"El Señor Buda ha expresado que:"
"No hemos de creer en lo dicho, simplemente porque fue
dicho; ni en las tradiciones, porque han sido trasmitidas desde la antigüedad;
ni en los rumores; ni en los escritos de los sabios, porque han venido de
ellos; ni en las fantasías, que se suponen haber sido inspiradas por un deva
(es decir, una supuesta inspiración espiritual); ni en las deducciones basadas
en alguna suposición casual; ni por lo que parece ser una necesidad analógica;
ni por la mera autoridad de nuestros instructores o maestros, sino que hemos de
creer cuando lo escrito, la doctrina o lo dicho, está corroborado por nuestra
propia razón y conciencia. Por eso, enseñé a no creer lo que oyen decir, sino
que, cuando lo crean conscientemente, actúen de acuerdo y plenamente."
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Estrenaremos el blog con un pequeño fragmento de la Doctrina Secreta
(H.P. Blavatsky) que se encuentra como prefacio del libro "Iniciación
Humana y Solar".
Me ha parecido una buena introducción para recordar a todos
los sinceros buscadores de la verdad, de que a veces nuestra devoción, ansias
de saber e incluso (¿por qué no?) estrechez de miras, nos hace creer en muchas
cosas que llegan a nuestra mente, si estas han sido pronunciadas o escritas (o atribuido al
menos) por alguien en quien nosotros hemos depositado toda nuestra confianza. El mismo Tibetano comenta en diferentes fragmentos de sus libros, que la fe ciega en Él y sus enseñanzas no es la forma correcta de proceder. Incluso deja entrever que hasta que no se experimente por uno mismo sus enseñanzas, es preferible un sano escepticismo a una fe obsesiva y ciega devocionalidad.
En la actualidad, Internet
posibilita el acceso a una gran cantidad de información permitiéndonos acceder
a innumerables textos, libros y artículos. Esta misma facilidad de acceso, lo
es también en facilidad para que, por motivos y finalidades muy diversas, se
atribuyan a determinados autores y maestros textos que no son suyos.
El poder de atracción que ejerce un escrito al que se le
atribuye la autoría a un maestro o autoridad en la materia es muy grande, y
cuando no se está lo suficientemente avezado en el tema es fácil confundir o
creer todo cuanto circula sobre el. Podemos encontrar abundante información por Internet
que es atribuida a diversos maestros, y quien lleva ya cierto tiempo siguiendo sus enseñanzas, con una simple mirada a la forma de
expresarse o lo que intenta transmitir, le es fácil deducir que no ha sido
escrito por el.
La facilidad que ofrecen las nuevas tecnologías en poder
compartir información, permite que haya personas que, aunque de forma
bienintencionada, distribuyan esa información sin haberla comprobado previamente
por el mero hecho de atribuirse la misma a un maestro. Esta acción en un principio bienintencionada, acaba
siendo contraproducente y produce un efecto contrario al deseado, ya que ofrece argumentos a los detractores de sus
enseñanzas, dificultando de esta manera la difusión de las mismas.
Yo aconsejaría a los que se inician en las enseñanzas del
Maestro Tibetano (o de cualquier otro Maestro), que procurasen al principio y siempre que sea posible, obtener información de fuentes fidedignas, sitios oficiales y
libros originales, enterándose bien antes de compartir algo de que sea
verdaderamente suya esa información. Y digo al principio sobre todo, ya que
cuando se conoce el estilo y forma de expresarse del maestro (podríamos decir que se conecta con
su energía), por regla general, ya no se tienen dudas sobre la autenticidad o
no de sus escritos.
El discernimiento es una facultad que se va adquiriendo con
el tiempo, la experiencia y los pequeños destellos de intuición que a veces
facilitan orientarnos en situaciones confusas, pero su adquisición no está
exenta de errores y equivocaciones.
Resumiendo. Como dice Buda en el fragmento que abre el artículo, deberíamos ir aceptando lo que llegue hasta nosotros en proporción a la capacidad de asimilación y estado de conciencia que uno posea, y siempre después de que aquello que creemos cierto venga respaldado en cierta manera por las experiencias que la vida nos aporte, experiencias estas que probablemente tendrán relación directa con nuestro nivel de conciencia y, por consiguiente, con nuestra capacidad de comprensión.
