viernes, 13 de abril de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (VI) - La Luz del Alma


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (V)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.


Dani

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LA LUZ DEL ALMA - LOS YOGA SUTRAS DE PATANJALI (1927)

“…Toda actividad de la naturaleza inferior es resultado de kama-manas, o la mente matizada por el sentimiento, la voluntad-deseo del hombre inferior. El sistema de Raja Yoga tiene como objetivo reemplazar tales impulsos por la acción inteligente del alma u hombre espiritual, cuya naturaleza es amor, cuya acción es inteligente (esotéricamente entendido) y cuyo móvil es el desarrollo grupal. Por lo tanto, las reacciones denominadas dolor y placer deben ser trascendidas, porque ambas dependen de la identificación con la forma, debiendo ser reemplazadas por el desapego.” (54)

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“El dolor es el efecto producido cuando el cuerpo astral o emocional está erróneamente polarizado. El dolor es la consecuencia de no equilibrar correctamente los pares de opuestos, e indica falta de equilibrio.” (55)

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“La paz de la sustancia mental o chitta, se puede alcanzar practicando la simpatía, la ternura, la firmeza de propósito y, el desapasionamiento, en lo que al placer o al dolor, bien y mal concierne.” (56)

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“…El hombre ha logrado (gracias a la disciplina y la práctica de los métodos de yoga y por la perseverancia en la meditación) desligarse de todas las formas e identificarse con lo amorfo.

Ha llegado al centro del corazón de su ser. Desde este punto de comprensión espiritual pura, puede actuar acrecentadamente en el futuro. Con la práctica, fortalece esa comprensión, de manera que contempla toda vida, trabajo y circunstancias, como una procesión pasajera que no le concierne. Sin embargo, puede dirigir sobre ellos el faro del espíritu puro; él mismo es luz, se conoce a sí mismo como parte de la "Luz del mundo" y "en esa luz verá la luz". Conoce las cosas tal cual son, y se da cuenta que todo lo que hasta entonces ha considerado como real, sólo es ilusión. Ha horadado el gran maya y lo ha sobrepasado, llega hasta la luz que lo produce, y no le es posible en el futuro cometer errores; su sentido de los valores es correcto, y su sentido de proporción exacto. No está sujeto al engaño, sino libre de la ilusión. Cuando este punto es comprendido ya no le afecta el dolor ni el placer, sumergiéndose en la beatitud qué otorga la comprensión de sí mismo.” (57)

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“…El hombre es doblemente ciego, porque no sólo nace ciego e insensible, también lo es mentalmente, pues no se ve a sí mismo ni ve las cosas como son, y comete el error de considerarse la forma material, haciéndolo durante muchos ciclos. No tiene sentido de los valores ni de la proporción; mira lo transitorio, doloroso, impuro, material, el hombre inferior (sus tres envolturas), como si fuera él mismo la realidad. No puede disociarse de sus formas. Los sentidos son parte de la forma; no son el hombre espiritual, el morador de la forma, sino parte del no-yo y el medio para hacer contacto con el no-yo planetario. Por medio de la discriminación y el desapasionamiento, el yo, que es permanente, puro y bienaventurado, puede, con el tiempo, disociarse del no-yo, que es transitorio, impuro y sufriente. Mientras no comprenda esto, el hombre estará en un estado de avidya; cuando está en proceso de realizarlo, el hombre es un buscador de vidya o conocimiento, el cuádruple sendero. Cuando conoce el alma tal cual es, y el no-yo está relegado al lugar que le corresponde como envoltura, vehículo o implemento, es trascendido el conocimiento mismo y el conocedor permanece solo. Esto es la liberación y la meta.” (58)

