viernes, 27 de noviembre de 2020

EL SILENCIO (V)

 


Esta entrada es la continuación de El Silencio (IV)

En esta y posteriores publicaciones vamos a tratar el tema del silencio.

Es un tema que probablemente despierte curiosidad en las personas interesadas en la espiritualidad, dado que se habla mucho sobre ello pero probablemente no se entienda el por qué de la importancia del mismo y del correcto empleo de la palabra en su momento oportuno, aspectos estos que cualquier persona que desee introducirse en el sendero espiritual debe conocer, desarrollar y practicar.

Con estas recopilaciones de fragmentos extraídos de las enseñanzas del Maestro Tibetano, quizá podamos añadir algo de luz al complejo tema, dado que en un mundo de sonidos, puede parecer extraño la importancia del silencio.

Como es habitual, en la última entrada que publique podréis (si lo deseáis) descargaros en formato pdf. el recopilatorio entero sobre el tema.

Dani

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“(*) Existe ante todo el intervalo denominado contemplación. Quisiera recordarles la definición dada en un libro de Evelyn Underhill que describe la contemplación como un "intervalo entre dos actividades". Este período de silencio sigue a la actividad (tan difícil para el principiante) de conseguir el alineamiento entre alma, mente y cerebro, aquietar el cuerpo emocional y lograr esa concentración y meditación que servirá para enfocar y reorientar la mente sobre un nuevo mundo, y ubicarlo dentro de la esfera de influencia del alma. Es análogo al período de inhalación. En este cielo, la conciencia saliente se recoge y eleva. Cuando este esfuerzo es coronado por el éxito, la conciencia entonces se desliza fuera de la llamada personalidad, el aspecto mecanismo, y se produce un cambio en la conciencia. El alma llega a ser activa en su propio plano y de esta actividad son conscientes la mente y el cerebro. Desde el punto de vista de la actividad de la personalidad, se produce un intervalo. Hay un punto de inspirada espera. El mecanismo está completamente pasivo, la mente firme en la luz, y mientras tanto el alma piensa, como habitualmente lo hace, al unísono con todas las almas, extrayendo de los recursos de la Mente Universal y formulando su propósito de acuerdo al plan universal. Este cielo de actividad registrada del alma es seguido por lo que podría llamarse el proceso de exhalación. El intervalo llega a su fin; la mente expectante vuelve a la actividad y en la medida que ha sido correctamente orientada y mantenida en una actitud puramente receptiva, se convierte en intérprete e instrumento del alma, que ahora ha vuelto la "luz de su rostro sobre la personalidad atenta". Por ese medio puede ahora desarrollar los planes formulados en el intervalo de la contemplación. La naturaleza emocional es arrastrada por el deseo de hacer objetivos los planes, con lo cual la mente reorientada trata de colorar sus experiencias, y luego el cerebro recibe la impresión transmitida, y la vida del plano físico es entonces reajustada para materializar debidamente esos planes. Esto por supuesto implica un mecanismo entrenado, ajustado y correctamente responsivo, algo que raras veces se encuentra.” (26)

(*) Durante la meditación

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 “…Todos los trabajadores del campo mundial deben reconocer la necesidad del desapego silencioso, y el trabajo de los estudiantes que leen estas instrucciones consiste en cultivar una actitud de desapego. El desapego mental capacita al pensador para morar siempre en un lugar elevado y secreto, y desde ese centro de paz llevar a cabo con calma y poder, el trabajo que se ha propuesto. Trabaja en el mundo de los hombres, ama, consuela y sirve; no presta atención a la simpatía y antipatía personales, ni a prejuicios ni apegos; se mantiene fuerte como una roca y como una mano tendida en la oscuridad, para todos aquellos con quienes entra en contacto. El cultivo de una actitud personal de desapego, con una actitud de apego espiritual, cortará las raíces de la vida del hombre, pero devolverá mil veces todo aquello que ha cortado.” (27)

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 “Quiero recalcar que en el ciclo próximo el verdadero trabajo será efectuado (el trabajo de unir espiritualmente al mundo en una síntesis y formar una reconocida hermandad de almas) sólo por quienes se niegan a ser separatistas y cuyas palabras son vigiladas, de modo que nada malo se diga; estos trabajadores ven lo divino en todo y se niegan a pensar mal y a imputar el mal; trabajan en silencio; no intervienen en los asun-tos de su hermano, ni revelan lo que no les concierne; sus vidas están matizadas por la comprensión y el amor; sus mentes se caracterizan por una entrenada percepción espiritual y el conocimiento que emplea un agudo intelecto, como corolario de un espíritu amoroso.

