Este breve, pero denso fragmento extraído del libro "Curación Esotérica", nos ayudará a hacernos una idea del tipo de energías que inciden directamente sobre el ser humano, las cuales, a su vez están así mismo matizadas según las cualidades de uno de los 7 rayos que predominen en las mismas.
Al mismo tiempo, se nos explican una serie de conceptos y términos (muy conocidos en el mundo esotérico pero probablemente no lo suficientemente comprendidos por todos) que, a mi entender, son parte de la piedra angular del esoterismo. Por ello esta breve lectura la considero una joya.
Una vez leído y captado lo que la conciencia de cada uno sea capaz de asimilar, podemos imaginar lo complicado que le es al ser humano poder terciar con semejante cantidad y disparidad de energías que condicionan directamente su manera de ser. Aún así, lo anterior no ha de servirnos de excusa para no hacer los necesarios esfuerzos para mejorarnos y poner "en orden" semejante potencial energético, sino que ha de ayudarnos a entender un poco mas el funcionamiento del ser humano.
"Hombre, conócete a ti mismo y conocerás a los dioses y al Universo entero" (Oráculo de Delfos)
Dani
Dani
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"En el hombre se unen dos energías, pero hay otras cinco
presentes. Para cada una ha de encontrarse un punto central de contacto.
Las dos energías que se unen en el hombre son los dos aspectos
de la mónada, el Uno en manifestación; la mónada se manifiesta esencialmente
como una dualidad; se expresa como voluntad y amor, atma-budi, y ambas
energías, cuando entran en relación con el punto de la mente, el tercer aspecto
de la divinidad, producen el alma y luego el mundo tangible manifestado;
después se demuestra como voluntad, amor y mente o inteligencia del planeta, o
atma-budi-manas.
Cuando el alma se ancla como conciencia y vida dentro del
ser humano, éste contribuye con el tercer aspecto, manas o mente, latente o
kármicamente presente en toda sustancia, heredado o mantenido en solución en la
sustancia, desde un sistema solar anterior. En ese sistema se desarrolló la
inteligencia y quedó retenida dentro de la sustancia a fin de formar la base
del desenvolvimiento evolutivo del actual segundo sistema solar. Recuerde que
los siete planos de nuestro sistema solar constituyen los subplanos del plano
físico cósmico y que por lo tanto el espíritu es materia en su más elevado
punto de expresión, y la materia es espíritu en el más inferior. La vida está
constituida por la voluntad y el amor y por grandes energías impulsoras que
subyacen en todo el proceso evolutivo y motivan su inevitable consumación.
Atma-budi, como energías, se anclan en el vehículo del alma,
en el loto egoico, y su actividad fusionada evoca respuesta de la sustancia del
plano mental, que entonces hace su propia contribución. Su reacción produce lo
que llamamos la mente superior, de naturaleza tan sutil y emanación tan tenue,
que forzosamente debe relacionarse con los dos aspectos superiores y llegar a
ser parte de la Tríada espiritual. El vórtice de fuerzas establecido por el
impacto de la voluntad divina, expresando propósito divino y unificado con el
Ser (como identidad y no como cualidad), produce el loto egoico, el vehículo de
esa “alma identificada”, arrastrada a la expresión por el tercer resultado del
impacto átmico-búdico en los tres mundos, y la mente concreta y el intelecto
humano vienen a la expresión. Existe, en consecuencia, una curiosa similitud
entre los tres aspectos divinos en manifestación y el hombre espiritual en el
plano mental. La analogía es la siguiente:
La Mónada <--------------------> Mente Abstracta
El Alma <--------------------> El Loto Egoico
La Personalidad <--------------------> La Mente Inferior o Concreta
Esa vaga abstracción, la mónada, durante eones, parece no haberse
relacionado de ninguna manera con el alma y la personalidad; ambas han estado y
están ocupadas en la tarea de establecer, a su debido tiempo y de acuerdo al
impulso evolutivo, una estrecha fusión o unificación. La mente abstracta
también ha permanecido durante eones como algo inconcebible y fuera de los
modos de expresión y del pensamiento del hombre kamamanásico (o emoción y mente
inferior) y luego, finalmente, alma y mente concreta (o el iluminador y el
transmisor de iluminación). Tales analogías pueden ser muy iluminadoras si se
las considera debidamente.
En el ser humano tenemos ancladas dos energías principales;
una incomprendida, a la cual damos el nombre de la PRESENCIA, la otra
comprendida, a la cual damos el nombre de Ángel de la PRESENCIA. Éstas son el alma (el ángel solar)
y la mónada. Una corporifica el rayo monádico, la otra el rayo del alma, y
ambas energías, activa o sutilmente, condicionan a la personalidad.
Las otras cinco energías presentes son el rayo de la mente o
fuerza condicionadora del cuerpo mental; el rayo de la naturaleza emocional y
el rayo del cuerpo físico, además de un cuarto rayo, el de la personalidad.
Esotéricamente el rayo del cuerpo físico “asciende hasta la conjunción,
mientras que los demás descienden”, según reza en un antiguo escrito. El rayo
de la personalidad es consecuencia o resultado del vasto ciclo de
encarnaciones. Por lo tanto tenemos:
- El Rayo Monádico.
- El Rayo del Alma.
- El Rayo de la Mente.
- El Rayo de las Emociones.
- El Rayo del Cuerpo Físico.
- El Rayo de la Personalidad.
- El Rayo Planetario
El rayo planetario es el tercer Rayo de Inteligencia Activa,
porque condiciona a nuestra Tierra y tiene gran potencia, que permite al ser
humano “atender sus asuntos en el mundo de la vida física planetaria”.
Me he referido casualmente a esos rayos en otra parte y poco
he dicho acerca del rayo planetario; he puesto el énfasis sobre otro análisis
de los rayos condicionantes, y en este análisis he reconocido que únicamente
cinco rayos son de utilidad práctica para el hombre. Estos son:
- El Rayo del Alma.
- El Rayo de la Personalidad.
- El Rayo Mental.
- El Rayo Astral.
- El Rayo del Cuerpo Físico.
Sin embargo, con la creación y el desarrollo del antakarana,
el rayo de la mónada también debe ser puesto en línea, y entonces aquello que
es su polo opuesto, la “vivencia” planetaria, el tercer rayo, será reconocido."
- Curación Esotèrica -
Capítulo Octavo
Enumeración y Aplicación de las Leyes y Reglas
Ley V