Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (I)
Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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INICIACIÓN HUMANA Y SOLAR (1922)
“El cuarto punto que los hombres
deben conocer y comprender como realidad fundamental, es que esta Jerarquía
está compuesta por quienes han triunfado sobre la materia y han llegado a la
meta por el mismo camino que siguen hoy los individuos. Estas personalidades
espirituales, adeptos y Maestros, han luchado y bregado por obtener la victoria
y el control en el plano físico, y se han enfrentado con los miasmas, brumas,
peligros, dificultades, angustias y dolores de la vida diaria. Han hollado cada
paso del sendero del sufrimiento, han pasado por todas las experiencias, han
superado todas las dificultades y han triunfado. Estos Hermanos Mayores de la
Raza han sufrido la crucifixión del yo personal y saben de la total renuncia
del aspirante. No existe ninguna fase de agonía, ningún sacrificio consumado,
ninguna Vía Dolorosa por la que no hayan pasado, y en esto radica Su derecho a
servir y el poder de Su demanda. Conocedores de la quintaesencia del dolor, de
la profundidad del pecado y del sufrimiento, Sus métodos pueden ser exactamente
adecuados a las necesidades individuales; pero al mismo tiempo su compresión de
que la liberación se obtendrá por medio del dolor, el castigo y el sufrimiento,
y su captación de que la liberación se obtiene mediante el sacrificio de la
forma, a través de los fuegos purificadores, basta para proporcionarles un
firme apoyo y la capacidad de persistir, aun cuando la forma aparente haber
sufrido suficientemente, y el amor, que triunfa sobre todos los obstáculos,
esté fundado en la paciencia y la experiencia.” (12)
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“El hombre debe aprender, a
través de la experiencia y el dolor, la realidad de la dualidad de toda
existencia. Habiéndolo aprendido, elige lo que concierne al aspecto espíritu
plenamente consciente de la divinidad, y también a centrarse en ese aspecto. Al
alcanzar la liberación, se da cuenta en verdad que todo es uno, que el espíritu
y la materia son una unidad y que solo existe lo que se halla en la conciencia
del Logos planetario, y en círculos más amplios, en la conciencia del Logos
solar.
La Jerarquía aprovechó de este
modo la facultad discriminadora de la mente, cualidad que caracteriza a la
humanidad, para que el hombre, mediante el equilibrio de los pares de opuestos,
alcance su meta y encuentre el camino de regreso a la fuente de origen.” (13)
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“Discípulo es aquel que
transfiere su conciencia de lo personal a lo impersonal, y que durante la etapa
de transición soporta necesariamente muchas dificultades y sufrimientos,
provenientes de varias causas:
a. De su yo
inferior, que se rebela en contra de la transmutación.
b. De su grupo
inmediato, de sus amigos y familiares que se rebelan ante su creciente
impersonalidad. No les agrada ser considerados uno con él, en el aspecto vida,
y sin embargo independientes de él, en lo que respecta a deseos e intereses. No
obstante, la ley rige, y sólo cabe verdadera unidad en la vida esencial del
alma. Descubrir lo que la forma es, causa muchos sufrimientos al discípulo,
pero el camino conduce eventualmente a la perfecta unión.” (14)
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“Se debe acentuar, especialmente
en todos los discípulos, el valor del desapasionamiento. La falta de
discernimiento no es un obstáculo para el discípulo en estos días, debido al
desarrollo de la mente; pero sí lo es, con frecuencia, la falta de
desapasionamiento. Esto significa obtener ese estado de conciencia donde se
observa el equilibrio y no dominan el placer ni el dolor, porque han sido
reemplazados por la alegría y el gozo.” (15)
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“El discípulo debe aprender a
permanecer silencioso ante el mal, a callar ante los sufrimientos del mundo,
sin perder tiempo en quejas inútiles y en demostraciones de dolor, sino tratar
de aligerar la carga del mundo, y trabajar sin perder energías en palabras.”