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“…Deseo es todo tipo de apego, en grado mayor o menor, y el progreso del alma parece depender de un objeto a otro de los sentidos, hasta que llega el momento en que el hombre queda solo, y librado a sus propios recursos. Ya no tiene apegos y hasta el Guru parece haberlo abandonado. Le queda una única realidad, la realidad espiritual que es él mismo; entonces su deseo se dirige a lo interno, y no va hacia afuera, porque descubre el Reino de Dios interno. Abandona todo deseo. Establece contacto y continúa manifestándose y trabajando en los planos de la ilusión, pero lo hace desde el centro en que mora su Yo divino, la suma total de todos los deseos. Nada le atrae ya, ni lo lleva a los desvíos del placer o el dolor.” (59)

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“Mientras existan las raíces (*) (o samskaras), fructificarán como nacimiento, vida y experiencias, y su resultado será placer o dolor.” (60)

(*) Del Karma

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“Las simientes (o samskaras) traen placer o dolor, si sus causas originantes fueron el bien o el mal.

Se ha de observar que el bien es lo que tiene relación con el principio único con la realidad que mora en todas las formas, con el espíritu del hombre, cuando se revela por medio del alma, y con el Padre al manifestarse por medio del Hijo. El mal se relaciona con la forma, el vehículo y la materia; en realidad, concierne a la relación del Hijo con su cuerpo de manifestación. Si el Hijo de Dios (cósmico o humano) está limitado, aprisionado y cegado por su forma, esto constituye el poder que ejerce el mal sobre él. Si es consciente de su yo, sin estar atado por las formas y libre de la esclavitud de la materia, esto constituye el poder que ejerce el bien. La total liberación de la materia causa beatitud o placer –el gozo de la realización. El mal causa dolor, porque, en la medida que el Regente Interno esté limitado por su cuerpo de manifestación, así sufrirá.” (61)

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“El hombre iluminado considera que toda existencia (en los tres mundos) es dolor, debido a las actividades de los gunas. Estas actividades son tres, produciendo consecuencias, ansiedades e impresiones sublimadas.

Las tres "gunas" son las tres cualidades de la materia misma: sattva, raja y tamas, o ritmo, actividad e inercia, inherentes a todas las formas. El estudiante debe recordar que toda forma, en todos los planos, posee esta característica, y ello es aplicable lo mismo a la forma más elevada que a la más baja; la manifestación de estas cualidades es sólo de grado.

Para el hombre que está alcanzando la perfección, es cada vez más evidente que cada forma, a través de la cual el hombre espiritual divino se manifiesta, produce limitación y dificultad. El vehículo físico del adepto, aunque construido de sustancia predominantemente sáttvica, equilibrada y rítmica, lo confina al mundo del esfuerzo físico y limita los poderes del verdadero hombre. Hablando en forma general, puede decirse que:


 1. El atributo inercia caracteriza al yo personal inferior y a las envolturas del triple hombre inferior.
2. El atributo actividad es la característica principal del alma y la cualidad que causa la intensa actividad y labor constante del hombre, al buscar experiencia y, más tarde, al tratar de servir.
 3. El atributo ritmo o equilibrio, es la cualidad del espíritu o mónada, y también la tendencia a la perfección, causa de la evolución del hombre, en tiempo y espacio, y el factor que lleva la vida a través de todas las formas hasta la consumación. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las tres son cualidades de la sustancia, por la cual el triple espíritu se manifiesta en este sistema solar. No se conoce aún la naturaleza del espíritu, por cuanto no podemos pensar más que en términos de forma, por trascendentales que estas formas sean. Únicamente las almas que han alcanzado la iniciación más elevada y pueden trasponer nuestro círculo infranqueable solar, conocen algo de la naturaleza esencial de lo que llamamos espíritu.

Volviendo a la manifestación práctica de los tres gunas, en los tres mundos (en relación con el hombre), se puede observar que:

1. El atributo de equilibrio o ritmo caracteriza al vehículo mental. Una vez que el cuerpo mental está organizado y el hombre es dirigido por su mente, su vida también se estabiliza y organiza, y la orientación de sus asuntos prosigue en forma equilibrada.

2. La cualidad de actividad o movilidad, caracteriza a la naturaleza emocional o astral; cuando ésta predomina, la vida es caótica, violenta, emocional y está sujeta a todo capricho y sentimiento. Es principalmente la cualidad de la vida de deseo.