Repetiré este tema con otras palabras, porque su importancia es vital y el efecto sobre el trabajo de estos instrumentos en el mundo es inmenso. Los hombres y mujeres cuya misión consiste en inaugurar la nueva era han aprendido el secreto del silencio; están animados incesantemente por un espíritu de amor incluyente; sus palabras no les permiten desviarse al campo de la crítica común; no acusan a nadie, y están animados por un espíritu de protección. Les está encomendado el trabajo de fomentar la vida de la nueva era.”(28)

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" …No existe estado de paz física y de tranquilidad donde pueda invocarse al alma y realizar un trabajo de poderosos resultados, como en la quietud del silencio y en el descanso de lo que el hindú denomina “samadhi” -el total desapego de las demandas del cuerpo y las emociones. …” (29)

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" …El silencio es uno de los principales requisitos para la iniciación, algo que todo discípulo tiene forzosamente que aprender. Por lo tanto es necesario pasar la prueba. …” (30)

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" La sencillez y la unidad están relacionadas; la sencillez es un punto de vista directo, libre de los espejismos y las complejidades de la mente que construye formas mentales; la sencillez es claridad de propósito, firmeza de intención y esfuerzo, libre de las trabas que la duda y la tortuosa introspección imponen; la sencillez conduce a amar sencillamente, sin esperar nada; lleva al silencio -no al silencio como mecanismo de escape, sino como “oculta abstención de hablar”.” (31)

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" Hablando simbólicamente, y sin extenderme sobre las significaciones, podría decirse que un ashrama tiene tres círculos (no me refiero aquí a los grados o rangos)

1.         El círculo de los que no guardan silencio y se hallan cerca de la puerta externa. Sus voces no deben penetrar demasiado para no perturbar el ashrama.

2.         El círculo de aquellos que conocen la ley del silencio, considerándola muy rígida. Están en la puerta central y no pronuncian palabra. Desconocen aún el silencio del ashrama.

3.         El círculo de quienes viven en el silencioso lugar secreto. No emplean palabras, pero emiten sonidos, y cuando hablan -pues lo hacen- los hombres escuchan.

Esta triple presentación del poder equilibrador del habla y del silencio, son los efectos comprendidos en la obediencia oculta -que en sí es la respuesta voluntaria al poder de la vida ashrámica, a la mente y al amor del Maestro del ashrama. Sobre estos poderes quisiera que reflexionara durante el intervalo entre esta instrucción y la siguiente. Procure que los resultados de la reflexión sean prácticos, así sabrá cuándo hablar y cuándo guardar silencio, recordando que al eliminar la posesividad y toda referencia de sí mismo reducirá la conversación a sus esenciales puntos espirituales.” (32)

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 "La Jerarquía espiritual está investida de inteligencia divina y compuesta por aquellos que han reunido en Sí el intelecto y la intuición, lo práctico y lo aparentemente impráctico, y el actual modo de vivir y de ser, del hombre que tiene visión. En todos los sectores del vivir diario hay que buscar a esas personas que deben ser entrenadas para que reconozcan la divinidad en las respuestas esenciales del plano físico a las nuevas expansiones de conciencia. El Cristo que retornará no será igual al Cristo que aparentemente partió. No será un "varón de dolores", ni una figura silenciosa y pensativa; hará declaraciones espirituales que no será necesario interpretar, ni serán tergiversadas, porque Él estará presente para explicar el verdadero significado.” (33)

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(26) Tratado sobre Magia Blanca, pág. 372

(27) pág. 403

(28) pág. 451

 

(29) El Discipulado en la Nueva Era (I), pág. 21

(30) pág. 86

 

(31) El Discipulado en la Nueva Era (II), pág. 446

(32) pág. 473

 

 (33) La Reaparición de Cristo), pág. 55

 

(CONTINUACIÓN)

lunes, 9 de noviembre de 2020

EL SILENCIO (IV)


Esta entrada es la continuación de El Silencio (III)

En esta y posteriores publicaciones vamos a tratar el tema del silencio.

Es un tema que probablemente despierte curiosidad en las personas interesadas en la espiritualidad, dado que se habla mucho sobre ello pero probablemente no se entienda el por qué de la importancia del mismo y del correcto empleo de la palabra en su momento oportuno, aspectos estos que cualquier persona que desee introducirse en el sendero espiritual debe conocer, desarrollar y practicar.

