martes, 28 de marzo de 2017

LA ENERGÍA ASTRAL Y EL TEMOR (II)

Este artículo es la continuación del fragmento en el que el Maestro Tibetano nos habla sobre el temor y su relación con la energía astral.

Si lo deseáis, podéis consultar el anterior artículo desde este enlace

Dani

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"Al considerar el cuerpo sensorio de un ser humano, probablemente será de mayor utilidad si lo hago en términos de temperamento y expresiones comunes, porque sólo al tratar sus efectos y procurar dominarlos, el hombre llega al conocimiento de sí mismo y se convierte en Maestro. Las manifestaciones más comunes de la actividad astral son:

I.          Temor.
II.         Depresión o su polo opuesto, regocijo.
III.       Deseo de satisfacer los apetitos animales.
IV.       Deseo de felicidad.
V.        Deseo de liberación. Aspiración.

Éstas resumen prácticamente la mayoría de las experiencias sensorias del hombre, y las consideraremos cada una desde los siguientes ángulos:

1.         La causa.
2.         El efecto.
3.         El método de dirección.

Observarán que digo "método de dirección", no método de control. Los aspirantes deben comprender que trabajan con las fuerzas y dentro de ellas, y que la actividad correcta o errónea del plano físico se debe simplemente a una buena o mala dirección de las corrientes de fuerza, y no a algo bueno o malo de las energías mismas.

I. Temor. Es una de las manifestaciones más comunes de la energía astral, y se la enumera primero porque constituye, para la mayoría, el Morador en el Umbral y, en último análisis, el mal astral básico. Todo ser humano conoce el temor; el alcance de las vibraciones del temor abarca desde los temores instintivos del hombre salvaje, basados en su ignorancia de las leyes y fuerzas de la naturaleza, y en su terror a la oscuridad y a lo desconocido, hasta los temores, tan prevalecientes hoy, de perder a los seres queridos, los amigos, la salud, la riqueza, el dinero, la popularidad,  y así sucesivamente hasta los últimos temores del aspirante -temor al fracaso, temor arraigado en la duda, o al último rechazo o aniquilamiento, temor a la muerte (que comparte igualmente con toda la humanidad), temor a la gran ilusión del plano astral, a la fantasmagoría de la vida misma y además temor a la soledad en el sendero, hasta temer al temor mismo. Esta lista podría extenderse, pero es suficiente para indicar la prevalencia de toda índole de temores. Dominan la mayoría de las situaciones y oscurecen muchos momentos felices. Reducen al hombre a un tímido y atemorizado átomo de vida sensoria, atemorizado ante los enormes problemas de la existencia, consciente de su insuficiencia como hombre para resolver todas las situaciones, e incapaz de abandonar sus temores y dudas y heredar la libertad y la vida. A menudo está tan embargado por el temor, que hasta teme perder la razón. Nunca podrá ser suficientemente descrito este panorama sombrío, porque el temor es la energía astral que predomina en la actualidad, y la sensible humanidad sucumbe demasiado fácilmente a él.

Se preguntarán: ¿Cuáles son las causas fundamentales del temor? Esta pregunta, si la llevamos retrospectivamente hasta los orígenes de la historia esotérica del sistema solar, no tiene respuesta inteligible. Sólo el iniciado avanzado puede comprenderla. El temor tiene sus raíces en la trama y urdimbre de la materia misma, y es por excelencia la formulación o efecto del principio mente y resultado de la actividad mental. El hecho de que las aves y los animales conozcan el temor, ubica el tema sobre una base más amplia que si sólo se tratara simplemente de la debilidad humana y el resultado de la actividad del funcionamiento de la mente humana. No es algo que proviene del poder de razonar del hombre, pero si empleara su razón en forma correcta podría eliminar el temor. Reside en lo que se denomina mal cósmico -frase altisonante, pero que nada dice. Es inherente a la realidad de la materia y a la acción de los pares de opuestos -alma y materia. Las almas sensorias de los animales y de los hombres se dan cuenta subconscientemente de factores tales como:

1.         La inmensidad y, por lo tanto, la sentida opresión que ejerce el Todo.
2.         La presión de otras vidas y existencias.
3.         La actuación inexorable de la ley.
4.         La sensación de aprisionamiento, limitación y su consiguiente incapacidad.

En estos factores, que surgen del mismo proceso manifestado, y persisten y aumentan en potencia durante épocas, residen las causas de todo el temor moderno y la base de todo terror, primordialmente el estrictamente psicólogo y no sólo el temor instintivo del animal.