3. La cualidad de inercia domina al cuerpo físico; el objetivo del ego es quebrar esta inercia e impulsar a su vehículo inferior a la actividad, lo cual traerá los fines deseados. De allí que en las primeras etapas del esfuerzo sea necesario emplear el guna de movilidad y la plena actuación de la naturaleza emocional o de deseos.

El dolor es el producto de las actividades de la forma, pues dolor es el resultado de la diferencia inherente entre los pares de opuestos, espíritu y materia. Ambos factores se mantienen esencialmente “en paz" hasta que entran en conjunción y se resisten mutuamente produciendo fricción y sufrimiento, cuando se unen en tiempo y espacio.

Patanjali señala que este dolor es abarcante, pues comprende el pasado, el presente y el futuro.

1. Consecuencias. El dolor es producto de la actividad del pasado y del agotamiento del karma cuando se manifiesta al corregir los equívocos y pagar el precio de los errores cometidos. El cumplimiento de obligaciones y deudas pasadas es siempre un proceso doloroso. Ciertas ocurrencias del pasado hacen necesarias la actual condición heredada, el medio ambiente, el tipo de cuerpo y de forma, el vehículo y las relaciones grupales, siendo doloroso para el alma confinada en ello.
2. Ansiedades. Conciernen al presente y a veces se convierten en aprensiones. Si se analiza este término se observará que no sólo abarca el temor al sufrimiento, sino al fracaso del cuerpo espiritual al prestar servicio. Estos temores producen también dolor y malestar y van paralelos al despertar del hombre real que descubre su herencia.

3. Impresiones sublimadas. Se relacionan con el futuro y conciernen a las premoniciones de muerte, sufrimiento, necesidad, que dominan a tantos hijos de los hombres. Es el temor a lo desconocido y a lo que puede ocurrirnos, a nosotros o a otros, y a su vez produce dolor.” (62)

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“El dolor puede ser evitado antes de producirse.

Las palabras en sánscrito de este aforismo encierran una doble idea. Se infiere, en primer lugar, que ciertos tipos de "malestar" (según algunas traducciones) pueden evitarse por un correcto reajuste de las energías del hombre, de manera que por un cambio en la actitud mental no son posibles las reacciones dolorosas, y por la transmutación de sus deseos desaparecen los antiguos "dolores”. En segundo lugar se infiere que la vida será vivida en el presente, de manera de no iniciar causas que tengan efectos dolorosos. Esta doble inferencia hará que el yogui adopte en su vida una disciplina dual, que involucra la firme determinación de practicar el desapego y constante disciplina de la naturaleza inferior. Esto traerá por resultado una actividad mental de tal naturaleza que las antiguas tendencias, anhelos y deseos, ya no atraerán, ni se emprenderá actividad alguna que produzca karma o resultados posteriores.

El karma del pasado puede ser agotado únicamente ahora, y ese tipo de karma que trae dolor, tristezas y malestar, debe seguir su curso. El karma actual o esa precipitación de efectos que el ego tiene intención de agotar en el presente cielo de vida, debe desempeñar igualmente su parte en la emancipación del alma. Sin embargo, el hombre espiritual puede regir en tal forma al hombre inferior, que los acontecimientos del karma (o los efectos que se manifiestan en el mundo físico objetivo) no causen angustia ni dolor, pues serán vistos y enfrentados por el yogui carente de apegos. Tampoco le permitirá iniciar esas causas que produzcan dolor.” (63)

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“Todo dolor y tristeza son ocasionados por el hombre espiritual cuando se identifica con las formas objetivas en los tres mundos y con el reino fenoménico, donde dichas formas desarrollan sus actividades. Cuando él es capaz de desprenderse del reino de los sentidos y reconocer "que él no es lo que se ve, se toca y se oye", entonces puede liberarse de todas las limitaciones de la forma y permanecer separado como perceptor y actor divino. Utilizará las formas como quiera a fin de alcanzar ciertos fines específicos, pero no caerá en el engaño de considerarlas como si fueran él mismo.” (64)