Con estas recopilaciones de fragmentos extraídos de las enseñanzas del Maestro Tibetano, quizá podamos añadir algo de luz al complejo tema, dado que en un mundo de sonidos, puede parecer extraño la importancia del silencio.

Como es habitual, en la última entrada que publique podréis (si lo deseáis) descargaros en formato pdf. el recopilatorio entero sobre el tema.

Dani

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“Se dice que el poder crece o se desarrolla en el silencio, y sólo aquel que encuentra un centro de paz en su cabeza, donde se unen los senderos de las fuerzas corporales y las corrientes espirituales afluyentes, puede practicar correctamente la verdadera discriminación y el desapasionamiento, poniendo bajo la guía del alma los cuerpos astral y mental controlados.”(18)

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"El aforismo oculto: querer, saber, osar y callar, tiene un significado especial aún no revelado y sólo me es posible dar una simple indicación. Las personas que poseen conocimiento interno lo comprenderán de inmediato.

Querer. Esta palabra se relaciona con la última realización, cuando por un acto de la voluntad del alma, combinada con la del hombre inferior, se produce la unificación y la comprensión. Implica el centro en la base de la columna vertebral.

Saber. Esta palabra concierne al centro ajna, el centro entre las cejas. Hay una insinuación en la frase "Que la Madre conozca al Padre". Se relaciona con la boda en los Cielos.

Osar. Esta palabra da la clave de la subordinación de la personalidad, y tiene una íntima relación con el plexo solar, el gran centro de distribución del deseo y de las fuerzas astrales y el principal centro del trabajo de transmutación.

Callar. Esta palabra concierne a la transmutación de la energía inferior creadora, en la vida superior creadora. El centro sacro debe permanecer en silencio.” (19)

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"Todo entrenamiento esotérico tiene en vista el desarrollo del aspirante para que pueda ser, en verdad, un punto focal de energía espiritual. Debe recordarse, no obstante, que bajo la ley, este entrenamiento será cíclico, y tendrá su flujo y reflujo, como todo lo demás en la naturaleza. Las épocas de actividad suceden a las de pralaya, y los períodos de contacto alternan con períodos de aparente silencio. Observen aquí la elección de las palabras. Esto se debe a la imposición de la Ley de Periodicidad, y si el estudiante se desarrolla debidamente, cada período de pralaya será seguido por uno de mayor actividad y más poderosa realización. El ritmo, el flujo, el reflujo y el medido compás de la vida palpitante, constituyen siempre la ley del universo y, al aprender a responder a la vibración de los Altos Lugares, debe tenerse en cuenta esta periodicidad rítmica. La misma ley rige para un ser humano, un planeta, un sistema solar -todos los centros o puntos focales de energía de alguna Vida más grande. Para que tenga éxito el trabajo que llevan a cabo (y consiste mayormente en la tarea de desarrollar la capacidad para hacer contacto con ciertas corrientes en niveles mentales -corrientes que emanan del yo superior, del grupo egoico o del Maestro-), deben existir ciertas condiciones definidamente planificadas y estar presentes ciertos factores. Cuando éstos no existen, las corrientes (si así puedo expresarlo) se desvían y no se produce el contacto. Si es necesario atender asuntos mundanos -y estos períodos llegan en todo ciclo de vida- entonces debe concentrarse la atención en esos detalles, y el contacto superior quedará provisoriamente sin realizar. Tal atención a los asuntos del plano físico no es necesariamente pérdida de tiempo, porque constituye parte del plan en ese momento particular como cualquier otro tipo de servicio. La plena expresión y conciencia en cada uno y en todos los planos es el objetivo, recordando que cada plano, con sus diversos estados de conciencia, es también parte de la Vida divina. La mayoría de los aspirantes carece de la conciencia de síntesis y de la capacidad de mantener y registrar la continuidad.” (20)

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 “La meta del trabajo del aspirante consiste en comprender esos aspectos de la mente con los cuales debe aprender a trabajar.

