Este artículo es la continuación del fragmento en el que el Maestro Tibetano nos habla sobre el temor y su relación con la energía astral.
Si lo deseáis, podéis consultar los anteriores artículos:
Dani
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"II. Depresión y su polo opuesto, el regocijo. Cuando tocamos
el tema de la depresión, tratamos algo tan difundido que muy pocos escapan a
sus ataques. Es como un miasma, una niebla que cubre al hombre y le
imposibilita ver con claridad, caminar con seguridad y conocer la realidad. Es parte
de la gran ilusión astral, y si esto es comprendido, resultará evidente por qué
existe la depresión y por qué su causa es astral o física, e incidental a una
situación mundial o personal. Por lo tanto, estudiaremos la depresión en los
individuos y buscaremos sus causas:
1. El espejismo mundial que arrastra a las profundidades de la reacción mundial a la unidad aislada, la cual está libre de esas condiciones individuales que producen depresión. Este espejismo mundial con sus resultados desvitalizadores y deprimentes, tiene sus raíces en diversos factores, que sólo describiré brevemente:
a. Los factores
astrológicos que afectan al horóscopo planetario, y en consecuencia al
individual o primordialmente racial, y éstos generalmente son pasados por alto.
b. El recorrido
del Sol en el firmamento. Su tránsito por el sur tiende a disminuir la
vibración de su influencia, y los aspirantes deben tener en cuenta esto en
otoño y en los primeros meses de invierno. (En el hemisferio sur sucede a la
inversa. N. del T.)
c. La parte
oscura de la Luna ,
el período final del menguante y las primeras fases de la Luna nueva, como bien saben,
afecta el trabajo de meditación.
d. Factores
psicológicos e inhibiciones en masa, sin duda debido a fuerzas externas a
nuestro planeta y a planes cuya intención es desconocida para el ser humano
común. Estas fuerzas que actúan sobre la raza humana afectan a los más
sensibles, que a su vez afectan a su medio ambiente, estableciéndose
paulatinamente un impulso que se precipita a través de una raza o nación, durante
un período o ciclo de años, produciendo estados de profunda depresión y
desconfianza mutua. Causa una triste autoabsorción, a la cual denominamos
pánico u oleada de inquietud. Es casual el hecho de que su desarrollo sea
militar, económico, social o político, o tome la forma de una guerra, una
inquisición religiosa, restricciones económicas o desconfianza internacional.
Las causas tienen su origen en los anteproyectos del proceso evolutivo y están
regidos -aunque no sea comprendido- por la buena Ley.
2. Polarización astral. Mientras el hombre continúe
identificándose con su cuerpo emocional, interpretando la vida en términos de
caprichos y sentimientos y se deje llevar por el deseo, tendrá igualmente sus
momentos de desesperación, oscuridad, duda e intenso sufrimiento y depresión.
Esto se debe a la ilusión y al espejismo del plano astral, que distorsiona y
engaña. No es necesario extendernos en esto. Si existe un factor que los
aspirantes reconocen, es el de la necesidad de liberarse de la Gran Ilusión. Arjuna
lo sabía y, sin embargo, sucumbió a la desesperación. Pero en la hora de la
necesidad, Krishna no le falló, y plasmó en el Bhagavad Gita las sencillas
reglas por las cuales pueden vencerse la depresión y la duda. Éstas pueden
resumirse brevemente como sigue:
a. Conócete a
ti mismo, como el Uno imperecedero.
b. Controla tu
mente, pues por su intermedio puede conocerse al Uno imperecedero.
c. Aprende que
la forma no es más que el velo que oculta el esplendor de la Divinidad.
e. Deslígate,
por lo tanto, del aspecto forma y ven a Mí, y así morarás donde se encuentran la Luz y la Vida. Así se desvanece
la ilusión.
La polarización astral pone al hombre a descubierto de sus
innumerables reacciones emocionales y de las oleadas de sentimiento colectivo
de cualquier tipo. Por esta causa su ser es arrastrado al vórtice de energías
incontroladas y fuerzas emocionales mal dirigidas, que dan como resultado una
guerra mundial, un pánico financiero, un despertar religioso o un linchamiento.
