lunes, 24 de abril de 2017

LA ENERGÍA ASTRAL Y EL TEMOR (y IV)

Este artículo es la continuación del fragmento en el que el Maestro Tibetano nos habla sobre el temor y su relación con la energía astral.

Si lo deseáis, podéis consultar los anteriores artículos:


Dani

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"II. Depresión y su polo opuesto, el regocijo. Cuando tocamos el tema de la depresión, tratamos algo tan difundido que muy pocos escapan a sus ataques. Es como un miasma, una niebla que cubre al hombre y le imposibilita ver con claridad, caminar con seguridad y conocer la realidad. Es parte de la gran ilusión astral, y si esto es comprendido, resultará evidente por qué existe la depresión y por qué su causa es astral o física, e incidental a una situación mundial o personal. Por lo tanto, estudiaremos la depresión en los individuos y buscaremos sus causas:

1. El espejismo mundial que arrastra a las profundidades de la reacción mundial a la unidad aislada, la cual está libre de esas condiciones individuales que producen depresión. Este espejismo mundial con sus resultados desvitalizadores y deprimentes, tiene sus raíces en diversos factores, que sólo describiré brevemente:

a. Los factores astrológicos que afectan al horóscopo planetario, y en consecuencia al individual o primordialmente racial, y éstos generalmente son pasados por alto.

b.  El recorrido del Sol en el firmamento. Su tránsito por el sur tiende a disminuir la vibración de su influencia, y los aspirantes deben tener en cuenta esto en otoño y en los primeros meses de invierno. (En el hemisferio sur sucede a la inversa. N. del T.)

c. La parte oscura de la Luna, el período final del menguante y las primeras fases de la Luna nueva, como bien saben, afecta el trabajo de meditación.

d. Factores psicológicos e inhibiciones en masa, sin duda debido a fuerzas externas a nuestro planeta y a planes cuya intención es desconocida para el ser humano común. Estas fuerzas que actúan sobre la raza humana afectan a los más sensibles, que a su vez afectan a su medio ambiente, estableciéndose paulatinamente un impulso que se precipita a través de una raza o nación, durante un período o ciclo de años, produciendo estados de profunda depresión y desconfianza mutua. Causa una triste autoabsorción, a la cual denominamos pánico u oleada de inquietud. Es casual el hecho de que su desarrollo sea militar, económico, social o político, o tome la forma de una guerra, una inquisición religiosa, restricciones económicas o desconfianza internacional. Las causas tienen su origen en los anteproyectos del proceso evolutivo y están regidos -aunque no sea comprendido- por la buena Ley.


2. Polarización astral. Mientras el hombre continúe identificándose con su cuerpo emocional, interpretando la vida en términos de caprichos y sentimientos y se deje llevar por el deseo, tendrá igualmente sus momentos de desesperación, oscuridad, duda e intenso sufrimiento y depresión. Esto se debe a la ilusión y al espejismo del plano astral, que distorsiona y engaña. No es necesario extendernos en esto. Si existe un factor que los aspirantes reconocen, es el de la necesidad de liberarse de la Gran Ilusión. Arjuna lo sabía y, sin embargo, sucumbió a la desesperación. Pero en la hora de la necesidad, Krishna no le falló, y plasmó en el Bhagavad Gita las sencillas reglas por las cuales pueden vencerse la depresión y la duda. Éstas pueden resumirse brevemente como sigue:

a. Conócete a ti mismo, como el Uno imperecedero.

b. Controla tu mente, pues por su intermedio puede conocerse al Uno imperecedero.

c. Aprende que la forma no es más que el velo que oculta el esplendor de la Divinidad.

d Comprende que la Vida Una compenetra todas las formas, de modo que no existe la muerte ni el sufrimiento ni la separación.

e. Deslígate, por lo tanto, del aspecto forma y ven a Mí, y así morarás donde se encuentran la Luz y la Vida. Así se desvanece la ilusión.

La polarización astral pone al hombre a descubierto de sus innumerables reacciones emocionales y de las oleadas de sentimiento colectivo de cualquier tipo. Por esta causa su ser es arrastrado al vórtice de energías incontroladas y fuerzas emocionales mal dirigidas, que dan como resultado una guerra mundial, un pánico financiero, un despertar religioso o un linchamiento. Lo lleva también a las regiones de la hilaridad y la felicidad espuria, donde la "luz engañosa" del plano astral le descubre falsas fuentes de diversión, o la hilaridad colectiva -debido a su sensibilidad- lo arrastra a la histeria, que encuentra su desahogo en la diversión incontrolada, polo opuesto del llanto desenfrenado. No me refiero aquí al verdadero júbilo ni al sentido del buen humor, sino a esas expresiones histéricas de hilaridad, tan comunes en la mayoría de los humanos, que producen fatiga.


3. El debilitamiento del cuerpo físico. Se debe a diversas causas:

a. Un agotamiento del cuerpo etérico o vital.

b. Una enfermedad física, inherente o traída de otra vida, o accidental, por reacciones emocionales equívocas, o producidas como resultado del karma grupal, tal como una epidemia.

c. Una condición atmosférica. Esto a veces se pasa por alto, pero el clima, la densidad, la humedad o la sequedad, el calor o el frío, tienen un efecto definido sobre la perspectiva psicológica.

Encontrarán, si estudian, que todas las causas de depresión subsidiarias y temporarias y sus opuestos, pueden agruparse bajo uno de estos tres acápites, y cuando la causa se descubre, su curación es evidente.

