Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (XXXII)
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Como en otras ocasiones, para
realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de
extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que
tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del
Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Cada fragmento viene precedido por el título del libro,
capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la
información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.
Las
conclusiones (cuando las haya) son
personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con
las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos
del Tibetano.
En
la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis
descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.
Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando
progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.
Dani
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Tratado de los Siete Rayos. Vol. 3 - Astrología Esotérica (1951)
“…La construcción de las formas adecuadas y el empleo y el control de
la forma son esenciales si se quiere colaborar correcta e inteligentemente con
el Plan de Dios. Júpiter garantiza esto en Cáncer desde la etapa inicial del
nacimiento. El amor como relación con la divinidad, y la sabiduría como
relación con la forma, residen detrás de los propósitos del alma. En tiempo y
espacio, durante largos eones, la forma controla y oculta al alma. Esto también
es verdad respecto a la fluida naturaleza síquica. Ambos (aspecto forma y
naturaleza síquica) alcanzan oportunamente una perfección concreta en
Capricornio, para llegar a ser otra vez en Cáncer el instrumento perfecto de
servicio que el iniciado maneja cuando trata de prestarlo a la masa, en vez de
estar envuelto y perdido en las masas. El poder de Saturno en este signo lleva
a cabo los fines y propósitos de las energías gobernantes, o rayos de armonía a
través de los conflictos (la Luna y Mercurio) y de Neptuno, porque en este
signo Saturno está en su lugar de detrimento, trayendo situaciones y
condiciones difíciles que llevarán a la necesaria lucha. Esto convierte a
Cáncer en una prisión simbólica y acentúa los sufrimientos y penas de una
orientación errónea. El conflicto del alma con su medio ambiente -llevado a
cabo consciente o inconscientemente- conduce a las penalidades de la
encarnación y provoca esas condiciones de sufrimiento que el alma
voluntariamente ha emprendido cuando -con los ojos abiertos y clara visión-
eligió el sendero de la vida terrena con sus consiguientes sacrificios y
dolores, a fin de salvar las vidas con las cuales tuvo afinidad.” (328)
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“Resulta interesante ver que el regente jerárquico de Géminis es la
Tierra, planeta no sagrado. La Tierra también es el regente esotérico de Sagitario,
el polo opuesto de Géminis, siendo las únicas dos constelaciones que están
regidas por la Tierra, este hecho es de gran significado pues crea una
situación poco común en el sistema solar y una relación singular. La línea
cósmica de fuerza que va de Géminis a Sagitario y en forma inversa, está
subjetiva y esotéricamente relacionada a nuestra Tierra, garantizando así el
desarrollo de su alma, el desenvolvimiento de su forma como expresión de esa
alma y conduciendo inevitablemente a nuestra afligida humanidad, en este
calamitoso planeta, a la puerta de la iniciación en Capricornio.
En esta afirmación y en el dolor y el pesar, que son cualidades
distintivas de nuestra vida planetaria, está oculto un misterioso secreto.”