…/…

 Todo verdadero estudiante sabe que esto involucra concentración, a fin de enfocar u orientar la mente inferior con la superior. Inhibe temporariamente la tendencia normal a construir formas mentales. Valiéndose de la meditación, que es el poder de la mente de mantenerse en la luz, y en esa luz percibir el plan, aprende a "atraer" las ideas necesarias. Por medio de la contemplación encuentra que puede penetrar en ese silencio que le permitirá extraer de la mente divina, arrebatar de la conciencia divina el pensamiento de Dios y conocer. Éste es el trabajo que tiene ante sí todo aspirante, de allí la necesidad de conocer la naturaleza de su problema mental y las herramientas que está obligado a utilizar, y de saber aplicar mediante el correcto empleo del mecanismo mental, lo que aprende y adquiere.” (21)

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 El pensamiento vano, egoísta, cruel y de odio, expresado en palabras, produce una prisión, envenena todas las fuentes de vida, provoca enfermedad y causa desastres y demora. En consecuencia, sé amable, bondadoso y bueno, dentro de tus posibilidades. Guarda silencio y la luz entrará en ti.” (22)

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“Por lo tanto, la muerte es literalmente, el retiro del corazón y de la cabeza de esas dos corrientes de energía, produciendo, en consecuencia, la completa pérdida de la conciencia y la desintegración del cuerpo. La muerte difiere del sueño en que ambas corrientes de energía son retiradas. En el sueño se retira el hilo de energía introducido en el cerebro, y cuando esto ocurre, el hombre queda inconsciente. Con esto queremos decir que su conciencia o sentido de percepción está enfocado en otra parte. Su atención no está ya dirigida a las cosas tangibles y físicas, sino que se desvía hacia otro mundo del ser y queda centralizada en otro mecanismo. Al morir, los dos hilos son retirados o unificados en, el hilo de la vida. La vitalidad cesa de penetrar a través de la corriente sanguínea y el corazón deja de funcionar, lo mismo que el cerebro deja de registrar, y así se establece el silencio. La casa está vacía. La actividad cesa, excepto esa actividad asombrosa e inmediata que es prerrogativa de la materia misma y se expresa en el proceso de descomposición. Desde ciertos aspectos ese proceso indica la unidad del hombre con todo lo material; demuestra que es parte de la naturaleza misma, y por naturaleza queremos decir el cuerpo de la vida una, en quien "vivimos, nos movemos, y tenemos nuestro ser". En esas tres palabras, vivir, mover y ser, tenemos toda la historia. Ser es percepción, autoconsciencia y autoexpresión y sus símbolos exotéricos son la cabeza y el cerebro del hombre. Vivir es energía, deseo en la forma, coherencia y adhesión a una idea, y sus símbolos exotéricos son el corazón y la sangre. Mover indica integración y respuesta de la entidad existente, perceptiva y viviente, a la actividad universal, y sus símbolos exotéricos son el estómago, el páncreas y el hígado.” (23)

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"En relación con la técnica de morir sólo me es posible ahora hacer una o dos sugerencias. No me ocupo aquí de la actitud de los atentos vigías, sino de esos puntos que harán más fácil el paso del alma transeúnte.

Primero, se debe guardar silencio en la habitación. Esto con frecuencia se hace. Se ha de recordar que la persona moribunda está por lo general inconsciente. Esta inconsciencia es aparente, no real. De novecientos casos sobre mil hay percepción cerebral, con plena conciencia de lo que ocurre, pero existe parálisis completa de la voluntad para expresarse y total incapacidad para generar la energía indicadora de vida. Cuando el silencio y la comprensión reinan en la habitación del moribundo, el alma que parte, puede retener con claridad la posesión de su instrumento hasta el último minuto y hacer la debida preparación. …” (24)

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“"La trama palpita. Se contrae y dilata". La idea subyacente es la del latido, diástole y sístole, flujo y reflujo de la actividad cíclica, el día de la oportunidad y la noche de la inactividad, la absorción y la expulsión, y esas numerosas apariciones y desapariciones que marcan la corriente de la vida en todos los reinos y dimensiones. Este ciclo del día y la noche, que es la inevitable señal de la existencia manifestada, tiene que ser reconocido. Todo discípulo debe adquirir (poniendo la verdad en términos sencillos) esa sabiduría basada en el conocimiento de cuándo corresponde trabajar o no, y en la comprensión de esos períodos e intervalos que se caracterizan por la palabra y el silencio. Es aquí donde se cometen muchos errores y fracasan la mayoría de los trabajadores.” (25)

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(18) Tratado sobre Magia Blanca, pág. 172

(19) pág. 209

(20) pág. 235

(21) pág. 266

(22) pág. 344

(23) Tratado sobre Magia Blanca, pág. 360 y Tratado sobre los Siete Rayos Vol. 4 - Curación Esotérica -, pág. 334

(24) Tratado sobre Magia Blanca, pág. 367 y Tratado sobre los Siete Rayos Vol. 4 - Curación Esotérica -, pág. 336

(25) Tratado sobre Magia Blanca, pág. 370

 

(CONTINUACIÓN)