Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (VII)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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TRATADO SOBRE MAGIA BLANCA (1934)
“El tema a considerarse es de aplicación sumamente práctica,
por tratarse del cuerpo astral -cuerpo en que el hombre está más polarizado y
del que es más potentemente consciente. En realidad el cuerpo etérico está bajo
el umbral de la conciencia. Los seres humanos son inconscientes del paso de las
fuerzas a través de este vehículo, pero se acercan más a su reconocimiento
cuando hablan en términos de vitalidad o carencia de ella. El cuerpo físico
hace sentir su presencia cuando algo anda mal o desea satisfacer uno de sus
apetitos. Sin embargo, la situación cambia respecto al cuerpo astral, porque es
el vehículo de experiencia para la mayoría, y la mayoría pasa gran parte de su
vida consciente, registrando las reacciones de dicho cuerpo y vibrando entre
dos polos, la felicidad y el sufrimiento, la satisfacción y el descontento, la
seguridad y la duda, el valor y el temor. En verdad esto significa que la
fuerza inherente y la vida del vehículo emocional sensorio rigen la expresión
de la vida y moldean la experiencia del alma encarnada.” (82)
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“2. Temor al futuro. Este es un temor que todavía demuestra
una creciente tendencia a desarrollarse y causará mucha angustia en el mundo,
antes de ser eliminado. Surge de tres facultades humanas:
a. Los hábitos de pensar, instintivos y psicólogos,
profundamente arraigados en la naturaleza animal, y que se remontan al instinto
primordial de autoconservación. Sin embargo, las razas primitivas tienen poco
de esto. El estado mental que ve el futuro con anticipación es una
característica predominantemente humana, siendo ese germen de la facultad
imaginativa, ligado a los procesos mentales que, finalmente, se fusionarán en
la meditación intuitiva, además de la visualización, verdadera base de todo
trabajo creador. Por ahora es una amenaza y un obstáculo. Antiguos
sufrimientos, recuerdos espantosos, tormentos obsesores, hondamente asentados
en el subconsciente, surgen con frecuencia a la superficie y provocan una
situación de temor y aflicción que ningún razonamiento es capaz de aquietar.
Las facilidades de los medios de comunicación ponen a todo el mundo en relación
con las tragedias, dolores y sufrimientos de sus hermanos, a miles de
kilómetros de distancia. La catástrofe económica de la época actual ha producido
una condición de terror colectivo, y cuanto más sensible es el individuo, mayor
es su reacción a este estado mental. Por lo tanto, el temor al futuro es una
mezcla dolorosa de recuerdo instintivo e imaginación premonitoria, y pocos
escapan a esta amenaza. La preocupación y la ansiedad constituyen el destino de
todo hombre, y no pueden ser ni serán contrarrestadas ni vencidas por ningún
factor inferior al alma.
…/…
c. Un conglomerado, de sufrimientos y temores de otras
personas pueden afectar a un individuo, sin que nada tengan que ver con él. Es
muy posible que un individuo capte el temor que domina a otras personas, aunque
no tema a nada. Se identifica tanto con los presentimientos de futuros
desastres, que los interpreta en términos de su propia y futura experiencia. Es
incapaz de desligarse de sus reacciones, y absorbe tanto veneno en sus auras
mental y emocional, que lo arrastran a un torbellino de temor y terror. Sin
embargo, debe saber que el futuro no oculta para él ningún desastre. Está simplemente
bajo una ilusión, pero el efecto sobre su cuerpo astral y plexo solar es el
mismo. Desgraciadamente esto ocurre en la actualidad, donde hay miles de almas
sensibles que tienen aspiraciones, inexpertas en el manejo del karma mundial,
abiertas al sufrimiento de los demás e incapaces de distinguir entre su propio
destino y el ajeno, en su medio ambiente y en el futuro inmediato.
También es posible, para aquellos aspirantes más avanzados y
quienes están en el sendero del discipulado, hacer contacto en el plano astral
con antiguas vibraciones del mal y del dolor -males acontecidos y desaparecidos
hace mucho tiempo; posiblemente puedan leer una pequeña fracción de los
archivos akáshicos que conciernen a los futuros sufrimientos de un individuo o
grupo, que probablemente no los verán cumplirse, no obstante adjudicarse para
sí la información recibida, sufriendo las consecuencias
3. Temor al dolor físico. En algunas personas este temor es
la causa fundamental de todas sus ansiedades, aunque no lo reconozcan. En
realidad es el resultado de los tres temores anteriores, de la presión ejercida
sobre su cuerpo astral y de la tensión provocada por la imaginación y el
raciocinio, en el sistema nervioso físico. El sistema nervioso llega a ser
excesivamente sensible y puede producir intensos sufrimientos físicos. Las
enfermedades y achaques, que para las personas comunes y flemáticas tienen
importancia vital, se agravan hasta convertirse en verdadera agonía. Quienes
cuidan de los enfermos deben reconocerlo y dar los pasos necesarios para
aliviar la condición física mediante el empleo de sedantes y analgésicos, a fin
de que no haya indebida tensión sobre el sistema nervioso, excesivamente
forzado.” (83)
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“…/…
2. Polarización astral. Mientras el hombre continúe
identificándose con su cuerpo emocional, interpretando la vida en términos de
caprichos y sentimientos y se deje llevar por el deseo, tendrá igualmente sus
momentos de desesperación, oscuridad, duda e intenso sufrimiento y depresión.