(329)
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“… Venus es también el alter ego de la Tierra, según se lo denomina en
la literatura ocultista, y es su verdadero planeta complementario y
suplementario. Hemos establecido dos relaciones duales: la de Géminis, los dos
hermanos, y la de la Tierra y Venus. La Tierra está peculiarmente relacionada
con el “hermano cuya luz está disminuyendo”, porque, como saben, no es un
planeta sagrado, y con el aspecto material o sustancial de la divinidad. Venus
está estrechamente relacionado con el “hermano cuya luz aumenta ciclo tras ciclo”
y, por lo tanto, con el alma, cuya naturaleza es amor. Esta situación de
Géminis-Venus reside en que nuestra Tierra es excepcionalmente el “planeta del
sufrimiento que libera y del dolor que purifica”; la energía que produce estos
factores liberadores está enfocada mediante Mercurio y Venus sobre nuestra
Tierra. …” (330)
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“Cuando los Guías de la raza enfoquen firmemente la guerra (*) y no permitan que se prolongue
demasiado ni que sea muy cruenta, podrá contribuirse definidamente a los fines
de la evolución, creando situaciones que fomenten el desenvolvimiento mental,
guiados espiritualmente, exigiendo claro pensar (algo raro de hallar),
eliminando las condiciones indeseables, y destacándolas, haciendo desaparecer
sus fuentes originadoras y además los efectos definido producidos en el cuerpo
emocional de la humanidad, debido al sufrimiento y dolor colectivos. Tales
sufrimientos, privaciones, ansiedades y miserias pueden llevar a una reversión
de la orientación humana en la rueda de la vida, así como sucede con el
aspirante individual; conducir y enfocar las tendencias de la vida en un mundo
de realidades y valores más verdaderos e inaugurar de esta manera esa nueva y
mejor civilización que todos esperamos. Si pudieran mirar el mundo actual como
lo vemos nosotros los instructores en el aspecto interno, percibirían en todas
partes estos reenfoques y reorientaciones.” (331)
(*) 1914-1945
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“Hemos hecho una parcial consideración sobre los rayos y sus efectos y
relaciones, cuando, por intermedio de Tauro y sus regentes, derraman su fuerza
y energía sobre el hombre individual o la entera humanidad. Los dos rayos que
afectan directamente al signo son, como hemos visto, el quinto (por intermedio
de Venus) y el primero (por intermedio de Vulcano). Ambos, cuando son
considerados en combinación con la Tierra (expresión del tercer rayo),
demuestran una combinación de rayos muy difícil, pues todos pertenecen a la
línea de primer rayo de energía:
1er. Rayo. El Rayo de Voluntad o Poder.
5to. Rayo. El Rayo de Conocimiento Concreto.
3er. Rayo. El Rayo de Inteligencia Activa.
Esta combinación aumenta grandemente la ya difícil tarea del taurino.
El segundo Rayo de Amor-Sabiduría y su línea subsidiaria de energía aparece
sólo en forma indirecta y, por lo tanto la persona nacida en este signo carece
frecuente y notablemente de amor y sabiduría. Un hombre así tendrá mucho amor,
estima y respeto propio y estará egoístamente centralizado o enfocado en la
personalidad. Será inteligente, pero no sabio; tendrá aspiraciones, pero al
mismo tiempo será obstinado y determinante, de manera que su aspiración no lo
llevará rápidamente muy lejos. Actuará esporádicamente y con impulsos
incontrolados, pues un constante y mesurado progreso en el Camino le resulta
difícil. No le es fácil aplicar en forma práctica el conocimiento obtenido, el
cual tiende a permanecer como una adquisición mental y no como una experiencia
práctica. Será casi dolorosamente consciente de la dualidad, pero en lugar de
luchar por obtener la unidad, a menudo lo embarga una fija y estática
depresión. Será destructivo, porque es “testarudo” debido a que predomina el
aspecto martillador de Vulcano. Como posee cierta medida de luz, lo afligirá el
poder de destruir que posee.” (332)
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“Como bien saben, Tauro rige el cuello y la glándula tiroides. Ésta es
esencialmente la región de donde debe emanar la actividad creadora del hombre
que se halla en el Sendero. La energía del centro sacro debe ser elevada a la
laringe para que la creación, por medio del amor y la voluntad, compruebe
oportunamente el efecto sublimador que produce la trasferencia de la energía
sexual, cuando es aplicada en forma más elevada. El correcto empleo de los
órganos de la palabra proporciona la clave de los procesos por los cuales el
discípulo debe efectuar ciertos cambios básicos. El taurino que se halla en el
camino de liberación, debería aplicar el método de la palabra en forma directa
y motivada, y en forma exteriorizada y explicativa, a fin de transformarse de una
persona que sigue voluntariamente el modo de ser de su personalidad, en un
sabio colaborador del Plan. Con esto quiero decir que cuando el hombre traduce
sus ideales en palabras y actos, efectúa una transformación, transmutación y,