Lo lleva también a las regiones de la hilaridad y la felicidad espuria, donde
la "luz engañosa" del plano astral le descubre falsas fuentes de
diversión, o la hilaridad colectiva -debido a su sensibilidad- lo arrastra a la
histeria, que encuentra su desahogo en la diversión incontrolada, polo opuesto
del llanto desenfrenado. No me refiero aquí al verdadero júbilo ni al sentido
del buen humor, sino a esas expresiones histéricas de hilaridad, tan comunes en
la mayoría de los humanos, que producen fatiga.
3. El debilitamiento del cuerpo físico. Se debe a diversas
causas:
a. Un
agotamiento del cuerpo etérico o vital.
b. Una
enfermedad física, inherente o traída de otra vida, o accidental, por
reacciones emocionales equívocas, o producidas como resultado del karma grupal,
tal como una epidemia.
c. Una
condición atmosférica. Esto a veces se pasa por alto, pero el clima, la
densidad, la humedad o la sequedad, el calor o el frío, tienen un efecto
definido sobre la perspectiva psicológica.
Encontrarán, si estudian, que todas las causas de depresión
subsidiarias y temporarias y sus opuestos, pueden agruparse bajo uno de estos
tres acápites, y cuando la causa se descubre, su curación es evidente.
Me he ocupado en forma algo extensa de las dos primeras
manifestaciones de la fuerza astral -el temor-, temor a la muerte, al futuro,
al sufrimiento, al fracaso y a los muchos temores menores a los cuales está
sujeta la humanidad -y la depresión-, porque estos dos temores constituyen para
el hombre el Morador en el Umbral en esta era y ciclo. Ambos indican que hay
reacción sensoria a factores psicológicos y no pueden ser remediados mediante
el uso de otro factor como el valor. Tienen que ser afrontados por la
omnisciencia del alma, actuando a través de la mente -pero no por su
omnipotencia. Esto oculta un indicio. No me ocuparé de los otros factores
enumerados, tales como el deseo de felicidad, la satisfacción de los apetitos
animales y la liberación, porque ellos, para la mayoría, no constituyen un problema como los dos primeros. Podría
escribirse extensamente sobre la manifestación y causa de todos ellos, pero
cuando el temor y la depresión sean vencidos, la raza tomará posesión de su
herencia, la felicidad, la verdadera satisfacción (símbolos de los vehementes
deseos indicados anteriormente) y la liberación. Consideraremos primero los
males fundamentales. Una vez dominados, todo lo que resta es la correcta
orientación, y la polarización en el alma.
Después consideraremos la subyugación de la vibración
errónea en el cuerpo astral y el empleo de energía astral en la correcta
dirección.
Hemos tratado extensamente el tema del cuerpo astral o
sensorio, y considerado los diversos y erróneos modos en que éste hace sentir
su presencia. La humanidad vibra principalmente de un modo u otro, y el cuerpo
sensorio del ser humano común casi nunca está libre de algún estado de ánimo,
temor y emoción. Esto ha traído el anormal desarrollo del centro plexo solar.
En la mayor parte de la humanidad el centro sacro y el plexo solar rigen la
vida, y debido a ello el deseo por las cosas materiales y la vida sexual están
estrechamente fusionados. El plexo solar es el cerebro del animal y rige todas
las reacciones instintivas, pero no se halla tan estrechamente aliado con la
expresión puramente sexual como en el ser humano. Cuando el cerebro sea
sensible a la mente que va despertando, y no esté tan ocupado con el mecanismo
que registra la impresión sensoria, tendremos la orientación que finalmente
elevará la conciencia hasta los centros situados arriba del diafragma. El plexo
solar entonces será relegado nuevamente a su antigua función, como agente
directriz de la vida animal, esencialmente instintiva. Para el discípulo
mundial avanzado, el plexo solar es por lo general el órgano de sensibilidad
psíquica, y permanecerá así hasta que los poderes psíquicos superiores
reemplacen a los inferiores y el hombre
actúe como alma. Entonces la vida sensoria descenderá bajo el umbral de la
conciencia."
- Tratado sobre Magia Blanca -
REGLA DIEZ
LA CONSTRUCCION DE FORMAS MENTALES