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“Cuanto mayor es el refinamiento del vehículo humano, más grande será la respuesta del sistema nervioso a los pares de opuestos, dolor y placer. A medida que el hombre progresa y asciende en la escala de evolución, en la familia humana, se acrecienta grandemente su capacidad de comprender el dolor o el gozo, convirtiéndose en una tremenda verdad, en el caso del aspirante y del discípulo. El sentido de los valores llega a ser tan agudo y su vehículo físico tan sensible, que sufre más que el hombre común, lo cual sirve para impelirlo a continuar su búsqueda más activamente. Responde con mayor rapidez a los contactos externos, y su capacidad para soportar el dolor físico y emocional aumenta notablemente. Esto se evidencia en la quinta raza, particularmente en la quinta subraza, por el acrecentamiento de los suicidios. La capacidad de sufrir de la raza, se debe al desenvolvimiento y refinamiento del vehículo físico y a la evolución del cuerpo sensorio, o astral.” (65)

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“Al aspirante no le queda excusa alguna al inculcarle la verdad de que la transgresión de los mandamientos produce igualmente efectos, tanto si la violación es leve como si es grave. "Un pensamiento contrario" debe producir efecto; este efecto es dual: dolor, e ignorancia o engaño.” (66)

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“Todo sufrimiento, desagrado e infelicidad, se deben a la rebelión. Desde el punto de vista del ocultista, la rebeldía sólo trae mayores dificultades, y la resistencia sólo sirve para nutrir el mal, cualquiera sea. El hombre que ha aprendido a aceptar su sino, no malgasta el tiempo en vanas lamentaciones y puede dedicar toda su energía en cumplir perfectamente su dharma o trabajo obligatorio. En vez de quejarse y oscurecer las cuestiones de la vida con la preocupación, la duda y la desesperación, despeja su camino mediante la sana comprensión de la vida, tal como es, y la directa apreciación de lo que puede hacer de ella. Así no malgasta fuerza, tiempo ni pierde oportunidad, y avanza constantemente hacia la meta.” (67)

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“La razón por la cual enfrentamos los pares de opuestos y con tanta frecuencia elegimos la línea de actividad, o actitud mental, que nos produce placer o dolor, se debe a que no sabemos distinguir entre la naturaleza inferior y la superior, entre el yo personal (actuando como unidad física, emocional y mental) y el espíritu divino, que mora en cada uno de nosotros. Nos identificamos con el aspecto forma, no con el espíritu. Durante eones nos hemos considerado como el no-yo y olvidamos nuestra afiliación, nuestra unidad con el Padre y la realidad de que somos el yo inmanente.” (68)

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(54) Libro Primero. El Problema de la Unión. Aforismo 5. (pág. 23)
(55) Libro Primero. El Problema de la Unión. Aforismo 31. (pág. 58)
(56) Libro Primero. El Problema de la Unión. Aforismo 33. (pág. 61)
(57) Libro Primero. El Problema de la Unión. Aforismo 47. (pág. 77)
(58) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 5. (pág. 93)
(59) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 7. (pág. 95)
(60) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 13. (pág. 100)
(61) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 14. (pág. 102)
(62) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 15. (pág. 102)
(63) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 16. (pág. 104)
(64) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 17. (pág. 105)
(65) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 27. (pág. 119)
(66) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 34. (pág. 130)
(67) Libro Segundo. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 42. (pág. 138)
(68) Libro Tercero. Los Pasos hacia la Unión. Aforismo 35. (pág. 205)



martes, 3 de abril de 2018

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO (V) - Tratado sobre Fuego Cósmico (2) -


Este artículo es la continuación de El Dolor y el Sufrimiento (IV)

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Como en otras ocasiones, para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (25) que tratan sobre estos temas, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.

Cada fragmento viene precedido por el título del libro, capítulo y/o sección de donde procede el texto, por si se desea ampliar la información mas allá de lo relacionado estrictamente con el tema.