oportunamente, una traslación a la cima de la montaña de la Iniciación. Los
resultados del trabajo creador de materializar la visión, deben ser llevados a
una demostración efectiva en Escorpio, en cuyo signo se aplican las pruebas
finales para comprobar que la energía fluye libremente, y sin impedimentos ni
obstrucciones, entre los centros laríngeo y sacro, y demostrar que la correcta
orientación ha sido lograda y que no existe temor alguno de que el sujeto de
Tauro caiga ciegamente en el autointerés, pues en el futuro seguirá inteligentemente
el Camino de la Liberación -camino que traerá su propia liberación y, al mismo
tiempo, lo impulsará a realizar esas actividades que llevarán la liberación a
otros. El hombre que en Escorpio ha aprendido sus lecciones, en Tauro deberá
demostrar esa creatividad que actuará bajo la inspiración de la aspiración y de
la visión y tratará de expresar constructivamente la belleza velada
intrínsecamente por todas las formas, proporcionando así la revelación de ese
propósito subyacente que motiva todos los acontecimientos y formas. Los
aspectos que producen cambios básicos en el propósito, interés y orientación,
deben manifestarse en Escorpio, comprobando así la efectividad de los procesos
evolutivos, sufridos en la repetida gran transición de Escorpio a Tauro y de
Tauro a Escorpio. Este ciclo de movimientos constituye (con el ciclo mayor) un
ritmo de experiencia de enorme importancia. Estos siete signos son
preeminentemente signos de experiencia en la vida. El signo anterior a Aries es
el “signo de la institución”, mientras que los cuatro que le siguen a Escorpio
prueban ser los signos del discipulado y la iniciación. Esto sucede en la rueda
revertida, y las implicaciones sobre.” (333)
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“En este punto quisiera detenerme e intercalar unas palabras en
respuesta a una pregunta perfectamente normal, que puede presentarse en la
mente de los estudiantes y aspirantes reflexivos. ¿De qué sirve toda esta
afirmación tan abstrusa y abstracta para un mundo agonizante y afligido? La
valiosa utilidad de la información impartida, que condicionará la astrología
del futuro, está más allá del período de posguerra, cuando nuevamente se abra
el campo de servicio mundial y los hombres tengan tiempo para pensar y
reflexionar debidamente. Quizás el servicio mundial se está hoy llevando a cabo
en mayor escala que nunca, y se ha limitado únicamente a la liberación de la
esclavitud, a aliviar el dolor y el sufrimiento y a prestar ayuda más
estrictamente física. El servicio a que me refiero aquí, es el del proceso
educativo, que traerá la civilización venidera y su correspondiente cultura, la
cual se basará en todos los procesos culturales del pasado y del presente,
descartando en lo posible todo lo que ha producido los desastres actuales. Esto
significa la futura y la gradual aplicación del conocimiento de las potencias
subyacentes, porque pueden indicar las líneas de menor resistencia para el
emergente bien y la crisis de desarrollo que inevitablemente se producirá en el
período de reconstrucción. Pero algo muy bueno puede surgir aún del estudio de
estas cuestiones en la actualidad, siempre y cuando el estudiante de esoterismo
no se contente con el estudio (empleado como escape del desastre presente) sino
que vaya paralelo a la comprensión de las causas y de las condiciones,
acompañada de un definido esfuerzo en un sentido práctico y definidamente
físico.” (334)
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“No rehuyan estas crisis por duras y difíciles que parezcan ser. Son
difíciles, pero no olviden que el hábito de enfrentar las crisis ha estado
largamente establecido en la conciencia de la humanidad. El hombre tiene el
“hábito de las crisis”, si puedo denominarlo así. Sólo son puntos para analizar
la fortaleza, el propósito, la pureza, el móvil y la intención del alma. Cuando
son superadas evocan confianza y producen una amplia visión. Fomentan la
compasión y la comprensión, porque el dolor y el conflicto interno que han
engendrado nunca se olvidan, pues extraen su fuerza de los recursos del corazón
y liberan la luz de la sabiduría dentro del campo del conocimiento,
enriqueciéndose el mundo.” (335)
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“Por lo tanto, podría decirse que, en realidad, lo que sucede hoy en el
mundo es la transferencia de la energía del plexo solar planetario al centro
cardíaco planetario. Las fuerzas de la voracidad, de la agresión, del espejismo
y de la codicia, serán transmutadas en la hoguera del dolor y la terrible
agonía y serán elevadas al centro cardíaco. Allí se transformarán en poder de
sacrificarse, en dedicación incluyente, en una clara Visión de la totalidad y
en colaboración que es un aspecto del principio de participación.” (336)
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“”Toda belleza y bondad, todo lo que contribuye a la desaparición del
dolor y la ignorancia en la Tierra, debe ser dedicado a ‘la Gran Culminación.
