscura”, es la del alma, cuando participa del dolor de toda la humanidad, de su agonía, por la separación existente entre la humanidad y Dios (separación basada en la ilusión, pero no en la realidad), y de la desesperación humana al dirigirse hacia un Dios aparentemente sordo. El dolor, la agonía y la desesperación de la personalidad, son cosas muy distintas que no conciernen a la totalidad del dolor y sufrimiento a que está sometido el género humano.” (126)

(*) El libro fue escrito en 1955

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Uno de los problemas que enfrentan los discípulos en estos momentos de tensión mundial, es mantener el correcto sentido de proporción, que conduce a desarrollar correctamente la actividad paralela -la actividad del discípulo interno y el trabajo del hombre externo. La meta consiste en lograr el perfecto equilibrio y no resulta fácil alcanzarlo. En todos los momentos de agonía y hecatombe mundiales (como el que experimentamos hoy), aparece un tercero y paralelo aspecto de la vida, que complica el problema del discípulo, al cual ya considera muy difícil y provocador. Dentro del hombre tenemos al discípulo interno, orientado conscientemente hacia la Jerarquía y la vida del reino de Dios, y también al atareado hombre externo preocupado con las distintas actividades, desempeñando la parte del ciudadano inteligente, tratando siempre de cumplir con su responsabilidad nacional y grupal; además tenemos al sufriente ser humano emocional, frecuentemente perplejo ante la agonía del mundo, reaccionando penosamente ante el dolor y la angustia de sus semejantes, horrorizado por los terribles resultados sicológicos de la guerra mundial, los impactos y complejidades sicológicos, estupefacto ante el presente y abrumado por el temor al futuro. Cuanto más pueda abarcar, mayor será su tensión y dolor; cuanto más avanzado esté en el Camino, más agudas serán sus reacciones, y cuanto más piense y proyecte para el futuro, verá con mayor claridad las posibilidades inminentes. No espero que suceda lo contrario; esta triple posición que inevitablemente deben adoptar, si son verdaderos discípulos, ofrece la oportunidad para la integración planeada e invita a que se hagan cargo de la parte individual que les corresponde en la responsabilidad y comprensión jerárquicas.” (127)

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“…Las instrucciones personales son ahora más completas y les recomiendo considerarlas como instrucciones que deben cumplirse. Leer constantemente, ser conscientes de las instrucciones y las enseñanzas que luego no son aplicadas activamente en el plano externo, demuestra simplemente evadir la realidad. A no ser que las instrucciones del maestro obtengan una respuesta experimental, los lazos ashrámicos se aflojarán y con el tiempo el discípulo entrará en un intervalo (a veces muy prolongado, involucrando varias vidas), donde irá a la deriva, leyendo y pensando, inactivo, con absorta y placentera atención, sin sufrir el dolor de la realización.…” (128)

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“El cese de los "grandes sonidos de los aspectos materiales" -el ruido de la guerra y de las explosiones y el clamor de la humanidad sufriente-, traerá una extraña y falsa paz que, al mismo tiempo, creará un canal para el acercamiento de las nuevas energías y fuerzas espirituales que -dirigidas por la Jerarquía- afluirán a la familia humana y traerán estímulo, receptividad y aspiración espirituales y una gran disposición hacia lo nuevo.…” (129)

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 “Los discípulos son también sensibles a otros factores de naturaleza más subjetiva, siendo algunos de ellos los siguientes:



1. El vórtice astral o emocional que la humanidad estableció inevitablemente como resultado del dolor captado, a través del cual debe pasar el discípulo observador.…” (130)
           
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“El trabajo de la red de luz y buena voluntad enfocado en el plano de la mente, consiste en utilizar este conocimiento a fin de afectar a la conciencia pública. Éstos son puntos que deberían ser simplificados y gradualmente enseñados con el más claro lenguaje a todos los miembros de Triángulos. El trabajo de Triángulos consiste en trabajar con las mentes de los hombres y con un factor empleado y explotado en todas partes por los dirigentes; el esfuerzo estriba en plasmar en las mentes ciertas ideas necesarias para el progreso humano. La gente reconoce la oscuridad y el sufrimiento actuales y, por lo tanto, dan la bienvenida a la luz; los hombres están cansados de odiar y luchar y, en consecuencia, dan la bienvenida a la buena voluntad.” (131)