Las conclusiones (cuando las haya) son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.

En la última entrada que se publique sobre el tema, si lo deseáis, podréis descargaros la recopilación completa en un documento en formato pdf.

Espero que la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) pueda seros de utilidad.

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"Tratado sobre Fuego Cósmico" probablemente sea de todos los libros escritos por el Maestro D.K., el mas abstracto y complejo de todos ellos, por lo que no ha de extrañarnos que haya fragmentos que no lleguemos a comprender. Además fue escrito de forma que solo sea asequible para quien su nivel de conciencia y evolución espiritual se lo permitan, añadiendo aún mas dificultad al mismo.

Debido a que el recopilatorio sobre el tema del dolor y del sufrimiento se basa en toda la obra del Maestro Tibetano, es lo que motiva que se incluya dicho libro, pero seguramente buena parte de lo que se pueda leer a continuación difícilmente será comprendido.

Dani

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TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO (1925) 

“Durante la final reabsorción, de la Mónadas perfeccionadas, en su fuente de origen en la séptima ronda. Esto traerá la oscuración y la destrucción de la forma. Prácticamente no existirá sufrimiento, pues los entes humanos implicados habrán llegado a una etapa en que podrán colaborar conscientemente en el proceso de abstracción.” (42)

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“…/… la futura relación de los devas con el hombre y a su aproximación a éste, gracias al nuevo tipo de fuerza que está entrando. Esta aproximación, aunque inevitable, no tendrá resultados totalmente benéficos para la Jerarquía humana, y hasta que no se comprenda el verdadero método de hacer contacto y se emplee inteligentemente la asociación consiguiente, mucho sufrimiento sobrevendrá y se pasarán amargas experiencias.” (43)

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“El sufrimiento es el precio que se paga por la ignorancia al quebrantar la Ley, adquiriéndose así conocimiento. Este desarrollo se lleva a cabo mediante la experiencia en el plano físico.” (44)

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“Donde no existe autoconciencia no hay responsabilidad. Por ende, a los animales no se los considera responsables, y aunque sufren en el plano físico y en sus vehículos físicos, en los planos más sutiles están libres de karma, pues carecen de memoria y presentimiento; no poseen la facultad de correlacionar y, como la chispa de la mente está ausente, no están sujetos a la ley de retribución, excepto en lo que concierne al cuerpo físico. La razón del sufrimiento del reino animal se halla oculta en el misterio del pecado de los sin mente (*) y en ese terrible periodo descrito en La Doctrina Secreta, que dio por resultado abortos y tergiversaciones de toda clase. Si este período y ese tipo particular de "malogrado propósito" no hubiese tenido lugar, no tendríamos la terrible relación kármica que existe hoy entre el tercero y cuarto reinos.” (45)

(*) “El pecado de los Sin Mente. D. S. III. 187, 192. Este pecado tiene que ver con el período de la Separación de los Sexos, durante la primitiva tercera raza raíz, la Lemuria. El mismo hecho histórico se insinúa en La Biblia. Génesis VI, 2. 4.

Ellos (los sexo) ya se habían separado antes de que el rayo de la razón divina iluminara la región oscura de sus mentes, hasta entonces adormecidas, y pecaran, es decir, antes de haber cometido el mal inconscientemente, produciendo un efecto antinatural. D. S. IV, 242-248.”

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“…/...en esta cuarta ronda puede verse por qué el fuego en la base de la columna vertebral (considerado en su significado esotérico y en relación con el Logos y los Logos, y no sólo con el hombre) desempeña una parte muy predominante al estimular el Cuaternario logoico o Su yo inferior. Aquí reside el misterio del mal, el origen del actual sufrimiento y la base de la experiencia planetaria. El fuego kundalini en el cuerpo logoico realiza su actividad culminante cuando estimula Su cuerpo físico -nuestros tres planos inferiores del sistema y los cuatro pétalos de ese centro particular están entrando en plena actividad en esta cuarta ronda. Se ha de recordar que El constituye la suma total de todos los centros en manifestación y el conglomerado de los fuegos del kundalini en cada sector de la naturaleza.” (46)