Esto se debe a la ilusión y al espejismo del plano astral, que distorsiona y
engaña. No es necesario extendernos en esto. Si existe un factor que los
aspirantes reconocen, es el de la necesidad de liberarse de la Gran Ilusión.
Arjuna lo sabía y, sin embargo, sucumbió a la desesperación. Pero en la hora de
la necesidad, Krishna no le falló, y plasmó en el Bhagavad Gita las sencillas
reglas por las cuales pueden vencerse la depresión y la duda. Éstas pueden
resumirse brevemente como sigue:
a. Conócete a ti mismo, como el Uno imperecedero.
b. Controla tu mente, pues por su intermedio puede conocerse
al Uno imperecedero.
c. Aprende que la forma no es más que el velo que oculta el
esplendor de la Divinidad.
d. Comprende que la Vida Una compenetra todas las formas, de
modo que no existe la muerte ni el sufrimiento ni la separación.
e. Deslígate, por lo tanto, del aspecto forma y ven a Mí, y
así morarás donde se encuentran la Luz y la Vida. Así se desvanece la ilusión.”
(84)
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“2. Ciertas energías astrales emanan de algunas formas
planetarias que no existen bajo la forma de planetas físicos, ni aún en el
reino etérico, pero están encerradas en el "círculo infranqueable" de
nuestro sistema solar. Representan, en sentido planetario, dos grupos de vidas:
Primero, esos cascarones astrales de planetas en descomposición y
desintegración, que puede percibir el iniciado, que aún giran alrededor de
nuestro sol y, no obstante, están desapareciendo rápidamente. Nuestra luna se
unirá a ellos cuando se haya producido la total desintegración de su forma
externa. Segundo, las formas astrales de esas vidas solares menores en el arco
evolutivo, que van tomando forma lentamente, pero todavía no tienen cuerpo
etérico y que, en este período mundial, no tendrán cuerpo físico. Estos dos
grupos son las analogías planetarias de esos tipos de hombres que reencarnar y
los que pasaron al más allá y lentamente descartan sus cuerpos antes de
renacer, o los que abandonaron sus cascarones por completo.
Dos de estas formas astrales están muy cercanas a nuestra
Tierra, y se van "descomponiendo" muy rápidamente, si así puede
decirse, ejerciendo, sin embargo, una influencia muy poderosa. Debido a esta
estrecha relación, originan dos tipos de deseo o tendencia astral entre los
hombres. Una, produce gran parte de esa tendencia instintiva a la crueldad que
se observa en los niños y en ciertos tipos de hombres; la otra tiene efecto
sobre la vida sexual, y produce la tendencia a las perversiones que actualmente
causan tantas dificultades. Estas tendencias sádicas y perversiones sexuales,
reciben mucha influencia fortalecedora, proveniente de esas moribundas
emanaciones astrales. En los tiempos antiguos eran aún más poderosas, por estar
más próximas a nuestra tierra, de allí las crueldades ritualísticas y los
horrores, por ejemplo, de Sodoma y Gomorra. Su potencia está declinando
rápidamente, y debe recordarse que no tendrían absolutamente ningún poder si no
existieran en la humanidad ciertos instintos, sobre los cuales pueden actuar
estas energías. También debe recordarse que su influencia fue constructiva en
la época lemuriana, porque en esos días primitivos la lección del sexo y el
registro inteligente del dolor tenían cabida en los proyectos de quienes
trataban de llevar al hombre animal, al estado de conciencia humana -no a la
conciencia del alma ni a la autoconciencia.” (85)
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“Todo sufrimiento, desagrado e infelicidad, se deben a la
rebelión. Desde el punto de vista del ocultista, la rebeldía sólo trae mayores
dificultades, y la resistencia sólo sirve para nutrir el mal, cualquiera sea.