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“…El agotamiento de la emoción y su trasferencia -como fuerza- al corazón, para ser trasmutada allí en energía de amor, se emprendió simbólicamente durante la época en que la humanidad estaba desarrollando nuevos reconocimientos. La humanidad, mediante el agotamiento de la energía emocional (incidental a la agonía de la guerra), es actualmente mucho más consciente del corazón que en cualquier otro momento de su historia. ¿Llegaron ustedes a comprender esto y la oportunidad que se les presentó?



El mundo de los hombres estuvo sometido a tanta tensión y sufrimiento, que centenares de miles de personas en casi todos los países, "nada sentían" -real o imaginariamente- y el centro plexo solar no aceptaba o absorbía nada más. Al que sufría sólo le quedaba el consuelo de que los hombres de todas partes estaban en la misma situación y la participación en común del sufrimiento unió a todos los hombres, sin tener en cuenta nacionalidad, religión o clase.



Por lo tanto, por primera vez en la historia, la humanidad empezó a reconocer una fase definida de la universalidad; el género humano, como un todo, empezó a "participar en la reacción del corazón". Esto era tan general y agudo que el corazón -como irradiación motivadora- se convirtió en un punto de enfoque humano. Uno de los primeros frutos del sufrimiento universalmente compartido, apareció en la Tierra, y con su aparición disminuirá grandemente todo sufrimiento futuro." (132)

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“Debe enseñarse a los discípulos el trabajo de presentación y de relación entre el tiempo y el acontecimiento. Un correcto sentido cronológico es algo que debe cultivar todo aquel que trabaja para la Jerarquía. Sin embargo, antes de poder realizarlo, debe él mismo reconocer y trabajar con ideas, aprender el método de acercamiento y el consiguiente empleo de la "nube de cosas conocibles" (a la que Patanjali se refiere) y luego traducir estas ideas, con las cuales hizo contacto, en ideales prácticos. A medida que transcurre el tiempo esta "nube" será más comúnmente reconocida; los científicos comenzarán a darse cuenta que esa nube es el verdadero origen o manantial de todas las ideas e inspiraciones que posibilitan su trabajo y también empezarán a desarrollar la técnica de la concentración dirigida, que les permitirá llegar a la fuente de las ideas y obtener beneficios de la misma.



Al principio se hace contacto con estas ideas como si fueran vagas percepciones o remotas profecías; cuando entran en contacto con ellas los eclesiásticos de cualquier religión mundial, estas ideas son normalmente interpretadas en forma demasiado literal, siendo por lo tanto engañosas, lo cual ha sido responsable de gran parte del sufrimiento del mundo. El método científico evita que el hombre de ciencia cometa ese error.” (133)

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“La interpretación cristiana de la Voluntad de Dios y de la significación del sacrificio, se basa realmente en la rebeldía y negación humanas que sólo ve en la vida espiritual la ignorante aceptación de la inescrutable Voluntad divina; implica también la creencia en la necesidad de sentir dolor y sufrimiento por el sacrificio, en el sentido de repudiar totalmente todo lo que se ha considerado bueno y útil, deseable y placentero. Esta rebeldía ha matizado toda presentación de lo que los teólogos cristianos consideran como Voluntad de Dios, e implica la ineludible imposición de la Voluntad de una Deidad trascendental, conduciendo en forma inevitable (aunque no del todo concluyente) a la terrible y simbólica muerte del Cristo en la Cruz y a la dolorosa vida sacrificada del hombre espiritual. La iglesia ha dado mucha enseñanza sobre la necesidad de que la voluntad humana se someta a la voluntad divina; sin embargo, poco o nada enseña sobre el empleo gozoso de la voluntad del Cristo, inmanente en cada forma y peculiarmente activa en la forma de la humanidad, por lo tanto, susceptible de emplearse gozosa y comprensivamente. No contiene la idea de que el sacrificio significa infelicidad, ni de que es un proceso gozoso de "santificar" el deseo; los teólogos se niegan a reconocer que no captan ni comprenden que la liberación de la energía confinada y aprisionada en el plano astral, se convierte en servicio iluminado en los demás planos.” (134)