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“El hombre fue aprendiendo todo esto (*) en las diversas aulas por medio de la experiencia práctica, abarcando el placer y el dolor, haciéndosele comprender en las iniciaciones finales no sólo la existencia de dichas fuerzas sino también cómo manejarlas y manipularlas.” (47)

(*) La correcta comprensión de las leyes de la energía, de la conservación de la fuerza, de las fuentes de energía, sus cualidades, tipos y vibraciones.

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“Aunque en el reino humano, el amor significa cumplir la ley, se llega a esto por el sendero del sufrimiento y del dolor, y todo aquel que verdaderamente ama y sirve a la humanidad es tendido en la cruz hasta que predomine el sexto principio, y el sexto tipo de materia de sus cuerpos esté completamente sometido a la energía superior. En el caso de los devas, amar es cumplir la ley sin dolor o sufrimiento.” (48)

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“El trabajo del Mahachohan puede ser observado por el efecto que los devas del fuego kundalínico producen sobre el hombre Éstos constituyen un grupo peculiar de Agnichaitas que han alcanzado esa etapa de evolución que les permite separarse de su grupo y formar otro, conectado con cierto fuego en los cuerpos del hombre. Dicho fuego, debido a su actividad actual y a la orientación de dicha actividad, es responsable de la reacción contraria al matrimonio físico y del deseo evidenciado por los hombres altamente evolucionados para evadir la relación matrimonial y limitarse a crear en los planos mental y astral. Esto se debe a la actual tendencia de los devas manipuladores de los órganos genitales inferiores a trasladarse al centro laríngeo y funcionar allí, empleando la fuerza del fuego kundalínico para llevarlo a cabo. Todo ello está regido por la ley de evolución, pero en el intervalo entre la causa y el efecto esperado puede producirse mucho daño al evadir la ley y verse el consiguiente sufrimiento.” (49)

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“De los ya mencionados (*) surge un cuarto tipo de mal, y se manifiesta principalmente en los sufrimientos y dificultades del cuarto reino o humano, el cual podrá evitarse de dos maneras: primero, equilibrando las fuerzas de los tres reinos (el quinto reino o espiritual, el humano y el animal) y, segundo, rechazando el poder atractivo de los tres reinos inferiores (el mineral, el vegetal y el animal, que forman una unidad) mediante el reino espiritual utilizando el cuarto reino o humano. En todos estos casos se forman triángulos de fuerza que, una vez equilibrados, se obtiene el fin deseado.” (50)

(*) Tres tipos de males

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“La mónada mineral tiene un problema algo distinto a la de otros reinos, porque específicamente expresa las vidas que fueron clasificadas como los fracasos de un sistema solar anterior, siendo condenadas a sumergirse en las formas del reino mineral. El hombre se libera cuando logra librarse de la vibración de los planos inferiores de nuestro sistema solar, esa parte de la manifestación logoica que constituye Su cuerpo denso y, en consecuencia, no lo considera un principio. Por lo tanto, será notorio, que hay una analogía digna de estudio en la relación que existe entre la forma mineral, un ser humano y un Logos solar. Viendo a éstos como una triplicidad esotérica, podrá obtenerse mucha luz meditando sobre ellos como si fueran

   a. la vibración residual del primer sistema 1,
   b. el punto medio de actividad del segundo sistema 2,
   c. la energía subjetiva del sistema actual.