El hombre que ha aprendido a aceptar su sino, no malgasta el tiempo en vanas
lamentaciones y puede dedicar toda su energía en cumplir perfectamente su
dharma o trabajo obligatorio. En vez de quejarse y oscurecer las cuestiones de
la vida con la preocupación, la duda y la desesperación, despeja su camino
mediante la sana comprensión de la vida, tal como es, y la directa apreciación
de lo que puede hacer de ella. Así no malgasta fuerza, tiempo ni pierde
oportunidad, y avanza constantemente hacia la meta.” (86)
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“…Todo temor, duda y preocupación, tienen que ser
eliminados. Si pueden lograrlo, aumentarán en forma asombrosa el desarrollo del
punto interno de contacto y el conocimiento de cómo extraer de las fuentes de
inspiración. La mayoría de las personas cierran las fuentes de información
debido a que no controlan su naturaleza emocional. El cuerpo astral puede ser
controlado. ¿Cómo?
1. Por inhibición directa. Los principiantes pueden usar
este método con provecho, pero no es el mejor a seguir. Produce reacción sobre
el cuerpo físico, congestión del cuerpo astral y similar condición en el
vehículo etérico. A menudo produce dolor de cabeza, congestión de hígado y
otros desarreglos.” (87)
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“Aquellos que inician el entrenamiento esotérico con ojos
abiertos, deben en realidad tener muy en cuenta lo que cuesta. La compensación
final es grande, pero el sendero es áspero y el verdadero esoterista lo recorre
solo. La capacidad de mantenerse aislado, de asumir responsabilidad y luego,
sin ayuda, valerse por sí mismo y desafiar el mal por amor al bien logrado, es
la característica del Hermano Blanco. Prepárense para enfrentar la soledad,
para evitar los peligros de la formación de un carácter ofuscado y sombrío y
para dedicar la vida sin recompensas personales. Sólo a medida que se expande
la conciencia y se encuentra la verdadera ubicación en la totalidad cósmica, la
compensación es evidente; pero no teman, y sepan que la personalidad es sólo
temporaria, y no importa que sufra. Algún bien alcanzado para la Hermandad
universal, alguna ley explicada y demostrada en la vida diaria, quizás harán
decir al Maestro oportunamente (después que todo haya terminado): ¡Bien hecho!
Miren siempre adelante. No se desvíen a la derecha ni a la izquierda. El
sendero conduce hacia arriba, a una mayor rapidez de vibración y de
sensibilidad. Busquen el punto de equilibrio en su trabajo y manténganlo,
porque los años suponen mucho trabajo, presión y sufrimiento.
¿Son suficientemente fuertes como para ver la congoja del
mundo, el desastre y, no obstante, conservar la alegría? ¿Pueden asociarse en
el trabajo de acrecentar la evolución de la raza, y darse cuenta de que son
necesarias la dificultad y la disciplina y, sin embargo, no hacer nada para
aliviar el sufrimiento? Almas seleccionadas y probadas están siendo entrenadas
hoy, en todas partes del mundo. Los Maestros están abrumados y sobrecargados de
trabajo. Dan todo lo que pueden, pero del aspirante individual dependen el
empleo de lo que se le da.
Quienes vigilamos y guiamos en el aspecto interno de la
vida, tenemos más conocimiento que ustedes, que llevan la carga y la
preocupación de la existencia en el plano físico. Conocemos las desventajas físicas
y algún día podremos ayudarlos definidamente a construir cuerpos fuertes para
el servicio mundial. Ahora el miasma astral es de tal índole, que les resulta
casi imposible a nuestros esforzados hermanos, tener buena salud; el karma del
mundo lo prohíbe. La corrupción astral y los pestilentes pozos sépticos de los
niveles inferiores del plano mental infectan todo, y afortunado aquel que los
evade. Vigilamos compasivamente a quienes poseen cuerpos débiles y sensibles y
se esfuerzan, trabajan, luchan, fracasan, continúan y sirven. No se nos pasa
desapercibida ni una hora de servicio ofrecida en el dolor y la tensión, ni la
tarea de un solo día efectuada con los nervios torturados, la cabeza cansada y
el corazón dolorido. Lo sabemos y nos preocupa mucho, sin embargo no podemos
hacer nada de lo que se necesita y que ustedes, que luchan en el mundo, pueden
hacer. El karma del mundo engolfa a cada uno en esta época. Ojalá pudieran
darse cuenta que el tiempo es corto y que el descanso, la alegría y la paz están
en camino.” (88)
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“Cuando un hombre camina literalmente en la luz de su alma y
la clara luz del sol afluye a través de él -revelando el sendero- eso revela al
mismo tiempo el Plan. Sin embargo, llega a ser consciente simultáneamente de
que el Plan aún está muy lejos de ser consumado. Lo oscuro, en verdad, se hace
más evidente; el caos, la miseria y el fracaso de los grupos mundiales, quedan
revelados; se observa la impureza y el polvo de las fuerzas que guerrean, y
todo el sufrimiento del mundo pesa sobre el asombrado, pero iluminado
aspirante. ¿Podrá resistir esta presión? ¿Podrá conocer en realidad el dolor y
sin embargo regocijarse eternamente en la conciencia divina? ¿Es capaz de
enfrentar lo que revela la luz y no obstante continuar su camino con serenidad,
seguro del triunfo final del bien? ¿Será abrumado por el mal superficial y
olvidará el corazón de Amor que late detrás de todas las apariencias externas?