Me he ocupado en forma algo extensa de las dos primeras manifestaciones de la fuerza astral -el temor-, temor a la muerte, al futuro, al sufrimiento, al fracaso y a los muchos temores menores a los cuales está sujeta la humanidad -y la depresión-, porque estos dos temores constituyen para el hombre el Morador en el Umbral en esta era y ciclo. Ambos indican que hay reacción sensoria a factores psicológicos y no pueden ser remediados mediante el uso de otro factor como el valor. Tienen que ser afrontados por la omnisciencia del alma, actuando a través de la mente -pero no por su omnipotencia. Esto oculta un indicio. No me ocuparé de los otros factores enumerados, tales como el deseo de felicidad, la satisfacción de los apetitos animales y la liberación, porque ellos, para la mayoría, no constituyen un  problema como los dos primeros. Podría escribirse extensamente sobre la manifestación y causa de todos ellos, pero cuando el temor y la depresión sean vencidos, la raza tomará posesión de su herencia, la felicidad, la verdadera satisfacción (símbolos de los vehementes deseos indicados anteriormente) y la liberación. Consideraremos primero los males fundamentales. Una vez dominados, todo lo que resta es la correcta orientación, y la polarización en el alma.

Después consideraremos la subyugación de la vibración errónea en el cuerpo astral y el empleo de energía astral en la correcta dirección.

Hemos tratado extensamente el tema del cuerpo astral o sensorio, y considerado los diversos y erróneos modos en que éste hace sentir su presencia. La humanidad vibra principalmente de un modo u otro, y el cuerpo sensorio del ser humano común casi nunca está libre de algún estado de ánimo, temor y emoción. Esto ha traído el anormal desarrollo del centro plexo solar. En la mayor parte de la humanidad el centro sacro y el plexo solar rigen la vida, y debido a ello el deseo por las cosas materiales y la vida sexual están estrechamente fusionados. El plexo solar es el cerebro del animal y rige todas las reacciones instintivas, pero no se halla tan estrechamente aliado con la expresión puramente sexual como en el ser humano. Cuando el cerebro sea sensible a la mente que va despertando, y no esté tan ocupado con el mecanismo que registra la impresión sensoria, tendremos la orientación que finalmente elevará la conciencia hasta los centros situados arriba del diafragma. El plexo solar entonces será relegado nuevamente a su antigua función, como agente directriz de la vida animal, esencialmente instintiva. Para el discípulo mundial avanzado, el plexo solar es por lo general el órgano de sensibilidad psíquica, y permanecerá así hasta que los poderes psíquicos superiores reemplacen a los inferiores  y el hombre actúe como alma. Entonces la vida sensoria descenderá bajo el umbral de la conciencia."

- Tratado sobre Magia Blanca -
REGLA DIEZ

LA CONSTRUCCION DE FORMAS MENTALES



4 comentarios:

Anónimo dijo...

No cabe duda de que el temor que tanto afecta negativamente a nuestro desarrollo espiritual, forma parte del astral, de nuestras emociones y deseos que hemos de elevarlos al amor. "Mientras el hombre continúe identificándose con su cuerpo emocional, interpretando la vida en términos de caprichos y sentimientos y se deje llevar por el deseo, tendrá igualmente sus momentos de desesperación, oscuridad, duda e intenso sufrimiento y depresión." En esta era ya toca trascender esas emociones y deseos y desarrollar y controlar la mente, un gran trabajo absolutamente necesario.

Dani Dofinet dijo...

El temor, la ansiedad y la depresión, son frutos de una exagerada atención en uno mismo y resultado de una hiperactividad del plexo solar. Cuando consigamos poner mas la atención en los otros en vez de nosotros y no estimulemos en exceso el plexo solar, tendremos la mayor parte del problema resuelto.

Marta dijo...

Lo que somos o no somos, nuestras reaccionamos a las circunstancias que nos trae la vida, los deseos insatisfechos y las consiguientes depresiones u otras formas de expresión astral, generalmente la gran mayoría de nosotros las conocemos por propia experiencia.

Sin embargo, hay que mirar al frente, despojarnos de lo que pesa demasiado en nuestra consciencia y nos hace sufrir, pues sabemos muy bien que si seguimos los consejos que se nos dan en este artículo y ponemos la atención fuera de nosotros mismos vamos a librarnos de esta esclavitud...

Estos consejos que nos dan son frases cuyo contenido es digno de meditar una por una, para entresacar el significado profundo y a la vez práctico, que abrirá nuestra comprensión hacia una más lúcida realidad de lo que significa la vida.

Este es un tema de gran interés porqué es un reflejo de los grandes problemas y enfermedades que vivimos actualmente la humanidad.
Pero en vez de fijar la atención en nosotros mismos, hay que salir al aire libre, respirar profundamente y hacernos el firme propósito de Vivir y enseñar a Vivir a los demás, sabiendo que nada es imposible si existe una firme convicción de que lo podemos realizar.

Gracias Dani

Un fuerte abrazo

Dani Dofinet dijo...

Gracias por tus agradecidos y valorados comentarios Marta.

De nuestra fortaleza en afrontar el temor dependerá nuestro ulterior progreso. El guardián del umbral debe de ser vencido si deseamos avanzar hacia horizontes más lejanos.

Un fuerte abrazo