Entonces, cuando los Señores de Compasión hayan civilizado espiritualmente a la
Tierra y hecho de ella un Cielo, quedará revelado para el peregrino el
interminable Sendero que se extiende hasta el Corazón del Universo. El hombre,
que entonces ya no será hombre, habrá trascendido la naturaleza, e
impersonalmente, no obstante en forma consciente, unificado con todos los Seres
Iluminados, ayudará a cumplir la Ley de la Evolución Superior, de la cual el
Nirvana no es más que el principio”. (Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas.)” (337)
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“1. La Cruz Mutable es la Cruz del Espíritu Santo, de la tercera
Persona de la Trinidad Cristiana, pues organiza la sustancia y evoca la
respuesta sensible de la sustancia misma.
2. La Cruz Fija es la Cruz del Hijo de Dios, de la segunda Persona de
la Trinidad, impulsado por el amor a encarnar en la materia y a ser
conscientemente crucificado en la Cruz de la materia.
3. La Cruz Cardinal es la Cruz del Padre, el primer aspecto de la
sagrada Trinidad, que envió al Espíritu Santo (el Aliento) porque la Mente de
Dios visualizó un destino para la materia, que ha tardado mucho tiempo en
cumplirse, “ya cercano el momento”, el Hijo cumplió la ley en colaboración con
el Espíritu Santo, y esto en respuesta al “hágase” del Padre.
Estas tres Cruces en su total manifestación se relacionan con las tres
energías básicas, que trajeron a la existencia el sistema solar; constituyen
las tres expresiones principales y sintéticas de la Voluntad suprema, motivadas
por el amor y expresadas por la actividad. En estas Cruces, la capacidad de Ver
el Todo, propósito-móvil-expresión, vida-cualidad-apariencia, se trasforma y
cambia. En la Cruz Mutable, el hombre crucificado no ve nada. Sufre, agoniza,
desea, lucha, y es la víctima aparente de las circunstancias, caracterizándose
por la visión velada y los anhelos incipientes, que gradualmente toman forma
hasta que alcanza la etapa de aquiescencia y aspiración. Luego, en la Cruz
Fija, empieza a comprender la totalidad del propósito de la experiencia en la
Cruz Mutable (en lo que a la humanidad concierne) que hay un propósito
jerárquico que puede ser captado sólo por el hombre que está dispuesto a ser
crucificado en esa Cruz. Alcanza la etapa de la responsabilidad, de la
autopercepción y de la correcta dirección. Su orientación es ahora
“espiritualmente vertical, lo que implica la incluyente horizontal”. En esta
etapa va adquiriendo forma, en su conciencia, el Plan del Logos. En la Cruz
Cardinal, el propósito y la culminación unificada de las dos crucifixiones
anteriores, evidencia en forma casi cegadora, aparece con toda claridad la
visión de la intención unificada de las tres Personas de la Trinidad subyacente
-cada una en Su Propia Cruz.” (338)
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“… Los pueblos del mundo ya están comprendiendo (por medio del
sufrimiento y su consiguiente reflejo) que existe algo más grande que la paz, y
es el bien de la totalidad, y no únicamente pacíficas condiciones individuales
o paz nacional. Esta reorientación de la conciencia humana es creada por la
actitud determinada de las almas de los hombres en forma masiva y fusionada,
organizada y enfocada por la visión del bienestar general de la humanidad.”