El discípulo debe recordar siempre esta situación, sino lo que ha descubierto
lo destruirá a él.” (89)
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“El empleo de dos factores, diferencia al hombre del animal,
ya sea que los utilice consciente o inconscientemente. Ambos están latentes en
el animal, pero el hombre es la única entidad en los tres mundos que puede,
conscientemente, extraer beneficio de ellos. Uno de estos factores es el dolor,
el otro la facultad de la discriminación. Por el dolor y el consiguiente
proceso analítico de relación, más la memoria y la visualización, el hombre
aprende a conocer lo que debe evitar y lo que debe cultivar. Esto tiene lugar
en el reino de los acontecimientos del plano físico y de la experiencia
sensoria. Mediante la discriminación de las ideas y las corrientes de
pensamientos, el hombre aprendió a decidir en qué basar sus actividades en
todos los sectores de los asuntos humanos, que tiene una comprensión imperfecta
de la verdadera naturaleza de las ideas, y su aplicación de las verdades
presentidas es también muy imperfecta. Es penosamente verdad que a menudo elige
desacertadamente, que las ideas que rigen la conducta del grupo no son muy
elevadas y que la opinión pública está proverbialmente moldeada por intereses
personales y egoístas. Sin embargo -a través del dolor y aprendiendo a utilizar
el poder de elegir en el reino de las ideas- el hombre se está abriendo camino
firmemente hacia la completa libertad y control de la tierra, porque su derecho
es heredarla. El Antiguo Comentario redactado en lenguaje simbólico,
refiriéndose a estas dos características del hombre, dice algo muy hermoso. Las
frases van a continuación, y cuando se reflexiona sobre ellas, debe tenerse en
cuenta que el agua simboliza la sensibilidad o reacción astral, y el fuego es
el símbolo de la mentalidad.
"Las sedantes aguas refrescan. Paulatinamente traen
alivio, sustraen de la forma todo lo que se pueda tocar. El calor febril de los
deseos largamente reprimidos, cede al refrescante trago. El agua y el dolor se
neutralizan mutuamente. Prolongado es el proceso del trago refrescante.
"El ardiente fuego desliga todo lo que entorpece el
camino de la vida. Llega la bienaventuranza y viene después del fuego, como
fuego sobre las aguas. El agua y el fuego se combinan y originan la gran
Ilusión. Producen niebla y bruma, vapor y ruido, velando la Luz, ocultando la
Verdad y excluyendo al Sol.
"El fuego arde con furor. El dolor y las aguas
desaparecen. El frío, el calor y la luz del día, la irradiación del sol
naciente y el perfecto conocimiento de la Verdad, aparecen.
"Éste es el sendero para todos los que buscan la luz.
Primeramente la forma y todos sus anhelos. Luego el dolor. Después las sedantes
aguas y la aparición de un minúsculo fuego. El fuego aumenta, entonces el calor
se activa dentro de la diminuta esfera y desempeña su ígnea tarea. Además se
percibe humedad y densa niebla, y la triste desorientación se sumía al dolor,
pues quienes utilizan el fuego de la mente durante la primera etapa se hallan
extraviados dentro de una luz ilusoria.
"Se intensifica el calor, luego se pierde el poder de
sufrir. Pasada esta etapa, el sol y la clara y brillante luz de la verdad
brillan sin obstrucciones. Éste es el sendero de retorno al centro oculto.
"Utiliza el dolor. Llama al fuego, oh Peregrino, en
tierra extraña y desconocida. Las aguas lavan el barro y el lodo de lo que
crece en la naturaleza. Los fuegos consumen las formas obstructoras que tratan
de retener al peregrino, trayendo así la liberación. Las vivientes aguas, cual
río, llevan al peregrino al Corazón del Padre. Los fuegos destruyen el velo que
oculta el rostro del Padre".” (90)
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(83) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. La
Energía Astral y el Temor (pág. 220, 221)
(84) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. La
Energía Astral y el Temor (pág. 224)
(85) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. El
Correcto Empleo de la Energía (pág. 227)
(86) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. El
Correcto Empleo de la Energía (pág. 227)
(87) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. La Era
Presente y el Futuro (pág. 251)
(88) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. La Era
Presente y el Futuro (pág. 254 y 255)
(89) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. La Era
Presente y el Futuro (pág. 259)
(90) Regla Diez. La Construcción de Formas Mentales. La Era
Presente y el Futuro (pág. 260 y 261)
(CONTINUACIÓN)
(CONTINUACIÓN)
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