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 “El tema de la redención (que subyace en todos los procesos iniciáticos) está oculto en las responsabilidades kármicas de Sanat Kumara; una etapa tras otra y una iniciación tras otra, el discípulo llega a comprender el significado de la redención. Ante todo aprende a redimir su triple personalidad; luego el concepto se amplía en líneas paralelas, a medida que trata de redimir a sus semejantes; posteriormente comparte el trabajo redentor vinculado a todo verdadero esfuerzo jerárquico y se convierte en "parte activa de un Ashrama redentor". En iniciaciones posteriores, y después de la quinta Iniciación de la Revelación, percibe con una nueva claridad algunas de las deudas kármicas que indujeron al Logos Planetario a crear este planeta de sufrimiento, angustia, dolor y lucha; entonces comprende (con alegría) que este pequeño planeta tiene esencialmente un propósito y técnicas excepcionales y que sobre y dentro de él; (si pudiera penetrar debajo de la superficie) se está llevando a cabo un gran experimento redentor; sus principales factores complementadores y agentes científicos son los "hijos de la mente que eligieron ser hijos de los hombres y, sin embargo, siguen siendo por toda la eternidad Hijos de Dios". Estos "hijos de la mente" fueron elegidos en esa legendaria época en que vino a la existencia el cuarto reino de la naturaleza, para desarrollar la ciencia de la redención. Hay una significación verdaderamente histórica y espiritualmente esotérica en las palabras de El Nuevo Testamento, de que "toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora..., aguardando la manifestación de los hijos de Dios". San Pablo se refiere en ella al propósito planetario y a la insistente decisión de los hijos de Dios, de que oportunamente -a medida que rediman la sustancia, la materia y la forma, probando así la posibilidad de esa redención por medio de sus propias personalidades transfiguradas- su recompensa podría ser la manifestación eventual como expresión de la divinidad. Con ese propósito y ese objetivo en vista, instituyeron el gran proceso evolutivo de la iniciación, estableciendo continuidad de revelación e iluminación. En realidad, el lapso en que se recibe la iniciación final, es simplemente la culminante y triunfal demostración de la comprensión y el propósito de todas las experiencias pasadas; el cumplimiento (por el Iniciador Uno) de la primera promesa hecha a los "hijos de la mente", cuando originalmente comenzaron su trabajo redentor, y que consiste en "una repentina y luminosa glorificación individual y su fusión con la gloria del todo durante la iniciación".” (135)


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(126) Sección Uno. Instrucción Grupal. Agosto de 1942 (pág. 36)
(127) Sección Uno. Instrucción Grupal. Septiembre  de 1943 (pág. 40)
(128) Sección Uno. Instrucción Grupal. Septiembre  de 1943 (pág. 44)
(129) Sección Uno. Instrucción Grupal. Septiembre  de 1943 (pág. 45)
(130) Sección Uno. Instrucción Grupal. Enero  de 1946 (pág. 67)
(131) Sección Dos. Enseñanzas sobre la Meditación. Octava Parte (pág. 156)
(132) Sección Dos. Enseñanzas sobre la Meditación. Décima Parte. Primera Meditación... Control del Corazón... Trasferencia (pág. 164)
(133) Sección Dos. Enseñanzas sobre la Meditación. Décima Parte. Quinta Meditación... Precipitación... Recepción (pág. 169)
(134) Sección Tres. Enseñanzas sobre la Iniciación. Octava Parte. Puntos de Revelación. El Segundo Punto de Revelación: La Voluntad es una expresión de la Ley del Sacrificio. (pág. 332)
(135) Sección Tres. Enseñanzas sobre la Iniciación. Novena Parte. (pág. 336)



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