(16)
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“El sufrimiento sobreviene cuando
el yo inferior se rebela. El yo inferior controlado y la eliminación del deseo,
traen alegría.” (17)
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“El aspirante conoce el valor
oculto del dinero en el servicio. No busca nada para sí, excepto aquello que
puede equiparlo para realizar el trabajo, considerando el dinero y lo que el
dinero procura, como algo que debe ser empleado para los demás, y como medio
para lograr la fructificación de los planes del Maestro, tal como él los
percibe. Muy poco es comprendida la significación oculta del dinero, sin
embargo, una de las grandes pruebas para determinar el lugar que ocupa el
hombre en el sendero de probación, concierne a su actitud y al manejo de lo que
todos los hombres buscan con el fin de satisfacer sus deseos. Quien nada desea
para sí puede ser el receptor de la abundancia financiera y el distribuidor de
las riquezas del universo. Por el contrario, si aumenta su riqueza, le acarrea
dolor y angustia, descontento y perversión.” (18)
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“El hombre que recibe la cuarta
iniciación, la Crucifixión, suele tener una vida de gran sacrificio y
sufrimiento. Es la vida del hombre que hace la Gran Renunciación, y que aún
exotéricamente es considerada difícil, intensa y penosa. Todo lo abandona,
hasta su perfecta personalidad misma, sobre el altar del sacrificio, y queda
despojado de todo. Renuncia a amigos, dinero, reputación, carácter, posición,
familia y hasta a la vida misma.” (19)
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“Los centros reciben en la
iniciación una nueva afluencia de capacidad vibratoria y de poder, que en la
vida exotérica da por resultado:
- El refinamiento y la sensibilidad de los vehículos, que al principio puede ocasionar mucho sufrimiento al iniciado, pero que produce la capacidad de responder, lo cual compensa ampliamente el dolor incidental.” (20)
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“Cuando el amor a todos los
seres, sin tener en cuenta quienes son, comienza a ser una realidad en el corazón
del discípulo y, al mismo tiempo, el amor a sí mismo no existe, indica que se
está acercando al Portal de la Iniciación y puede prestar los juramentos
preliminares necesarios, antes de que su Maestro entregue su nombre como
solicitante de la iniciación. Si no le importa el sufrimiento y el dolor del yo
inferior, si le resulta indiferente ser feliz o no, si el único propósito de su
vida es servir y salvar al mundo y si las necesidades del prójimo son para él
de mayor importancia que las propias, recién entonces el fuego del amor irradia
de su ser y el mundo podrá sentirse confortado ante sus pies. Este amor debe
ser una manifestación probada y práctica y no sólo una teoría ni simplemente un
ideal impracticable y un sentimiento grato, sino algo surgido de las
experiencias y pruebas de la vida, de tal modo que el primer impulso de la vida
sea el autosacrificio y la inmolación de la naturaleza inferior.” (21)
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(12) Capítulo III. El Trabajo de
la Jerarquía. Dar el Ejemplo a la Humanidad. (pág. 34)
(13) Capítulo IV. La Fundación de
la Jerarquía. La apertura del Portal de la Iniciación. (pág. 41)
(14) Capítulo VIII. El
Discipulado. Descripción de un Discípulo. (pág. 68)
(15) Capítulo VIII. El
Discipulado. El trabajo que debe realizarse. (pág. 69)
(16) Capítulo VIII. El
Discipulado. El trabajo que debe realizarse. (pág. 70)
(17) Capítulo VIII. El
Discipulado. Relaciones grupales. (pág. 72)
(18) Capítulo VIII. El
Discipulado. Relaciones grupales. (pág. 73)
(19) Capítulo IX. El Sendero de la Iniciación. Las dos Iniciaciones siguientes. (pág. 81)
(19) Capítulo IX. El Sendero de la Iniciación. Las dos Iniciaciones siguientes. (pág. 81)
(20) Capítulo XIII. Los Cetros de
Iniciación. El efecto de la Aplicación del Cetro. C. En los centros. (pág. 118)
(21) Capítulo XIX. Reglas para
Aspirantes. Regla Uno. (pág. 156)
1 comentario:
Destaco este fragmento que me parece de sumo interés: “Se debe acentuar, especialmente en todos los discípulos, el valor del desapasionamiento. La falta de discernimiento no es un obstáculo para el discípulo en estos días, debido al desarrollo de la mente; pero sí lo es, con frecuencia, la falta de desapasionamiento. Esto significa obtener ese estado de conciencia donde se observa el equilibrio y no dominan el placer ni el dolor, porque han sido reemplazados por la alegría y el gozo.”
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