No tendría ninguna utilidad concretar la cuestión con mayor claridad. ¿De qué sirve decir que el temor es una cualidad del mal (o sea de la materia), que colora fundamentalmente o caracteriza al cuerpo sensorio o astral de nuestro Logos planetario? ¿Qué se obtendría si explicara el problema de esa gran Vida en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, a medida que Él, en Su propio plano cósmico, busca la liberación y encara Sus propias pruebas y experiencias peculiares? ¿Qué palabras adecuadas existen para describir la lucha cósmica entre esas Vidas de conciencias tan impersonales y excelsas, que las palabras “suyo, él o prueba” son irrisorias y no dan a entender ningún aspecto de la verdad ni de la realidad? El mal cósmico, la progresión cósmica o los problemas cósmicos, pueden muy bien dejarse para esa lejana época en que los aspirantes hayan recibido la tercera iniciación, perdido el sentido de separatividad y -identificados con el aspecto Vida y no con el aspecto forma- puedan penetrar hasta cierto punto en el estado de conciencia de nuestro Logos planetario, percibir Su destino y tener una visión fugaz de la maravilla de la consumación."

- Tratado sobre Magia Blanca -
REGLA DIEZ

LA CONSTRUCCION DE FORMAS MENTALES



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Llegar a la causa de todos estos efectos que podemos llegar a manifestar: Temor, Depresión o su polo opuesto, regocijo, Deseo de satisfacer los apetitos animales,Deseo de felicidad. Deseo de liberación, Aspiración, analizar todo ésto y llegar a su significado, efectivamente nos ayudará a conocernos, y controlados y dominados todos estos efectos dirigiendo las energías correctamente nos convertirá en nuestros propios Maestros.

Esto es complejo porque pasa desde lo más negativo hasta lo más positivo, como puede ser tener una aspiración incontrolada de llegar a lo más alto sin olvidarnos de nosotros mismos, sin pensar en los demás, pudiendo llegar al "orgullo espiritual".

Podemos extraer muchas enseñanzas de este texto porque nos puede despertar muchas dudas que debemos investigar y discernir.

Gracias por remover nuestra conciencia.

Dani Dofinet dijo...

Al ser pequeñas unidades de vida de un Ser superior, el Logos planetario, forzosa e ineludiblemente estamos condicionados por las energías que fluyen a través y por medio de Él.

El Tibetano lo dice bien claro. No es que debamos manipular las energías astrales que impactan en nosotros (siendo al mismo tiempo imposible de realizar, puesto que somos una ínfima partícula del Logos), sino que debemos dirigirlas y orientarlas en la dirección correcta. De ahí que sea imprescindible el conocimiento de uno mismo para saber como actuar. Si conocemos nuestras flaquezas y facultades, podremos neutralizar las tendencias indeseables y potenciar las propias facultades (dirigir correctamente la energía).

Gracias por el comentario

Dani Dofinet dijo...

Algún problema técnico impide que un comentario pueda visualizarse en el blog, por lo que transcribo el mismo y su respuesta:

"Societat Teosofica

Repetiré la frase del artículo que creo más conveniente i en lo cual deberíamos poner nuestra atención.
Refiriéndose al Temor dice:
"No es algo que proviene del poder de razonar del hombre, pero si empleara su razón en forma correcta podría eliminarlo"

La causa, ha quedado bien explicado que para los seres humanos es imposible de comprender desde nuestra limitada perspectiva.
Los efectos son más que evidentes porqué además los sufrimos en nuestra propia carne. Sin embargo lo que más deseamos es librarnos del temor y sabemos que aplicando la voluntad podemos hacerlo. ¿Cómo?.
En primer lugar es necesario disciplinar la mente, no permitirle divagar en pensamientos concernientes al pasado porqué el temor básicamente proviene del recuerdo de lo que nos ha hecho sufrir i tememos revivir.
Pero también tememos al futuro porqué el hombre tiene la capacidad de imaginar y la imaginación es algo que cuesta mucho de dirigirla debidamente.
Así que nos movemos del pasado al futuro y esto indica que el pasado (que es donde quedaron los resíduos kármicos, los estamos atrayendo constantemente al presente.
Sin embargo, si pusiéramos tanta atención a lo que nos ocurre o hacemos a cada instante (y esto implica tener la consciencia puesta en el presente) el temor que llevamos acumulado en nuestro código genético se transformaría en paz y en plenitud.

El presente podrá ser vivido cuando el olvido de lo acontecido en el pasado nos haya convertido en el Ser humano que somos verdaderamente, sin influencias ni condicionamientos impuestos por el karma o la sociedad.
Se trata de Ser nosotros mismos y sin perder la individualidad, actuar plenamente entregados al bien común, a formar una nueva sociedad dando lo mejor de nosotros mismos demostrando con nuestro ejemplo e intrepidez que el temor estriba en la consciencia de quienes todavía pensamos demasiado en nosotros mismos.

Gracias Dani

Un fuerte abrazo"

RESPUESTA:

Como es habitual, es una gran respuesta que, con tu permiso, trasladaré a otros canales para darle difusión.

Un fuerte abrazo