La verdad siempre es verdad hasta que se alcanza un estado de conciencia superior, momento a partir del cual, esa verdad, observada desde una perspectiva mas amplia, llega a no ser del todo completa, pero indica la dirección a seguir para alcanzar una verdad mas plena. De hecho, la verdad siempre es la misma, pero a medida que vamos evolucionando y nuestra conciencia se amplia, vamos obteniendo una percepción mas exacta y perfeccionada de la misma.
Dani
Resumiendo. Como dice Buda en el fragmento que abre el artículo, deberíamos ir aceptando lo que llegue hasta nosotros en proporción a la capacidad de asimilación y estado de conciencia que uno posea, y siempre después de que aquello que creemos cierto venga respaldado en cierta manera por las experiencias que la vida nos aporte, experiencias estas que probablemente tendrán relación directa con nuestro nivel de conciencia y, por consiguiente, con nuestra capacidad de comprensión.
La verdad siempre es verdad hasta que se alcanza un estado de conciencia superior, momento a partir del cual, esa verdad, observada desde una perspectiva mas amplia, llega a no ser del todo completa, pero indica la dirección a seguir para alcanzar una verdad mas plena. De hecho, la verdad siempre es la misma, pero a medida que vamos evolucionando y nuestra conciencia se amplia, vamos obteniendo una percepción mas exacta y perfeccionada de la misma.
Dani
8 comentarios:
Es una reflexión muy necesaria e interesante que nos incumbe a todos, pero de forma muy especial a las personas que todavía sienten dentro de si una gran devoción y respeto por el Maestro o por los Santos y una obediencia total a sus mandatos e instrucciones interpretadas desde sus estados de consciencia devocionales
En el pasado los Maestros no tenían otra forma de enseñar que imponiendo sus reglas e instrucciones pues aquellas almas todavía no tenían la mente lo suficientemente desarrollada, a parte de una pequeña minoría que estaba más avanzada. Necesitaban que su instructor les dijera como y de que manera tenían que seguir las enseñanzas. No podia ser de otra forma porqué no tenían las mentes desarrolladas y no eran capaces de pensar por si mismos como en la actualidad.
Quienes estamos hollando el Sendero intentamos no dejarnos condicionar por las enseñanzas esotéricas, filosóficas o religiosas aunque nos vengan de los Maestros, pero ésto no es nada fácil, porqué aunque nos vayamos desapegando de las influencias externas, pensar por uno mismo equivale a renunciar a todo cuanto se nos ha impuesto a través de nuestra existencia.
Sin embargo la finalidad en la práctica del desapego y la renuncia consiste en esto, "en llegar a ser nosotros mismos"
Gracias Dani por tu extensa e interesante reflexión
Un fuerte abrazo
Marta
Gracias Marta por tu aportación al tema que amplía el mismo.
Un fuerte abrazo
Muy interesante el artículo y con puntualizaciones muy a tener en cuenta, como es que acudamos a fuentes fidedignas donde se transmitan correctamente las enseñanzas de los verdaderos Maestros, que desgraciadamente a veces se tergiversan.
Saludos.
Dada la cantidad de información falsa que circula por internet me pareció oportuno comentarlo para que, como bien dice el Buda, sepamos verificar que todo lo que llegue a nuestras manos, provenga de quien se dice proviene.
Gracias por el comentario Ana.
Saludos
Discernimiento equilibrado.
Um Abrazo.
Equilibrado discernimiento
Un abrazo
Siempre tan oportunas tus reflexiones amigo Dani. En estos tiempos tan del "multitasking" donde se hacen muchas cosas a la vez (ni hablar de estar en las redes leyendo sin tiempo ni atención), las Enseñanzas de los Maestros han quedado para cortas frases sin contexto. En muchas ocasiones se ha perdido el espíritu y el mensaje fundamental para la evolución almica...estamos viviendo un "delivery espiritual".
Por eso se agradece profundamente que gente como vos y otros compañeros en el Sendero, nos traigan a tierra, de vuelta a los verdaderos cimientos del discernimiento, la duda y el propósito mayor. El Maestro siempre está a la espera de El Llamado. Gracias siempre! Abrazo fraterno!
Carolina
Gracias Maria Carolina por tu apreciado comentario y disculpa por mi tardanza en contestar al mismo. Debo reorganizar mi tiempo y ser consciente de los comentarios que se publican en los blogs puesto que a veces me pasan desapercibidos.
Siempre es un placer contar con tu presencia y comentarios en el blog o en las redes.
Un abrazo
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