(339)
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“Ahora que la guerra ha terminado
(*) y los momentos de aguda prueba y tribulación han llegado a su fin, se
producirá un gran despertar espiritual –de calidad y naturaleza actualmente
impredecibles. La guerra habrá enseñado a la humanidad muchas lecciones y
arrancado la venda que el yo inferior puso sobre los ojos. Los valores que
hasta ahora han sido expresados y comprendidos sólo por aquellos cuyos “ojos
están puestos en Dios" serán la meta y el deseo de incontables millares;
la verdadera comprensión entre hombres y naciones será el objetivo anhelado. Lo
que la humanidad decide obtener, siempre lo logra. Constituye una ley oculta,
pues el deseo es la fuerza más poderosa en el mundo; el deseo organizado y
unificado fue la razón fundamental de los primeros y asombrosos éxitos del Eje.
El único factor que puede oponerse triunfalmente al deseo es la Voluntad,
empleando la palabra en su significado espiritual y como expresión del primer
gran aspecto divino. Muy poca voluntad espiritual organizada fue demostrada por
las Naciones Aliadas, aunque, lógicamente, estaban animadas por el deseo de
obtener la victoria y llevar a un fin a este cataclismo mundial omniabarcante,
por el deseo de paz y de retornar a la estabilidad, terminar con las guerras de
una vez por todas y romper con su constante repetición cíclica, y por un
acrecentado deseo de finalizar con el terrible sufrimiento, la crueldad, la
muerte, el hambre y el temor, que están estrangulando a la humanidad para
acabar con su vida.” (340)
(*) Segunda Guerra Mundial
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… “El tránsito de todos los Héroes de la antigüedad a través de los
signos del Sol y de los cielos... constituye, en cada caso individual, la
personificación de los sufrimientos, triunfos y milagros de un adepto, antes y
después de la iniciación.” (341)
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(328) CAPÍTULO SEGUNDO. EL ZODÍACO Y LOS RAYOS. La Naturaleza
de la Astrología Esotérica. Cáncer, El Cangrejo (pág. 258)
(329) CAPÍTULO SEGUNDO. EL ZODÍACO Y LOS RAYOS. La Naturaleza
de la Astrología Esotérica. Géminis, Los Gemelos (pág. 269)
(330) CAPÍTULO SEGUNDO. EL ZODÍACO Y LOS RAYOS. La Naturaleza
de la Astrología Esotérica. Géminis, Los Gemelos (pág. 273)
(331) CAPÍTULO SEGUNDO. EL ZODÍACO Y LOS RAYOS. La Naturaleza
de la Astrología Esotérica. Tauro, El Toro (pág. 282)
(332) CAPÍTULO SEGUNDO. EL ZODÍACO Y LOS RAYOS. La Naturaleza
de la Astrología Esotérica. Tauro, El Toro (pág. 297)
(333) CAPÍTULO SEGUNDO. EL ZODÍACO Y LOS RAYOS. La Naturaleza
de la Astrología Esotérica. Tauro, El Toro (pág. 300)
(334) CAPÍTULO TERCERO. La Ciencia de los Triángulos.
2. Triángulos de Fuerza-Planeta (pág. 331)
(335) CAPÍTULO TERCERO. La Ciencia de los Triángulos. 4.
Conclusiones (pág. 356)
(336) CAPÍTULO CUARTO. Los Planetas Sagrados y los no
Sagrados. 2. Las Razas, los Rayos y los Signos. (pág. 388)
(337) CAPÍTULO SEXTO. Las Tres Cruces. 3. La Cruz del
Cristo Resucitado - La Cruz Cardinal. (pág. 413)
(338) CAPÍTULO SEXTO. Las Tres Cruces. 3. La Cruz del
Cristo Resucitado - La Cruz Cardinal. (pág. 415)
(339) CAPÍTULO SEXTO. Las Tres Cruces. 3. La Cruz del
Cristo Resucitado - La Cruz Cardinal. (pág. 425)
(340) CAPÍTULO SÉPTIMO. Los Rayos, las Constelaciones y
los Planetas (Según la Tabulación X). (pág. 429)
(341) APÉNDICE. Las Constelaciones (pág. 476)
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