Comprender esto y entender que existen fuerzas presentes en la naturaleza que son de tipo residual, significa tener la clave de la parte enigmática de la manifestación, de la crueldad y la muerte, del sufrimiento y la agonía que se ve en los reinos vegetal y animal. En los términos reino animal incluyo el cuerpo físico del hombre. Tenemos la clave de algunos aspectos del Sendero de la izquierda y además la clave para resolver el problema de la causa fundamental de la aparición de esas existencias tales como los magos negros. Así como ningún ser humano puede evadir los efectos de la energía que ha generado en una vida anterior, el Logos solar también está agotando energías y se halla impedido por ciertas influencias, resultantes de Sus anteriores actividades, en el primer sistema.” (51)

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“A fin de evolucionar, el Ego se identifica con esa forma, separándose temporariamente de su propio Yo verdadero. A través del velo de materia mental conoce ante todo la separación, sufriendo la primera experiencia en los tres mundos. Esto significa separarse del aspecto más elevado.” (52)

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“Ha de recordarse que esta Jerarquía (*) es la sexta, pues ya han desaparecido cinco que fueron producto del sistema anterior, donde el objetivo era la Inteligencia o Manas. Las cinco jerarquías liberadas son la suma total de manas. En el orden es la quinta Jerarquía, y se dice que está en proceso de lograr la liberación final o recibir su cuarta Iniciación, causa de cierto fenómeno en nuestro planeta que ha merecido ser llamado la "Estrella del Sufrimiento". Existe un vínculo kármico entre el reino animal y la quinta Jerarquía creadora del sistema anterior, que se hace sentir en el hombre en la necesaria crucifixión de la naturaleza física animal, especialmente en la línea sexual. Debemos recordar que las jerarquías actúan bajo la Ley de Atracción, Ley de los Constructores.” (53)

(*) La 1ª.
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(42) Segunda Parte. Sección B. Manas como Factor Cósmico, Humano y del Sistema. IV. El Futuro de Manas. 2. Desarrollo de La Mente Humana. (pág. 358)
(43) Segunda Parte. Sección B. Manas como Factor Cósmico, Humano y del Sistema. IV. El Futuro de Manas. 2. Desarrollo de La Mente Humana. (pág. 393)
(44) Segunda Parte. Sección C. El Rayo del Ego y el Fuego Solar. III. El Loto Egoico. 2. El Loto Egoico de Doce Pétalos. a. Los tres pétalos de conocimiento. (pág. 444)
(45) Segunda Parte. Sección D. Los Elementales de la Mente y los Elementales del Fuego. I. Formas Mentales. 1. Su función. (pág. 461)
(46) Segunda Parte. Sección D. Los Elementales de la Mente y los Elementales del Fuego. II. Los Devas y Elementales de la Mente. 2. Los Devas del fuego – Los Grandes Constructores. 1. Los Agnichaitas - Devas del Plano Físico. (pág. 526)
(47) Segunda Parte. Sección D. Los Elementales de la Mente y los Elementales del Fuego. II. Los Devas y Elementales de la Mente. 3. Los Ángeles Solares – Los Agnishvattas. d. La Construcción del Cuerpo Causal. (pág. 699)
(48) Segunda Parte. Sección D. Los Elementales de la Mente y los Elementales del Fuego. II. Los Devas y Elementales de la Mente. 4. Los Elementales del Fuego, los Constructores Menores. b. Elementales del plano físico. (pág. 715)
(49) Segunda Parte. Sección D. Los Elementales de la Mente y los Elementales del Fuego. II. Los Devas y Elementales de la Mente. 4. Los Elementales del Fuego, los Constructores Menores. b. Elementales del plano físico. (pág. 718)
(50) Segunda Parte. Sección D. Los Elementales de la Mente y los Elementales del Fuego. IV. El Hombre y los Espíritus del Fuego o Constructores. 2. La Naturaleza de la Magia (pág. 780)
(51) Segunda Parte. Sección E. El Movimiento en el Plano de la Mente. IV. El Girar de la Rueda. (pág. 860)
(52) Segunda Parte. Sección E. El Movimiento en el Plano de la Mente. V. El Movimiento y el Aspecto Constructor de Formas. 1. El Movimiento en el Cuerpo Mental. (pág. 864)
(53) Segunda Parte. Sección F. La Ley de Atracción. II. Los Efectos de la Ley de Atracción. 3. Adaptación de la Forma a la Vida. (pág. 935)